INTRODUCCIÓN
La población chilena evidencia mejoras importantes en la salud bucodental, sin embargo, sigue existiendo una alta prevalencia de patologías como la caries que la posiciona entre las enfermedades más comunes y la convierte en un importante problema de salud pública nacional1. La caries es considerada una enfermedad crónica no transmisible, mediada por bacterias, donde un desequilibrio ecológico muchas veces favorecido por una dieta alta en azúcares es el responsable que bacterias comensales del biofilm bucal se transformen en patógenas generadoras de lesiones de caries2.
La caries de la infancia temprana refiere a lesiones de caries en niños(as) desde la erupción de sus primeros dientes hasta los 71 meses de vida, reconociendo que los dientes de un(a) niño(a) son susceptibles a estas lesiones tan pronto comienzan a erupcionar3. A nivel mundial, durante el año 2018 más de 530 millones de niños(as) sufrieron de caries en dientes temporales, siendo una de las condiciones crónicas más frecuentes en esa etapa de la vida4.
La salud bucodental responde a determinantes sociales que a la vez interactúan con factores de riesgo por lo que la experiencia de caries también se asocia con la posición socioeconómica5,6. Estudios realizados en Chile muestran que caries, gingivitis, alteraciones de la mucosa oral y anomalías dentomaxilares fueron más prevalentes en niños(as) de sectores rurales7,8. La evidencia de una salud bucal severamente deteriorada asociada a pobreza/vulnerabilidad en los sectores rurales mostró la necesidad de un enfoque especial para estas comunidades al momento de diseñar políticas de salud oral8. Sin embargo, al ser esta asociación no exclusiva para sectores rurales llevó a concluir que, en general, los actuales programas de prevención y promoción no han sido efectivos en sectores de gran vulnerabilidad9. Es así que se hace necesario contar con políticas que fortalezcan más la cultura de prevención/promoción de la salud bucal, de manera de disminuir las inequidades sociales que impiden que las comunidades se apropien de su salud general10-12, más aún cuando las desigualdades sociales presentes en las escuelas de nuestro país siguen siendo evidenciadas13.
El Plan Nacional de Salud para los Objetivos Sanitarios al 2020 estableció como meta que el 40% de los niños(as) de 6 años asistiendo a establecimientos educacionales municipalizados estuviesen libre de caries (sin historia de caries), teniendo como principal estrategia el fortalecimiento de la prevención y promoción de patologías orales en párvulos y escolares14. Para este objetivo, en el año 2014 se implementa el programa odontológico Sembrando Sonrisas dirigido a niños(as) de 2 a 5 años15 y, posteriormente (año 2017), se crea el programa Control con Enfoque de Riesgo Odontológico (CERO) con la finalidad de intervenir desde los 6 meses de edad y, así, detectar más tempranamente estas patologías16. Previamente, en el año 2006 entraba en vigencia el programa Salud Oral Integral en niños(as) de 6 años como parte de las Garantías Explícitas en Salud (GES)17 y, quince años antes se creaba el programa de Salud Oral de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB) enfocado en niños(as) de Pre-Kinder a 8° Básico18. Se asume que el Diagnóstico Nacional de Salud Bucal de niños(as) de 2 y 4 años19, base de la actual referencia del Plan Nacional de Salud Bucal 2018-20301, estaría exento de las intervenciones de los primeros programas.
El objetivo del estudio fue conocer el estado actual de la salud bucal de los(as) niños(as) de 2 a 5 años intervenidos(as) por el programa Sembrando Sonrisas de la Comuna de Ovalle, y busca visualizar las mejoras alcanzadas en este grupo etario pero, también, busca visualizar las eventuales diferencias que aún pueden estar presentes en este segmento de la población.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio observacional, descriptivo, de corte transversal, realizado en establecimientos educacionales beneficiados por el programa odontológico Sembrando Sonrisas, Comuna de Ovalle, año 2019. La población estudiada fueron niños(as) entre dos y cinco años de jardines infantiles Junji y Fundación Integra, y de establecimientos educacionales municipales y particulares subvencionados.
En el año 2019, el programa Sembrando Sonrisas priorizó a 110 establecimientos educacionales (45 jardines infantiles Junji, 8 jardines infantiles Integra, 39 establecimientos municipalizados y 18 particulares subvencionados). De estos, 108 fueron intervenidos por el programa, que sumó una matrícula de N=4.537 niños(as), quedando sin intervención un establecimiento municipalizado y uno particular subvencionado. El estudio incluyó a todos los(as) niños(as) que contaban con registros del examen clínico dental realizado por el equipo encargado del programa Sembrando Sonrisas durante la primera evaluación. La base de datos del programa Sembrando Sonrisas incluyó información de la experiencia de caries dental mediante índice ceo-d (dientes temporales cariados, obturados y extraídos), además de variables sociodemográficas y de territorialidad. No se tuvo control del levantamiento de la información, lo que respondió a objetivos distintos al estudio pero relevantes para la población, toma de datos que fue realizada por el mismo profesional odontólogo y equipo de salud con procedimientos estándares que lo hacen válidos para el propósito del presente estudio y comparables con otros estudios nacionales. Esta información fue solicitada a la Municipalidad de Ovalle mediante ley de transparencia la que resguardó la privacidad de los(as) niños(as) (sin nombre ni RUT). Dada la naturaleza del acceso a información, el protocolo del estudio no fue revisado por un Comité de Ética. De acuerdo al índice ceo-d, se abordó la prevalencia de niños(as) sin historia de caries (ceo-d=0) según las variables sexo, edad y ruralidad (urbano vs. rural), y la prevalencia de niños(as) con historia de caries (ceo-d≥1), según las variables edad, tipo de establecimiento educacional y ruralidad. Finalmente, y subordinado a estas últimas variables, se calculó el promedio (±desviación estándar) de la intensidad del daño, índice SiC, el cual considera el tercio de las medidas que concentran los mayores valores del índice ceo-d. En los análisis estadísticos, para las variables cuantitativas se utilizaron las pruebas de la t-student y ANOVA (previa comprobación de la homocedasticidad) mientras que para las variables cualitativas la prueba de la Chi-cuadrado. La significancia estadística se estableció a una P<0,05.
RESULTADOS
Del total de niños(as) matriculados en los establecimientos beneficiados se evaluó el 92,6% (n=4.201), con ausencias del 6,9% y 9,0% para el sector urbano y rural, respectivamente. El 50,5% de los evaluados correspondió al sexo masculino (P=0,497). La edad promedio fue de 3,8(±1,10) años, sin diferencias significativas según sexo (P=0,793) y ruralidad (P=0,474). El 18,4% y 17,2% de los niños(as) evaluados fueron 2 y 3 años, porcentajes significativamente menores al 30,5% y 33,9% de niños(as) de 4 y 5 años, respectivamente (P<0,001). No hubo diferencias significativas entre los sexos según edades (P=0,575) pero las edades evidenciaron diferencias según ruralidad (P<0,001) (Tabla 1). El 75,8% de los(as) niños(as) asistía a establecimientos urbanos (P<0,001), sin diferencias significativas entre sexos (P≥0,062) pero con marcadas diferencias cuali y cuantitativas en los tipos de establecimientos según ruralidad (P<0,001). En el sector urbano, el 39,8% de los(as) niños(as) asistía a colegios particulares subvencionados mientras que el 24,6% y 23,9% eran de jardines Junji y escuelas municipales, respectivamente. En el sector rural, el 60,5% de los(as) niños(as) asistía a escuelas municipales y el 33,7% lo hacía en jardines Junji, estando ausentes los establecimientos particulares subvencionados. En ambos sectores, un porcentaje menor de niños(as) asistía a jardines Integra (Tabla 2).
Tabla 1: Número y porcentaje de párvulos de la población en estudio según Ruralidad, Sexo y Edad.
Edad | |||||||||||
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2 años | 3 años | 4 años | 5 años | Total | |||||||
Sector | Sexo | n | % | n | % | n | % | n | % | n | % |
Rural | Hombres | 64 | 43,8 | 98 | 46,0 | 169 | 50,4 | 178 | 55,1 | 509 | 50,0 |
Mujeres | 82 | 56,2 | 115 | 54,0 | 166 | 49,6 | 145 | 44,9 | 508 | 50,0 | |
Total | 146 | 213 | 335 | 323 | 1.017 | ||||||
Urbano | Hombres | 339 | 54,2 | 258 | 50,5 | 468 | 49,4 | 549 | 49,9 | 1.614 | 50,7 |
Mujeres | 286 | 45,8 | 253 | 49,5 | 479 | 50,6 | 552 | 50,1 | 1.570 | 49,3 | |
Total | 625 | 511 | 947 | 1.101 | 3.184 | ||||||
Total | Hombres | 403 | 52,3 | 356 | 49,2 | 637 | 49,7 | 727 | 51,1 | 2.123 | 50,5 |
Mujeres | 368 | 47,7 | 368 | 50,8 | 645 | 50,3 | 697 | 48,9 | 2.078 | 495 | |
Total | 771 | 724 | 1.282 | 1.424 | 4.201 |
Porcentaje según Sexo.
Tabla 2: Número y porcentaje de párvulos de la población en estudio según Tipo de Establecimiento Educacional, Ruralidad y Sexo.
Urbano | Rural | Total | ||||||||||||
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Hombre | Mujer | Total | Hombre | Mujer | Total | |||||||||
Establecimiento | n | % | n | % | n | % | n | % | n | % | n | % | n | % |
Integra | 196 | 52,8 | 175 | 47,2 | 371 | 11,7ª | 34 | 57,6 | 25 | 42,4 | 59 | 5,8ª | 430 | 10,2c |
Junji | 410 | 52,3 | 374 | 47,7 | 784 | 24,6ª | 155 | 45,2 | 188 | 54,8 | 343 | 33,7ª | 1.127 | 26,8c |
Municipal | 375 | 49,3 | 386 | 50,7 | 761 | 23,9ª | 320 | 52,0 | 295 | 48,0 | 615 | 60,5ª | 1.376 | 32,8c |
Particular Subvencionado | 633 | 49,9 | 635 | 50,1 | 1.268 | 39,8ª | - | - | - | - | - | - | 1.268 | 30,2c |
Total | 1.614 | 1.570 | 3.184 | 75,8b | 509 | 508 | 1.017 | 24,2b | 4.201 | |||||
a: Porcentajes respecto al Total Sector. b y c: Porcentajes según al Total General. Otros porcentajes según Sexo
El 62,8% de los(as) niños(as) no presentó historia de caries, prevalencia que disminuyó significativamente de 92,0% a 48,9% desde los 2 a 5 años, respectivamente (P<0,001) (Tabla 3). En todas las edades, total y por sexo, hubo una prevalencia significativamente mayor de niños(as) sin historia de caries en el sector urbano (P≤0,048), prevalencia que no difirió entre sexos (P≥0,159) (Tabla 3).
Tabla 3: Prevalencia (x100) de niños(as) sin historia de caries, según Sexo, Edad y Ruralidad.
Variable | Total | Urbano | Rural | Total | ||||||||||
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H vs. M | H vs. M | H vs. M | U vs. R | |||||||||||
p | p | p | p | |||||||||||
Sexo | Total | Total | Total | |||||||||||
Total Niños(as) | 62,8 | 64,9 | 56,4 | <0,001 | ||||||||||
Hombres | 63,0 | 0,855 | 65,6 | 0,426 | 54,8 | 0,325 | <0,001 | |||||||
Mujeres | 62,7 | 64,1 | 58,1 | 0,016 | ||||||||||
Edad | Total | Hombres | Mujeres | Total | Hombres | Mujeres | Total | Hombres | Mujeres | |||||
2 | 92,0 | 91,8 | 92,1 | 0,980 | 93,4 | 92,9 | 94,1 | 0,682 | 85,6 | 85,9 | 85,4 | 0,889 | 0,003 | |
3 | 72,0 | 70,8 | 73,1 | 0,542 | 74,2 | 74,4 | 73,9 | 0,976 | 66,7 | 61,2 | 71,3 | 0,159 | 0,049 | |
4 | 55,6 | 55,6 | 55,7 | 0,980 | 57,7 | 57,3 | 58,0 | 0,861 | 49,9 | 50,9 | 48,8 | 0,784 | 0,016 | |
5 | 48,9 | 49,7 | 48,1 | 0,584 | 50,5 | 51,5 | 49,5 | 0,526 | 43,3 | 43,8 | 42,8 | 0,937 | 0,028 | |
H: Hombres; M: Mujeres; R: Sector Rural; U: Sector Urbano. P: Probabilidad asociada a la Prueba de la t de Student. Valor de P en negrita indica diferencias significativas
La historia de caries en niño(as) agrupados por tipo de establecimiento y ruralidad presentó diferencias significativas en todas las edades, con prevalencias mayores en el sector rural de 7,8 y 7,6 puntos porcentuales a los 2 y 3 años, respectivamente (Figura 1a). Si bien a los 4 y 5 años la prevalencia de historia de caries también fue mayor en el sector rural, la significancia estadística estuvo dada por la menor prevalencia de caries en niños(as) de establecimientos particulares subvencionados. En todas las edades, el índice ceo-d fue el resultado de una mayor ocurrencia de caries, sin diferencias significativas según ruralidad (P≥0,260), donde el porcentaje de dientes obturados y extraídos aumentó significativamente con la edad (P<0,001) (Figura 1b).
Hubo un aumento significativo del promedio del índice SiC con la edad (P<0,001), con diferencias significativas en cada una de las edades respecto a ruralidad (P≤0,033) (Figura 2). La intensidad del daño fue siempre mayor en el sector rural, sin embargo, en niños(as) de 4 y 5 años también la significancia estuvo dada por los menores valores registrados en los establecimientos particulares subvencionados del sector urbano (Figura 2).

Figura 1 (a) Prevalencia de historia de caries (índice ceo-d ≥1) y (b) frecuencia relativa de dientes cariados, extraídos y obturados, en niños(as) según edad, ruralidad y tipo de establecimiento educacional. R: Sector Rural, U: Sector Urbano.
DISCUSIÓN
Este estudio es uno de los primeros reportes para nuestro país del programa odontológico Sembrando Sonrisas. Incluye al 92,6% de los(as) niños(as) beneficiados(as) por el programa de la Comuna de Ovalle, por lo que entrega un panorama confiable del estado de la salud bucal de la población objetivo. Los resultados mostraron diferencias asociadas a ruralidad y tipo de establecimiento educacional que deja en evidencia inequidades de acceso a la salud en este segmento de la población. Esto apoya la idea que los actuales programas de prevención/promoción no han sido igualmente efectivos en sectores vulnerables de la sociedad y hace necesario reforzar en ellos las políticas vigentes de salud oral8,9,13.
El Plan Nacional de Salud Bucal 2018-2030, que utiliza a modo de referencia los estudios de los años 2007-201019, estableció como línea base para niños(as) de 2 y 4 años del nivel socioeconómico bajo (jardines Junji/Integra y escuelas municipalizadas) una prevalencia de niños(as) libres de historia de caries de 79,7% y 46,1%, y para niños(as) del nivel socioeconómico alto (establecimientos particulares pagados) prevalencias de 90,5% y 70,7%, respectivamente1. En el presente estudio, la prevalencia de niños(as) libre de historia de caries de 2 años (100,0% del nivel socioeconómico bajo, según referencia1) resultó mayor en 12,3 puntos porcentuales respecto a la línea base, incluso registrando en el sector urbano prevalencias mayores a la referencia para el nivel socioeconómico alto. Para niños(as) de 4 años (53,0% de nivel socioeconómico bajo) la prevalencia sobrepasó la respectiva referencia aunque muy por debajo de la referencia del nivel socioeconómico alto.
Los Objetivos Sanitarios al 2020 definieron como meta lograr que el 40,0% de los(as) niños(as) de 6 años de establecimientos educacionales municipalizados estén libres de caries. Que en nuestro estudio el 48,9% de niños(as) de 5 años hayan estado libres de historias de caries, supone que para el año 2020 los escolares de 6 años de la Comuna de Ovalle estarían alcanzando la meta, independiente de la ruralidad. Este escenario indica que los programas odontológicos implementados en los últimos 15 años estarían instalándose en la población, donde la importante mejora observada en los(as) niños(as) de 2 años, particularmente del sector urbano, podría ser ya un efecto de la puesta en marcha del programa CERO iniciado en el año 2017. No obstante a esto, las prevalencias en el sector rural son desalentadoras teniendo en cuenta que las actuales referencias fueron estudios realizados a lo menos una década antes.
Las diferencias en la salud oral entre niños(as) de sectores urbano y rural y/o niveles socioeconómicos han quedado evidenciadas en estudios nacionales desde el trabajo de Mariño y Onetto20. Para niños(as) de 2 y 4 años, Zaror y cols. reportaron para la ciudad de Calbuco prevalencias de historia de caries de 52,9% y 88,4%, con OR para la residencia rural de 2,3 y 2,7, respectivamente21; Hoffmeister y cols., en seis regiones del centro-sur y extremo sur, registraron prevalencias de 24,5% y 58,8% vs. 2,3% y 27,3% para niños(as) de niveles socioeconómicos bajo vs. alto, respectivamente5; y más recientemente, Echeverría-López y cols. para barrios marginales del gran Santiago encontraban prevalencias de historia de caries de 38,1% y 67,9%, respectivamente9. Otros reportes que incluyen a este segmento etario también acreditan tales diferencias22,23. Si bien estos estudios fueron realizados en años y poblaciones distintas, con metodologías no necesariamente comparables y donde varios de estos estudios, incluyendo el presente trabajo, no consideraron las caries no cavitadas, todos dejan de manifiesto las inequidades en el acceso a la salud y refuerzan la urgente necesidad de focalizar políticas en sectores vulnerables de la sociedad.
La intensidad del daño de caries también resultó menor a la línea base nacional, particularmente en niños(as) de 2 años del sector urbano donde el índice SiC fue menor al esperado para el nivel socioeconómico alto (0,50% vs. 0,53%). La mejora también se observó a los 4 años, donde los niños(as) de colegios particulares subvencionados evidenciaron daños menores a la línea base para niños(as) del nivel socioeconómico alto (4,30 vs. 4,35)19. Sin embargo, la intensidad del daño de caries también reflejó las inequidades de acceso a la salud para niños(as) de niveles socioeconómicos bajos, particularmente de sectores rurales, de modo similar como lo refiere la literatura nacional para ambas edades y niveles socioeconómicos5.
El ausentismo durante las evaluaciones implicó que un número de niño(as) quedara sin intervención, sumado a la fracción de la población mayoritariamente de 2 y 3 años (cercana al 35%) que no estaría siendo intervenida por el programa Sembrando Sonrisas muestra una brecha en la cobertura que debe ser abordada, principalmente en el sector rural ya que en el sector urbano muchos(as) de estos(as) niños(as) estarían asistiendo a jardines/colegios particulares y demás particulares subvencionados, establecimientos que no estaban presentes en el sector rural. Es esperable que las desigualdades sean todavía más pronunciadas dado que los(as) niños(as) del sector rural no estarían accediendo a agua fluorada23, y los de menos de 6 años tampoco estarían accediendo al programa de fluoración de leche24. Aunque la fluoración del agua puede ser controversial puesto que la fluoración estaría actuando principalmente durante la higiene tópica (cepillado con dentífricos fluorados)25, se hace aún más necesario que los programas de salud oral alcancen una cobertura total.
Resulta crucial generar nuevas estrategias de prevención/promoción para disminuir las brechas observadas en la población de niños(as), pero también resulta crucial lograr dentro de los Centros de Salud que los actuales programas de salud oral (GES de la Embarazada, CERO, Sembrando Sonrisas y GES de 6 años) puedan ser articulados y, a su vez, articulados con los controles de niño(a) sano(a) mediante el fortalecimiento de redes integradoras de equipos interdisciplinarios, más cuando el programa Sembrando Sonrisas se materializa mayoritariamente fuera de los Centros de Salud. Contrastar la asistencia al bajo control de madres/niños(as) con los(as) niños(as) que han sido intervenidos(as) en los establecimientos educacionales, acompañado de una búsqueda activa de los ausentes, conducirá a que ningún(a) niño(a) quede sin una intervención.
CONCLUSIÓN
El estudio mostró mejoras importantes en la salud bucal de niños y niñas de la Comuna de Ovalle, no hallando diferencias según sexo. Sin embargo, tanto la historia de caries como la intensidad del daño de caries fueron mayores en niños(as) de sectores rurales y de establecimientos municipales, evidenciando las desigualdades en acceso a la salud que aún están presentes en nuestro país.