Priorizar y mejorar la salud oral y promover también la salud general de las comunidades ha sido un requerimiento y un esfuerzo ético de la profesión odontológica; pero lograrlo ha sido imposible al concentrar la atención en acciones curativas o de limitación del daño que se realiza principalmente en los consultorios y en donde la cobertura lograda es cercana al 10% de la población, dejando sin posibilidades de servicios al grueso de la población1-4. Los “determinantes sociales de la salud” asociados con la pobreza, el desempleo y la exclusión social agudizadas durante la pandemia de la Covid-19 explican en parte, el aumento de las barreras de acceso en los países pertenecientes a la FIPP2, agravando muy posiblemente los problemas de salud bucodental.
La caries dental y las periodontitis se encuentran entre las 10 enfermedades más prevalentes del mundo y esto resulta paradójico pues también poseemos un aparente “exceso de dentistas” al cumplir en muchos casos, las recomendaciones de la OMS de un profesional de la odontología por cada 2000 habitantes en América Latina2-4. Entonces, si reconocemos que 3.5 billones de personas tienen caries y alguna forma de periodontitis4 en el mundo, ¿cuál ha sido entonces el impacto de nuestra profesión en los problemas bucodentales?
Existen preguntas sin respuesta en relación con la situación de la salud bucodental antes y después de la pandemia, como son: 1) ¿qué ha pasado con la salud bucal y con la salud general en estos tiempos? Teniendo en cuenta que, los servicios de Odontología del mundo se detuvieron entre marzo y diciembre del 2020 por recomendación de la OMS y en donde se realizaron las atenciones prioritarias o de urgencias y; 2) por el confinamiento obligatorio y con “el estudio y trabajo en casa”, se debieron incrementar el sedentarismo, el sobrepeso, la obesidad, la depresión y el stress psicosocial que son importantes factores de riesgo asociados con las enfermedades no trasmisibles- ENT; y que, 3) aquellas ENT tampoco tuvieron el mejor control médico, pues las personas preferían no salir de la casa y quizá hoy son más severas; y 4) la teleconsulta médica y odontológica, se convirtió en un modelo alternativo de atención pero desconocemos su eficacia y ante este escenario de preguntas, como grupo de políticas proponemos:
• Estudiar y analizar cuáles han sido los efectos de la pandemia en la cobertura de los servicios de Odontología y de salud y de ser necesario, plantear las acciones necesarias para recuperar la atención y la promoción de la salud en los niveles prepandemia.
• Mejorar las políticas sanitarias y enfocarnos en el sujeto “sano” y con énfasis en grupos vulnerables tales como recién nacidos, preescolares, escolares, embarazadas y el adulto mayor pero con más y mejor promoción de la salud en los hogares, escuelas, y sitios de trabajo para mejorar la cobertura con un enfoque de promoción en el ciclo de vida.
• Integrarnos a los equipos de salud y aprender a trabajar interdisciplinarmente con médicos, y enfermeras, en Atención Primaria de la Salud5; e incluir a los maestros en las escuelas y a los profesores y crear ambientes saludables en las escuelas y promoverlos desde allí hacia, los hogares.
• Fortalecer el trabajo intersectorial convocando a los Ministerios de trabajo y de comercio, a la industria de los alimentos y bebidas, para promover mejores hábitos alimenticios y nutricionales, y de higiene bucal y mejorar la educación sanitaria, la estabilidad social y económica, y el ambiente en donde las personas viven y se desarrollan.
• Promover la cobertura universal en salud como lo recomendó la asamblea general de las Naciones Unidas en el 20196-7; incluyendo a la salud bucal5. Estas acciones concuerdan con aquellas planteadas por la comisión de salud bucal de Lancet que, manifiesta explorar las buenas practicas y buenas políticas que integren la salud bucal y la salud general6. La odontología por diversas razones se aparta como profesión de la medicina en 1839; cuando se generan las primeras escuelas de enseñanza de odontología en el mundo, pero la evidencia científica, hoy nos acerca de nuevo, al establecerse una fuerte conexión entre la salud oral y la salud general4.
• Requerimos un nuevo profesional competente en el cuidado de salud bucal y de la salud general, con un enfoque preventivo comunitario toda vez que la prevención es costo-efectiva y representa un ahorro importante de recursos de salud3-4.
• Por último, debemos resaltar en el marco de esta pandemia, la importancia de la salud bucal toda vez que, el virus SARS CoV-2 se replica allí y en la nasofaringe inicialmente y podemos asi; mitigar la transmisión de la infección con enjuagues y con instilación nasal que contengan antivirales. Una mala salud bucal, parece hacer sinergia con el virus para agravar el curso clínico de la Covid-198. Finalmente, debemos visualizar la pandemia de la Covid-19 como un escenario novedoso para mejorar el impacto de nuestra profesión en la salud bucal y general de las personas.