INTRODUCCIÓN
Argentina posee un 75% de su territorio comprendido en la Diagonal Árida de América del Sur, con grandes extensiones de tierra infértil, donde la escasez de recursos naturales, principalmente el agua (12% de los recursos hídricos superficiales) limita en gran medida las posibilidades de desarrollo. Habitan en este sector aproximadamente 12.000.000 de personas, es decir, un 30% del total nacional (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, 2005). En este contexto, la situación actual de la Vivienda Social (VS) presenta un marcado carácter deficitario que, en lo cualitativo, se relaciona con carencias a nivel funcional, formal y tecnológico, lo cual se traduce en la restricción de la calidad de vida de sus ocupantes. Al respecto, Mitchell1 (2005) manifiesta que una vivienda es saludable si garantiza confort higrotérmico, espacios en cantidad y calidad suficientes y además resulta energéticamente eficiente. Sobre dicha base, realizar mejoras en la envolvente evitaría la obsolescencia funcional de la VS, al tiempo que se obtendrían mayores estándares de calidad habitacional, reducción de emisiones a la atmósfera y la disminución del consumo de energía superfluo. Consecuentemente, se optimizarían las condiciones de vida del usuario y la protección del ambiente (Figura 1).

Fuente: Elaboración de los autores.
Figura 1: Representación gráfica de la situación actual del hábitat social en Argentina en relación con el escenario edilicio sustentable que debiera ser considerado en una zona árida.
De esta manera, garantizar un estándar de calidad habitacional superior al mínimo implica la consideración de aspectos endógenos vinculados a su materialidad, espacialidad y adaptación al medio físico, como también a características exógenas relacionadas con el contexto construido y ambiental que rodea a la vivienda. En este sentido, es necesario desarrollar un estándar integral con base en la concreción del concepto de vivienda digna (Moreno Crossley, 2015), donde el incremento de la calidad de vida de su usuario resulte prioritaria. Para ello, es necesario que los actores de mayor peso en la toma de decisiones, entiendan que el cambio climático constituye una oportunidad para identificar nuevas formas de concebir la arquitectura y el proceso constructivo.
MEAs A NIVEL INTERNACIONAL: CARACTERIZACIÓN Y DIAGNÓSTICO
Las metodologías de evaluación ambiental (MEAs) de mayor popularidad2 han sido exportadas a distintos contextos como versiones internacionales. Esta situación plantea la necesidad de dar respuesta a ciertas condiciones clave, las cuales tienen que ver con la definición de un lenguaje común estandarizado que facilite la realización de contextualizaciones lógicas y en armonía con el entorno ambiental, social y económico en el que se requiera su implementación, con el fin de lograr rangos mayores de transparencia que garanticen que el resultado conseguido goce de un alto grado de credibilidad. Para obtener esta última, es crucial establecer claramente tanto los objetivos de la evaluación como las bases para la valoración de las categorías, criterios, indicadores e impactos que conforman la estructura jerárquica de datos de la matriz que da origen a la metodología.
La forma en que es realizada la puntuación es quizás el aspecto de mayor discusión en relación con las MEAs. En efecto, los sistemas de ponderación son cuestionados por ser considerados superficiales e igualitarios para diferentes contextos, así como por dar mejores puntuaciones a sistemas mecánicos y tecnología de punta, en lugar de otorgarla a aquellos sistemas pasivos que acompañaran al edificio a lo largo de toda su vida útil. Por otro lado, Alyami y Rezgui (2012), Ali y Al Nsairat (2009) y Kim et al. (2005) detectan que el proceso analítico jerárquico desarrollado por Saaty, en 1977, es una de las propuestas más viables en la búsqueda de una respuesta a estas circunstancias.
De acuerdo con (Quezada Molina, 2014), dentro de las MEAs de mayor relevancia a nivel mundial se destacan, por pertenecer a programas internaciones, servir de base para nuevos desarrollos, constituir herramientas avanzadas y poseer tipologías específicas para el caso de la vivienda, las siguientes: BREEAM, LEED, CASBEE y VERDE. Al respecto, el mismo autor analiza comparativamente las MEAs mencionadas conforme al Marco de Evaluación para Enfoques Conceptuales y Analíticos en Gestión Ambiental (A), desarrollado por Baumann y Cowell (1999). En esta investigación, además de dicho marco, se utiliza los enfoques: Marco para la Comparación Detallada de Herramientas de Evaluación Ambiental Edilicia (B), de Wallhagen et al. (2013), y Análisis y propuesta sobre la contribución de las herramientas de evaluación de la sostenibilidad de los edificios a su eficiencia ambiental (C), elaborado por Monterotti (2013). La Tabla 1 expone los resultados alcanzados en los distintos enfoques abordados para el análisis comparativo de las MEAs seleccionadas.
Tabla 1: Análisis comparativo de las MEAs. ■ La MEA responde totalmente a las características del enfoque. □ La MEA responde parcialmente a las características del enfoque.

Fuente: Elaboración de los autores con base en Baumann y Cowell (1999), Wallhagen et al. (2013) y Monterotti (2013).
De la Tabla 1 se desprende que BREEAM y LEED son métodos de evaluación de “primera generación” con un marcado énfasis en el uso de los recursos, en tanto CASBEE y VERDE son herramientas más recientes que muestran rasgos estructurales que los diferencian de los anteriores y, por tanto, constituyen instrumentos de segunda generación”. A pesar de que estos últimos todavía emplean gran parte del sistema de ponderación de sus antecesores, pueden ser considerados como nuevas herramientas orientadas a alcanzar estilos de vida más sustentables (Cole, 2007).
METODOLOGÍAS DE EVALUACIÓN AMBIENTAL EDILICIA CONTEXTUALIZADAS, COMO CAMINO POSIBLE HACIA LA SUSTENTABILIDAD EN LA CONSTRUCCIÓN.
De acuerdo con Alyami y Rezgui, las MEAs existentes no deberían ser aplicadas en sus formatos originales en cualquier contexto. Al respecto, estos autores hacen hincapié en la influencia sobre los resultados que tienen las variaciones regionales. Sobre dicha base, subrayan que los sistemas de evaluación de mayor relevancia a nivel internacional poseen “convergencias que deben identificarse en pos de argumentar los criterios propuestos en potenciales nuevas metodologías de evaluación ambiental” (2012: 1055). En coincidencia, Ali y Al Nsairat (2009) se valen del estudio de estas herramientas para definir la metodología a emplear en el desarrollo de un instrumento que dé respuesta a las condiciones locales.
Según lo expuesto por los autores citados, se concluye que el desarrollo de una herramienta de evaluación ambiental regionalizada responde a un mismo Marco Operativo, el cual se caracteriza por la sucesión de seis etapas relacionadas con:
Estructura de datos: selección de criterios a evaluar, los cuales surgen del análisis pormenorizado de los criterios empleados por herramientas de renombre internacional.
Variaciones regionales: los criterios seleccionados deben ser adaptados al contexto local.
Panel de expertos: el desarrollo de herramientas de evaluación requiere la conformación de un equipo interdisciplinario.
Encuestas: verificación, a partir de encuestas a distintos autores que intervienen en la construcción del hábitat, de la importancia relativa de los criterios adoptados para la construcción de la matriz de datos.
Ponderación: el Proceso Analítico Jerárquico (AHP, por sus siglas en inglés) es la metodología de toma de decisiones de mayor pertinencia para la determinación de los pesos de los distintos criterios evaluados por la herramienta.
Nuevo método de evaluación: Como resultado de los pasos antedichos, se obtiene una nueva herramienta de evaluación que da respuesta a las condiciones del lugar en que va a ser aplicado. En esta instancia el proceso debe revisarse a efectos de detectar posibles ajustes en la información.
A continuación, la Figura 2 expone gráficamente las etapas antes mencionadas.

Fuente: Elaboración de los autores con base en datos de Alyami y Rezgui (2012).
Figura 2: Etapas para el desarrollo de MEAs contextualizadas.
Conforme al marco operativo antes mencionado, Kim et al. (2005) desarrolla un software para la evaluación del desempeño de edificios residenciales en Corea. En líneas generales, esta MEA contextualizada estructura la información conforme a tres áreas fundamentales: ambiente, función y confort. El principal objetivo de este instrumento es el de constituir una herramienta para la toma de decisión que introduzca el concepto de “desempeño” como variable de análisis para la comparación entre inmuebles.
Análogamente, sobre la base de investigaciones científicas, conocimiento técnico y la participación y experiencia de múltiples actores del proceso constructivo, Ali y Al Nsairat (2009) diseña SABA, una MEA regionalizada a las condiciones ambientales, sociales y económicas de Jordania. La estructura de datos de esta metodología se conforma a partir de la consideración de siete categorías: eficiencia energética, eficiencia en el uso del agua, de materiales y de recursos, calidad del ambiente interior y economía. Estas categorías involucran 42 indicadores, los cuales se desagregan en 157 criterios. Al respecto, se destaca que las categorías, indicadores y criterios considerados en la valoración dependen de la importancia relativa que dicho conjunto posea en el contexto local.
BASES PARA LA CONTEXTUALIZACIÓN DE UNA MEA EN ARGENTINA.
Argentina cuenta con un completo y exigente marco regulatorio ambiental, tanto a nivel nacional como provincial, que es escasamente aplicado y respetado (Sistema de las Naciones Unidas en la Argentina, 2003). En tal contexto, los avances más importantes en lo cuanto a la sustentabilidad en el ámbito de la construcción han sido desarrollados por IRAM. Este organismo es el encargado de emitir cánones relativos a la aislación de los edificios, o bien, a las propiedades térmicas de los materiales, así como también la definición de principios, marcos y guías, a efectos de normar los enfoques metodológicos que pudieran surgir en términos de sustentabilidad en edificios y obras de ingeniería civil en general. Así, en primera instancia desarrolla la Serie 11600, en relación con el confort higrotérmico en la edificación; los contenidos de dicha normativa se sintetizan en la Tabla 2, en tanto se muestran gráficamente en la Figura 3. Asimismo, la Tabla 3 muestra otras normativas concernientes a eficiencia energética edilicia.
Tabla 2: Síntesis Serie 11600 IRAM.
Norma | Características generales |
IRAM 11601 (2002) | Acondicionamiento térmico de edificios. Métodos de cálculo. Propiedades térmicas de los componentes y elementos de construcción en régimen estacionario. |
IRAM 11603 (2012) | Establece la zonificación de la República Argentina de acuerdo con un criterio bioambiental, según el cual se indica las características climáticas de cada zona. Define las siguientes zonas: ZONA I: MUY CÁLIDA; ZONA II: CÁLIDA; ZONA III: TEMPLADA CÁLIDA; ZONA IV: TEMPLADA FRÍA; ZONA V: FRÍA; ZONA VI: MUY FRÍA. |
IRAM 11604 (2001) | Aislamiento térmico de edificios. Verificación de sus condiciones higrotérmicas. Ahorro de energía en calefacción. Coeficiente volumétrico G de pérdida de calor. Cálculo y valores límites. |
IRAM 11605 (1996) | Acondicionamiento térmico de edificios. Condiciones de habitabilidad en edificios. Valores máximos de transmitancia térmica en cerramientos opacos. |
IRAM 11625 (2000) | Establecer las condiciones y procedimientos para la verificación del riesgo de condensación de vapor de agua superficial e intersticial en los paños centrales de los muros exteriores, pisos y techos de edificios en general. |
IRAM 11630 (2000) | Aislamiento térmico de edificios. Verificación de sus condiciones higrotérmicas. Verificación del riesgo de condensación de vapor de agua superficial e intersticial en los puntos singulares de muros exteriores, pisos y techos de edificios en general. |
IRAM 11659-1 (2004) | Establece el vocabulario, definiciones, tablas y datos para determinar la carga térmica de refrigeración, utilizada en los métodos de cálculo para el ahorro de energía en refrigeración. |
IRAM 11659-2 (2007) | Establece los valores admisibles de GR (W/m3) para edificios tipo bloque. |
Fuente: Elaboración de los autores con base en datos de IRAM.

Fuente: Elaboración de los autores con base en datos de IRAM.
Figura 3: Representación gráfica normativa IRAM.
Tabla 3 : Otras normativas IRAM en relación con la eficiencia energética.
Norma | Características generales |
IRAM 11523 (2001) | Carpintería de obra. Método de determinación de la infiltración de aire a través de cerramientos exteriores. |
IRAM 11549 (2002) | Establecer las definiciones de las magnitudes físicas y sus correspondientes símbolos y unidades, y de otros términos utilizados en el aislamiento térmico de edificios. |
IRAM 11900 (2010) | Etiqueta de eficiencia energética de calefacción para edificios. Clasificación según la transmitancia térmica de la envolvente. |
IRAM 21929-2 (en estudio) | Construcción sostenible. Indicadores de sostenibilidad. Parte 2: Marco para el desarrollo de indicadores para obras de ingeniería civil. |
Otras | IRAM 11507-1. Carpintería de obra. Ventanas exteriores. Requisitos básicos y clasificación. IRAM 11507-4. Carpintería de obra. Ventanas exteriores. Requisitos complementarios. Aislación térmica. |
Fuente: Elaboración de los autores con base en datos de IRAM.
En lo que se refiere a la sustentabilidad en la construcción, se observa que las normas IRAM 11930/10; 21931-1/12; 21929-1/14 y 11931/16, al definir principios y marcos para el desarrollo de indicadores de sustentabilidad edilicia, constituyen la base para la contextualización de aquellas MEAs susceptibles de ser regionalizadas. En base a ello, en la Tabla 4 se individualizan los alcances de dichas normativas.
RESULTADOS.
Del análisis precedente se desprende que, entre los principios de la sustentabilidad expuestos en la IRAM 11930/10, los objetivos establecidos en la IRAM 11931/16 y los aspectos determinados por la IRAM 21929-1/14, existe un alto grado de incidencia mutua, lo cual se traduce en la consideración conjunta de aspectos ambientales, sociales y económicos. De manera que definir la estructura jerárquica de datos de una matriz contextualizada conforme a dichas normativas constituye una mirada integral de la sustentabilidad.
Las normas citadas apuntan tanto al edificio como a las obras de ingeniería en general, con enfoques orientados tanto al producto como al proceso. En relación con el alcance con que son analizadas dichas obras, se observa que la normativa comprende el entorno inmediato a la construcción.
En líneas generales, abordan todas las etapas del proceso, al tiempo que involucran la participación tanto del cliente como del proyectista, el contratista y el operador. En cuanto al ciclo de vida, las normas analizadas hacen hincapié en las etapas de construcción y uso (IRAM 21931-1/12). Es decir que IRAM apunta su accionar a la causa y no al efecto. Por tanto, aborda aspectos e impactos ambientales globales y locales.
Adicionalmente, la IRAM 21929-1/14, establece claramente qué aspectos corresponden a cada área de protección. En ese sentido, se destaca que cada aspecto tiene influencia primaria sobre una y solo una de las áreas de protección. Por consiguiente, de dicha norma puede extraerse el esqueleto principal de una matriz de datos contextualizada. Por otro lado, a partir de los objetivos de la IRAM 11931/16 pueden explicarse todas las áreas de protección de la IRAM 21929-1/14, lo que hace factible el uso de la misma para la determinación de los criterios y medidas correspondientes a cada indicador fundamental, con lo cual se completa la estructura jerárquica de datos de una matriz contextualizada.
Cabe subrayar que la normativa IRAM, si bien representa un importante avance en materia de sustentabilidad en la construcción no constituye una MEA contextualizada a la situación regional de las zonas áridas de Argentina, dado que no proporciona la estructura jerárquica de datos ni establece el sistema de ponderación propio de una metodología de ese tipo. Sin embargo, una mirada integral de dicha normativa favorece el desarrollo de un sistema de indicadores que faciliten, a futuro, la determinación de una matriz de datos contextualizada que sirva de base para la concreción de una MEA regionalizada para zonas áridas de Argentina.
En esta dirección y de acuerdo con el estudio de las MEAs internacionales realizado en esta investigación, se sostiene que la metodología VERDE presenta una serie de particularidades, tales como su claridad metodológica, la capacidad de guiar, o bien, la posibilidad de ser contextualizada que hacen que la misma sobresalga del resto de las MEAs estudiadas. En este contexto, se selecciona, por estar orientada específicamente a la evaluación de la vivienda, la herramienta VERDE NE UNIFAMILIAR V1.G para ser regionalizada a la situación físico-ambiental, económica y social de Argentina en general y, en particular, de la VSZA.
Para tales efectos, la construcción de matriz de datos contextualizada involucra (Figura 4a):

Fuente: Elaboración de los autores.
Figura 4a: Lámparas: Marcos legal y operativo de la matriz de datos contextualizada.
- La metodología VERDE NE UNIFAMILIAR V1.G3, a fin de acotar el campo del conocimiento.
- La normativa IRAM analizada, con el objetivo de contextualizar el método de referencia.
- Lo establecido por la Subsecretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación (SSDUV), en lo que respecta a estándares mínimos de calidad (2006) para regionalizar el análisis en relación con la VS unifamiliar urbana.
De esta forma, la estructura jerárquica de datos de la matriz surge como resultado de la determinación de variables, criterios e indicadores simples, comparables internacionalmente y formulados en respuesta a las particularidades inherentes a climas áridos (Figura 4b). Por último, la Tabla 5 expone el alto porcentaje de contextualización a obtener como resultado de correlacionar las categorías de la metodología VERDE NE UNIFAMILIAR V1.G y la normativa IRAM puntualizada en el presente artículo.

Fuente: Elaboración de los autores.
Figura 4b: Marco para la contextualización de VERDE NE UNIFAMILIAR V1.G.
Tabla 5: Contextualización de la metodología base.
Visión VERDE | Visión IRAM - SSDUV | |||||||||
Categorías | Áreas de Protección | % de contextualización | Observaciones | |||||||
N° de criterios | Recursos naturales | Capital económico | Salud y bienestar | Equidad social | Patrimonio cultural | Prosperidad económica | Ecosistema | |||
Parcela y emplazamiento | 4 | 2 | 2 | 100 | ||||||
Recursos naturales | 9 | 8 | 89 | Eco-etiquetado | ||||||
Energía y atmósfera | 5 | 3 | 1 | 80 | Energía no renovable en el transporte | |||||
Calidad del ambiente interior | 4 | 4 | 100 | |||||||
Aspectos sociales y económicos | 1 | 1 | 100 | |||||||
% de representatividad | 100 | 56.52 | 0.00 | 21.74 | 8.70 | 0.00 | 0.00 | 4.35 | --- | --- |
Total de criterios | 23 | 21 | 91.30 | --- | ||||||
Innovación | NO INCLUIDO EN EL ANÁLISIS |
Fuente: Elaboración de los autores.
CONCLUSIÓN
A partir de la caracterización y diagnóstico de los distintos sistemas de evaluación ambiental existentes, se identifican las características, estructura de datos y tendencias preponderantes de los mismos. Adicionalmente, el estudio permite pormenorizar cuatro de ellos (BREEAM, LEED, CASBEE y VERDE), los cuales se destacan por su metodología y trayectoria, como así también por abordar en específico la tipología vivienda.
Asimismo, se detectan las variables de análisis que determinan el carácter de la información contenida en estas herramientas, como también sus principales críticas, las que se relacionan directamente con la búsqueda de un mayor grado de estandarización, usabilidad y simpleza que facilite la contextualización al tiempo que disminuya la relatividad de sus sistemas de ponderación. Desde este punto de vista, evolucionar del paradigma del rendimiento al de la arquitectura integrada, supone que los mismos se desarrollen conforme a una mirada holística de la sustentabilidad.
Por ello, la búsqueda de una metodología de evaluación ambiental edilicia que sea contextualizable al caso de la VSZA debe aprehender integralmente el concepto de sustentabilidad, de modo que el énfasis esté puesto tanto en la dimensión ambiental de la arquitectura como en la social y económica. Esto resulta de primordial importancia para el caso de sistemas de evaluación cuyo límite espacial se corresponde con el de países en vías de desarrollo, dado que la realidad ambiental, social y económica de los mismos difiere de la de los países del primer mundo.
En este marco, pensar en el mejoramiento de esta la VSZA, desde una perspectiva centrada en la sustentabilidad, involucra entender que el usuario y su comportamiento influyen en el mayor o menor consumo energético de la misma; así como, que las características proyectuales y constructivas son determinantes de su confort higrotérmico.
Sobre la base de lo antedicho, se concluye que la herramienta de evaluación ambiental VERDE, desarrollada en el marco del GBCe, posee características que permiten su regionalización a la situación ambiental, social y económica de la VS unifamiliar urbana de zonas áridas en Argentina. En consecuencia, su aplicación para el desarrollo de una matriz de datos contextualizada, que permita la construcción de indicadores compuestos de calidad orientados al mejoramiento integrado de dichas viviendas, resulta altamente viable. En efecto, el uso de la metodología VERDE permite obtener resultados comparables a nivel internacional que surgen en respuesta al cumplimiento normativo local. Así, de la correlación entre VERDE NE UNIFAMILIAR V1.G y la normativa IRAM relativa a la sustentabilidad en la edificación, el confort higrotérmico y la calidad edilicia, surgirá, en definitiva, la matriz de datos contextualizada a las particularidades de la VS en ambientes áridos, antes mencionada.
FUTURAS INVESTIGACIONES
Los resultados alcanzados requieren ampliar la investigación con miras a incluir, en lo sucesivo, el análisis de sistemas de calificación edilicia desarrollados en Latinoamérica, tales como la Calificación Energética de Viviendas (CEV) y Certificación Edificio Sustentable (CES).