INTRODUCCIÓN:
El tratamiento de grandes tumores mandibulares u otras patologías agresivas puede llevar a la resección en bloque, implicando la interrupción de inserciones musculares y la pérdida de inervación tanto sensitiva como motora, generando finalmente un impacto funcional en la masticación, deglución y fonoarticulación. Situación que pone de manifiesto la necesidad de realizar la reconstrucción mandibular.
Entre las alternativas existentes para la reconstrucción de la mandíbula están los injertos libres microvascularizados y no vascularizados, el más utilizado dentro de la última categoría es el de cresta ilíaca1,2. El tratamiento señalado se puede realizar de manera inmediata o diferida, teniendo en cuenta tanto las condiciones locales como la exposición a la cavidad oral, además de existir un riesgo significativamente mayor de complicaciones infecciosas posterior a la reconstrucción1, peligrando como consecuencia el injerto y con ello todo el procedimiento reconstructivo.
El polimetilmetacrilato o acrílico es ampliamente utilizado en odontología, al ser un material no degradable, biocompatible y fácilmente moldeable. Dentro de la gama de usos que se le ha dado, destaca su utilización en cirugía reconstructiva del territorio cráneofacial- en especial para la corrección de defectos en los tercios medio y superior del rostro, con buenos resultados estéticos y funcionales- además de ventajas desde el punto de vista quirúrgico3-6. Sin embargo, en reconstrucciones mandibulares son escasos los reportes de la aplicación de este material, salvo como mantenedor de espacio en la zona articular luego de cirugías correctoras de anquilosis temporomandibular7.
El propósito de este artículo es dar a conocer el uso del acrílico en situaciones de reconstrucción de defectos mandibulares como mantenedor de espacio, morfología y función de los tejidos blandos perimandibulares.
CASO CLÍNICO
En julio de 2014 se presenta en el Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital Clínico San Borja Arriarán una paciente de sexo femenino, 46 años, con un aumento de volumen mandibular derecho comunicado a boca a través de una perforación de la mucosa generada hace tres años al momento de la extracción del tercer molar (Figura 1 y 2). Al examen imagenológico (Radiografía y Tomografía) presenta una gran zona radiolúcida que compromete cuerpo y rama mandibular (Figura 3).
La biopsia reveló ameloblastoma sólido mandibular, un tumor odontogénico benigno ubicado en la mayoría de los casos en la mandíbula8. El tratamiento corresponde a la resección de los segmentos óseos comprometidos con margen de seguridad, dada su alta tasa de recidiva9,10.
En el caso descrito se indicó la resección en bloque de la lesión con márgenes de seguridad mediante un acceso quirúrgico extraoral. Para la planificación se utilizó un modelo estereolitográfico, el cual sirvió para la adaptación de una placa de reconstrucción y para la confección de un bloque de acrílico con la forma del segmento mandibular a resecar. Éste fue fabricado mediante la toma de impresión con alginato en la estereolitografía, realizándose posteriormente un vaciado con cera rosada para obtener como resultado final el bloque acrílico de termocurado, el cual incluyó en su mezcla gentamicina al 1%.
Durante el intraoperatorio el bloque es fijado a la placa de reconstrucción utilizando tornillos de osteosíntesis (Figura 4), con el fin de dar sostén a los tejidos blandos, conservando un contorno anatómico adecuado y manteniendo el espacio para la colocación posterior del injerto óseo.
Ocho meses más tarde se retiró el bloque acrílico para realizar el injerto con cresta ilíaca, sirviendo este mismo para la toma del injerto y la consecución de la forma adecuada del mismo (Figura 5).
Actualmente, luego de 12 meses desde la primera cirugía (figuras 6 y 7), la paciente se encuentra en buenas condiciones, sin haber presentado complicaciones durante el tiempo de permanencia del bloque acrílico, con una morfología y dinámica mandibular conservadas, tanto durante el uso del mismo como con posterioridad a éste, en espera de la última intervención en la cual se planifica el retiro de la placa de reconstrucción una vez alcanzada una adecuada integración del injerto al hueso mandibular.
DISCUSIÓN
El ameloblastoma posee 4 tipos histológicos: i) sólido/multiquístico; ii) extraóseo/periférico; iii) desmoplástico y iv) uniquístico. El ameloblastoma sólido/multiquístico y uniquístico de subtipo folicular representan las variedades más agresivas clínicamente, recomendándose la resección y reconstrucción11.
La reconstrucción de defectos mandibulares post-cirugía resectiva es uno de los mayores retos de la cirugía maxilofacial. Son factores relevantes en la toma de decisiones la condición arquitectural mandibular y su constante sometimiento a fuerzas musculares que generan la dinámica mandibular y funciones como la deglución, masticación y fonoarticulación, además de la relevancia estética que reviste para el paciente.
Aunque actualmente la reconstrucción mandibular inmediata es la tendencia mundial, ésta fue materia controversial durante largo tiempo. Las técnicas de reconstrucción mandibular han variado enormemente desde su inicio en 1946.
Dentro de la diversidad de opciones disponibles actualmente podemos encontrar injertos miocutáneos; mio-osteo-cutáneos; óseos microvascularizados; óseos no vascularizados; placas de reconstrucción de titanio y materiales aloplásticos. Aun así, ningún método satisface todas las variables a las que está afecta una reconstrucción mandibular, siendo importante mencionar que no realizar reconstrucción alguna, es también una alternativa.
En la actualidad los injertos óseos libres microvascularizados y no vascularizados representan las alternativas de tratamiento más utilizadas, permitiendo una satisfactoria rehabilitación posterior, aunque-como todas las técnicas poseen indicaciones acotadas12.
No obstante, en la literatura internacional se describe muchas veces el uso de colgajos microvascularizados, en el contexto nacional esta alternativa representa varias limitaciones, dentro de ellas un alto costo, la coordinación de más de un equipo quirúrgico, una alta morbilidad del sitio dador y, aun así, su utilización no asegura el éxito de la reconstrucción. Por otra parte, el injerto óseo no vascularizado es de menor costo, morbilidad y posee la ventaja de tener un éxito similar sin comprometer profundamente al sitio dador, aunque sus indicaciones son más acotadas12.
En esta nota técnica se expone un procedimiento sencillo que permite la reconstrucción inmediata, usando un material de bajo costo y de probada utilidad en reconstrucción, biocompatible y de baja toxicidad, ofreciendo un método sencillo y ventajoso para el paciente, teniendo presente además que conserva el contorno en virtud del rol de soporte que entrega a los tejidos blandos alrededor de la zona afectada, manteniendo una apariencia normal y permitiendo al paciente preservar la función mandibular a pesar de haber interrumpido su integridad estructural, mejorando el pronóstico de la reconstrucción definitiva.
Este material en reconstrucción craneal y de tercio medio, es utilizado como una alternativa terapéutica definitiva a los injertos óseos, en general de origen autólogo, considerados como el gold estándar3. En cambio, en el procedimiento propuesto, posterior a la resección del tejido mandibular afectado con el margen de seguridad adecuado y luego de instalada la placa de reconstrucción, el bloque de acrílico es utilizado en forma transitoria, con el fin de evitar el colapso de los tejidos blandos alrededor de la placa.
En el contexto de la reconstrucción mandibular, no es de conocimiento de los autores, el uso de bloques acrílicos como elemento de reconstrucción reportado en la literatura, por lo que la técnica aquí descrita representa una aplicación novedosa de una técnica conocida y probada en otros contextos. Mantener la forma y con ello mejorar el confort del paciente desde la autopercepción, interacción social y recuperar la apariencia estética normal en casos de lesiones que alteren los contornos faciales, son objetivos deseables y alcanzables con este método.
Otras alternativas cercanas a las descritas en la literatura corresponden a implantes customizados, dentro de los cuales su composición y manejo es variable, viéndose también sujetos a una tasa de complicaciones significativa e implicando un mayor costo económico que debe sortear el paciente13.
Es importante mencionar que en este caso se optó por la realización del procedimiento descrito atendida la interrupción de continuidad que presentaba la mucosa oral por el lapso de 3 años en el sitio, poniendo con esto en riesgo la viabilidad de un injerto inmediato, ejecutándose un paso intermedio con el fin de reducir esta probabilidad. Así, finalmente es posible realizar una cirugía reconstructiva con injertos óseos que permita la formación de nuevo hueso que devuelva la continuidad a la arquitectura mandibular, sirviendo el mismo bloque de acrílico como una guía para la toma y modelamiento del injerto, ayudando de esa forma a reducir la morbilidad del sitio dador, al no tener que extraer más tejido del necesario.
Una posible desventaja a considerar en la aplicación del procedimiento puede ser la necesidad de la obtención de modelos estereolitográficos para la óptima ejecución de éste, mas hoy en día estos no implican per se un difícil acceso ni costos muy elevados.
Finalmente, el procedimiento propuesto constituye una forma segura, sencilla y de relativo bajo costo para apoyar el proceso de reconstrucción de defectos mandibulares causados por cirugías resectivas como tratamiento de patologías óseas agresivas locales