Revista 180 cumple 25 años. Es razón suficiente para una reflexión o un balance acerca de nuestro papel como servidores del mundo académico y científico. En efecto, la revista se fundó en la convicción de que la tarea de dar a conocer el producto de sus investigaciones y reflexiones, para compartirlo entre pares y para difundir el conocimiento producido, era una necesidad imperiosa para su divulgación. Así transcurrieron 25 años y 47 números, los cuales permitieron acumular experiencia, ampliar su universo de lectores, lograr su indexación y alcanzar un buen estándar de calidad. Afortunadamente existen en Chile al menos 15 publicaciones dedicadas a los campos disciplinares de la arquitectura, el diseño, el arte y los estudios de la ciudad y el territorio desde la dimensión creativa, que en los momentos actuales se entrecruzan y transversalizan, creando nuevos saberes y campos. Estas complejas, pero enriquecedoras relaciones, nos sitúan en una condición contemporánea que abandona linealidades discursivas, atrincheramientos disciplinares y el aislamiento endógeno del conocimiento especializado, porque este conocimiento busca su conexión con el mundo.
Entre las celebraciones, trataremos de intercambiar ideas entre editores de las revistas del campo antes mencionado, precisamente para aclararnos los alcances del conocimiento especializado y su necesaria vinculación con el mundo. De esto, ha sido permanente preocupación la transferencia del conocimiento hacia las nuevas generaciones; las restricciones económicas que dificultan nuestro desempeño; nuestra pertenencia a las instituciones académicas y su grado de autonomía; las exigencias normadas para la presentación de artículos; la paradoja de los pares revisores -peer review- ciegos, quienes, cuanto más experimentados y autorizados, menos disposición para la tarea, y cuanto menos experimentados y más jóvenes, más entusiastas colaboradores. En fin, asuntos de nuestro oficio de editores, pero que a los autores interesa debido a que nuestro propósito es contribuir con la difusión de su quehacer.
Así, este número 47 sirve para anunciar su aniversario, sin que su índice acuse el acontecimiento ni lo celebre, porque la revista continúa imperturbable recibiendo y editando la producción científica e intelectual, sin solución de continuidad. Tampoco hacemos un alto, por el contrario, celebramos sobre la marcha… e cosí discorriendo.