1.- PALABRAS PRELIMINARES
El presente trabajo tiene por objeto destacar aspectos relevantes de la vida y obra del abogado David Stitchkin Branover, profesor de Derecho Civil y quien llegara a ser Rector de la Universidad de Concepción.
Al respecto, comienzo haciendo un par de prevenciones.
En primer lugar, que el jurista a quien me referiré es originario de Santiago y no de Concepción, ciudad esta última donde pasó menos del veinte por ciento de su vida. Pese a ello, se consideraba un “penquista por adopción”1 y en este territorio se le reconoce como una figura gravitante en su historia.2
Además, tampoco es sólo un gran civilista, sino además un visionario universitario, un humanista.
La suma de estas características, en un solo personaje, motivan esta exposición, aunque, atendido el contexto y mis conocimientos, ella estará centrada en su faceta de civilista, y refiriéndome sólo a lo más grueso e imprescindible de sus otros aportes e intereses.
2.- SU FORMACIÓN DE ABOGADO EN LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE
David Stitchkin Branover nació en Santiago el 23 de octubre de 1911 siendo hijo único de padres llegados desde Rusia. Su padre falleció tempranamente.
En dicha ciudad completó su educación primaria y secundaria, estableciéndose luego en España junto a su madre y su padrastro (un músico español que vivía en Chile), permaneciendo cuatro años en Sevilla, donde tuvo que desempeñar diversos oficios atendidas las dificultades económicas que encontraron.
Fallecido su padrastro regresan a Chile con su madre, ingresando a estudiar Derecho en la Universidad de Chile en 1932, etapa que asume con especial empeño y dedicación, consciente del sacrificio que ello implicaba a su madre viuda, y con la madurez que le había dado su experiencia europea.
Cabe destacar que en aquel tiempo, y por un programa experimental, los estudios de Derecho tenían una duración de cuatro años, según él recuerda.3 Ello en todo caso no fue obstáculo -tal vez no lo sea aún hoy- para que se hayan formado en su generación personajes importantes a quienes recordaba con respeto y aprecio, como Víctor Santa Cruz (con quien tuvo una gran amistad y llegaría a ser profesor de Derecho Civil) y José Miguel Seguel (luego Rector elegido en la Universidad Técnica del Estado). De esta etapa recuerda con afecto a sus profesores de Derecho Civil Enrique Rossel Saavedra y Pedro Lira Urquieta,4 al Decano Arturo Alessandri Rodríguez, así como al abogado Gonzalo Barriga Errázuriz, en cuyo estudio trabajó durante su época de estudiante.5
David Stitchkin fue el mejor alumno de esa generación, recibiendo los Premios Gormaz y Universidad de Chile. Su sobresaliente Memoria de Prueba sobre “La representación en los actos jurídicos” fue publicada en 1936, con elogiosos informes de Pedro Lira Urquieta y Luis Barriga Errázuriz.6 Se titula de abogado en 1937.
Paralelamente a sus estudios, surge su relación con Fanny Litvak con quien contraerá matrimonio en 1938, naciendo luego sus cuatro hijos: Sergio, Eliana, Lilian y Claudio.
Por otra parte, ingresará a la Masonería y al Partido Radical.
3.- SU ACTIVIDAD EN LA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN: 1938 A 1946
Poco tiempo después de titulado de abogado, el azaroso destino lo traerá por primera vez a radicarse al Bio Bío.
Al efecto, una dificultad académica que enfrentaba la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Concepción fue la causa de aquello, y su persona, la elegida para superarla.
En este punto debemos recordar que en 1865 una inquietud presentada en el seno de la Municipalidad de Concepción, respaldada luego por la Intendencia de la zona, motivó la creación por el Estado del “Curso de Leyes del Liceo de Concepción”, el cual, tras suprimirse su financiamiento estatal (a fines de 1928), pasó a incorporarse (en 1929), con todos sus cursos, a la naciente Universidad de Concepción, decidida iniciativa ciudadana que bajo la forma de una corporación de derecho privado había sido creada por la Comunidad de Concepción en 1919. Dicha incorporación dio lugar a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de esta Universidad, aunque bajo la tuición académica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile (como ocurrió hasta 1953 con los establecimientos que impartían tal disciplina en instituciones diversas a la universidad de Bello).7
En tal contexto, a mediados de la década del 30’ se habían creado la Cátedra de Derecho Civil comparado y profundizado y el Seminario de Derecho Privado. Sin embargo, los resultados obtenidos no fueron los esperados, en especial en un trabajo de investigación que debía efectuarse en cuarto año. Ello motivó al Decano penquista, Alberto Coddou Ortíz, a pedirle a su par de la Universidad de Chile, Arturo Alessandri Rodríguez, que le recomendara un profesor para reforzar esas áreas y superar las dificultades.8
Fue así como en 1938 llega a Concepción David Stitchkin, haciéndose cargo de la cátedra referida y como Director del Seminario de Derecho Privado.
Las condiciones económicas le permitieron dedicarse tiempo completo a la Universidad (siendo tal vez el primer profesor de Derecho jornada completa en Chile).9 Tal desafío implicaba para él - como declaró - una responsabilidad “abrumadora” y a la vez “doble”: por una parte “frente a la Escuela de la que egresaba y al Decano que había indicado mi nombre” y por otra “frente a la Universidad que me acogía en su seno”.10
Serán nueve intensos años en que hará un gran aporte a una Facultad ya heredera, en aquél entonces, de más de setenta años de historia, y en cuyas aulas habían pasado personajes importantes como José Miguel Varela, Juvenal Hernández, Ruperto Bahamonde y Juan Antonio Ríos, por mencionar algunos.
David Stitchkin dará un especial impulso a la investigación jurídica. Y ello desde distintas facetas.
Desde ya como profesor motivó a los estudiantes a sortear con éxito la asignatura mencionada, así como la elaboración de sobresalientes Memorias de Prueba en Derecho Civil, pudiendo mencionarse, entre éstas: Germán Martínez Bustos, Ensayo de una teoría general sobre la renuncia de los derechos: legislación, doctrina y jurisprudencia (1940); Héctor Brain Rioja, La interpretación de los contratos ante la doctrina y jurisprudencia (1941); Bernardo Gesche Müller, El plazo en materia de obligaciones (1941); Héctor Salas Neumann, La estipulación por otro (1941); Hugo Tapia Arqueros,De las obligaciones naturales (1941); Héctor Méndez Eyssautier, Reglas comunes a toda prescripción (1944); Sergio Galaz Ulloa, El contrato de transacción (1944); Luis Egidio Contreras, De la prescripción extintiva civil (1945) y Efraín Vío Vásquez, Las obligaciones condicionales. Doctrina, jurisprudencia y legislación comparada (1945). Mención especial merece la Memoria de Prueba de Orlando Tapia Suárez, De la responsabilidad civil en general y de la responsabilidad delictual entre los contratantes, la cual, publicada originalmente en 1941, mereció ser reimpresa el 2006 por la Editorial LexisNexis por su vigencia y actualidad, en una iniciativa que tuve el honor de coordinar bajo la atenta revisión de su autor.
El profesor Stitchkin logró estos resultados con dedicación encomiable: sugería temas, encargaba la adquisición de la bibliografía faltante, corregía borradores, y su atención no cesaba hasta la publicación final de estos trabajos.11
Pero su legado a la investigación jurídica no sólo se limitó a eso, toda vez que personalmente dio el ejemplo, escribiendo en esta etapa quince artículos en la Revista de Derecho de la Universidad de Concepción.12
Destaco desde ya el primero de ellos (publicado en 1938), titulado “Modernas tendencias del derecho”, en el cual de manera señera en nuestro medio evidencia el tránsito que se estaba experimentando desde una noción individualista del derecho a una socialización, explicitando diversas proyecciones del fenómeno en instituciones tales como: contratos, imprevisión, abuso del derecho, función social de la propiedad y responsabilidad objetiva, entre otras.13
Y, en lo que constituirá una verdadera saga, trece de aquéllos trabajos van a abordar diversos aspectos del mandato civil, investigación que declaró fue preparada en vistas del concurso a Profesor Extraordinario de la Universidad de Chile que rindió mientras era profesor en Concepción.14
Por otra parte, en 1938 publicará un artículo en la Revista de Derecho y Jurisprudencia referido a la naturaleza de la representación en los actos jurídicos.15
Cabe hacer presente que desde 1941 asumió la dirección de la Revista de Derecho de la Universidad de Concepción,16 la cual había sido creada en 1933.17 Y, pasado algunos años, pide dispensas para dedicar parte de su tiempo a ejercer de abogado,18 en especial asesorando a la Caja de Empleados Públicos y Periodistas.
Pero los intereses de David Stitchkin no se circunscribían sólo a lo jurídico.
En su primera estadía en Concepción se dio tiempo para fundar y ser el primer director de la compañía universitaria de teatro, la cual, con el montaje de “La zapatera prodigiosa” de Federico García Lorca en 1945, marca el origen del Teatro de la Universidad de Concepción (conocido como TUC) el cual en sus 28 años de existencia tendrá gran relevancia en la historia teatral chilena, hasta que fue disuelto en 1973.19
A fines de 1946 regresa a Santiago.
4.- SU REGRESO A SANTIAGO: 1947 A 1956
David Stitchkin se instala en la capital abocándose a una activa labor universitaria y de abogado, en lo que parecía ser una decisión definitiva.
En lo universitario, impartía lecciones en la Universidad de Chile, accediendo a la categoría de Profesor Ordinario de Derecho Civil en 1948.20 Ese mismo año publicó el libro “Derecho Civil”, en el cual, en dos volúmenes, aborda muy clara y didácticamente el derecho de las obligaciones.21
Dos años más tarde publicó su profundo y acabado libro “El Mandato Civil”,22 el cual constituye hasta hoy un clásico de nuestra literatura jurídica.
También comentará una sentencia en el debatido problema de la tradición del derecho real de herencia.23
Paralelamente ejerció activamente la abogacía en la Fiscalía de la Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas, en diversos organismos públicos, y formando además un estudio jurídico con Gabriel González Videla. En lo gremial integró el Consejo General del Colegio de Abogados de Chile.
Inclusive en su hoja de vida funcionaria en la Universidad de Chile se consigna que en 1948 fue profesor de Interpretación en su Teatro Experimental.24
Todo ello hasta que, por una nueva circunstancia imprevista, regresará al Bio Bío a fines de abril de 1956, esta vez para asumir como Rector de la Universidad de Concepción.
5.- SUS DOS PERIODOS DE RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN: 1956 A 1962 Y 196825
Un doble empate entre los dos candidatos a suceder al Rector fundador de la Universidad de Concepción, don Enrique Molina Garmendia, lo hacen emerger como hombre de consenso para sus respectivos grupos de adherentes.26
El buen recuerdo que había dejado en sus nueve años como profesor en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales estuvo en la base del apoyo transversal que llevó al Claustro Pleno a elegirlo como Rector de la Universidad de Concepción con una muy amplia mayoría.27
El 30 de abril de 1956 llega a Concepción para ejercer por seis años como Rector, en los cuales se manifestará su adelantada visión universitaria y humanista.
Al efecto, impulsará una muy profunda y pionera reforma académica a la Universidad.
Para emprender dicha tarea tuvo en cuenta ciertos factores que, a su entender, la hacían posible: se trataba de una universidad ya asentada y en buena medida financiada (principalmente a través de la Lotería de Concepción), emplazada en un “Campus a escala humana” (“de hombres que caminan a pie”, subrayaba), con presencia de un buen número de profesores jornadas completas, y con estudiantes que hacían una intensa vida universitaria al provenir muy mayoritariamente de fuera de la ciudad.28
Se hace además asesorar para ello por expertos de la unesco y consigue el apoyo económico de importantes fundaciones internacionales y de la Organización de las Naciones Unidas. De este modo, potenciará las jornadas completas docentes, la creación de Institutos Centrales en Biología, Física, Química y Matemáticas, restructurará planes y programas de carreras existentes y creará otras, fomentará la investigación, la creación de Departamentos, y todo ello con un fuerte compromiso con la cultura y la comunidad.29
Dentro de su legado podemos destacar también la construcción del Foro del Campus Universitario (que se transformará en un punto de encuentro de la ciudad con la Universidad), la creación de la Radio Universidad de Concepción, el fortalecimiento y profesionalización del Teatro de la Universidad de Concepción (TUC),30 de la Orquesta Sinfónica y del Coro Universitario, el fortalecimiento de la Casa del Arte y de su Pinacoteca; y del Club de Jazz (al cual compró instrumentos y apoyó la realización de pioneros encuentros internacionales del género).31 Mención aparte merecen los talleres y encuentros nacionales e internacionales de escritores y las Escuelas de Temporada, las que durante su gestión lograron convocar, con el motor y visión de Gonzalo Rojas, a un sorprendente número de personalidades en el campo de las humanidades, las artes y las ciencias.32
Por otra parte, durante su gestión se contrata a artistas de diversas disciplinas a estancias creativas, y sin que para ello haya sido un obstáculo su eventual falta de formación universitaria. Un notable ejemplo al respecto, es el caso de Violeta Parra (gran artista popular, pero con humanidades inconclusas), a quien la Universidad financió un periodo en Concepción con el propósito de formar un Museo de Música Popular y hacer una recopilación folklórica en la zona. Con esa tranquilidad económica inusual en su vida, la artista pudo dedicarse a recorrer las entrañas del Biobío, Ñuble e incluso de parte de la Araucanía, dejando registros valiosos para nuestra historia cultural, los que seguramente de otro modo se habrían olvidado por el paso del tiempo. Durante este periodo Violeta Parra realizó además talleres y presentaciones, aunque la idea del museo no se cumplió totalmente.33
En lo jurídico, y aun con esta intensa actividad como Rector, David Stitchkin logró publicar algunos ensayos. Así ocurrió con su lección inaugural de las Terceras Escuelas de Verano realizadas en 1957, donde analizó “Los valores permanentes del Derecho”.34 Por su parte, con ocasión de su incorporación en 1961 como miembro académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Concepción, luego de la intervención del Decano35 y de él como homenajeado,36 pronunció una conferencia sobre “Los bienes extrapatrimoniales” cuya versión escrita fue publicada en la Revista de Derecho de esta institución,37 constituyendo un trabajo señero al reclamar que el concepto de personalidad ampare no sólo intereses pecuniarios o patrimoniales sino también a aquéllos de contenido moral o intelectual, o no patrimonial.38 Por su parte ese mismo año Raúl Álvarez Cruz publica en Santiago una versión de sus clases de derecho sucesorio.39
Tras finalizar un periodo de rectorado lleno de logros, David Stitchkin decide no repostular al cargo y regresa a Santiago en 1962, donde retomará el ejercicio profesional (asociado con Gabriel González Videla y Luis Ribalta Puig), así como la docencia universitaria en la Universidad de Chile.
De este periodo destaco especialmente dos trabajos de 1966: uno sobre “El abogado en la Universidad” publicado en la Revista de Derecho y Jurisprudencia, donde reflexiona sobre las funciones de los abogados, la misión de la Universidad y sus interacciones40; y otro sobre “Los contenidos esenciales del derecho de propiedad”, publicado en la revista “El Campesino” de la Sociedad Nacional de Agricultura, en el cual, comentando el Proyecto de Reforma Constitucional que se tramitaba en aquel entonces (que se traducirá en la publicación de la Ley 16.615 de 20 de enero de 1967), hace un muy claro y agudo análisis de un tema cuya actualidad persiste.41
Pero en marzo de 1968 retornará, una vez más, a Concepción, al ser electo nuevamente como Rector por muy amplia mayoría.
Sin embargo, asumirá ahora una Universidad muy distinta, en un contexto ideologizado, de guerra fría y en que, en especial su estudiantado, con la influencia gravitante del MUI (Movimiento Universitario de Izquierda, cercano al MIR, Movimiento de Izquierda Revolucionario) y de otras fuerzas políticas, buscaba avanzar rápidamente a una drástica reforma universitaria en aspectos tales como democracia interna, acceso a la Universidad y rol de ésta en el ámbito político nacional (en sintonía con movimientos semejantes en otros planteles de Chile y el extranjero).
Ante este escenario, David Stitchkin logra aprobar en un breve lapso una reforma profunda a los estatutos universitarios, modificando estructuralmente su orgánica y democracia interna. Concluido ello convoca a elección de Rector, en la que, bajo nuevas reglas, votaban ponderadamente tres estamentos universitarios: académicos, funcionarios no académicos y estudiantes.
Sin embargo, y pese a la insistencia de diversos sectores, declina repostularse y regresa ahora definitivamente a asentarse en Santiago en diciembre de ese año.
¿Por qué no repostuló? En su oportunidad señaló que “circunstancias familiares me impiden servir en la Universidad por un nuevo periodo”.42 En todo caso más de veinte años después dará una más directa y cruda respuesta.43 No eran los tiempos para un hombre que creía en la capacidad razonadora y dialogante.
6.- SU REGRESO DEFINITIVO A SANTIAGO DESDE DICIEMBRE DE 1968
Ya definitivamente en la capital ejercerá activamente la profesión en estudio integrado con su ex alumno y amigo Gonzalo Figueroa Yáñez y su yerno Bernardo Nun Peicihovici.
Como abogado, conocida fue la defensa que realizó de empresas mineras extranjeras ante el Tribunal Especial del Cobre en pleitos en que se debatían deducciones a las indemnizaciones que recibirían del Estado en el proceso de Nacionalización del Cobre, atendidas las rentabilidades excesivas que habrían obtenido mientras operaron en Chile. Eran litigios complejos y como contraparte tenía al Consejo de Defensa del Estado, liderado por su Presidente, el agudo jurista Eduardo Novoa Monreal.
Por su parte, en el ámbito universitario ejerce la docencia hasta los 70’s en la Universidad de Chile.
De esa etapa interesante resulta ser la versión de sus clases sobre la Parte General del Derecho Civil (simulación, personas y nociones de patrimonio), publicadas en 1969 por Raúl Álvarez Cruz,44 y la versión mecanografiada de su Curso de su curso de Derecho Civil profundizado “Teoría general del patrimonio”, publicada en 1974, que citarán luego Luis Bustamante Salazar y Gonzalo Figueroa Yáñez al publicar monografías específicas sobre tal argumento, ambas prologadas por el propio Stitchkin.45
Sus últimos escritos jurídicos fueron artículos,46 de entre los cuales destaco “Ley, derecho y justicia” publicado en 1987, en que de manera clara, madurada y didáctica explica la relación que existe entre esos tres conceptos fundamentales. Como señaló Agustín Squella al reseñarlo: “es hoy un breve texto que conviene leer y meditar. Porque a su rigor teórico e incuestionable proyección sobre problemas jurídicos prácticos de la hora presente, une -además- el propósito testimonial de un jurista y abogado en quien se combinan la erudición y la experiencia”.47
Por otra parte, la revista Societas de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales (de la cual fue Miembro de Número y Vicepresidente) le dedicó su sección Conversaciones en 1991, encontrándose ahí material muy valioso para comprender su vida y pensamiento.48
En 1980 la Universidad de Concepción le confiere la distinción de Doctor Honoris Causa.49
Tras sufrir una larga enfermedad fallece en Santiago, el 12 de Julio de 1997.
7.- LA PRESENCIA ACTUAL DE DAVID STITCHKIN
La agudeza y visión del pensamiento jurídico de David Stitchkin lo hacen una figura vigente en nuestro Derecho Civil.
Su libro “El Mandato Civil” acaba de ser reimpreso este 2020 por la Editorial Jurídica de Chile en su quinta edición50 actualizada por Gonzalo Figueroa Yáñez (también fallecido), texto que además continúa siendo citado profusamente por la jurisprudencia.
Por su parte, su trabajo “Los contenidos esenciales del derecho de propiedad”, fue transcrito en 1979 en el libro “Historia de la reforma agraria en Chile” y su artículo “Las modernas tendencias del Derecho” formó parte del libro “Doctrina civil chilena en el bicentenario 1810-2010”, editado por el Departamento de Derecho Privado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile el 2010.51
Por su parte en el marco del Sesquicentenario del Código Civil, su figura fue destacada en una reseña a los profesores de Derecho Civil de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Concepción, que escribió el Profesor René Ramos Pazos (quien además fue cercano colaborador suyo en la asesoría jurídica de la Universidad en época de Rector y que siempre se encargaba de recordar su figura a las nuevas generaciones).52
Otro tanto ha ido ocurriendo con su preclara visión universitaria.
Así en el año 2000 se le confiere (post mortem) la Distinción Medalla Rectoral en la Universidad de Chile53 y en 2012 fue presentado en el Salón Central de la Facultad de Derecho de esa Universidad el libro “Discursos iniciáticos, cátedras magistrales del Rector David Stitchkin”,54 ocasión en que intervinieron Agustín Squella, Ricardo Lagos y Bernardo Nun. Por su parte el año 2014 se editó “David Stitchkin Branover. Compilación de discursos, conferencias, entrevistas y clases magistrales”, efectuado por el Profesor Danny Monsálvez en la Universidad de Concepción.55 Y en la última edición de la FILSA (2020) se acaba de presentar un detallado y minucioso libro del Profesor Leonardo Mazzei de Grazia sobre su primer periodo de rectorado.56
Otros reconocimientos en el ámbito universitario penquista lo constituyen la inauguración el año 1998 de una escultura confeccionada en su honor por su nieto escultor Javier Stitchkin (denominada “En ascenso”), situada en el Campus Central, así como la instalación de un retrato en su honor en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales el año 2001;57 en tanto que el año 2015 la Asociación del Personal Docente y Administrativo de la Universidad de Concepción le asignó el nombre de “Sala David Stitchkin” al remodelado espacio para conferencias, exposiciones y conciertos que dispone en un edificio ubicado al frente de la Plaza de la Independencia en Concepción y que había resultado dañado por el terremoto de 2010.58
8.- PALABRAS FINALES
Conforme se ha expresado en estas líneas, al conocer y ver el resultado del trabajo desarrollado por el Jurista y Rector David Stitchkin, emerge la especial virtud que tuvo su vida, cual es, la de ir uniendo mundos, los que, sin su presencia, a veces incluso azarosa y fortuita, podrían haberse desarrollado de forma casi paralela y prácticamente no tocarse.
Desde ya, y circunscribiéndome sólo al área del Derecho, que ha sido el objeto central de este trabajo, fue un jurista destacado que en su prolífica labor formadora estrechó vínculos entre dos escuelas de civilistas: la de la Universidad de Chile y la penquista,59 un vínculo que subsiste hasta hoy. Pero su legado fue más allá: acercó las humanidades a las ciencias exactas y a las artes; la capital con el Bio Bío; y nuestra intelectualidad con la del resto de América Latina, aunque sobre estos últimos aspectos, como ya se ha advertido, sólo me haya podido referir a lo más grueso e imprescindible.