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Estudios pedagógicos (Valdivia)
versión On-line ISSN 0718-0705
Estud. pedagóg. v.32 n.2 Valdivia 2006
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052006000200006
Estudios Pedagógicos XXXII Nº2: 103-120, 2006 ENSAYOS EDUCACIÓN ECONÓMICA EN 1 Universidad de 2 Universidad de 3 Universidad Alberto Hurtado, Equipo de Medición y Diseño, SIMCE. Alameda Bernardo OHiggins 1146, Torre B, piso 8, Santiago, Chile. rene.gempp@mineduc.cl 4 Universidad de Resumen
1) ¿Cuál es la edad óptima para introducir la formación económica en el currículum? 2) ¿Qué influencia ejercen la familia y los medios de comunicación en la adquisición temprana de patrones de consumo y de relación con el dinero 3) ¿Cuáles son las variables que deben ser consideradas en el diseño de intervenciones educativas orientadas a la educación económica en la Finalizaremos con la descripción de nuestro programa Yo y
1) Which is the best age to introduce the economical information in the curriculum? 2) What influence do family and mass media exert in the early acquisition of patterns of consumption and in the relation with the money in the 3) Which are the variables to should be consider in educative interventions designs oriented to economic education in the school? We will end with the description of our program Me and the Economics, that pretends to articulate the effective curriculum with the profits
Un aspecto crítico de estas habilidades está vinculado con el desarrollo de destrezas y actitudes que permitan regular la conducta personal y Lograr la comprensión del mundo económico requiere que el individuo construya una visión sistémica del modelo económico social en que está
Otro hallazgo crucial se vincula al impacto de la intervención educativa en los niveles de maduración logrados por los niños cuando son Por otra parte, si bien en Latinoamérica, y especialmente en Chile, aún no existen estudios comparativos amplios de los montos de dinero En suma, los antecedentes sugieren que la formación económica formal podría implementarse exitosamente a partir de los
La situación adquiere mayor relevancia si se considera que el analfabetismo económico se reproduce a través de la socialización económica en la Si bien la mayoría de los estudios en el ámbito de la socialización económica en la familia se ha enfocado en las concepciones de los padres sobre En nuestro equipo de trabajo se han investigado las estrategias y prácticas de socialización económica utilizadas por familias urbanas de diversos En síntesis, la mayor parte de las investigaciones en torno a socialización económica concuerdan en que los padres juegan un rol fundamental
Para desarrollar estrategias educativas orientadas al uso pedagógico de los medios en la escuela y para comprender su impacto en los niños se En relación al modelo de uso de los medios como agentes y procesos, las evidencias señalan que el uso de medios de comunicación como videos, En síntesis, esta línea de trabajos destaca la importancia de la publicidad y del componente educativo que hay en los videojuegos y los juegos En cuanto a la consideración de los medios como objetos que transmiten significaciones y por ende al desarrollo de una conciencia crítica frente a En síntesis, los medios presentan una doble influencia en la conducta económica infantil. Por una parte, constituyen una forma permanente de
Entre los años 1999 y 2000 Chile participó en el Estudio Internacional de Educación Cívica (Ministerio de Educación, Unidad de Currículum y Esto se explica, en parte, debido a la poca extensión y organización de la alfabetización económica en el currículum. Sólo en términos de La mayoría de los modelos de educación económica coinciden en que es fundamental incorporar la relación entre al menos tres variables que interactúan en el comportamiento económico, ellas son: (1) las elecciones económicas, (2) los conceptos económicos y (3) las metas del comportamiento (Schug 1982, 1996; Schug y Hagedorn 2005). En relación a ello, Kourlisky (1993, 1996) enfatiza la importancia de una aproximación interdisciplinaria a la enseñanza de conceptos económicos. Al igual que otros autores (Schug 1996; Sossin et al. 1997; Walstad y Rebeck 2001), señala que los conceptos básicos que deberían ser abordados en educación primaria son los de escasez y recursos limitados; costo de oportunidad y análisis de costo-beneficio en la elección de alternativas; mercado y producción de bienes y servicios; funcionamiento bancario; consumo e ingresos; dinero y formas de intercambio; distribución de recursos y oferta y demanda. La intervención pedagógica debe culminar con la creación de un pequeño emprendimiento colectivo por parte de los alumnos, el cual permita poner en acción lo aprendido en las unidades anteriores. Por su parte, Laney (1993) plantea que el tema de la escasez debería utilizarse como articulador del programa curricular a partir de cuatro principios básicos: 1) la importancia de la experiencia real para promover aprendizaje y retención de conceptos económicos, 2) la experiencia debe ser una experiencia guiada y mediada por el profesor, quien destacará los conceptos centrales en cada actividad, 3) el aprendizaje de etiquetas que permitan reconocer los conceptos y potenciar su incorporación a las estructuras preexistentes; y 4) el uso de materiales producidos por el profesor y por los estudiantes, que incorporen elementos tanto verbales como visuales para potenciar el aprendizaje y la retención. En este punto cobra importancia el uso de los medios tecnológicos y los recursos propios de la cultura cotidiana de los niños como cómics, videojuegos y animaciones. Existe abundante evidencia empírica internacional acerca de la efectividad de los programas sistemáticos de educación económica incorporados al currículo (Kourlisky 1987, 1993; Soper y Walstad 1991; Schug y Walstad 1991; Bosshardt y Watss 1994; Sossin et al. 1997; Georgius 1996; Varcoe y Fitch 2003; Schug y Hagedorn 2005). Los investigadores concuerdan en que el aprendizaje sistemático de contenidos económicos muestra tener un alto impacto no sólo en el nivel de conocimientos, sino también en la conducta cotidiana de los estudiantes, los que después de aplicado el programa, aumentan su conocimiento económico general, desarrollan actitudes positivas hacia un manejo más racional de sus recursos y son capaces de elegir opciones de comportamiento económico más eficientes. Un aspecto que se destaca es la importancia de la participación de los estudiantes en la selección y análisis de problemas económicos vinculados a su vida cotidiana, como una forma de potenciar la significatividad de los aprendizajes, su retención y transferencia. Otro grupo de estudios se ha centrado en la efectividad de ciertas metodologías específicas para el aprendizaje de conceptos económicos. Una de ellas es la resolución de problemas mediante aprendizaje cooperativo y mastery learning (Boud y Feletti 1991; Kagan 1994; Laney et al. 1996; Laney 1999; Johnston y James 2000). Los resultados muestran que estas metodologías logran mayores niveles de adquisición de conceptos económicos que el uso de metodologías sólo expositivas o la combinación de lecturas y exposición (Harter y Becker 1999). Al mismo tiempo, el uso de metodologías cooperativas estimula no sólo mayores niveles de aprendizaje conceptual, sino también el desarrollo de competencias sociales y de negociación que los autores vinculan con los requerimientos de la vida ciudadana. Strober y McGoldrick (1998) muestran la efectividad del método de aprendizaje de servicio en la comunidad (Dewey 1938), donde los estudiantes deben identificar problemas económicos en su comunidad, explorar soluciones a partir de la adquisición de conceptos económicos y desarrollar proyectos de afrontamiento de acuerdo a ello. Sus conclusiones señalan que este método no sólo proporciona un mejor aprendizaje, sino también estimula el desarrollo de la responsabilidad social. Otros métodos estudiados que también han mostrado ser exitosos son el uso de rol play, simulaciones, experimentos y demostraciones (Truscott y Rustogi 2000; Lage y Platt 2000), así como el uso de multimedios y nuevas tecnologías (Walbert y Ostrosky 1997; Vachris y Bredon 1999). Wentland (2004) realiza un metaanálisis del uso de metodologías en educación económica y concluye que estas son diversas y que su efectividad se vincula fundamentalmente con la posibilidad de estimular competencias complejas (cognitivas, afectivas y psicomotoras), orientar las actividades de aprendizaje hacia las necesidades de los estudiantes, incorporar tanto al individuo como al grupo y optimizar el tiempo como un recurso escaso, potenciando adicionalmente el uso de la tecnología. En cuanto a la influencia del profesor en los logros de aprendizaje, los estudios concluyen que los profesores de escuelas primarias y secundarias, si bien poseen entrenamiento y experiencia en el desarrollo de estrategias pedagógicas, raramente tienen una preparación en temas económicos que les permita ser eficientes en la educación económica de sus alumnos. Ello se vincula no sólo con la falta de una formación sistemática en economía, sino también con sus propios preconceptos y la forma como vivencian afectivamente el mundo económico, incluyendo sus posturas ideológicas frente al consumo (Kourilsky 1993; Hauwiller 2001; Walstad y Rebeck 2001; Vargha 2004). Los mismos estudios señalan que un entrenamiento sistemático de los profesores, que incorpore evaluación del nivel de alfabetización económica, desarrollo de conceptos claves, reflexión sobre sus propios comportamientos económicos y acompañamiento en la implementación de estrategias de educación económica, tiene un importante impacto en los niveles de aprendizaje de los alumnos (Kourilsky 1993; Walstad y Robson 1997; Walstad y Allgood 1999; Walstad y Rebeck 2001; Vargha 2004). A partir de la revisión de la literatura previa y los resultados de nuestros estudios, podemos concluir la importancia que reviste la alfabetización económica para los individuos y la ausencia en nuestro currículum educativo de una propuesta integrada de educación económica que permita que los niños adquieran los conocimientos, competencias y actitudes que les preparen para actuar responsable y eficientemente en un sistema económico complejo. NUESTRA PROPUESTA: EL PROGRAMA YO Y Considerando que los estudios previos muestran que la edad crítica para incorporar una formación sistemática en economía es a partir de los 10 años y que en el actual currículum de Enseñanza Básica, específicamente en el Subsector de Estudio y Comprensión del Mundo Social en 6º Año Básico, se incorpora una Unidad de Economía Cotidiana, hemos seleccionado este nivel para poner a prueba un programa integral de Educación Económica denominado Yo y El propósito de nuestro programa es empoderar a los estudiantes para construir aprendizajes significativos a través de una conexión generativa entre los contextos de la economía familiar cotidiana y los nuevos conceptos a aprender de tal forma que comprendan conceptos básicos de economía, desarrollen estrategias de razonamiento económico y desarrollen habilidades como consumidores y actitudes proactivas que sirvan de sustento a conductas de emprendimiento personal y social. Para ello, a través del programa de Educación Económica Yo y Dentro de la formulación de nuestro programa de educación económica hemos considerado elementos de varias experiencias que han mostrado ser exitosas, como Kinder Economy y Mini-Society de Marilyn Kourlisky (1993, 1996) y la propuesta de Aprendizaje Generativo de Laney (1993). El esquema del programa y de acuerdo a la literatura (Kourlisky 1993; Laney 1993; National Council on Economic Education 1997) considera el abordaje de siete conceptos económicos básicos, los cuales son articulados con los propios contenidos que establece el programa de 6º Básico. Se utilizan como ejes articuladores de los proyectos de aula los bloques temáticos establecidos en Cada bloque temático se desarrolla en cuatro pasos sucesivos: 1) experiencia, 2) cuestionamiento, 3) refuerzo mediante la reflexión guiada y 4) aplicación. 1. Experiencia: En primer lugar, los estudiantes vivencian experiencialmente una serie de simulaciones de situaciones económicas de la vida cotidiana y deben determinar cómo actuarían frente a dicho problema. 2. Cuestionamiento: El segundo paso implica que el profesor interroga y cuestiona a los alumnos sobre su actuación y aclara los conceptos vinculados a la experiencia. Este es el momento de Alfabetización Económica Conceptual, cuyo objetivo es que los estudiantes comprendan los conceptos vinculados a las actuaciones económicas y sean capaces de reconocer aquellos cursos de acción más eficientes para tomar decisiones financieras. 3. Refuerzo mediante la reflexión guiada: En el tercer paso, el profesor profundiza la reflexión y refuerza los conceptos entregando actividades complementarias donde cobra importancia el uso de los medios tecnológicos y los recursos propios de la cultura cotidiana de los niños como cómics, videojuegos, animaciones, fábulas, cuentos y análisis de programas televisivos. 4. Aplicación y ejercicio de competencias: El programa finaliza con el desarrollo de un pequeño emprendimiento colectivo que puede ser de generación de recursos monetarios o de inversión social en trabajo con la comunidad articulado en torno al concepto de escasez (Laney 1993). De este modo y siguiendo a Laney (1993), los cuatro principios básicos que articulan las experiencias de aprendizaje son: 1) la importancia de la experiencia real para promover aprendizaje y retención de conceptos económicos. En relación a ello, se potencia el uso de experiencia directa y vicaria en la fase de refuerzo y con ello se ayuda a los estudiantes a transferir sus aprendizajes a nuevas situaciones. 2) La experiencia por sí sola no garantiza el aprendizaje adecuado, por ello debe ser una experiencia guiada y mediada por el profesor quien destaca los conceptos centrales en cada actividad. 3) El aprendizaje de conceptos ancla que vinculan lo que los estudiantes ya conocen con las nuevas experiencias de aprendizaje y potencian su incorporación a las estructuras preexistentes. Por ejemplo, un concepto ancla es el ahorro y sus diversas manifestaciones, así a partir de las experiencias de ahorro espontáneas de los niños se vincula al concepto de escasez como base de la necesidad de ahorrar para optimizar el uso de recursos. 4) El uso de materiales producidos directamente por el profesor y por los estudiantes, que incorporen múltiples formas de representación (verbal, visual, simbólica), potencia el aprendizaje y la retención porque aumenta la significatividad del acto de aprender. La implementación del programa requiere de cuatro etapas: evaluación inicial, capacitación de profesores, seguimiento de proceso y evaluación de resultados. a) Evaluación inicial: Un aspecto clave para el desarrollo del programa radica en el conocimiento de las preconcepciones y de los conceptos erróneos o incompletos tanto de los niños como de los profesores que deberán ser reorganizados (Wittrock 1991; Kourlisky 1993). Por ello, el programa se inicia con la evaluación previa de su nivel de Alfabetización Económica mediante el uso del Test de Alfabetización Económica para niños (TAE N) y el reconocimiento de sus estrategias cotidianas de manejo del dinero y prácticas de consumo. En el caso de los profesores se utiliza el Test de Alfabetización Económica para adultos (TAE A) y el Cuestionario de Caracterización del Consumidor Adulto para determinar sus conductas y actitudes de entrada al programa, aquí se incluye la evaluación de las Actitudes hacia el Endeudamiento y los Hábitos de Consumo. b) Capacitación de profesores: En forma previa al desarrollo del programa se realiza una etapa de capacitación y entrenamiento para los profesores participantes. El proceso de capacitación tiene como objetivos la revisión de los conceptos económicos articuladores y la apropiación conceptual de ellos por parte de los profesores, la reflexión sobre las propias posturas de los docentes frente al tema del consumo y la economía, la ejercitación en las diferentes metodologías de enseñanza aprendizaje y las estrategias de planificación de actividades didácticas incorporando los pasos de experiencia, cuestionamiento y refuerzo mediante la reflexión guiada. La etapa de capacitación y entrenamiento finaliza con la formulación del proyecto de aula interdisciplinario (Denegri y Martínez 2001, 2003) por parte de los profesores que permita poner en marcha el programa de Educación Económica Yo y c) Seguimiento de proceso: Una vez finalizada la etapa de entrenamiento, el desarrollo del programa debe ser monitoreado constantemente para instalar en los docentes las competencias necesarias para la reflexión sobre la práctica y la coherencia de las experiencias de aprendizaje de sus alumnos y sus propias experiencias como consumidores. Ello para aumentar la coherencia actitudinal, considerando que el profesor constituye un modelo de comportamiento para sus estudiantes y que un profesor consumerista (Denegri y Martínez 2004) tiene mayor probabilidad de fomentar comportamientos de consumo reflexivo en sus alumnos. Así, el proceso de seguimiento tiene como propósito apoyar la ejecución de los proyectos de aula con la asesoría de un tutor. Transversalmente se trabaja la aceptación mutua y la cooperación para favorecer las buenas relaciones entre colegas, la coordinación de intereses, la tolerancia y la superación de problemas. Al ser esta etapa primordialmente práctica, se evalúa a través de asesoría directa a los grupos de trabajo y observación en aula de las actividades que desarrolla cada equipo de profesores. Esta observación es realizada por un equipo de observadores entrenados que no mantiene ningún otro tipo de relación con el equipo docente para no introducir sesgos en la observación. Los resultados de la observación son entregados al tutor, quien los discute con el equipo de profesores. A su vez, cada profesor recibe un informe individual y confidencial de los resultados de la observación de su clase. d) Evaluación de resultados: Finalmente, se evalúa cualitativa y cuantitativamente el resultado del programa y su impacto en la educación económica de los estudiantes y sus familias. Para ello, se aplican nuevamente los instrumentos de evaluación para medir el avance en alfabetización económica, se presentan los resultados de los proyectos de aula y se establecen grupos de discusión con profesores, estudiantes y padres para conocer sus percepciones y su valoración de los aprendizajes desarrollados. A su vez, se orienta a la unidad educativa para articular la educación económica con su Proyecto Educativo Institucional y Pedagógico. REFLEXIONES FINALES Es evidente que la inexistencia de una alfabetización económica sistemática también redunda en la mantención de las brechas de desigualdad social al privar a los individuos, especialmente de los estratos más pobres, de la posibilidad de desarrollar competencias que les ayuden a una mejor administración de recursos económicos escasos, de búsqueda de alternativas de consumo más eficientes y del desarrollo de estrategias de resolución de problemas que potencien el emprendimiento. Por ello, si bien es importante el papel de agente socializador y educador de la familia en el ámbito económico, no es posible ignorar que los propios padres también carecen en muchos casos de una adecuada alfabetización económica. Ello se traduce en la transmisión intergeneracional de pautas de consumo y uso del dinero poco reflexivas o ineficientes como lo muestran nuestros últimos estudios en estrategias y prácticas de socialización económica en familias de distintos estratos socioeconómicos (Denegri, Palavecinos y Gempp 2004). Así, la inclusión curricular temprana de la alfabetización económica en la formación de educación básica mediante aproximaciones didácticas que potencien la reflexión, el pensamiento crítico y el trabajo cooperativo, cobra especial relevancia para el desarrollo de actitudes y destrezas que permitan a niños y niñas el control y especialmente el autocontrol de sus procesos de consumo. En conclusión, introducir los temas económicos y la educación para el consumo en el currículo escolar y con ello lograr que nuestros niños y jóvenes sean alfabetizados económicamente, presenta una serie de ventajas específicas. En primer lugar, el desarrollo de las destrezas en el uso y administración del dinero puede ayudar a niños y jóvenes a prepararse de manera real para los problemas de toma de decisiones económicas que deberán enfrentar en la vida adulta, y, por ello, ayuda a la transición entre la vida escolar y laboral. Por otra parte, la alfabetización económica requiere del desarrollo de estrategias de planificación, toma de decisiones y resolución de problemas, las cuales constituyen destrezas transferibles a otros ámbitos de conocimiento y, por tanto, estimulan el desarrollo de capacidades generales de razonamiento. Finalmente, confrontar a los alumnos con el reconocimiento de su entorno económico y social, de los problemas presentes en él y ayudarlos a construir su juicio crítico en torno a su propia actuación frente al mundo del consumo, estimula el desarrollo de un pensamiento social que constituye la base de la educación para la ciudadanía. La diferencia entre el ciudadano y el súbdito está dada fundamentalmente porque el primero es capaz de evaluar críticamente el entorno social y asumir el rol que le corresponde como controlador de las decisiones de aquellos a quienes encomendó su representación mediante el voto. Ello involucra el concepto de accountability tan necesario para asegurar la gobernabilidad en los sistemas democráticos. * Trabajo financiado por el Proyecto FONDECYT Nº 1060303. BIBLIOGRAFÍA Acuff, D. y R. Reiher (1998). Lo que Compran los Niños y Por Qué: Ajello, A.M.; A. Bombi, C. Pontecorvo y C. Zucchermaglio (1987). Teaching economics in primary school. 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