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Atenea (Concepción)
versión On-line ISSN 0718-0462
Atenea (Concepc.) no.507 Concepción 2013
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-04622013000100014
RESEÑA
Consuelo Figueroa Garavagno. Revelación del subsole: Las mujeres en la sociedad minera del carbón 1900-1930. Santiago. Lom Ediciones. Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2010, 152 pp. ISBN 9789562442190
JORGE GAETE LAGOS*
* Magíster (c) en Historia, Universidad Nacional Andrés Bello. Santiago, Chile.
La minería ha sido históricamente el motor principal de la economía chilena, debido a que la explotación y la venta de productos como el carbón, el cobre, la plata y el salitre le han permitido a nuestro país disfrutar de varios períodos de bonanza económica. Sin embargo, la evolución de esta industria también ha tenido un fuerte impacto en la clase trabajadora, gracias a que los mineros y sus familias han construido complejas redes sociales al interior de los lugares en donde se han ejecutado este tipo de actividades. Entre éstos podemos nombrar a las oficinas salitreras del norte, y a zonas como Arauco, en la cual se desarrolló hasta hace algunos años la industria carbonífera.
Ahora bien, a pesar de que existen diversos estudios historiográficos sobre este último lugar, hay temas que no han sido abordados, tales como el rol que cumplieron las mujeres y los niños de aquella zona. Es ahí donde radica el mérito del presente libro, ya que Consuelo Figueroa nos ofrece a través de tres capítulos un interesante análisis centrado en el aporte que las mujeres realizaron en el proceso de construcción de esa sociedad. Además, la autora se enfoca en el período comprendido entre 1900 y 1930, y utiliza como marcos de referencia a las ciudades de Lota y Coronel, porque indica que ambas fueron líderes en materias productivas y sociales.
En la primera parte del texto, Figueroa menciona que durante el siglo XIX la zona de Arauco comenzó a ser habitada por el vagabundaje rural y por agricultores que provenían del interior de la región. También señala que algunas de las mujeres que llegaron en esas oleadas migratorias se dedicaron a actividades como el comercio y el entretenimiento, y a su vez resalta que se mantuvieron en una situación permanente de desventaja, ya que ellas recibían un salario mucho menor al de los hombres.
Luego de esto, analiza los principales rasgos que caracterizaban al entorno de este lugar. La autora comienza describiendo al espacio público de Lota y Coronel, destacando que en ambas ciudades existían altos índices de inseguridad, malas condiciones higiénicas y una deficiente infraestructura pública. Además indica que a partir de 1870 las calles de estos sectores fueron escenario de diversas manifestaciones sociales, las que aumentaron su frecuencia con el paso de los años hasta llegar a la "Huelga Larga" de 1920, la que duró tres meses, y se transformó en un movimiento muy destacado por su violencia y por el fallo arbitral a los mineros.
Por otra parte, Figueroa menciona que en la zona había un considerable déficit de viviendas, y los recintos en los que moraban las familias mineras eran bastante precarios, porque se encontraban en condiciones deplorables y eran diminutos, lo que aumentó el hacinamiento y la miseria de este sector de la población. Debido a esas condiciones de vida desfavorables, indica que las mujeres buscaron colectivizar sus espacios privados, extendiéndolos a lugares públicos como los lavaderos, los hornos comunes, los pabellones y el mercado de alimentos, en los cuales compartieron con otras mujeres y establecieron relaciones sociales.
En el segundo capítulo del libro, la autora pone énfasis en las políticas de control que implementaron las Compañías en la sociedad carbonífera entre 1900 y 1920, las que buscaban afianzar el orden. En ese sentido, destaca que si bien se aceptó en un principio que los mineros tuviesen una actitud descontrolada frente a sus vicios, debido a que había que mantenerlos en su lugar de trabajo, el peligroso nivel de inestabilidad social al que se había llegado provocó que se impusiesen medidas de fIscalización y represión
Más adelante, indica que las medidas que tomaron las Compañías desencadenaron el repliegue de las mujeres al espacio doméstico a partir de finales del siglo xIx, ya que se consideraba que ellas eran las causantes de los conflictos y desórdenes en el sector al vender algunas alcohol y al ejercer otras la prostitución. gracias a estas medidas, se comenzaron a valorar a las mujeres dueñas de casa, y se consolidó de manera paulatina un ideario femenino, destacándose a la madre nutricia, protectora y salvífica, y a su vez ellas debían mantener una actitud apacible e indulgente ante sus esposos.
Uno de los planteamientos más llamativos que realiza Consuelo Figueroa en esta sección tiene que ver con que estas políticas tuvieron sus efectos para las mujeres, ya que si bien perdieron parte del espacio público que tenían antiguamente, ganaron estatus en la sociedad como dueñas de casa, esposa y madres. A pesar de esto, resalta que las mujeres tuvieron una participación activa en momentos como la conformación del movimiento obrero, aunque no abandonaron su rol materno protector.
En la última parte del libro, la autora se centra en el período de 1920 a 1930, como una manera de abordar a la citada "Huelga Larga" y al Estado Asistencial, el que tuvo sus primeros atisbos bajo el gobierno de Arturo Alessandri. Aquí destaca que en aquellos años las mujeres participaron de manera mancomunada con los mineros huelguistas para pedir cambios en las estructuras capitalistas, pero también indica que las Compañías buscaron resguardarlas al interior del espacio doméstico, facilitándole locales, incentivándola a mantener sus casas limpias, y exhortándolas a administrar el hogar. Incluso, resalta que los mismos trabajadores estuvieron de acuerdo con ese tipo de iniciativas.
Por otra parte, señala que durante esa época se consolidaron los cambios culturales sobre el rol que debían tener las mujeres. De esa manera, y tal como lo expone en la conclusión de su libro, a pesar de que ellas adquirieron una mejor posición dentro de la sociedad, el cambio que hubo entre 1900 y 1930 fue cosmético, ya que las Compañías y los trabajadores quisieron que se dedicaran sólo a las labores propias de su sexo, lo cual fue aceptado y asumido por ellas hasta nuestros días.
A grandes rasgos, Consuelo Figueroa logra transformar en este texto a las mujeres de Arauco en sujetos históricamente visibles, y a su vez demuestra que ese lugar no estaba tan masculinizado como se puede creer. También distingue, con gran certeza, a las mencionadas contradicciones sobre el papel desempeñado por aquellas mujeres, siendo este un tema que le otorga un valor agregado a la investigación, y que merece ser replicado a la hora de estudiar otro tipo de comunidades.
Finalmente, cabe destacar que el presente libro representa un gran aporte para estudiar a la zona carbonífera, sobre todo si pensamos en que hace algunos años esa industria enfrentó su crisis terminal. Por ese motivo, esta investigación se transforma en un homenaje a todas esas mujeres que a pesar de no participar en la extracción de aquel mineral, cumplieron un rol preponderante para el funcionamiento de aquella sociedad.