SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número500Ozren Agnic. Allende. El hombre y el político. Memorias de un secretario privadoVICTORIA KENT POR GABRIELA MISTRAL índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Atenea (Concepción)

versión On-line ISSN 0718-0462

Atenea (Concepc.)  n.500 Concepción  2009

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-04622009000200012 

Atenea N° 500- II Sem. 2009: 157-166

 

PLÁSTICA

 

 

MURAL “Presencia de América Latina”
DEL PINTOR MEXICANO JORGE GONZÁLEZ CAMARENA



El mural fue donado por México. El autor es el maestro mexicano Jorge González Camarena, nacido en 1908 en Guadalajara y fallecido en 1984 en
la Ciudad de México.

En noviembre de 1964 se inició la pintura en el muro de 250 m2. En abril de 1965 se retiraron por última vez los andamios y el maestro y sus ayudantes pudieron contemplar libre de obstáculos la obra terminada.

Los colaboradores del maestro González Camarena en la realización de la obra fueron los artistas mexicanos Salvador Almaraz, Manuel Guillén, Javier Arévalo y los chilenos Eugenio Brito y Albino Echeverría.

El desarrollo del mural, el “relato pictórico”, se inicia en el paño derecho y en él se encuentra representado el pasado, el mundo prehispánico de América Latina; acentúa esta idea en la parte superior el rojo símbolo de Zontemoc (sol cayendo) que refleja el ocaso de las culturas prehispánicas.


En la parte aérea de la escalera se desenvuelve la Serpiente Emplumada, el Quetzalcóatl, con sus grandes colmillos y su ojo verde, símbolo mexicano de la cultura. Al lado izquierdo abajo una mujer de rostro azul –la mítica sirena– enreda peces entre sus dedos mostrando con ellos las riquezas del mar; junto a ella el verde mascarón de Tlaloc, dios de la lluvia, importante deidad del panteón azteca.

En este mural, donde se exaltan los valores culturales, raciales y de unión latinoamericanos, hay sólo una breve alusión a la lucha de la conquista: en el ángulo superior izquierdo dos cabezas de caballos y un español luchando con un Caballero Aguila.

El paño central se inicia con las figuras que el maestro González Camarena llama “La Pareja Original”, formada por un español y una mujer que representa a todas las razas indoamericanas; la Pareja camina sobre la tierra (carbón), parte inferior y abajo, yacen dormidas inmersas en la tierra las mujeres que simbolizan las riquezas minerales: cobre, plata, oro…

En la parte superior, las mujeres cubiertas de enredaderas son el emblema de la generosidad de la tierra, imagen realzada por la gravidez de una de ellas y sobre la cual se levantan y crecen plantas representativas de ambos continentes y de las culturas madres: Europa es el trigo, América el maíz.

La pirámide termina con las conquistas técnicas: hélices, émbolos, arados…

Este motivo se enlaza con lo que constituye el tema central del mural: la fusión de las razas representada por los tres rostros ensamblados en la parte superior. El gran rostro rojo simboliza la raza propiamente americana y sobre el cual se proyectan los aportes de las otras razas del mundo. La mujer desnuda representa a Latinoamérica.


El blanco capitel ubicado sobre el desnudo sintetiza el aporte arquitectónico dado por las culturas greco-latinas, así como la columna de piedras talladas nos muestra lo entregado por las culturas mesoamericanas, y vemos pirámides aztecas, estelas mayas.

Todos los elementos del paño central del mural están unidos por el ondulante friso de banderas de todos los países latinoamericanos. En los extremos se ubican las aves heráldicas: en el sur el cóndor como fondo de la bandera de Chile y en el norte resplandeciente el águila y la serpiente sobre las cuales se recorta la bandera de México.

En el costado izquierdo dos símbolos botánicos llenan el muro: la planta representativa de México, el nopal, en el cual se entrelaza el rojo copihue, la flor nacional de Chile. Sobre el tronco del nopal se clavan espadas y puñales, reflejando así las guerras que ha sufrido México: las plantas con sus raíces abrazan a los tres esqueletos que hay bajo ellas y que son nuestros antepasados que las nutren.

Coronando el mural, en la cornisa podemos leer los versos de Pablo Neruda: “Y no hay belleza como esta belleza de América extendida en sus infiernos en sus cerros de piedra y poderío y en sus ríos atávicos y eternos”.


Albino Echeverría.


 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons