Hablemos de salud global. Con frecuencia se escucha esta palabra en estos días. Los estudiantes de hoy quieren tener una experiencia de salud global, en mayor número los investigadores están liderando estudios en el tema y los educadores están enseñando principios de salud global en las salas de clases. Entonces, ¿qué es salud global? Y aún más ¿cómo deberíamos pensar sobre ella? Koplan 1 define Salud Global como "el área de estudio, investigación y práctica que busca, de for ma prioritaria, mejorar y alcanzar equidad en salud para la población mundial".
La Salud Global es interdisciplinaria y colaborativa, enfatiza problemas que atraviesan fronteras, se enfoca en los determinantes de salud y es capaz de integrar el concepto de atención centrada en el individuo con salud de la población. Además, enfrenta grandes desafíos que requieren de colaboración transnacional y el trabajo de diversas disciplinas que puedan ser solucionados con éxito.
Las Naciones Unidas consideran dieciocho problemas de Salud Global que deberán enfrentar en las próximas décadas, entre ellas, la migración. Esta, ya sea por motivos climáticos, desastres naturales o bien por violencia, es un gran desafío que enfrentan quienes trabajan en temas de salud internacional, y para poder planificar la salud de individuos, familias y poblaciones, y ser capaces de entregar un mejor cuidado, se deberá considerar siempre la migración como un factor relevante. Las Naciones Unidas2 definen refugiados como individuos protegidos por leyes internacionales que han tenido que dejar forzosamente su país de origen a raíz de una persecución. En contraste con ello, los migrantes son individuos y/o familias que deciden voluntariamente dejar su hogar en un país o lugar específico en busca de mejores condiciones de vida. Sin embargo, en ambos casos, la acción de transportarse a un nuevo país, comunidad o cultura tiene implicancias en salud tanto para el país de origen como para el receptor de estos individuos. Como afirma Carlos Van der Laat3, la migración es un determinante en salud por sí mismo y de tal modo, tiene un rol protagónico en salud global.
Nueva evidencia certifica que hoy el mundo se enfrenta al mayor número de personas sin hogar que se ha presentado a lo largo de la historia y el planeta está sien do testigo de los más altos niveles de desplazamiento registrados. Los datos actuales muestran que cerca de 65,3 millones de personas han debido dejar sus hogares, entre ellos, 21,3 millones lo han hecho como refugiados y más de la mitad de ellos siendo menores de edad3. En América Latina el problema sigue la tendencia internacional y en Chile el número de migrantes con diversas nacionalidades ha crecido exponencialmente en los últimos años4.
Como bien se ha dicho, al ser un determinante social en salud, el problema no es indiferente para quienes ejercemos como enfermeras clínicas o enfermeras investigadoras. Bien sabemos que el contexto en el que las personas vivan y trabajen impactará su salud, al igual que somos conscientes de que los migrantes y refugiados suelen vivir en contextos de pobreza experimentando peores resultados en salud. Por ser agentes de cuidado, es común que trabajemos en primera línea con refugiados o inmigrantes. Este editorial ofrece sugerencias en el trabajo con estos grupos sociales.
En el sistema de salud, las enfermeras clínicas son las principales proveedoras de cuidado y debido a su preparación clínica y profesional poseen las competencias para dar consejería, educar y abogar tanto por individuos como por comunidades. Históricamente, las enfermeras han trabajado con comunidades vulnerables, y en sintonía con ello es que hoy debemos contar con enfermeras capaces de proveer un cuidado sensible a las diferencias culturales, que no sólo contenga bases sólidas en la medicina occidental sino que también se abra a formas de cuidado alternativas/complementarias.
EDUCACIÓN DE ENFERMERÍA EN SALUD GLOBAL
Con respecto a la enseñanza de las futuras generaciones de enfermeras es necesario educar en mayor conciencia y reflexión cultural, esto será posible en la medida en que reflexionemos sobre nuestros propios prejuicios y estereotipos sobre migrantes y refugiados. Sugerimos, además, que quienes eduquen en el ámbito de la enfermería ofrezcan a los estudiantes la posibilidad de participar en programas internacionales durante su educación de pregrado. Estos programas dan la posibilidad, no sólo de un intercambio cultural sino que también ayudan a reflexionar sobre otras culturas. Ahora bien, es responsabilidad de las enfermeras educadoras desarrollar programas y experiencias que ayuden a este fin y a raíz de ello contribuir a encontrar respuestas frente a los desafíos de salud global. Finalmente, debe mos invertir en docentes que sean capaces de reconocer la importancia de educar ciudadanos globalizados, con enfoque intercultural y centrados en el paciente.
INVESTIGACIÓN DE ENFERMERÍA EN SALUD
Sugerimos algunas áreas de investigación para enfermería en salud global, en particular lo relacionado a la salud de migrantes y refugiados. Prioritariamente investigación en el área de estigma asociado a proveer cuidados de salud a migrantes y refugiados, es decir, investigar en cómo los prejuicios de los trabajadores del área de la salud impactan en el cuidado entregado a migrantes y refugiados. Además, es necesario investigar sobre los significados atribuidos a la salud y las prácticas de salud de estos grupos, pues sólo conociendo y describiendo los constructos sociales de salud se podrá entregar un cuidado integral y del mejor nivel. Así también se deben desarrollar intervenciones culturalmente apropiadas para este fin, debemos probar y validar métodos e instrumentos de medición adaptados a dichos grupos sociales. Se debe ser muy riguroso en la adaptación de instrumentos, donde cada uno de los métodos deben ser probados y traducidos a las diversidades culturales de los grupos, pues podría ocurrir que intervenciones que funcionan con grupos específicos no puedan ser traducidas en un contexto distinto, aun siendo el mismo grupo. Debemos recordar que el ambiente influye en la salud y en cómo los grupos experimentan la salud.
En resumen, es esencial empoderar a las enfermeras en sus diversos roles (clínica, docencia e investigación) para que sean capaces de proveer cuidado a migrantes y refugiados. Esta meta se conseguirá únicamente si empoderamos a nuestros estudiantes y comunidades. Los desafíos en salud global son una oportunidad para la investigación en enfermería. Estamos en el umbral de la puerta y debemos tener la voluntad de caminar juntos para atravesarlo para ser capaces de llegar al otro lado.