INTRODUCCIÓN
El aprendizaje de la anatomía requiere que los estudiantes incorporen una gran cantidad de nuevo vocabulario, esto puede conllevar algunas dificultades debido al desconocimiento de la mayoría de estos términos (Guiraldes et al., 2001). Estudios recientes demuestran la dificultad de los estudiantes para comprender y retener los términos anatómicos (Kulkarni, 2014; Singh et al., 2015), del mismo modo, un estudio realizado por Bergman et al., (2013) donde se evaluó la percepción de los estudiantes de medicina sobre un plan de estudio, reveló que muchos estudiantes catalogaban la anatomía como “aburrida” y creían que solo requería autodisciplina, más que una capacidad intelectual para aprender la gran cantidad de información. Esto, sumado, a que la principal estrategia de aprendizaje está basada en técnicas memorísticas, sin entender realmente el significado de los términos anatómicos (Stephens & Moxham, 2016), resulta ser un problema complejo en el proceso de enseñanza aprendizaje de esta materia.
Ante esta problemática, es necesario innovar en estrategias que faciliten el aprendizaje de los términos anatómicos desde el estudio de Terminologia Anatomica (TA), la que se encuentra redactada en latín y es usada como base por la comunidad científica internacional (Sakai, 2007) con el fin de unificar todos los términos anatómicos empleados (Aziz et al., 2002). En los últimos años, algunas iniciativas han estado orientadas a utilizar el conocimiento etimológico y gramatical para facilitar la comprensión y el aprendizaje de TA en el estudio de la anatomía humana (Moya et al., 2017; Vidal-Seguel et al., 2019, 2021).
Lo anterior, pone en manifiesto que la comprensión de cualquier término se facilita al descubrir los aspectos que lo configuran. Así, conocer la etimología de los términos anatómicos resulta necesario para mejorar la comprensión de la anatomía y su estudio. Este postulado se apoya en el reporte de Smith et al., (2007), quienes concluyeron que el conocimiento básico de las etimologías latina y griega, hace más sencillo el aprendizaje y la utilización del lenguaje médico por parte de los estudiantes de las ciencias de la salud.
Desde una perspectiva gramatical, una palabra se compone de unidades mínimas significativas denominadas morfemas. El morfema central o núcleo de la palabra recibe el nombre de raíz o lexema, y posee un significado léxico o referencial. Del mismo modo, existen morfemas que se agregan a la raíz modificando su significado, llamados afijos, de los cuales existe un número limitado para cada lengua. Dentro de esta categoría es posible encontrar afijos que aparecen antes de la raíz, los que reciben el nombre de prefijos, y otros que se encuentran después de la raíz llamados sufijos. Existen tres clases de sufijos: 1) apreciativos, que son aquellos que entregan una cualidad a la palabra; 2) flexivos, los que tienen un rol netamente gramatical y 3) derivativos, que permiten cambiar la categoría gramatical de la raíz a la que se unen (Kroeger, 2005).
En anatomía, una gran cantidad de términos están conformados por al menos un afijo, teniendo estos un origen etimológico latín o griego (Jiménez, 2012). Es por ello, que conocer el significado de estos podría facilitar la comprensión y aprendizaje de una gran cantidad de términos anatómicos. Bajo este postulado, el objetivo de este estudio fue analizar, desde el origen etimológico, los prefijos y sufijos incluidos en TA, con el fin de facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje de la anatomía humana.
MATERIAL Y MÉTODO
El uso de cada prefijo y sufijo en anatomía fue explorado en la segunda edición de TA (FIPAT, 2019). Los afijos encontrados fueron analizados desde un punto de vista etimológico según las directrices propuestas por el Diccionario Médico-Biológico, Histórico y Etimológico de la Universidad de Salamanca (Cortés & Ureña, 2019).
Finalmente, todos los datos recolectados fueron expuesto en tablas para representar de mejor manera los hallazgos encontrados y facilitar su análisis.
RESULTADOS
La presencia de prefijos y sufijos en TA es alta y su utilización ayuda a dar sentido a distintos términos anatómicos, extendiéndose en la totalidad de los sistemas y regiones del cuerpo humano.
Los prefijos y sufijos utilizados en anatomía poseen un origen principalmente latino, sin embargo, un número no despreciable encuentran su origen en la lengua griega. Las Tablas I y II detallan el número de términos relacionados a cada prefijo y como ellos pueden tributar a muchos otros nombres anatómicos asociados.
El prefijo de origen latín más frecuente en la construcción de términos anatómicos corresponde a inter (entre) con 58 de ellos en TA (Tabla I) como, por ejemplo: intervertebral, intercostal e intercondílea. Desde cada uno de estos 58 términos emergen muchos más. Es así como desde el término “intercondílea” derivan: fosa intercondílea, línea intercondílea, área intercondílea anterior, área intercondílea posterior y eminencia intercondílea. Todas ellas sugerentes a una misma ubicación “entre cóndilos”.
El prefijo de origen griego más frecuente en la construcción de términos anatómicos corresponde a para (junto a) con 40 de ellos en TA (Tabla II) como, por ejemplo: paraesternal, parafaríngea y parauretral. Al igual que lo mencionado anteriormente, desde cada término pueden emerger muchos más. Es así como desde el termino paraesternal derivan: pliegue paraesternal y ganglios paraesternales. Todos ellos sugerente a una ubicación “junto al esternón”.
El análisis de TA demostró la presencia de las tres clases de sufijos anteriormente descritas. La Tabla III muestra solo los sufijos de tipo apreciativo, los que se subdividen en sufijos de tipo -diminutivos-, de -abundancia- y que -hace algo- (Cortés & Ureña). Estos, al igual que los prefijos, son capaces de unirse a la raíz de una palabra entregándole un nuevo sentido.
Por otra parte, los sufijos de tipo flexivos cumplen una función principalmente gramatical, es decir, otorga una información respecto al género, número, persona verbal, entre otros. Un ejemplo de esto es el sufijo ae que indica plural y permite la construcción del término en latín glandulae (glándulas). Los sufijos de tipo derivativo ampliamente utilizado en TA cumplen la función de cambiar la categoría gramatical de la palabra, por ejemplo: pasar de un verbo a un sustantivo, como es el caso del sufijo on del término tendón [tendlat. 'poner tenso' (verbo) + on(em) (sufijo) lat.]. Estas últimas dos clases de sufijos, flexivos y derivativos, no se analizaron en gran profundidad ya que, como se mencionó, su función es netamente gramatical, por lo que no ejerce un rol significativo en la asociación de los términos a través del análisis del origen etimológico de la palabra.
DISCUSIÓN
El objetivo del presente estudio fue analizar desde un punto de vista etimológico los prefijos y sufijos incluidos en TA. Se pudo corroborar el gran uso de estos afijos en la construcción de términos utilizados e incluidos en TA y su presencia se extiende sobre todos los sistemas y regiones del cuerpo humano. Por lo tanto, el conocimiento y la comprensión de éstos, facilitará los procesos de enseñanza y aprendizaje de una gran cantidad de términos anatómicos.
La anatomía humana es reconocida como una asignatura compleja y muchas veces desmotivadora, debido a su abundante vocabulario (Torres, 2013). Sin embargo, el comprender los términos desde sus orígenes, contribuye a que estos tomen sentido y mayor comprensión (Moore et al., 2010). Si reflexionamos sobre la conformación del término nos resultará mucho más sencillo trasladar su significado de una manera eficaz y comprensible.
Dentro del amplio uso de prefijos se puede constatar que todos ellos son concordantes con su utilización en anatomía, es decir, cada prefijo se relaciona perfectamente con el uso que se le da en la descripción anatómica. Sin embargo, en la realización de este estudio se pueden poner bajo la lupa ciertos prefijos que aparentemente significan lo mismo, pero que podrían tener ciertas diferencias. Tales casos son: 1) sub - infra - hipo; 2) Supra - super - epi; 3) intra - endo.
Los prefijos sub, infra e hipo son definidos en las Tablas I y II como “debajo”, “abajo” o “debajo de”. Sin embargo, existen diferencias entre ellos. Los prefijos sub e infra son de origen latino e hipo de origen griego, a su vez los prefijos infra e hipo también pueden referirse a inferioridad “inferior de” o “bajo nivel de” y finalmente el prefijo hipo, además, pude hacer referencia a “escases de” (Real Academia Nacional de Medicina de España, 2011).
Los prefijos supra, super y epi son definidos en las tablas I y II como “encima” o “sobre”. Sin embargo, existen ciertas diferencias entre ellos. Lo prefijos super y supra son de origen latín a diferencia del prefijo epi que es de origen griego; a su vez, el prefijo super no solo hace referencia a encima o sobre, sino que también, puede significar: 1) “pre- eminencia” o “excelencia”, 2) “en grado sumo” o 3) “exceso”, esto podría explicar su poco uso en TA (Real Academia Nacional de Medicina de España).
Los prefijos intra y endo son definidos en las Tablas I y II como “en el interior”, “hacia el interior” y “dentro”. La diferencia subyace en que uno es de origen latino (intra) y otro de origen griego (endo), sin embargo, su uso no parece tener mayores diferencias (Real Academia Nacional de Medicina de España).
Los sufijos de tipo apreciativos analizados en nuestro estudio, se diferencian de los otros tipos de sufijos, en su capacidad de unirse a la raíz sin que esto conlleve a una alteración del significado léxico de esta (Marcos, 1980). En nuestros resultados es posible encontrar los términos arteria y arteriola, donde el sufijo ola confiere la característica de pequeña, sin altera el significado principal que hace referencia a arteria. El sufijo ola forma parte de una serie de terminaciones utilizadas para dar característica de pequeño, los denominado sufijos -diminutivos- (Tabla III). Un resultado interesante es el sufijo ote que generalmente se utiliza para dar característica de grande, sin embargo, en TA es utilizado para la creación del término islote, islotes pancreáticos e islotes olfatorios, sugerente a una estructura de menor tamaño respeto a otra. Del mismo modo, la terminación illo (illu(m) latín) utilizada para la creación de términos como frenillo, conductillo, huesecillo y lobulillo, confiere característica de pequeño y es ampliamente usada en el castellano. Sin embargo, de los términos mencionados solo frenillo posee el sufijo en latín illum (Frenulum), por lo cual el uso de esta terminación, illo, puede ser sujeta a mayor análisis (Lizama-Pérez et al., 2020) y a futuras investigaciones.
Dentro de los sufijos de tipo apreciativo, nuestros resultados muestran los de -abundancia-, con el sufijo os, el que permite la construcción de los términos fibroso, membranoso, entre otros. Estos permiten otorgar el sentido de abundancia de fibras y membranas, respetivamente, dando origen a términos tales como: trígono fibroso derecho, trígono fibroso izquierdo, anillo fibroso derecho/izquierdo, laberinto membranoso, bursa del músculo semimembranoso. Todos ellos sugerente a una estructura abundante en fibras o membranas.
Los sufijos apreciativos del tipo -hacen algo-, están presentes en TA con las terminaciones nte, dor(a), tor. Estos permiten la formación de términos como, por ejemplo: eferente, deferente, aductor, obturador, abductor, corrugador, elevador, entre otros. Estos sufijos permiten otorgar la característica de acción “llevar” o “conducir”. Un ejemplo de esto pude ser el músculo aductor largo, donde el término aductor indica que el músculo cumple una acción de “llevar” o “conducir” hacia la aducción.
En cuanto al idioma oficial de TA, la FIPAT es clara en transmitir que este debe ser el latín. Sin embargo, no deja de llamar la atención que los términos allí incluidos poseen sus orígenes en la antigua Grecia y Roma (Sakai), con una fuerte influencia del latín clásico y el griego (Wulff, 2004). Es así como nuestros resultados reafirman este postulado, al demostrar que los prefijos y sufijos utilizados para la descripción anatómica, tienen un origen compartido entre latín y el griego. Lo interesante es que independiente del origen de cada afijo, estos cumplen fielmente su función en la construcción y sentido de los términos anatómicos. Un claro ejemplo de ello son los términos “subtálamo” e “hipotálamo”, dos estructuras distintas que conforman parte del diencéfalo y se ubican bajo el tálamo. La única diferencia de estos dos términos en cuanto al lenguaje es la procedencia de su prefijo (Cortés & Ureña).
Ahora bien, para aplicar estos resultados es importante definir el aprendizaje como un cambio de conducta más o menos permanente, lo cual es producto de la experiencia o las vivencias. Para que este cambio se produzca, es necesario que el sujeto transforme la información que recibe, por lo tanto, no se trata sólo de captar datos, sino más bien, de hacer con ellos un trabajo de construcción (Martínez, 1994). Por tanto, con este trabajo se busca que el estudiante logre comprender la construcción del término anatómico, pudiendo así alcanzar un aprendizaje significativo.
Finalmente, este estudio analiza y expone el uso de prefijos y sufijos en TA, estableciendo que cada uno de ellos logra dar claramente un sentido a las palabras de las cuales forma parte, llegándose a hipotetizar que el conocimiento sobre esta materia por parte de docentes y estudiantes podría favorecer los procesos de enseñanza y aprendizaje de la anatomía humana.