INTRODUCCIÓN
En el mundo las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) han tenido un aumento exponencial en las últimas décadas, con una incidencia en las tasas de mortalidad de un 60 % (Organización Mundial de la Salud, 2016). El informe de seguridad alimentaria y nutricional para America Latina y el Caribe (2016), sitúa a Chile como el país con más sobrepeso y obesidad con valores del 63 % y con sedentarismo de 86,7 % (Organización Mundial de la Salud). La Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Salud de Chile (2017), registra aumentos en los niveles de sobrepeso de un 71 % y obesidad mórbida de un 3,2 %, con porcentajes de síndrome metabólico de un 40,1 %.
El sobrepeso y la obesidad se considera como una enfermedad de origen multifactorial producida por un balance positivo con aumento excesivo de peso y masa grasa corporal (Crocker & Yanovski, 2009), que se asocian a síndrome metabólico, enfermedades crónicas no transmisibles y a otras patologías (Lloyd, 2012, Rodríguez et al. 2019). El último informe de la Organización Mundial de la Salud, estima que cada año se suman 3,6 millones de personas obesas en el mundo (Organización Mundial de la Salud, 2016). Sin embargo, la paradoja se presenta cuando la mayoría de los estudios muestran que estas patología son en gran medida prevenibles con una dieta saludable y actividad física regular (Rodríguez-Guzmán et al., 2006). Leiva et al. (2018) en su estudio en población chilena, recomiendan que tanto las políticas de Educación y de Salud Pública chilenas deberían priorizar estilos de vida saludable en los estudiantes desde temprana edad.
En Chile las políticas educativas de enseñanza básica y de media se centran en tres tipos de establecimientos, municipales, subvencionados y particulares, según sea el financiamiento recibido (Ministerio de Educación, 2018). La Educación Básica en el sistema chileno (6 años a 13 años), declara que los profesores deben orientar sus objetivos en la adquisición de conocimientos, hábitos de postura, higiene y salud en sus educandos. Estudios realizados en esta población estudiantil, muestran altos valores de sobrepeso y obesidad de un 52,5 % y niveles de riesgo metabólico de un 35 % (Brito-Hernández et al., 2018), sugiriendo mejorar las políticas de salud educativa en esta población estudiantil. Sin embargo, estudios de riesgo de enfermedades crónicas no transmisible en estos profesores, cuya función es formar integralmente a las nuevas generaciones, son escasos. Estudios de esta naturaleza pueden ser de gran valor para orientar e implementar políticas y programas educativos de mejoramiento de la calidad de vida de profesores y estudiantes de los sistemas educacionales (Bencomo et al., 2011; Reynoso Vázquez et al., 2018). Específicamente el objetivo de este estudio fue determinar el perfil antropométrico y el riesgo metabólico en profesores de enseñanza básica de colegio particular subvencionado de Arica-Chile.
MATERIAL Y MÉTODO
Este estudio corresponde a un diseño de tipo cuantitativo, no experimental, descriptivo y correlacional. se desarrolló entre marzo y julio de 2018. La población estuvo compuesta por el total de los profesores de Enseñanza Básica del colegio North American College de Arica, establecimiento de tipo escolar subvencionado. El tamaño de la muestra quedó constituido por 12 hombres y 29 mujeres docentes (n=41), quienes aceptaron participar. Luego de firmar los consentimientos informados, fueron evaluados según: peso y talla, para calcular el índice de masa corporal (IMC), utilizando la fórmula de Quetelet (peso en kilógramos/talla en metros al cuadrado) (Ministerio de Salud, 2017). Luego se midió el perímetro de cintura (CC), índice cintura-talla (ICT), masa grasa (MG), masa muscular (MM) y masa grasa visceral (MGV). El riesgo metabólico se determinó utilizando el índice de cintura/talla según protocolos de Ashwell & Gibson y Huamán et al. (2017), con punto de corte 0,50. Para determinar los porcentajes de MG, MM y MGV, se utilizó balanza de control corporal de bioimpedancia eléctrica Omron, modelo HBF-514C (Omron Healthcare, Inc USA), con valores referenciales incorporados. La sensibilidad para la estimación del porcentaje graso fue de 0,1 % (Lamb et al., 2014). Posteriormente, se aplicó el cuestionario internacional de actividad física (Cuestionario abreviado, IPAQ, 2007), que clasificó a los profesores en nivel de actividad física bajo, moderado y alto (Mantilla Toloza & Gómez Conesa, 2007; Arteaga et al., 2010; Morales et al., 2017). Los protocolos éticos del proyecto fueron aprobados por el Comité Ético Científico de la Universidad de Tarapacá (Acreditado).
Los datos fueron analizados con lenguaje estadístico de código abierto R. También se utilizó planilla de cálculo para adecuar la data. Luego se procedió a realizar descriptiva mediante estadísticos de tendencia central, dispersión, conteos y porcentajes. Cuando fue necesario se realizó inferencia utilizando significancia p<0,05 (t-test). Se procedió de forma bivariada pudiendo establecer estadístico de correlación de Pearson, entre variables cuando era pertinente estudiar la correlación (r >0,5).
RESULTADOS
En la Tabla I se observa que en general los profesores del estudio presentan altos porcentajes de masa grasa (38.4 %), un índice cintura/talla de 0,53 (superior al punto de corte) (Ashwell & Gibson), y un índice de masa corporal de sobrepeso (28,0).
Tabla I Características antropométricas de los profesores de Enseñanza Básica, colegio particular subvencionado (n= 41).

D.E= Desviación Estándar, Pcin= Perímetro de cintura; ICT= Índice de cintura-talla; IMC= Índice de Masa Corporal; MG= Masa Grasa; MM=masa muscular; MGV= masa grasa visceral.
La Tabla II muestra que la población según género, es homogenea en cuanto a edad y talla. Sin embargo, las mujeres presentan ICT promedios, con valores justo en el punto de corte de 0.5 (poco riesgo metabólico) a diferencia de los hombres con un valor de 0,56 (mayor riesgo metabólico). Lo mismo se observa en el IMC, donde ambos sexos presentan índices altos de masa corporal, sin embargo las mujeres registran valores de sobrepeso (26,9), mejores que los hombres quienes presentan índices de obsesidad (30,7). Igual comportamiento se observa en los porcentaje de MGV, donde las mujeres presentan porcentaje significativamente menores respecto a los hombres (7,6 % / 11,3 % respectivamente). Se observa que en general las mujeres presentan mejores registros en los perfiles antropométricos (p<0,05).
Tabla II Características antropométricas según género de los profesores de colegio subvencionado (n= 41).

D.E.= Desviación Estándar, Pcin= Perímetro de cintura; ICT= Índice de cintura-talla; IMC= Índice de Masa Corporal; %MG= Porcentaje de Masa Grasa; %MM= Porcentaje de masa muscular; %MGV= Porcentaje de masa grasa visceral. *p<0,05
Se observa en la Tabla III los valores desagregados en las diferentes variable en estudio, según el sexo. Las profesoras presentan mejores registros en el IMC, sobre todo en obesidad, con índices de 24,1 %, significativamente más bajos que en los hombres con registros de un 50 % de obesidad. Un 63,4 % del total de la población en estudio presenta porcentaje de masa grasa muy alto, sin grandes diferencias entre género. Igual se observa para masa muscular donde 56,1 % presentan baja masa muscular. Respecto a los porcentajes de MGV, los hombres presentan un porcentaje de grasa visceral alto de 41,7 %, significativamente mayor respecto a las mujeres 24,1 % (p<0,05).
Tabla III Composición corporal general y según género de los profesores de Enseñanza Básica, colegio particular subvencionado (n= 41).

La Tabla IV muestra los resultados según la encuesta de actividad física (IPAQ, cuestionario abreviado). Se observa que la población en estudio presenta bajos niveles de actividad física, indicando que el 41,5 % de la población no realiza actividad física y solo un 19,5 % realiza actividad física alta. No se observan diferencias significativas entre sexos.
Tabla IV Nivel de actividad física según IPAQ, de los profesores de ciclo básico de colegio particular subvencionado (n=41).

En la Tabla V se observa que la población general presenta un alto porcentaje de riesgo metabólico (58,5 %) y según sexo, este riesgo es significativamente mayor en loshombres con valores de 75 %, respecto a las mujeres con un 51,7 % (p<0,05).
Tabla V Riesgo metabólico, según índice cintura talla (ICT) en los profesores de colegio particular subvencionado, general y según genero (n=41).

*p=0,05
En el Figura 1, A se observa una correlación positiva entre el índice de masa corporal y el porcentajes de masa grasa. En B y C, se observan correlaciones positivas entre el índice de masa corporal y las variables de porcentaje de masa grasa visceral (0,84) e índice cintura talla (0,84). En D se observa una correlación negativa alta entre porcentaje de masa muscular y el porcentaje de masa grasa (0,85). En todos los gráficos se observa un alto coeficiente de correlación (valor absoluto r >0.5).
DISCUSIÓN
La Fundación Chile, revela que el 42 % del profesorado presenta altos niveles de estrés, asociado en un 61 % a falta de ejercicio físico (Fundación Chile, 2018). Nuestros resultados corroboran esta información, donde se muestra que solo el 19,5 % de los profesores presenta un nivel de actividad física alta, y según sexo, las mujeres presentan mejores niveles que los hombres (20,69 % y 16,6 % respectivamente, Tabla IV). Similares resultados también reporta Hall López et al. (2012), en profesores mujeres y hombres de cultura física de México. Bencomo et al. reportan una directa relación entre baja actividad física y factores de riesgo de obesidad y sobrepeso en personal docente universitario venezolano, donde los hombres presentan mejores índices de actividad física respecto de las profesionales mujeres. Arteaga et al., en un estudio con adultos jóvenes chilenos, muestran que los niveles altos de actividad física en los hombres, resulta ser un agente protector de riesgo cardio vascular metabólico, respecto a las mujeres con menos niveles de actividad física. Morales et al. (2017), en un estudio con jóvenes universitarios, reportan mejores niveles de actividad física en los hombres, sin embargo, respecto a los niveles de sedentarismo, los hombres presentan mayores niveles de sedentarismo respecto de las mujeres. Además encuentran una relación directa entre obesidad abdominal, síndrome metabólico, triglicéridos elevados y bajos niveles de actividad física. Modelos antropométricos comparativos son de gran valor para contrastar los cambios o modificaciones en la morfoestructura y la fisiología humana, entre individuos sedentarios y los que practican actividad física (Moreno González, 2010; Rodríguez et al., 2010; Ashwell & Gibson; Huamán at al.; Díaz Díaz et al., 2017).
Los altos porcentajes de masa grasa (38,4 %), un índice de masa corporal general de sobrepeso y obesidad de 68,3 %, un índice cintura talla (ICT) de 0,53, valor superior al valor de normalidad de 0.5 (Ashwell & Gibson), de esta población en estudio (Tablas I, II y III), son concordantes con los obtenidos por Morales et al. (2018), en docentes universitarios de Perú, encontrando índices de sobrepeso y obesidad de un 72,7 %, presentando las docentes mujeres mejores índice de peso corporal. Rodríguez et al. (2019), determinan que altos niveles de sobrepeso, obesidad y porcentajes de masa grasa, promueven cambios metabólicos y estructurales que provocan una mayor susceptibilidad a una serie de sucesos, como enfermedades cardiovasculares, pulmonares, renales y biliares, por lo tanto el control de estas variables son de gran importancia en la expresión del riesgo metabólico. La Encuesta Nacional de Salud (Ministerio de Salud), reporta valores de riesgo metabólico para la población general chilena de un 40,1 % (37,4 % y 42,9 % para mujeres y hombres respectivamente). En la Tabla V de nuestros resultados se observan grandes alteraciones de estos parámetros, reflejando un riesgo metabólico de un 58,5 %, donde los profesionales hombres presentan niveles de un 75 %, mientras que las mujeres valores significativamentes más bajos de 51,7. Esta población de profesores muestra un porcentaje promedio de grasa central, medida según el perímetro cintura de 85,8 cm. (con 83,4 cm para mujeres y 91,6 cm para hombres respectivamente), valores que se encuentran sobre la normalidad, de 80 cm para mujeres y 90 cm para hombres (Ministerio de Salud). Rodríguez-Guzman et al. declaran que la actividad física, el gasto energético y el control del peso corporal son factores esenciales para bajar los índices de riesgo de enfermedad cardiovascular, promoviendo mejores oportunidades de bienestar en la población docente, haciendo extensivos los cambios favorables a la población estudiantil que educan.
Los resultados de este estudio se muestran una gran correlación entre las variables (r >0,5), indicando que a mayor IMC, mayores son los porcentaje de masa grasa central, masa grasa visceral e índice cintura-talla (gráfico 1), similares estudios reportan directa relación entre estos parámetros alterados y síndrome metabólico (Moreno González; Huamán et al.; Díaz Díaz et al.). Reynoso Vázquez et al., hacen un extenso análisis de la asociación directa entre la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles en población mexicana, concluyendo que la falta de actividad física altos niveles de sedentarismo y otros factores socioculturales son los responsables directos de esta problemática, sugiriendo implementar mejores políticas de salud pública en cuanto a la nutrición correcta, control de la alimentación industrializada y estilos de vida saludables. Un estudio de Ponce y Ponce León et al. (2016), en profesorado mexicano registra un IMC de sobrepeso y obesidad de un 81,3 %, sin embargo estos profesores presentan una autopercepción errónea de su salud, autodefiniendose como físicamente sanos en un 68,9 % y sanos un 74,7 %. Leiva et al., en población adulta chilena, determinan que mejores estilos de vida saludable bajan los factores de riesgo cardiometabólico, aumentando la esperanza de vida en 07 años o más años y que la incentivación hacia estos estilos de vida deben ser desde la primera infancia.
Según lo planteado por el Ministerio de Salud, Chile presenta una alta tasa de enfermedades no transmisibles y una baja en factores protectores, con altas inequidades en la prevalencia de estas patologías, por lo tanto se debería considerar los determinantes sociales e intersectoriales para mejorar la salud pública de la población. Según el informe de la “radiografía de la obesidad en Chile” (Ministerio de Desarrollo Social y Familiar, 2019), el sedentarismo presenta valores nacionales de un 66,2 %, sin embargo en la Región de Arica y Parinacota (lugar de este estudio) estos valores se incrementan a un 84 %, asociados a factores de menores ingresos económicos, con índices de sobrepeso y obesidad de 75 % en adultos y de un 50,9 % en la población escolar.
CONCLUSIONES
Se concluye que los profesores presentan valores antropométricos alterados que indican altos índices de riesgos metabólicos y con bajos niveles de actividad física. Independientemente, las mujeres presentan mejores índices morfométricos en todos los parámetros en estudio respecto a los profesores hombres. Existe una alta correlación (r) entre índice de masa corporal y los porcentajes de masa grasa visceral e índice cintura talla, igualmente a mayor grasa central menor masa muscular. Se sugiere enfocar las intervenciones educativas según sello de vida saludable, incentivando la actividad física y mejorar los hábitos alimenticios en los profesores.