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Revista chilena de radiología
versión On-line ISSN 0717-9308
Rev. chil. radiol. v.9 n.1 Santiago 2003
http://dx.doi.org/10.4067/S0717-93082003000100001
Revista Chilena de Radiología. Vol. 9 Nº 1, año 2003
EDITORIAL
El diagnóstico por imágenes involucra el estudio de la anatomía normal, los diferentes procesos patológicos que la afectan y en algunos casos su alteración funcional. Ello requiere un acabado conocimiento de estas condiciones.
Indudablemente cada vez la subespecialización en diferentes áreas del quehacer radiológico nos permiten efectuar esta labor de mejor modo.
Sin embargo, hay una aparente disociación en el lenguaje de los referentes anatómicos entre los que ejercemos la especialidad por algunos años y las nuevas generaciones de médicos.
Al revisar la anatomía de la región inguinal, para objetivar su estudio mediante ultrasonografía, fui al reencuentro de los olvidados días de Universidad a través de esa gran obra que es La Anatomía de Testut y Latarget. Nuevamente los nombres de ligamentos de Poupart, Gimbernat, Cooper y Colles se me hacían difíciles de recordar y ubicar.
En el proceso de enseñanza a los médicos en formación en radiología, he ido aprehendiendo tanto de ellos como lo que he pretendido enseñar y uno de ellos me hace mirar hacia la Nómina Anatómica.
Desde 1895 los anatomistas sienten la necesidad de un lenguaje de aceptación internacional, pero el proceso dura un largo tiempo. En 1955 se adopta la nomenclatura de Paris y en el decimoprimer Congreso en México en 1980, el proceso culmina con una nomenclatura internacional anatómica, embriológica e histológica, aun cuando hay algunas modificaciones posteriores.
De esta forma los ligamentos de Poupart, Gimbernat; Cooper y Colles son actualmente en forma respectiva, inguinal, lacunar, pectíneo y reflejo. Nombres que se asocian mejor a su morfología y otros puntos de referencia anatómica.
Para la adaptación de esta nueva terminología existen varias obras de bajo costo. Y es esta terminología en nuestro idioma la que trataremos de adoptar en la revisión de los trabajos a ser publicados en nuestra revista
Es probable que para mucho, entre los que me incluyo, sea difícil cambiar de ángulo de Treitz a ángulo duodeno-yeyunal. Sin embargo, en esta época de facilidades de comunicación la ventaja de una terminología internacionalmente reconocida es una necesidad objetiva.
Dr. José D. Arce V.