Introducción
El síndrome de burnout fue originalmente expuesto por Herbert Freudenberger1, y la primera formulación teórica fue desarrollada por Cristina Maslach, quien planteó una estructura de tres dimensiones que explican la ocurrencia del síndrome en base al agotamiento emocional, la despersonalización y la baja realización personal2. Poco después, junto con Susan Jackson, diseñaron el Burnout Maslach Inventory para medir el síndrome en base a las tres dimensiones propuestas3. Desde entonces se han desarrollado una amplia variedad de estudios en profesiones de servicios humanos, preferentemente en trabajadores del sector salud, educación y seguridad4. En el caso de las profesiones de salud, han sido más comunes los estudios en médicos5,6, enfermeras7–9 y otras profesiones afines10, señalándose que, estos grupos profesionales están expuestos a diversos riesgos ocupacionales de tipo biológico11,12 y psicosocial que afectan su calidad de vida en el trabajo13.
Precisamente, entre los múltiples factores que están implicados en la incidencia del síndrome de burnout, los factores de riesgo psicosocial son los más relevantes, ya que las condiciones laborales extenuantes generan estrés laboral que, al tornarse crónico, desencadenan la sintomatología del síndrome de burnout4,14.
Dentro de los factores de riesgo psicosocial laboral que intervienen en la ocurrencia del síndrome se puede mencionar el clima organizacional negativo15, la insatisfacción laboral16, el acoso laboral y hostigamiento psicológico en el trabajo17, el bajo salario18, la especialidad médica19, la interacción médico-paciente20, la sobrecarga laboral21 y las relaciones interpersonales con los compañeros de trabajo22.
Asimismo, diversos factores de índole personal, también se han asociado al síndrome de burnout, tales como el sexo femenino23,24, la falta de experiencia mediada por la edad24, el estado civil soltero25 y otras de índole psicológica. En tal sentido, el síndrome de burnout en médicos se ha asociado positivamente con estrategias inadecuadas de afrontamiento del estrés26, sentimientos de pérdida de la ilusión por el trabajo27, sintomatología depresiva28,29 y tendencias suicidas30; mientras que se ha asociado negativamente con el sentido de autoeficacia profesional31, el bienestar psicológico32, ciertos valores personales y profesionales33, sensibilidad interpersonal positiva y expresión de emociones positivas34, así como recursos personales positivos35. Puede decirse entonces, que los factores de riesgo y afectación del síndrome de burnout abarcan el nivel personal y organizacional36, que repercute en su rendimiento laboral, y en salud física y mental37.
En tal sentido, es importante fomentar una cultura de prevención del síndrome de burnout entre los estudiantes de medicina, que integre diversos aspectos técnicos, pedagógicos y psicológicos de la formación médica38, pues desde el ingreso y a lo largo de toda la carrera y etapas posteriores a la formación en pregrado, los estudiantes de medicina están expuestos a diversos estresores, que tienen repercusiones en el síndrome de burnout. Así, tenemos que desde que los estudiantes son ingresantes están sujetos a presiones familiares por seguir la carrera de medicina, bien porque hay médicos en la familia, bien porque se desea tener mayor prestigio profesional39. Asimismo, los estudiantes de medicina suelen tener altas tasas de sintomatología de trastornos mentales, como ha sido reportado en un estudio con una muestra de alumnos de tercer año de medicina de una universidad privada de Lima, donde el 41,8% obtuvo puntajes positivos para trastornos de ansiedad y trastornos de personalidad, siendo más frecuente el de tipo compulsivo40. En otro estudio, con 284 estudiantes del norte de Perú, 7,4% tuvo diagnóstico previo de ansiedad y 6,7% de depresión, además, un 49,07% reportó al menos un trastorno mental, entre los que figuran la hipomanía y el episodio depresivo41.
Así, se tiene que entre los factores que actúan como estresores de los estudiantes de medicina, resaltan las evaluaciones42, el miedo a enfermar o morir43, las normas de bioseguridad44, la realización de la tesis45, las prácticas profesionales46, etc. Un estudio en siete facultades de medicina de todo el Perú con 557 estudiantes, reportó que 8% padecía del síndrome y que la prevalencia aumenta con los años de estudios, asociándose positivamente al consumo de cigarrillos y negativamente al mayor tiempo dedicado al estudio47. En el caso de los internos de medicina, el burnout también es un fenómeno prevalente48 y se ha asociado con las relaciones interpersonales en el trabajo, mientras que el agotamiento emocional se correlaciona con el número de hijos, alcanzando una prevalencia de 9,1% en internos de medicina de Colombia49.
En los médicos residentes, se han reportado como principales fuentes de estrés crónico, las complicaciones de los pacientes, la toma de decisiones, el exceso de trabajo y las guardias24, mientras que otros estudios indican que el estrés profesional de los residentes es mayor en los médicos de especialidades quirúrgicas que de las especialidades clínicas19. En los médicos especializados, se ha reportado que la prevalencia del síndrome es mayor en los pediatras50, mientras que otros estudios señalan que es mayor en los emergencistas16. Asimismo, se ha indicado que entre los estresores de los médicos se tiene las condiciones de vida51 y la falta de conocimientos en diversas áreas de índole científica52,53 y diagnóstica54,55.
Los estudios sobre síndrome de burnout en médicos de Perú, no han sido muchos, ya que la mayoría se realiza en personal de enfermería7–9, o en muestras mixtas de personal sanitario14,16; pero pueden encontrarse diversos estudios en Lima23, Tacna56 y Cusco57. Mientras que en Arequipa se ha reportado que las enfermeras presentan mayor síndrome de burnout que los médicos, sobre todo en la dimensión de agotamiento emocional16. También se ha reportado más recientemente, que 84% de 200 médicos de la ciudad, ha sido víctima de violencia en su centro de trabajo, pero 65% no reportó el hecho, y solo en 1,8% se procedió a investigar la agresión; que fue perpetrada por un familiar o acompañante del paciente en 69% de los casos58.
Método
La presente investigación pretende valorar la prevalencia del síndrome de burnout en una muestra de médicos de la ciudad de Arequipa, por tanto, se trata de un estudio de carácter descriptivo a un nivel de investigación comparativo.
Participantes
La muestra estuvo constituida por 87 médicos de la ciudad de Arequipa, de los cuales 65,5% fueron varones y 34,5% mujeres, con una edad promedio de 35 años y una desviación estándar de ± 10,04 dentro de un rango de 23 a 61 años. El 49,4% es soltero, 47,1% está casado y 3,4% es conviviente. El 52,9% no tiene hijos, 10,3% tiene un hijo, 24,1% tiene dos, 11,5% tiene tres y 1,1% tiene cuatro hijos. Asimismo, el 8% trabaja en postas de salud, 8% en consultorios privados, 5,7% en el Instituto Regional de Enfermedades Neoplásicas, 46% en el Ministerio de Salud y 32,2% en EsSalud (Seguro Social de Salud). El 16,1% son internos de medicina, 40,2% son médicos contratados, 33,3% son médicos residentes, 4,6% son médicos asistenciales y 5,7% son jefes. En cuanto al tiempo de servicios el 71,3% labora menos de 10 años, 11,5% trabaja aproximadamente 10 años y 17,2% más de 10 años.
Instrumento
Para recoger los datos se empleó una ficha con datos sociodemográficos, y para evaluar la variable de estudio, el Inventario de Burnout de Maslach que ha sido aplicado en investigaciones previas en el sector salud7,8,14,16 y consta de 22 ítems y tres factores que evalúan las dimensiones del síndrome: agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal. La prueba cuenta con validez de constructo e índices de consistencia interna que superan el 0,7.
Procedimiento
Los médicos fueron evaluados en sus respectivos centros de trabajo, previa explicación de los objetivos del estudio y con la garantía de que sus datos serán utilizados con reserva y solo con fines académicos. La muestra fue seleccionada mediante métodos no probabilísticos con la técnica de muestreo por cuotas.
Análisis de datos
Para el análisis de datos se utilizarán, en primer lugar, estadísticos descriptivos (media, desviación estándar, asimetría y curtosis). La distribución de los datos se analizó con la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Para los análisis comparativos se utilizaron los estadísticos no paramétricos U de Mann Whitnney y Kruskall Wallis para la comparación de dos grupos y más de dos respectivamente. La estimación del tamaño del efecto se realizó a partir del cálculo de la probabilidad de superioridad (PS), donde valores de 0,56, 0,64 y 0,71 expresan un tamaño del efecto pequeño, moderado y grande respectivamente59,60. Así también, se calculó el etacuadrado (
Resultados
La Tabla 1 permite reportar que 42,5% de los médicos participantes presentan niveles leves de agotamiento emocional, 29,9% moderados y 27,6% severos. El 28,7% tiene niveles leves de despersonalización, 21,8% moderados y 49,4% severos. Asimismo, 52,9% tiene niveles leves de baja realización, 12,6% moderados y 34,5% severos. Finalmente, 1,1% tiene niveles leves de síndrome de burnout, 92% moderados y 6,9% niveles severos.
Tabla 1 Estadísticos descriptivos y niveles del burnout y sus dimensiones
Estadísticos descriptivos | Niveles (%) | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
M | DE | g1 | g2 | K-S | sig. | Leve | Moderado | Severo | |
Burnout | 67,72 | 13,4 | 0,74 | 0,44 | 0,11 | 0,02 | 1,1 | 92 | 6,9 |
Agot. | 20,43 | 11,06 | 0,16 | -0,36 | 0,06 | 0,20 | 42,5 | 29,9 | 27,6 |
Desper. | 9,41 | 6,25 | 0,16 | -1,01 | 0,09 | 0,04 | 28,7 | 21,8 | 49,4 |
Realiz. | 37,89 | 8,91 | -0,59 | -0,87 | 0,17 | 0,00 | 52,9 | 12,6 | 34,5 |
M= media; DE= desviación estándar; g1= asimetría; g2= curtosis, K-S= coeficiente Kolgomorov Smirnov; sig.= significancia estadística; Agot.= agotamiento emocional; Desper.= despersonalización; Realiz.= realización personal.
Para realizar las comparaciones de los datos, se aplicó previamente la prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov y los estadísticos resultantes sugirieron que la mayoría de variables no presentaban una aproximación a una distribución normal (p < 0,05; Tabla 1), por tanto, se determinó trabajar con pruebas estadísticas no paramétricas. En la Tabla 2 se tienen las comparaciones por sexo, se aplicó la prueba U de Mann-Whitney, reportándose que no existen diferencias estadísticamente significativas ni tamaño del efecto (PS < 0,56).
Tabla 2 Comparación por sexo
Hombres Rango promedio |
Mujeres Rango promedio |
U | Sig. | PS | |
---|---|---|---|---|---|
Burnout | 43,85 | 44,28 | 846,5 | 0,81 | 0,49 |
Agot. | 43,54 | 44,88 | 828,5 | 0,17 | 0,48 |
Desper. | 41,29 | 49,15 | 700,5 | 0,15 | 0,41 |
Realiz. | 46,82 | 38,65 | 694,5 | 0,94 | 0,38 |
U= U de Mann Whitnney; sig.= significancia estadística; PS= probabilidad de superioridad.
Asimismo, la Tabla 3, permite observar que solo existe diferencia estadísticamente significativa en la despersonalización (p < 0,05) a favor de aquellos médicos que tienen menos de 10 años de servicio, con un tamaño del efecto moderado (
Tabla 3 Comparación por tiempo de servicio
Menos 10 años Rango promedio |
10 años Rango promedio |
Más de 10 años Rango promedio |
χ2 | Sig. |
|
|
---|---|---|---|---|---|---|
Burnout | 46,89 | 32,75 | 39,57 | 3,26 | 0,19 | 0,015 |
Agot. | 46,1 | 35,6 | 40,9 | 1,77 | 0,41 | 0,003 |
Desper. | 48,3 | 33,75 | 33,07 | 6,28 | 0,04 | 0,051 |
Realiz. | 40,69 | 52,3 | 52,17 | 3,74 | 0,15 | 0,021 |
χ2= Chi cuadrado de Kruskal Wallis; sig.= significancia estadística;
De igual manera, se observa una diferencia estadísticamente significativa en la despersonalización entre aquellos médicos solteros, casados y convivientes, a favor de estos últimos (p < 0,05), con un tamaño del efecto moderado (
Tabla 4 Comparación por estado civil
Soltero Rango promedio |
Conviviente Rango promedio |
Casado Rango promedio |
χ2 | Sig. |
|
|
---|---|---|---|---|---|---|
Burnout | 47,84 | 63,33 | 38,56 | 4,66 | 0,09 | 0,032 |
Agot. | 48,49 | 62,67 | 37,93 | 5,37 | 0,07 | 0,040 |
Desper. | 48,49 | 67,67 | 37,56 | 6,68 | 0,04 | 0,056 |
Realiz. | 39,55 | 39,83 | 48,98 | 3,03 | 0,22 | 0,012 |
X2= Chi cuadrado de Kruskal Wallis; sig.= significancia estadística;
Respecto a la comparación por lugar de trabajo, no se reportan diferencias al comparar el agotamiento (χ2 = 6,20, p = 0,19), la despersonalización (χ2 = 6,76, p = 0,15) y el burnout en general (χ2 = 4,26, p = 0,37), pero sí se observa diferencia estadísticamente significativa al comparar la realización personal (χ2 = 10,88, p = 0,03) a favor de aquellos que trabajan en postas médicas, con un tamaño del efecto moderado (
Finalmente, al comparar el burnout y cada una de sus dimensiones en función al cargo dentro del servicio hospitalario (Figura 1), solo se reportó la presencia de diferencias estadísticamente significativas en la realización personal (χ2 = 12,13, p = 0,02) a favor de los asistentes, con un tamaño del efecto moderado (
Discusión
El síndrome de burnout es un estado de desgaste profesional ocasionado por el estrés crónico que se vivencia en el trabajo, mediado por diversas condiciones laborales, de índole organizacional, sociolaboral e individual. En ese sentido, como ya ha sido explicado en el presente trabajo, se han detectado diversos factores que favorecen la ocurrencia del síndrome de burnout, pero puede decirse que, en el caso de los médicos, las asociaciones más fuertes se dan entre las condiciones psicosociales y la violencia que padece el médico de parte de los pacientes, familiares y acompañantes de los pacientes con su salud mental62; de modo que el síndrome de burnout se ha relacionado frecuentemente con síntomas depresivos y desgaste profesional28,29,63. Asimismo, es desde el periodo formativo que los médicos se encuentran expuestos a condiciones laborales estresantes que socavan su salud mental y los inducen al agotamiento emocional característico del síndrome de burnout64.
En tal sentido, en el presente estudio, se ha reportado una prevalencia de 6,9% de personal médico con niveles severos de síndrome de burnout, que se encuentra por debajo de 8% de los estudiantes de medicina de siete facultades de medicina de Perú47, de 10,9% reportado en médicos de Cusco57 y 15% de médicos de Tacna56, ambas ciudades dentro la Macroregión Sur del Perú, donde también se ubica la ciudad de Arequipa. Para el caso de Lima las cifras son muy variables, pues según Suca et al.48, al hacer una revisión de las tesis que tratan el tema del síndrome de burnout, la prevalencia del síndrome va desde un 11,49% hasta 57,02% en los médicos que radican en dicha ciudad.
A nivel internacional, en Argentina, se ha reportado un 10,71% de prevalencia del síndrome de burnout en médicos50, mientras que en España la prevalencia es de 12,6%32. En Colombia, se ha reportado que 9,1% de los internos de medicina padecen de síndrome de burnout49, en tanto que los estudiantes peruanos presentan una prevalencia del síndrome en 8% de los casos, según un estudio de Mejía et al.47. En tal sentido, en nuestro estudio, han sido los médicos asistentes quienes han registrado mayores niveles de baja realización personal con diferencias estadísticamente significativas por encima de los internos de medicina, los médicos residentes, los jefes de servicio y los médicos contratados. Esto podría explicarse porque los médicos asistentes secundan a los jefes de servicio, lo que implica en muchas ocasiones, suplir algunas de sus funciones administrativas, además, de cumplir con la atención de los pacientes y recibir un pago inferior. Por otro lado, los médicos que trabajan en postas de salud tienen más baja realización personal en comparación con quienes laboran en centros de salud, clínicas y hospitales; posiblemente, porque las postas de salud corresponden a los establecimientos de salud de menor rango, que se ubican en zonas alejadas de la ciudad y sin el debido equipamiento de aparatos e instrumental médico. Estas condiciones, podrían afectar, por tanto, la realización profesional de los médicos y orillarlos a padecer sintomatología propia del síndrome de burnout.
En cuanto al tiempo de trabajo, fueron los que tienen menos de 10 años de servicio los que obtuvieron puntajes mayores en despersonalización, dato que podría ser consistente con los estudios que indican que los profesionales más jóvenes son quienes presentan mayor prevalencia del síndrome debido a su falta de experiencia que se asocia con sentimientos de ineficacia4. Sin embargo, dado que se trata de la despersonalización, esto sugiere que son los más jóvenes quienes tienen un trato más distante con el paciente y sumen una conducta cínica frente a sus necesidades. En tal sentido, se ha señalado que la despersonalización puede aparecer como un mecanismo protector del síndrome de burnout, con la finalidad de mitigar los síntomas de desgaste profesional a través del distanciamiento, la falta de involucramiento para con el paciente65.
Por otro lado, no se han registrado diferencias significativas en función del sexo de los médicos, lo que contradice los diversos estudios que reportan un mayor nivel de síntomas del síndrome de burnout en la mujer, debido al conflicto de roles familiares con las funciones laborales, ya que la mujer es quien todavía asume preponderantemente, la organización de las tareas y actividades propias del hogar66, sobre todo en los países de Latinoamérica.
En suma, el presente trabajo, aunque se basa en una muestra pequeña de 87 médicos de la localidad de Arequipa, constituye un importante antecedente para la prevención del síndrome de burnout en personal médico de la ciudad. Se concluye que, en comparación con otras regiones del país como Cusco, Tacna y Lima, los médicos de la ciudad de Arequipa presentan una prevalencia más baja del síndrome, aunque el sentimiento de baja realización personal afecta más a los médicos que laboran en postas de salud y los que fungen como médicos asistentes, mientras que la despersonalización es mayor en quienes tienen menor tiempo de servicio.