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Chungará (Arica)

versión On-line ISSN 0717-7356

Chungará (Arica) v.34 n.2 Arica jul. 2002

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-73562002000200002 

Volumen 34, Nº 2, 2002. Páginas 153-166
Chungara, Revista de Antropología Chilena

CAZADORES RECOLECTORES COSTEROS Y SUS
CONTEXTOS DE TAREA: UNA VISIÓN DESDE EL
ASENTAMIENTO HOLOCÉNICO TEMPRANO DE PUNTA
PENITENTE (LV. 014), LOS VILOS

COASTAL HUNTER GATHERERS AND THEIR TASK CONTEXTS:
A VIEW FROM PUNTA PENITENTE (LV. 014), LOS VILOS, AN EARLY
HOLOCENE SETTLEMENT

César A. Méndez Melgar*

Se presentan los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en un sitio Arcaico de la comuna de Los Vilos (IV Región, Chile), centradas en los momentos Holocénico tempranos de su ocupación. La datación de la base del nivel Huentelauquén del sitio Punta Penitente (LV. 014), hacia el 8600 a.p., reveló ser la asignación cronológica más tardía para los contextos litorales de este complejo cultural en la zona de estudio, pudiéndose pensar en una prolongación local en al menos 1700 años. Se plantea una caracterización de la explotación de recursos de litoral por parte de los grupos responsables de su conformación, así como de la tecnología depositada en el contexto. Finalmente, se discute la funcionalidad del emplazamiento en un marco de la organización tecnológica de los grupos de cazadores recolectores.

Palabras claves: Cazadores recolectores costeros, Holoceno temprano, tecnología y subsistencia.

The results from the investigation of an Archaic period site in Los Vilos area (IV Región, Chile) are herein presented, with special regard to its Early Holocene context. The dating of the basal level of the Huentelauquén deposit of Punta Penitente (LV. 014) at 8600 b.p., is the latest date yet determined for the coastal contexts of this cultural complex, extending its local adaptation in more than 1700 years. Litoral resource exploitation and technology deposited in the context are characterized. Finally, the site function is discussed in the frame of the technological organization of hunter-gatherer groups.

Key words: Coastal hunter-gatherers, early Holocene, technology and subsistence.

El estudio de los sitios de tarea exhibe una importante gama de líneas para la investigación de las problemáticas de subsistencia y tecnología de los grupos humanos responsables de su creación. Si bien poseen problemas inherentes al tipo de registro que los caracteriza, su correcta interpretación se encuentra en la generación de metodologías que enuncien las preguntas apropiadas, así como en la explicitación de las limitantes enfrentadas. Lo anterior cobra importancia primordial en los depósitos culturales producto de la explotación del litoral, los que en virtud de su gran visibilidad, predictibilidad espacial y preservación arqueológica, corresponden a una entrada fundamental al tema de la economía de las poblaciones asentadas en el ámbito costero. En el norte semiárido, y en particular en la zona de la localidad de Los Vilos (IV Región de Coquimbo), las poblaciones cazadoras recolectoras del Holoceno dejaron tras de sí importantes evidencias de esta clase de depósitos, constituyéndose en un registro arqueológico, si bien no exento de problemáticas propias, bastante rico y característico de las estrategias de subsistencia, en especial en su relación con el medio ambiente. Esta particularidad no implica en lo absoluto homogeneidad en los contextos, siendo posible diferenciar, analíticamente, maneras particulares a través de las cuales los seres humanos se integraron social y tecnológicamente al proceso de explotación de los recursos.

A continuación, se pretende caracterizar al sitio Punta Penitente (LV. 014-Figura 1), el cual, a través de su estratigrafía multicomponente, exhibe una ocupación que se extiende por al menos 6500 años, desde el Holoceno temprano, hasta el Holoceno tardío, mostrando un proceso de reocupación del emplazamiento por parte de distintos grupos cazadores recolectores. Se plantea una primera instancia de exposición de los resultados y discusión de las evidencias correspondientes a los niveles más tempranos de su ocupación, en términos de su fechación absoluta, caracterización ergológico-cultural, registro ecofactual, tecnología y una aproximación a la funcionalidad del sitio.


Para tiempos de Holoceno temprano, la costa del norte semiárido presenta evidencias de ocupación humana asociadas a la presencia de litos geométricos y un énfasis en la bifacialidad, ya sea en forma de puntas de proyectil pedunculadas, sus preformas y grandes bifaces. El denominado Complejo Cultural Huentelauquén recibió atención por primera vez a finales de la década de 1950, siendo descrito hacia el año 1961 (Iribarren 1961); aunque no fuera fechado absolutamente sólo hasta casi 20 años después, en el sitio Quebrada Las Conchas, permitiendo definir una temprana ocupación (9680 ±160 a.p.), en asociación a fauna marina localmente extinta (Llagostera 1977). En el transcurso de su investigación, han sido intervenidos sus contextos (Gajardo 1962-3; Ampuero 1969; Weisner 1969), se le ha relacionado dentro del ámbito del semiárido (Bahamondes 1969, Llagostera et al. 2000) e integrado, tanto en un marco regional más amplio (Jackson 1997, 1998) como fuera de su dispersión areal ("Milling Stone Horizon" en California, Iribarren 1961, Gajardo 1962-63). En la comuna de Los Vilos, la investigación sistemática ha revelado interesantes contextos, cuya primera datación, en Punta Ñagué (LV. 098), 10120 ±80 a.p. (Jackson 1993), atestiguó lo temprano de la explotación litoral del semiárido y modificó las fechas más tempranas para los inicios de este complejo, situación confirmada posteriormente a partir de la intervención del contexto de Punta Purgatorio (LV. 079) y su datación de 10040 ±70 a.p. (Jackson et al. 1997-98).

Área de Estudio, Paleoambiente y Asentamiento

La Punta Penitente (31°51'24" L.S. y 71'30'38" L.O.) corresponde a una puntilla costera elevada (40 msnm), 5 km al noroeste del pueblo de Los Vilos, que en su contacto con el mar evidencia una formación de intermareal rocoso, y hacia el sur se encuentra una playa arenosa. Constituye una terraza costera sobre la cual se depositaron arenas cuya granulometría decreció con el tiempo (Prieto 1997). Contigua al sitio, se desarrolla una imponente falla geológica, la Quebrada Mal Paso, que demarca claramente la división entre el sistema de dunas de Agua Amarilla y la elevación abrupta de la puntilla. Particularmente, el sitio LV. 014 se emplaza sobre la Terraza Marina Intermedia (Varela 1981) y posee evidencias culturales a lo largo de los distintos eventos de la depositación de la paleoduna.

Desde hace ya 15.000 años, el nivel del mar inició un proceso general transgresivo, al menos en 100 m, para llegar a su posición actual (Kraft 1985), habiendo limitado no sólo el asentamiento del hombre, sino la distribución espacial de los recursos que éste consumía. En la zona de Los Vilos, los cambios climáticos en la transición entre el Pleistoceno y el Holoceno se asocian al ascenso del mar hacia los niveles actuales en fecha cercana al 9000 a.p., en especial en vistas de una posible isostasia estable (Mena 1996). Esta modificación eustática se corrobora a través de las evidencias del proceso de aridización gradual desde el 10000 a.p., en las columnas palinológicas locales (Villagrán y Varela 1990), observándose que el nivel del mar sobrepasaría el "cero actual" hacia las fechas del Optimun Climaticum (ca. 6000 a.p.) en no más de tres metros, para luego iniciarse una regresión (Ota y Paskoff 1993). Climáticamente hablando, hacia el 3000 a.p., la reaparición de ciertas especies en el registro palinológico expondría el retorno hacia condiciones de mayor humedad (Villagrán y Varela 1990). Las ocupaciones en Punta Penitente serían cronológicamente contemporáneas con distintos momentos de este proceso. De ahí su relevancia arqueológica en vistas del potencial comparativo que poseen.

Dentro del sitio, es posible discriminar sectores en función de las diferentes actividades que derivaron en su formación y los procesos de transformación que los afectaron. El Sector 1, próximo a la actual carretera y con acceso expedito, corresponde propiamente al área de conchal, y se reconoce por escaso material superficial (principalmente ecofactual) y un perfil expuesto que evidencia parcialmente la estratigrafía del depósito. Superficialmente, se encuentra vegetado de manera significativa por una cubierta herbácea y en menor medida por cactáceas y matorrales que crecen sobre los sedimentos de arena fina. En el amplio perfil, aproximadamente entre 90 y 110 cm de espesor, es posible observar un depósito de moluscos, en donde predomina una importante variedad de gastrópodos, y hacia su base, aunque más efímeras, aparecen únicamente machas (Mesodesma donacium). Este estrato inferior se encuentra limitante con depósitos de contenido más limoso arcilloso, formados durante finales del Pleistoceno.

Contiguamente, hacia el suroeste se ubica un área afectada principalmente por la acción eólica (Sector 2), cubriendo, entre ambos sectores, un área total aproximada de 500 m2. En el segundo sector, se observa fundamentalmente material lítico disperso y un mínimo de evidencias malacológicas superficiales, manifestando una posible continuidad con el área de desconche. El proceso observado en esta área es asimilable a lo expuesto por Borrero et al. (1998-99), en donde la erosión eólica estaría jugando un rol fundamental en la transformación de los contextos arqueológicos, en distribuciones líticas superficiales o bien un palimpsesto entre las evidencias de las distintas ocupaciones (Schiffer 1996).

Finalmente, un tercer sector, ubicado hacia el noroeste, corresponde a un pequeño taller lítico, asociado a la presencia de un afloramiento rocoso de la terraza. Fue posible registrar labores de obtención de matrices de diorita de granulometría gruesa y color verde claro, evidenciando un área de actividad de extracción de recursos líticos circunscrita (sector 3.A). Una subárea (3.B) corresponde a una depresión deflacionada, en donde se observó una mayor variedad de materias primas, instrumental de procesamiento tosco, guijarros con huellas macroscópicas de uso y otros sólo transportados al sitio. A diferencia del sector contiguo, se observó un mayor grado de remoción, producto tanto de la acción eólica registrada a lo largo de la puntilla como de la actividad antrópica subactual.

Metodología

Se procedió a intervenir únicamente los Sectores 1 y 2 del sitio de manera diferencial, realizándose, para el primero, la excavación de una cuadrícula de cuatro m2, adyacente al perfil expuesto, a fin de caracterizar la estratigrafía de los depósitos, obtener muestras datables y observar el comportamiento de las diferentes ocupaciones. Para estos efectos, se realizó un muestreo total de los restos malacológicos hallados (como lo sugieren Caviglia y Borrero 1980), factor en especial relevante para la comparación entre ocupaciones. Se procedió con la excavación según niveles artificiales de 5 cm en correlación con la estratigrafía natural del depósito, harneándose todos los sedimentos obtenidos dos veces (mallas de 5 mm y de 2,5 mm), a fin de cuantificar el total del material malacológico tamizado por la malla más gruesa, sin descuidar el control sobre los desechos culturales de menor tamaño. Las técnicas de muestreo se complementaron con análisis de flotación (3 litros por nivel excavado) y tamizado fino (1 litro), a fin de detectar indicadores paleoambientales y microdesechos de actividad lítica.

En el Sector 2 del sitio se realizó un muestreo superficial de 10 x 10 m, con objeto de recolectar el material lítico para su caracterización tecnológica, la evaluación de sus relaciones con las ocupaciones registradas estratigráficamente y la búsqueda de indicadores culturales diagnósticos. Esta área contempló 100 unidades, orientadas en un eje norte-sur (con una desviación de 5° O). La concentración espacial de las evidencias líticas de menor tamaño (desechos y derivados de núcleo) evidenciaron una clara agrupación hacia el sector Sureste (Figura 2), distribución explicable a partir de los imperantes procesos de transformación del sitio (erosión eólica), sin que ello constituya un reflejo estático de un área específica de actividades.

El análisis lítico se centró en una caracterización morfofuncional del instrumental (Bate 1971), así como la evaluación tecnológica, métrica y petrográfica de los derivados de talla registrados en los niveles tempranos, fundamentalmente centrada en la determinación de las secuencias de reducción, y con miras a una caracterización funcional del asentamiento. Por otra parte, se pesquisaron aquellos materiales diagnósticos de las ocupaciones holocénico tempranas del semiárido, registrados en áreas donde la pérdida de sedimentos permitió su exposición. En cuanto al material malacológico, se procedió con un conteo del NMI (Claassen 1998) según las particularidades que caracterizan cada especie (Jerardino et al. 1992), por constituirse como una medida más idónea para la evaluación de estrategias de explotación de recursos (Neusius 1986). Asimismo se consideró para la fauna invertebrada la consignación de la masa general y específica, en vista de los efectos de la pérdida de carbonato de calcio en su descomposición.


Ocupaciones Prehistóricas y Cronología

El sector excavado del sitio posee un depósito cultural ininterrumpido, de aproximadamente 145 cm, como se evidencia en la estratigrafía de la unidad 1 (Tabla 1). El espesor de los estratos varía de perfil en perfil, siendo más clara la estratigrafía en el segmento noroeste (Figura 3). El registro se caracteriza de modo general por constituirse como un agregado de evidencias fundamentalmente ecofactuales de fauna invertebrada, siendo el material lítico muy reducido y poco diagnóstico y el material óseo (fauna vertebrada) muy escaso y principalmente de origen intrusivo (roedores fosoriales).


Tabla 1. Composición estratigráfica de la Unidad 1.
Stratigraphic composition of Unit 1.


Estrato

Extensión

Sedimentos

Compactación

Hábitat de recursos

Observaciones

 
           

I

0 – 25/30 cm

Arena gris clara

Escasa

Múltiple

Vegetación

II

25/30 – 50 cm

Arena café muy oscura

Escasa

Múltiple

 

III

50 – 85/90 cm

Arenas pardas claras

Escasa

Intermareal rocoso

 

IV

85/90 – 135 cm

Arena gris

Significativa

Intermareal arenoso

 

V

135 – 145 cm

Arena – Limo ladrillo

Consolidación

Intermareal arenoso

Paleoduna




Figura 3. Estratigrafía de la unidad de excavación. Sitio LV.014 Punta Penitente; Unidad 1, Perfil noroeste.
Stratigraphy of the excavated unit. Site LV.014 Punta Penitente; Unit 1, northwest profile.

La ocupación superior se compone por el primer y segundo estrato, caracterizándose las especies malacológicas presentes por su gran diversidad y estado de fragmentación considerable, posiblemente producto de la acción humana postdepositacional (como lo sugiere Claassen 1998). Entre los taxones es posible hallar gastrópodos como locos (Concholepas concholepas), caracoles negros (Tegula atra), lapas (género: Fisurellidae), caracoles blancos (Acanthina monodon); cirrípedos, como picorocos (Austromegabalanus psittacus), pelecípodos de sustrato arenoso, como machas (Mesodesma donacium); equinodermos, como erizos (Loxechinus albus) y poliplacóforos, como los chitones (géneros: Chiton y Acanthopleura). Similitudes en términos de la diversidad de los componentes fáunicos explotados, niveles de fragmentación y componentes materiales, llevaron a considerar ambos estratos como producto de una misma ocupación, que se diferenciaría exclusivamente por un cambio de coloración hacia los niveles intermedios asociado al componente carbonoso. El último se explica posiblemente a partir de conductas de combustión para el procesamiento inicial de los moluscos, evidenciado a partir de la importante presencia de líticos, con y sin modificaciones intencionales, los cuales exhibían exposición al fuego. En consideración con experiencias realizadas en la zona de estudio relativo a datación sobre rocas quemadas con componentes de cuarzo (Román y Jackson 1998), se fechó una roca, posiblemente colapsada de alguna estructura de combustión, que se hallaba registrada en el nivel cinco de excavación, es decir, en una posición intermedia dentro de la ocupación. Dicha muestra dio un resultado de 2160 ±100 a.p. (UCTL 1338), asimilable a momentos terminales del Arcaico Tardío de la zona, siendo en especial relevante su proximidad cronológica otros contextos como Quereo Norte (LV. 067) 2210 ± 50 a.p. y 2290 ± 50 a.p., y su similitud contextual con el nivel Arcaico Tardío de Punta Chungo (LV. 046b; a dos km y medio de distancia de LV. 014).

La segunda ocupación, por su parte, se encuentra representada por una abundancia principal de locos de todos los tamaños, así como picorocos y erizos. La disminución de la variabilidad malacológica podría ser explicada en función de la selección de una estrategia de explotación de recursos de mayor especificidad hacia el intermareal rocoso.

El evento ocupacional basal (estratos IV y V) se caracteriza por un cambio brusco, tanto en el tipo de especies malacológicas presentes (casi únicamente Mesodesma donacium), como en su disposición, evidenciándose una menor densidad de materiales ecofactuales, distribuidos homogéneamente en toda la cuadrícula, dispersos, pero constantes a través de la estratigrafía. La relativa baja incidencia del agregado malacológico, en relación al importante depósito natural (hasta 60 cm), hace pensar en una actividad de desconche efímera, pero sostenida a través de un considerable período de tiempo. De la base de esta ocupación se obtuvo una muestra de moluscos para datación convencional por radiocarbono, dando como resultado la fecha medida de 8620 ± 70 a.p. (Beta 135321, valva de molusco, 13C/12C = + 1,0 0/00).

Una comparación de los fechados (todas dataciones medidas) que se manejan para las adaptaciones humanas del Holoceno temprano en la zona de Los Vilos posiciona a ésta como la más tardía

de las ocupaciones registradas (Figura 4), elemento en especial relevante en vistas que la ocupación se prolonga en el tiempo, y la muestra fue obtenida de la base de la estratigrafía. De la comparación enunciada destaca en primer lugar un claro momento inicial de las ocupaciones entre el 10200 y el 10000 a.p., en donde los sitios de Punta Ñagué y Punta Purgatorio se constituyeron como importantes emplazamientos de estas poblaciones de cazadores recolectores asentados en el ámbito litoral. Posterior a este primer momento, las fechas tienden a dispersarse, evidenciándose puntos en el tiempo que sugieren, al menos, una prolongación de este complejo cultural en cerca de 1.700 años. Destaca, asimismo, en la parte intermedia de la secuencia, la contemporaneidad de los sitios arcaico tempranos de Los Vilos, con aquellas dataciones reportadas para la base de la ocupación Huentelauquén en el sitio Quebrada Las Conchas (II Región), 9400 ± 160 y 9680 ±160 a.p. (Llagostera 1977), relación a ser evaluada con mayor detención en función de la significativa distancia que los separa.

El caso de Punta Penitente merece una discusión especial. Lo tardío de la datación de este sitio tendería, hasta el momento, a desvincularlo de las asociaciones funcionales con el sitio de Punta Ñagué propuestas hipotéticamente por Jackson et al. (1999). A la fecha no se habían reportado contextos para el área de estudios que evidenciasen los momentos terminales de las ocupaciones humanas del Holoceno temprano; no así para regiones tanto al norte como hacia el sur. Diagnóstica de esta situación resulta la ocupación humana en el sitio de Huentelauquén (IV Región), la cual cubre un lapso temporal entre el 9380 a.p. y 8080 a.p., siendo la última datación sobre entierro (Vásquez et al. 1996). Asimismo, hacia el sur, el nivel Precerámico I de Punta Curaumilla-1 (V Región) se dató hacia el 8790 ± 110 a.p. (Ramírez et al. 1991), habiéndose registrado una punta de proyectil, cuyas similitudes morfológicas no dejan de ser sugerentes en analogía a la ergología característica del Complejo Cultural Huentelauquén. Destacan, asimismo, las eventuales relaciones con el instrumental tipo La Fortuna (vertiente oriental de los Andes) y sus hacia fechas de 8465 a.p., obtenida de las ocupaciones iniciales del sitio Los Morrillos (Gambier 1986).


Resultados

Las evidencias presentes en los niveles holocénico tempranos de Punta Penitente se centran en evidencias de las actividades tecnológicas llevadas a cabo, así como el registro de la recolección de moluscos, producto de las prácticas extractivas de los cazadores recolectores. El análisis integral del agregado ecofactual malacológico manifestó una evidente selectividad centrada en la explotación del intermareal arenoso, en particular el recurso de las machas (Figura 5), siendo posible, incluso, atribuir la presencia mínima de otros taxones a procesos de migración vertical de los niveles superiores. La frecuencia relativa de este recurso, tanto en términos de NMI como masa es de 92% (elemento esperable en vistas de la fuerte correlación entre ambas medidas que arrojó el test R de Pearson, R2 = 0,88), pudiéndose observar que se trataba en general de individuos de tamaño pequeño a mediano y de fragmentación considerable.

Dentro del ámbito artefactual fue posible registrar superficialmente material diagnóstico, constituido principalmente por tres puntas de proyectil tipo Huentelauquén (Figura 6). En primer lugar, dos pedúnculos de base convexa y bordes convergentes, con aletas pequeñas y oblicuas respecto al borde, pertenecientes ambos a puntas de proyectil en proceso avanzado de manufactura, fracturadas diagonalmente. Una, posiblemente ensambla con un fragmento distal cuyas fracturas (métrica y morfológicamente) coinciden en gran medida, pudiéndose sugerir que ambas porciones pertenecen a la misma pieza. Asimismo, fue recuperada una tercera punta de proyectil lanceolada con aletas anchas, cuyo pedúnculo alargado es de base convexa y bordes convergentes. Se encuentra retomada, posiblemente como cuchillo, y el análisis de microhuellas de uso reveló un posible microastillamiento en sus bordes. Dos de estas piezas se encuentran manufacturadas sobre toba silícea verde, cuya área de aprovisionamiento secundaria (interfluvio Palo Colorado-Totoralillo) se encuentra a escasos 23,4 km. Resulta igualmente importante hacer mención al dibujo a mano alzada del contorno de una punta de proyectil pedunculada en las notas de un cuaderno de campo de Jorge Iribarren (manuscrito sin fecha), que señalan como origen a este mismo sitio. La visibilidad de las mencionadas piezas está posiblemente vinculada a los procesos de transformación del sitio que han deflacionado sectores específicos (2 y 3 B), permitiendo el afloramiento de los materiales culturales.


Figura 5. Variabilidad y frecuencias absolutas (NMI) de principales taxones malacológicos identificados (Nivel Arcaico Temprano/LV.014).
Variability and absolute frequencies (NMI) of the main malachological species (Early Archaic Level/LV.014).


Respecto a otras categorías morfofuncionales menos diagnósticas es factible mencionar la presencia de un percutor extremo lateral (Donald Jackson, comunicación personal 2000), instrumento con evidencias de golpe, tanto en sus extremos como en algunas de las superficies planas adyacentes. Asimismo, fueron recuperados dos raspadores de dorso alto. Ambas categorías, sin ser excluyentes, se encuentran comúnmente asociadas a los contextos Huentelauquén de la zona. Finalmente, el único instrumento recuperado en estratigrafía, asociado directamente a esta ocupación, corresponde a una pequeña mano de moler de granito, facialmente reutilizada para la percusión bipolar.

Pese a los elementos sugeridos por el instrumental descrito, es, sin embargo, el análisis del material lítico registrado en estratigrafía, una herramienta más fiable al momento de abordar la temática de las estrategias tecnológicas desarrolladas y la funcionalidad del sitio. El análisis de los desechos y derivados de núcleo de los niveles del Arcaico temprano reveló interesantes resultados, cuya fortaleza se centra en la coherencia obtenida para las distintas líneas de evidencia sometidas a prueba. Los resultados apuntan hacia la caracterización de un contexto de actividad lítica centrada en la talla y retoque bifacial sobre tres recursos pétreos de granulometría fina. A partir de la unidad 1, fue posible recuperar un total de 137 piezas líticas (siete niveles superiores de los once de la ocupación temprana), en donde resulta evidente la preponderancia de desechos de formatización (93%) sobre derivados de núcleo (7%). Se reveló una tendencia hacia etapas de formatización de piezas que habrían ingresado al contexto como formas base o bien instrumentos, lo que se corrobora con la mínima presencia de corteza en las piezas (2%).

Del nivel temprano destacó el trabajo realizado sobre una materia prima específica, denominada como toba silícea verde del interfluvio Palo Colorado-Totoralillo. Constituye el recurso lítico de mayor calidad para la confección de instrumental de apropiación (puntas de proyectil) o bien piezas bifaciales con alta inversión energética en su confección, y se encuentra representada en un 51% de la muestra. Cabe mencionar otras tobas silíceas (negra 21%, café 7% y gris 6%) de idoneidad para la talla bifacial, también procuradas hacia el sur de Los Vilos, las cuales revelaron frecuencias relativas menores, aunque igualmente significativas. Estas han sido registradas en forma de puntas de proyectil tempranas en el área de Los Vilos (Donald Jackson, comunicación personal 2000). Independiente del recurso lítico específico, las piezas revelaron un valor de 88% de selección de materias primas de granulometría fina, porcentaje importante que se vincula inevitablemente con la adscripción petrográfica anterior.

Asimismo, se pesquisó la tipología de los talones en las piezas, apreciándose para la ocupación temprana una esperable preponderancia de talones planos (45%), propios de etapas iniciales de formatización bifacial, aunque del tipo pseudofacetado no se hayan observado. También fue posible registrar una importante incidencia de talones rebajados (12%), indicadores tecnológicos de aplicación de presión en la formatización del instrumental de apropiación y el reavivado de sus filos. La alta ausencia de plataformas de extracción (39%), por su parte, se condice con la significativa tasa de fragmentación (41%), posiblemente relacionada a la escasa resistencia que ofrecían las mismas.

Finalmente, una apreciación métrica de los desechos y escasos derivados de núcleo registrados tienden a corroborar el tipo de trabajo tecnológico llevado a cabo. La agrupación de los valores de las piezas hacia rangos de tamaño menores a los 10 x 10 mm (Figura 7), no hace más que enfatizar que en el contexto fuera desarrollada una restringida gama de actividades tecnológicas vinculadas a la formatización bifacial.


Figura 7. Tamaño de los derivados de talla lítica. Nótese la concentración de los valores.
Nivel Arcaico Temprano/Unidad 1-LV.014.
Sizes of lithic debitage. Note the concentration of values. Early Archaic Level/Unit 1-LV.014.

Discusión y Comentarios Finales

A partir de los datos anteriormente expuestos, y no obstante constituyan un conjunto de evidencias cuantitativamente restringidas, es posible enunciar ciertas ideas que dicen relación con las potencialidades del contexto temprano de Punta Penitente, para integrarse tanto a la discusión prehistórica regional como a la de los procesos sociales y tecnoeconómicos de las poblaciones cazadoras recolectoras asentadas en el ámbito litoral. En principio, la mencionada adscripción del contexto al Complejo Cultural Huentelauquén se fundamenta no sólo en la fecha holocénico temprana del inicio de la ocupación, sino en una integración de variables asociadas que tienden a corroborarla. Cobra relevancia su posición basal en un contexto multicomponente, generado a partir de las actividades de recolección de grupos acerámicos, en la perspectiva que las primeras intervenciones sistemáticas vinculadas a los recursos de litoral en la zona acontecen durante el Holoceno temprano; situación apreciable también a nivel global (Waselkov 1987). Asimismo, la detección de piezas diagnósticas en superficies erosionadas se ajusta de manera clara al registro estratigráfico, ya sea en cuanto a las evidencias de trabajo bifacial en etapas de reducción finales, retoque y reavivado, como también la selección de recursos líticos, haciendo sugerente la idea de un contexto integrado funcionalmente. La presencia de categorías líticas de procesamiento vinculadas a los grupos arcaico tempranos del semiárido (raspadores de dorso alto y percutores extremo laterales) resultan indicadores efectivos en la medida que recurrentemente se registran asociadas en los contextos costeros (Jackson et al. 1999).

La fecha registrada marca el inicio de una posible prolongada ocupación, lo cual no deja de ser interesante en la medida que constituye una datación tardía para las ocupaciones de este complejo cultural en la zona. Es fundamental mencionar que, pese a que para el sitio Punta Ñagué (LV. 098) (ca, 1,5 km al norte de Punta Penitente) las fechas que definen la segunda ocupación Huentelauquén cubran el lapso entre el 10120 ± 80 a.p. (Jackson 1993) y el 9320 ± 60 a.p. (Jackson et al. 1996), se registre un énfasis tan marcado en la recolección específica de un solo recurso, la macha. A partir de la cuantificación del agregado malacológico de esta ocupación se registró un énfasis de 87% en el mencionado taxón (Jackson et al. 1999), cifra bastante homologable a aquella de Punta Penitente. No obstante esta similitud, es necesario realizar algunos alcances. Si bien se observa que ambos contextos poseen accesos inmediatos al intermareal (Jackson et al. 1999), es factible pensar, por cercanía, que las áreas específicas de obtención de los recursos fueron distintas (en ambos casos playas arenosas hacia el sur). Asimismo, las diferencias de datación permitirían pensar en una diferente exposición de la franja litoral, en consecuencia con los cambios eustáticos. No obstante la similitud anterior, en ninguna instancia se plantea una decisión normativa que compela a un determinado grupo humano a la recolección de alguna variedad de especies, sino más bien se explica en función de decisiones que emanan de la organización de apropiación de recursos y su vínculo con el medio ambiente.

La contemporaneidad de los depósitos culturales con los procesos transgresivos y regresivos del mar proponen una problemática interesante; no obstante, es necesario guardar cautela sobre nuestras conclusiones, en vista de la posible acción de movimiento vertical de la falla geológica Quebrada de Mal Paso. En cualquier caso, hacia las fechas del inicio de la ocupación, el nivel del mar no correspondió a una exposición litoral muy diferente a la actual (Kraft 1985; Mena 1996), permitiendo pensar, si no en la misma geomorfología local, en una similar. Este razonamiento implica que durante la ocupación de la puntilla no existirían limitantes ambientales (ausencia de ciertos hábitats) que restringiesen la explotación de recursos malacológicos. Aquella variabilidad provista por el medio ambiente se habría mantenido constante a lo largo de las reiteraciones de cada ocupación, razón por la que cobra importancia primordial la variable de selectividad humana, en relación a la funcionalidad del emplazamiento para cada momento.

Según las propuestas de Binford (1980) y Chatters (1987), los grupos de cazadores recolectores se organizarían en un continuum de patrones de movilidad anual, el cual puede ser ejemplificado por sus extremos, los forrajeros, cuyo desplazamiento se encuentra en función de la obtención de recursos, y aquellos logísticamente organizados, quienes se dividen en grupos de tareas para su procuramiento. A partir del patrón de asentamientos "nucleado disperso", propuesto por Jackson et al. (1999), para los grupos Huentelauquén en la zona de Los Vilos, se podría pensar en un tipo de movilidad tendiente a ser organizada en función de tareas específicas, relacionadas a las distintas áreas de captación de recursos. Por su parte, de la distinción inicial expuesta destaca la conceptualización de un tipo de asentamiento denominado como "estación" o sitio en donde los segmentos especializados se localizan, cuando obtienen información respecto al procuramiento de recursos del medio (planificación), aunque sin llevar a cabo las tareas de procesamiento en sí (Binford 1980).

En este sentido, se sugiere hipotéticamente la posibilidad de concebir la ocupación inicial de Punta Penitente como un campamento de tarea intermedio, entre los sitios residenciales y los de apropiación de recursos y, específicamente un sitio tipo avistadero de caza. Dicha apreciación se sustenta sobre su ubicación y privilegiada posición elevada, y se corrobora a través de las características del material lítico recuperado. En cuanto a éste, destaca la tendencia hacia etapas finales de producción de instrumentos de apropiación, en desmedro de la presencia prioritaria de los productos finales (Nelson 1991). La posibilidad de concebir otras funcionalidades, por ejemplo residencial, queda descartada (hasta el momento) ante la ausencia tanto de variabilidad de restos ecofactuales que den cuenta de una amplitud en el consumo dietético propio de cualquier población, así como de los vestigios característicos de un uso más prolongado del sitio (plantas, estructuras o fogones). Asimismo, en un campamento de mayor permanencia se debería cumplir, a manera de expectativa, un mayor espectro de actividad lítica intrasitio (Binford 1979; Nelson 1991).

El registro arqueológico para la ocupación temprana de Punta Penitente, caracterizada por etapas finales de reducción, retoque y reavivado bifacial, tiende a vincularse, tanto con las expectativas del uso de instrumental transportable (Nelson 1991) como con las implicancias materiales de los sitios de especificidad funcional (v.gr. avistadero) de cazadores logísticamente organizados (Binford 1979). Dichas expectativas son consistentes con un marco más amplio de organización tecnológica tendiente a la conservación del instrumental, en particular la selectividad de materias primas idóneas para formatización y ahorro (Goodyear 1989, citado por Nelson 1991), y conjuntos instrumentales donde impera un uso intensivo. La manufactura depurada de los cabezales líticos, junto con la potenciación de su vida útil (manutención y selección de la materia prima), constituyen elementos en extremo significativos cuando la ineficacia de un sistema conlleva una pérdida sustancial, como una baja probabilidad de retorno (Jeske 1989).

La necesidad de integrar los análisis de la tecnología lítica en un marco más amplio, que incluya distintas líneas de evidencia, como el análisis faunístico (Jochim 1989), cobra especial relevancia para establecer la funcionalidad de sitio. A partir de los resultados, es posible sugerir que la recolección de machas estaría posiblemente ligada a una estrategia de explotación de recursos complementaria (en relación a la ingesta alimentaria total del grupo), pero conocida y recurrente para los grupos responsables de la formación del contexto. Es decir, las valvas presentes en el sitio darían cuenta de actividades de recolección probablemente llevadas a cabo insertas en aquellas de apropiación de recursos terrestres o marinos fuera del asentamiento. El origen de estos recursos cárnicos permanece como una incógnita ante la suposición de un procesamiento fuera del emplazamiento, aunque ante las evidencias de otros contextos locales apuntarían hacia mamíferos marinos (Donald Jackson, comunicación personal 2000). Por su parte, el registro de instrumental de apropiación (cabezales líticos y en especial sus desechos de manufactura) ofrece la posibilidad de concebir conductas de reparación y retoque de las piezas líticas también insertas en el marco de otras actividades, pudiéndose pensar, para este caso, que lo observado en Punta Penitente sea producto de conductas incidentales (de costo muy bajo), dando peso a la asignación de la funcionalidad de estación-avistadero.

Pese a que la discusión se haya centrado en la parcialidad de la ocupación Huentelauquén, es fundamental mencionar el hecho que el depósito, de carácter multicomponente, presenta una estratigrafía ininterrumpida, evidencia de un fenómeno de reocupación, que toma características especiales para cada momento de su formación. Todo ello apunta hacia el hecho que la puntilla constituya, en sí misma, un lugar estratégico, seleccionado por su relevancia espacial (posición intermedia entre los asentamientos y los recursos), dado que es la predictibilidad de los recursos una variable crítica en las decisiones económicas (Waselkov 1987). El sitio se constituye por distintos eventos ocupacionales, que no sólo difieren temporalmente, sino que, también, evidencian distinciones en cuanto a la especificidad selectiva en la explotación del medio ambiente. En las ocupaciones que se superponen a la descrita se observa la selectividad primordial de otra área de captación de recursos, el intermareal rocoso. El nivel intermedio, depositación de corto aliento, parece responder a las actividades específicas de explotación de moluscos de mayor biomasa, a la vez que realizan similares actividades de confección y retoque de instrumental bifacial, de lo que destacan algunas evidencias de recursos líticos de origen cordillerano. La tercera ocupación, datada hacia el Holoceno tardío, expone una amplia variabilidad en cuanto a la selección de moluscos y actividades llevadas a cabo en el sitio, mayor diversidad en el registro ecofactual e industrias líticas expeditivas (vinculadas en alguna medida a la presencia del taller lítico). En virtud del cúmulo de evidencias contextuales en el área de estudio se sugiere que este nivel ocupacional sea una base residencial inserta en una lógica de movilidad forrajera.

Las investigaciones preliminares realizadas en el sitio Punta Penitente revelaron 6.600 años de superposición de ocupaciones únicamente en manos de grupos de cazadores recolectores, elemento que otorga relevancia espacial en vista que el emplazamiento exhibe continuidad en su utilización pese a que los patrones de asentamiento y los complejos culturales no sean los mismos. Lo anterior brinda especial relevancia a las posibilidades comparativas tanto desde las correlaciones con los cambios medioambientales como decisiones culturales de apropiación de los recursos en el espacio.

Agradecimientos: Esta investigación se llevó a cabo gracias al Proyecto FONDECYT 1990699 y al permiso de trabajar en los terrenos de la familia Matte. Se desea agradecer a los participantes de la campaña de terreno de 1999, Francisca Fernández, Diego Artigas, Patricio López, Raúl Molina. De igual modo a Francisco Mena y Francisco Blanco por sus comentarios, a la profesora Victoria Castro por la revisión del manuscrito y a mi familia por su apoyo incondicional. De manera muy especial deseo agradecer a Donald Jackson por permitirme la oportunidad y confianza depositada, y ser más que un profesor y guía.

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* Universidad de Chile. Ignacio Carrera Pinto 1045, Ñuñoa, Santiago. Correo electrónico cesarm@mi-mail.cl

Recibido: enero 2001. Aceptado: agosto 2002.

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