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Historia (Santiago)
versión On-line ISSN 0717-7194
Historia (Santiago) v.35 Santiago 2002
http://dx.doi.org/10.4067/S0717-71942002003500012
HISTORIA, Vol. 35, 2002: 323-408
Matías Tagle Domínguez
GABRIELA MISTRAL Y PEDRO AGUIRRE CERDA
A TRAVÉS DE SU CORRESPONDENCIA PRIVADA (1919-1941)
ABSTRACT
Gabriela Mistral and Pedro Aguirre Cerda made acquaintance of themselves in 1916. Since then, they maintained correspondence until 1941. The paper is based on a set of twenty-seven letters written by Gabriela Mistral to Pedro Aguirre Cerda from different places of the world, published in Mapocho journal in 1977. It also includes the Epistolario de Gabriela Mistral issued in the Epistolario de Pedro Aguirre Cerda (1938-1941) published by the Centro de Estudios Barros Arana. Finally, it incorporates a letter by Juana Aguirre de Aguirre to Mistral, dated in 1942. This is completed by different references that both of them made in their letters to other people. The paper reviews four aspects of the relation between Gabriela Mistral and Pedro Aguirre Cerda. The first topic is in regard to the poetess daily life aspects. A second question its related with Gabriela Mistrals professional matters, specially the ones connected with her labor as an educator, as an international government employee and as a publicist of our country in other places of the world. The third issue is related to the poetesss opinions concerning issues about Chilean politics. Finally, the fourth topic is in relation with subjects concerning Mistrals private life and personal opinions.
INTRODUCCIÓN
No sabemos con precisión cómo se conocieron Gabriela Mistral con Pedro Aguirre Cerda. Sin embargo, sus respectivos testimonios indican que ya se conocían cuando Gabriela Mistral fue nombrada como directora del Liceo de Punta Arenas. En efecto, Aguirre recordaba en 1938 que: "Gabriela Mistral era profesora del Liceo de Los Andes, es decir, de mi tierra. Conocía yo la reputación que ya habían proyectado sobre ella sus versos. Era yo en ese tiempo Ministro de Educación Pública, en la Administración Sanfuentes. Un día vacó la dirección del Liceo de Punta Arenas. Deseoso de fortalecer el sentimiento nacionalista en esa zona en que tanta influencia ejercen las diferentes colonias extranjeras, me pareció adecuado fomentar la chilenidad con la presencia de una maestra que por sus condiciones excepcionales juzgaba debía ejercer una benéfica influencia en pro del prestigio de Chile, en el ambiente extranjero de Magallanes.
Propuse, en consecuencia, al Presidente Sanfuentes, que nombrásemos a Gabriela Mistral en el cargo vacante de Directora del Liceo de Punta Arenas. El Presidente, que también conocía la obra de la poetisa, aceptó gustoso mi proposición. Después de reunir ciertos antecedentes, hice extender el decreto de nombramiento de Directora del Liceo de Punta Arenas a favor de Lucila Godoy, que era el nombre civil de la poetisa. En esos días, el Presidente de la República se había dirigido a Viña del Mar y allí le hice llegar para su firma el aludido decreto. A los pocos días lo recibí devuelto, sin la firma del Primer Mandatario, a quien tan pronto como se reintegró a la capital, entrevisté.
Presidente -le dije-¿no habíamos quedado de acuerdo en nombrar a Gabriela Mistral directora del Liceo de Punta Arenas?
Sí -me respondió al punto el Excmo. señor Sanfuentes-, pero Ud. me mandó el nombramiento extendido a favor de Lucila Godoy, y por eso no lo firmé"1. Resuelto este incordio en el Poder Ejecutivo salió la nominación en los siguientes términos: "Nómbrase Directora del Liceo de Niñas de Punta Arenas a la profesora de Castellano del Liceo de Niñas de Los Andes, doña Lucila Godoy. Autorízase a la nombrada para proponer al Gobierno los cambios en el personal y demás medidas de orden interno que estime convenientes para asegurar la buena marcha del establecimiento. Tómese razón y comuníquese. Sanfuentes. P. Aguirre Cerda"2.
Por su parte, Gabriela Mistral recordaba también años después que: "A pedido del Ministro de Instrucción (el futuro Presidente Aguirre Cerda), fui nombrada directora del Liceo en Magallanes, y navegué hacia las grises postrimerías chilenas".
El Ministro Aguirre, en opinión de Gabriela Mistral, estaba bien informado sobre lo que sucedía en Punta Arenas, y la misión a cumplir era doble: "El encargo que me diera mi venerado amigo era doble: reorganizar un colegio "dividido contra sí mismo" y ayudar en la chilenización de un territorio donde el extranjero superabundaba.
Tenía el señor Aguirre el mejor corresponsal para conocerse los problemas de la tierra extremosa, como que moraba en Punta Arenas su hermano, el doctor Luis Aguirre. Así, Magallanes no era en su cabeza unitaria ni un charco de bruma austral ni la enfiladura de pingüinos de que hablaba el "Manchester Guardian": en sus conversaciones él me daría la Patagonia con la precisión de una carta geográfica"3.
Esto sucedía en 1918. A partir de entonces se inició una profunda amistad que quedó plasmada, entre otras cosas, en una importante correspondencia entre ambos, y se refleja también en una serie de alusiones que la Mistral hace de Aguirre en su correspondencia con otras personas. De sus principales contenidos intentamos dar cuenta en las páginas que siguen.
I. LOS ASUNTOS DE LA VIDA COTIDIANA
1. Pedro Aguirre Cerda como abogado, consejero y confidente
de Gabriela Mistral
Pedro Aguirre Cerda ocupó la cartera de Justicia, Culto e Instrucción Pública en las postrimerías del gobierno del liberal Juan Luis Sanfuentes entre el 18 de enero y el 6 de septiembre de 19184.
Partió pues Gabriela Mistral a ocupar su nuevo cargo a Punta Arenas donde residiría hasta 1920, impregnándose del paisaje y de la atmósfera de la Patagonia y llevando a cabo una importante labor cívica y educacional5. Pero en el curso de 1919 parece haber habido alguna intención por parte de Aguirre -que ya había abandonado el gabinete ministerial- de conseguir para ella un nuevo nombramiento. En la primera comunicación de que tenemos conocimiento, Gabriela Mistral le daba cuenta que había tenido conocimiento de esa gestión, lo que le provocaba emoción: "Mi jefe puso en mi conocimiento las gestiones hechas por Usted ante el Ministerio de Instrucción en mi favor, con motivo de la vacancia del Liceo de Rancagua. Dióme con ello un motivo de satisfacción, y aún puedo decirle de orgullo, muy grande. Es grato ver que una mano se tiende desde lejos hacia nosotros, pero si ella es la de un hombre de su casta, el reconocimiento y la alegría pueden volverse legítimamente soberbia..."6. Sin embargo, existían también otras posibilidades de conseguir un nombramiento en otro lugar, debido al parecer a la dinámica propia de la vacancia de los puestos públicos. En virtud de ello le hacía algunas referencias y una solicitud: "A diversas personas (doña Sara del Campo, doña Dora Alcalde y doña Delia Matte) ha prometido el señor Iñiguez mi ascenso, pero no ha señalado con precisión a dónde quiere mandarme. Alguien me dice que se ha pensado en mandarme a Arica. La señora Brandau, directora del Liceo de Iquique, irá a Concepción. ¿Por qué no me dan Iquique? ¿Podría usted señor Aguirre, hablar en este sentido al Ministro?"7.
Aguirre realizó nuevos contactos de acuerdo a lo solicitado por Gabriela. Es más, resulta lógico pensar que, por ser su tierra natal, Aguirre creyó que le gustaría instalarse en La Serena; hizo gestiones en ese sentido, y le comunicó de ellas a Gabriela por medio de un telegrama, pero tal situación a ella le mereció reparos. Así se lo señala en una carta de 1 de febrero de 1920: "He recibido un telegrama de usted respecto a gestiones que hace para obtener mi traslado a La Serena. Le contesté, dándole brevemente algunas razones que me harían ingrato este nombramiento. Le ruego perdone la extensión de ésta: hace mucho tiempo que deseo, a usted que es la persona a quien todo lo debo en mi carrera, contarle algo de mi vida, y de mis ideas, porque debe conocerse a quien se ayuda, y usted ha ido muy lejos en su generosidad prescindiendo de este conocimiento"8.
Como parece desprenderse de este comentario Gabriela Mistral hasta entonces había tenido con Aguirre una relación más bien formal, respetuosa, incluso afectuosa, aunque reconoce que es la persona que más le ha ayudado en su carrera. Y le da las razones por las cuales ve necesario dejar Punta Arenas y le cuenta que otra posibilidad es aceptar una oferta para trabajar en Argentina. En todo caso le advierte algún problema con su título profesional. Gabriela Mistral había rendido exámenes en la Escuela Normal de Santiago, en el curso de 1910, para sancionar los estudios y conocimientos obtenidos en la práctica escolar9. La comunicación que comentamos es de 1920, y fue solo en 1923 que el Consejo de Instrucción Primaria, a propuesta del Rector de la Universidad de Chile, Gregorio Amunátegui, le concedió el título de Profesora de Castellano. Eso permite entender su comentario: "No me atrevería a pedir a usted, careciendo de un título, un traslado a otro pueblo, y quería aceptar un empleo en Argentina. Yo hasta ahora no tengo motivo de queja de Punta Arenas: el liceo ha duplicado su asistencia y la triplicaría este año, al tener un local. En el edificio he hecho todo lo que puede hacerse; pero ya es insuficiente. He vivido en paz con el personal, y no tengo, para querer irme, otra razón que la necesidad de reunirme con mi mamá, que aquí no puede vivir, y un poco también, el cuidar el vigor de mi espíritu, muy deprimido por el clima"10.
Sea cual fuere el derrotero que esas habladurías y los virtuales o reales efectos que las recomendaciones de Aguirre tuvieron en las esferas del Ministerio de Instrucción, lo cierto es que hacia junio de 1920 encontramos a Gabriela Mistral como directora del Liceo de Temuco donde no está muy contenta pero sí desafiada, pues le comenta a Pedro Aguirre Cerda que: "La ciudad es como tantas del país, infinitamente inferior a P. [Punta] Arenas en sentido de calidad de población, de nivel de cultura, etc. Pero hay por lo mismo "una más aguda invitación a la siembra de ideales""11.
A poco andar, la situación en Temuco parece haberse tornado más difícil. En una nota fechada en esa ciudad simplemente el "20 de septiembre..."12 le dice a Pedro Aguirre C. que le escribe "Dos líneas para saludarlo y para pedirle no me olvide en una combinación de la que he tenido noticia. Me dicen que, por ascenso de la señora Labarca Hubertson a la Visitación, irá la directora del Liceo de Rancagua al 5, o, en su defecto, otra directora del centro. LE PIDO OBTENGA MI TRASLADO A ALGUN PUESTO QUE YO SEA CAPAZ DE DESEMPEÑAR y que no sea un pueblo de clima extremo no lejos de Santiago. Tengo la convicción de que don Ricardo Valdés será senador por Cautín y, a no haber vacante propicia de aquí a marzo, tendría que aceptar lo que ofrecen de la Argentina"13.
La situación de Gabriela Mistral era complicada, puesto que en la correspondencia con Manuel Magallanes Moure le confiesa a propósito de Amanda Labarca Huberston -con quien tendremos oportunidad de encontrarnos nuevamente- que: "Me quiere mal y al reemplazarla yo, me hostilizaría a su modo, solapadamente. He dicho que me den Viña, colegio de igual categoría que éste. Si no sale esto, me voy a Argentina sin duda alguna. Tengo allá muy buenas condiciones de trabajo. Aguirre no quiere que yo salga del país. Me duele oponerme a este hombre a quien debo todo. Mi mamá es el otro obstáculo para mi viaje. Aquí no me quedo" y le agrega a propósito de Ricardo Valdés: "Tú sabías que Valdés, senador por Cautín, me acusó de intervenir en política. Es el Juan Duval que me insultó tres meses en Sucesos, hace años"14.
Lo cierto es que el 14 de mayo de 1921 se fundó en Santiago, el Liceo de Niñas Nº 6 del cual Gabriela Mistral fue nombrada directora, cuestión que se apresura a agradecer a Pedro Aguirre Cerda en carta de 16 de ese mismo mes: "Preséntole mis agradecimientos por los informes generosos que de mí dio al Sr. Ministro de Inst. [Instrucción] y que formaron su criterio respecto del nombramiento que acaba de hacer"15.
Ejerciendo la dirección del Liceo Nº 6 de Niñas de Santiago estaba la Mistral cuando fue invitada por el gobierno de México, a iniciativa del ministro José de Vasconcelos, con el fin de colaborar en los planes de Reforma Educacional, que iniciaba ese gobierno, y en la organización y fundación de bibliotecas populares, por lo cual viajó a ese país en junio de 192216.
Con un par de excepciones, a partir de junio de 1922, las relaciones epistolares de Gabriela Mistral con Pedro Aguirre provienen del extranjero, y su frecuencia se hace más errática, con lo cual las informaciones que tenemos de gestiones realizadas por Aguirre en su favor, son también más discontinuas.
Al iniciarse el año 1923 le escribe desde México contándole cómo se han abierto las expectativas, los compromisos que ha adquirido con el gobierno de ese país y las invitaciones que han surgido para visitar otros países. Para ello necesita pedirle un servicio, previo a lo cual siente la obligación de hacerle presente las incomodidades que le surgen de su condición de funcionaria pública en Chile y las nuevas situaciones: "La comisión que me dio el Gobierno, autorizando mi viaje, es INDEFINIDA, pero yo dije en el Ministerio que volvería en marzo o abril (de 1923). No puedo volver en esa fecha.
Por gratitud hacia este Gobierno, me he salido un poco del marco de trabajo que me había impuesto: escribir versos y prosa escolar para los cantos de las escuelas mexicanas y para un Libro de Lectura de la escuela que lleva mi nombre. Voy a hacer algo más: a ayudar al Ministro Vasconcelos en la organización de las escuelas de indígenas, a raíz de un congreso de los maestros misioneros que me tocó presidir y cuya labor me interesa profundamente. Aparte de eso, debo responder a una invitación muy honrosa y tierna que me han hecho los maestros de Costa Rica para visitar el país por cuenta del Gobierno y de ellos. Tengo, además, el compromiso de ir a Nueva York a dar alguna conferencia sobre Chile y México a los maestros de español que han publicado mi libro, en el Instituto Real de las Españas. Calculo para toda esta labor dos años.
A otros profesores, entre ellos a don Enrique Molina, se le han dado comisiones más largas. Yo no he solicitado de mi Gobierno viajes ni cosas extraordinarias, y por esto tengo ánimo de pedir ahora.
Se ha dicho que yo no vuelvo a Chile. No es efectivo, señor, yo comprendo que tengo el deber de servir a Chile; pero tengo certidumbre de que le sirvo tanto o más, fuera que dentro del país. No hay una nación sudamericana que haga menos por su propaganda en el exterior. No le importa, o cree que esta propaganda solo pueden hacerla los Ministros plenipotenciarios y los Cónsules, que hacen vida fácil y no divulgan jamás las cosas del país. Yo creo que puedo hacer lo que ellos no han hecho, por los dos medios únicos de propaganda efectiva: las escuelas y la prensa. Así, pues, mi conciencia me dice que yo no falto en Chile con permanecer lejos algunos años.
Mantengo yo mi sueldo de directora -no de profesora. Destino lo que recibo a la mesada de mi madre. En estas mismas condiciones se han mantenido en el extranjero a muchas personas. Pero sí, por aquella falta mía de título con la que se me niega o se me ha querido negar la sal y el agua, se considera que debe suspendérseme esta asignación, acepto perderla.
Si no se acepta mi ausencia de dos años, yo me veré en la obligación de renunciar. Debo demasiado a México para irme sin dejarle un trabajo digno de su generosidad para mí...", después de lo cual concluye: "Si se me niega la prórroga de la comisión, yo le ruego, señor Aguirre, que vea usted modo de que me jubilen con dieciocho cuarentavos de mi sueldo, a fin de que no pierda yo mis 18 años de servicios. Como no jubilaría por imposibilidad física, talvez este asunto es difícil, porque corresponde al Congreso conocer de él"17.
Un día antes Gabriela Mistral había escrito a su amigo Eduardo Barrios solicitándole que interpusiera sus buenos oficios en este mismo sentido. Le pregunta cariñosamente: "¿Sería posible conseguir que me jubilen sin estar imposibilitada? En ningún caso puedo yo tirar mis 18 años de servicios. Esta jubilación sin imposibilidad física tendría que aprobarla el Congreso. Necesito, hermanito, que usted vaya en mi nombre a hablar con (Pedro) Aguirre mi asunto"18.
Al respecto maneja varias alternativas. Con aplomo le manda recado: "Si Aguirre estima imposible que me jubilen, que me consiga al menos, se postergue mi comisión por dos años, uno para México, otro distribuido entre EE.UU. i otros países"19. Y hacia el final de la misma carta reitera: "Resumo: tenga una conversación larga con Aguirre i consiga uno de estos caminos: la prórroga de mi comisión por dos años o mi jubilación con dieciocho cuarentavos"20.
Este asunto de la solicitud de jubilación que Gabriela había planteado a Pedro Aguirre a principios de 1923, seguía pendiente todavía a fines de 1925. Durante una breve estadía en Chile, en una nota procedente de La Serena le señala a Aguirre, quien, al parecer le ha pedido formalizar alguna solicitud, que: "La señorita Corbat me escribe, comunicándome que usted le ha telefoneado sobre el asunto de mi jubilación. Me deja asombrada su solicitud generosa para mí, que muy poco merezco ¿no es verdad, don Pedro? Pero dicen que los buenos castigan con la generosidad y, usted está haciendo conmigo eso...
Va la solicitud, que llevará la señorita Corbat. Sobre ella, quiero decirle algunas cosas.
Antes de que nada llegase, y aún antes de que yo supiera que usted volvía, escribí a don Beltrán Mathieu sobre estas cosas: consulta sobre si debía ir o no a Francia. (Le consulto, como a usted, mis asuntos graves). Consulta sobre si podía, decorosamente, a su juicio, ir allá con comisión Argentina, pues no pensaba que Relaciones [Exteriores] me diera lo necesario. Petición para el caso de que esto último fuera rechazado por él, de que se rectificara mi jubilación, dejándome a los menos 1.000 pesos mensuales. El mandó un largo cablegrama a Barros Jarpa -no sé si también a don Luis Barros sobre esto último. Le contestaron que estaba concedida la totalidad de su petición en mi favor.
Como esto no es verdad, yo no he podido contestar a don Beltrán su cable, y le dejo una carta explicatoria. Barros Jarpa me concedió con excelente voluntad, pasajes y además cinco mil pesos, prometiéndome algo para el año próximo. No era eso lo que yo quería, pero nada le dije de mi verdadero deseo, porque para mí es profundamente desagradable pedir a las personas con quienes no tengo cabal confianza.
Creo difícil, don Pedro, que puedan hacerme examen médico antes de mi viaje a fines de diciembre (el 20). Por esta razón, y para dar a la solicitud alguna justificación, voy a añadir a la solicitud uno o dos de los certificados médicos de Europa en que se me prohíbe vivir en la altura de Santiago. Puede ser que de algo sirvan. Marco, además, la circunstancia de que hago este viaje por orden de Relaciones [Exteriores], para lo cual adjunto unas carta del Ministro Matte.
Yo no sé cómo agradecerle a usted dignamente el que (como si no hubiese hecho ya demasiado por mí) cargue todavía con mi última gestión ante el Gobierno de Chile. Dios le ayude; el asunto es muy difícil"21.
En la misma nota le cuenta sobre los planes a desarrollar en el futuro inmediato. Había sido nombrada Secretaria de una de las secciones americanas de la Liga de las Naciones, y tal cual había previsto su trabajo eran previsibles algunos problemas financieros. Ello generaba la necesidad de contar también con un nombramiento internacional y remunerado del Gobierno de Chile. Por ello le dice a Aguirre: "Ahora le explico (porque es indispensable) el por qué no voy solamente con el sueldo francés en este viaje. Mi empleo es de una enorme labor, sobre todo múltiple, que no podré realizar sola. Quiero llamar a París a ayudarme en la parte bibliográfica, en la que no soy una técnica, al crítico español Diez Canedo. La parte netamente francesa pienso darla a Marcelle Auclair; la hispanoamericana a la secretaria que llevo, señorita Guillén de la Universidad de México. Yo me he dejado tres cosas que bastan para un trabajo fuerte: literatura infantil de todas partes, literatura femenina, formación del sentido pacifista en los niños. Así, pues, yo cuento repartir los cuatro mil francos mensuales que a mí me dan entre mis auxiliares y atenerme para mis gastos únicamente a mi sueldo de aquí. No es, pues, codicia, es decoro de hacer un trabajo estimable, digno de la Liga"22.
Su abogado y apoderado debe haberse movido con eficiencia en la maraña burocrática chilena, no obstante los avatares de la política doméstica, porque efectivamente el gobierno de Chile la nombró su representante en el Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de las Naciones, en Ginebra, cuestión que ella se apresura a agradecer con una nota desde la misma ciudad de Santiago y con fecha "6 de mayo": "Muchas gracias por ese nombramiento de Relaciones [Exteriores] que me deja con más derecho para tratar en el Instituto [de Cooperación Intelectual de la Sociedad de las Naciones, en Ginebra] los asuntos de Chile. Anduvo Ud. con extrema y cariñosa diligencia. Yo le debo ya tanto, que cualquier palabra me resulta repetición vacía. Ud. sabe que tengo fiel la memoria de nobles servicios"23.
Instalada en el continente europeo se suscitaron nuevos problemas de índole administrativo, donde el apoderado chileno hubo de tomar asunto. El 28 de diciembre de 1926, le escribe desde Fontainebleau, en el sur de Francia, para comentarle que "Mi cablegrama de ayer que ha debido desorientarlo, le pedía lo siguiente: yo soy empleada con nombramiento de la S. des. N. [Sociedad de las Naciones]. Lógicamente, debería presentar ahí a Chile puesto que represento los intereses de la América Española entera. Pues, mi gobierno nombró como su delegado al señor Edwards Bello, a raíz de mi designación E.B. [Edwards Bello] fue suspendido de su puesto en la Soc. des. N. [Sociedad de las Naciones] por veleidades políticas y se ha radicado en España. Acaba de renunciar a su cargo. Oí que había nuevos candidatos, y le puse ese telegrama para evitarme el nuevo bochorno de no representar allí en mi propia oficina a mi tierra. Yo le agradezco infinitamente su voluntad pronta para ir a Relaciones [Exteriores] y le daré cuenta de lo que resulte de la gestión. Hoy tuve radiograma del señor Matte en el cual me indica dé más detalles al señor Quezada, y acabo de dárselo.
Cada país, europeo o americano, ha designado un representante, con el nombre de delegado. No son funcionarios, pero tienen cierta fuerza moral en el Instituto. El trabajo de información, en lo referente a nuestros países americanos, lo hago yo casi enteramente. El nuevo nombramiento no me recarga por lo tanto, de labor, solo me allega más derecho para tratar las cuestiones de Chile"24.
La gestión, a juicio de la Mistral, debía ser relativamente sencilla porque le decía en la misma nota: "Espero que el señor Matte que tiene la culpa de que haya venido porque me EXIGIÓ que viniese me dé lo que buenamente pueda el Ministerio, para eso que llaman gastos de representación y que en Francia resultan subidos en un cargo de esta jerarquía. Le he escrito, recordándole su insistencia para mi viaje que mi mamá rehusaba bastante. Espero que me fijen para 1927 alguna casa, ya me ayudaron en 1926"25.
No conocemos cuál fue el resultado final de esta gestión.
En relación a los asuntos, a los cuales Pedro Aguirre Cerda debía servir en calidad de apoderado, los contactos vuelven a manifestarse solo en 1930, cuando, desde Ligure, en Italia, antes de iniciar una visita a distintos países americanos, Gabriela le escribe señalándole que: "Antes de irme he querido mandarle ese abono modesto a mi cuenta que ya se arranca. Va letra adjunta del banco Trasatlantique, por 50 libras esterlinas. Excúseme Ud. con su paciencia generosa y larga esta tardanza en enviarle algo. Los viajes me hacen gastar lo que en trapos no gasto"26.
Algunos años más tarde, hacia fines del año 1936, a la hora de los balances, Gabriela Mistral, más allá de los resultados concretos de las gestiones solicitadas a Aguirre, le expresa su reconocimiento y aprecia la preocupación de su amigo y consejero y le dice, junto a su esposa, en diciembre de 1936: "Me es muy grato escribirle en las postrimerías del año, para recordarles en su final, teniendo muy presente lo que Ud. hizo por mí en la odiosa campaña que no quiero calificar y para sentirme yo y sentirles a Uds. cerca de mí el año que viene"27.
Un cambio importante en la vida de Gabriela Mistral significó su nombramiento, en el curso de 1932, como "Cónsul particular de libre elección"28. Ejerciendo primero sus funciones en Génova, y con problemas por su manifiesta posición antifascista, le escribe a Aguirre aludiendo a un cable anterior: "En mi cablegrama le decía que me hiciese usted la gracia de hablar sobre mí acerca de otro consulado con don Jorge Matte. Quise aprovechar la buena voluntad que este caballero me demostró hace años. El fue quien me mandó, no por deseo mío, sino contra mi deseo, a Europa. Quise indicar a usted esta posibilidad... antes de que viniese la presidencia que yo veía llegar, de don Arturo... Días más tarde, mandé al señor Matte una carta por vía aérea.
Quise tentar también el que un nombramiento de cónsul me evitase esta nueva fatiga de un viaje por la América, donde mis clases son fáciles y gratas, pero el horrible visitar de medio mundo me agota"29, y se anticipa a posible situaciones incómodas rogándole, "Si usted ve, don Pedro, que la nueva presidencia no deja posibilidad para mí en un cargo consular, le ruego me lo diga francamente escribiéndome a Puerto Rico, pues en tal caso deberé dejar por ella trabajo avanzado para cursos futuros, y seguiré viviendo la mitad de los meses en el barco o en el tren..."30.
Junto a los problemas de su desempeño diplomático, en que recurre a Aguirre como intercesor ante el poder político establecido, también recurre a él como su abogado y apoderado para asuntos más domésticos: "Temo que Laura Polizzi me haya contestado con dirección al Consulado que clausuró hace un mes, y haya una carta perdida. No sé nada de ella ni de usted, directamente, porque, indirectamente, sé por don Maximiliano Salas que [el Ministerio de] Educación mandó un oficio a [el Ministerio de] Hacienda pidiendo que me hagan pagar por Europa, y eso no ha podido hacerlo usted. Mi pobre hermana tan torpona para cosas prácticas, le escribió al señor Salas indicándole retirase una solicitud de ella en ese sentido, "porque estando nuestra moneda tan baja no me convenía pagarme a este tipo". Como si fuese posible que tengamos otra moneda antes de cinco años, o alguna vez... Me ha inquietado el que esta torpeza pueda echar a perder la diligencia de usted ya encaminada, y doliéndome escribirle tan pronto con otro encargo, lo hago para evitar el daño, y escribo también a ella.
Mi hermana recibe de mí, don Pedro, un arriendo de mi casita de La Serena, de doscientos pesos, una mensualidad de trescientos que nunca le he suspendido, aparte de que en los peores meses de juerga revolucionaria, le mandé recursos de EE.UU. Vive explotada por cierta gente de algunas iglesias, y nada le basta. Le ha rogado (sic) que se venga conmigo, porque además que necesito siempre vivir con alguien, me aliviaría enormemente mi situación económica. Estoy casi segura de que no la dejarán venirse. Doy a usted estos detalles tan íntimos, porque hay quienes creen que yo he abandonado a mi familia. Cargo con ella y con parentela natural del lado de mi padre, y siendo sola, soy, en verdad, una docena más o menos...
Yo entrego en sus manos mi suerte, que nunca ha estado lejos de ella. Le decía en mi cable que aceptaría cualquier consulado: quería jubilar de nuevo con una pensión decorosa que me deje en la vejez sin la esclavitud de los artículos de periódico; les ocuparía el consulado que me diesen unos dos años y se los dejaría libre después, porque conozco las feas pechas de los solicitantes. Naturalmente, desearía un clima que no me arruine más, pero en último caso iré donde me manden"31.
Entre marzo y junio de 1933 Gabriela Mistral estuvo nuevamente en Puerto Rico dictando un ciclo de conferencias en la universidad local32. Desde allí le escribe a Aguirre a propósito de sus asuntos de dinero: "Muchas gracias por sus noticias sobre cuentas. Ni hay para qué se dé afán por esto; a mí me interesaba que se cobrase ese dinero, pero nada más". Y a continuación le hace una serie de peticiones: "Respecto a la inversión de él, escribo a Laura Polizzi que le pida de esa cantidad lo que ella necesita para pagar un saldo de una casucha de Huemul que yo debía y que es una cantidad gruesa. Escribo además a un amigo español, don Zacarías Gómez diciéndole que usted me hará el favor de entregarle tres mil pesos, abono a una deuda de mi hermana de las que hace, Don Pedro, sin razón y en silencio. Sin razón: jubiló con la misma suma que yo; le di una casa que ha hipotecado; le he dejado un arriendo, además y una mensualidad suficiente. Hago lo más que puedo y lo he hecho siempre; pero me irrita saber lo endeudada, siendo ella una sola persona. Le pido don Pedro atenderme esos pagos. Y le ruego que si un día mi hermana pide dinero a usted no se lo dé. Tiene su cabeza mala y la explota un conjunto de beatas de La Serena"33.
De estas solicitudes Pedro Aguirre le da cuenta en carta de fecha 24 de mayo de 1933 en los siguientes términos: "Estuve con la señorita Polizzi antes de su partida a San José de Maipo, en donde pasa una temporada por estar debilitada del pulmón; y me dijo que había puesto al día los intereses de la deuda en la Caja de Ahorros.
El señor Gómez, de quien usted me habla, no ha aparecido ni en persona, ni por correspondencia. Como la señorita Polizzi me dijera que su domicilio era La Serena, quedó de escribirle para que se entendiera conmigo acerca de su crédito, pero hasta hoy el hombre no respira" y más adelante concluye: "No he pagado las deudas hipotecarias de sus casas, porque deseo saber lo que le adeuda al Sr. Gómez"34.
En la carta de la Mistral que venimos citando, le agrega más adelante en lo relativo al envío de unos dineros: "Yo le agradezco mucho, amigo mío, querido y leal los afanes que usted se ha dado por mí en eso de pedir autorización para mandarme dinero. Comprendo que ha hecho usted cuanto podía. Yo tenía mis pequeños ahorros en EE.UU. donde hay también una situación de control; solo me dejan retirar un cinco por ciento de mi depósito. En todos los pueblos renace un patriotismo feroz para defenderse y en este momento nuestros líderes viven en pleno internacionalismo, sin darse cuenta de que la hora es de fieras para defenderse del hambre"35.
Pedro Aguirre había gestionado una entrevista con el Ministro de Relaciones Exteriores para tratar del envío de estos dineros. Y le da cuenta de que el subsecretario de esa cartera: "...en lo relativo a la posibilidad de enviarle dinero por el Control [de Cambios], me insistió en que era innecesario hablar con el Ministro, porque esa oficina no cedería por imposibilidad material de hacerlo, y me recordó la petición anterior mía, amparada por el Ministro de Educación y por el de relaciones [Exteriores], que no tuvo éxito. Por lo demás, en el mismo Control [de Cambios] me mostraron numerosos pedidos de relaciones [Exteriores] que estaban archivados, sin atender. Me prometió, sí, que si más adelante veía alguna posibilidad, él mismo me ayudaría en la gestión"36.
Fue a instancias de un grupo de connotados intelectuales europeos entre los que se contaban Miguel de Unamuno, Guglielmo Ferrero y Romain Rolland entre otros, que se le concedió a Gabriela Mistral el cargo de Cónsul de elección con carácter vitalicio. En efecto, ellos dirigieron una comunicación al Presidente Arturo Alessandri en este sentido, que tuvo éxito y que se materializó en una ley especial promulgada el 17 de septiembre de 193537.
Pero seguía pendiente un problema con el pago de sus remuneraciones de años pasados. En este sentido escribe a Aguirre desde Puerto Rico, en algún viaje intermedio, para que agilizara esos pagos. Le dice: "Se me ocurre que ese nombramiento de Cónsul justifica mucho más la petición. (En el mismo sentido escribí al Presidente). No se entiende el que nieguen el pago de su sueldo en el exterior a un cónsul por más que sea ad honorem.
Yo necesitaría a) la autorización para el envío de mis sueldos -por su intermedio- correspondientes a 1933; b) la orden directa del pago por Londres o París de los mismos por 1934. Lo más importante es lo segundo. Yo sé que Ud. ha trabajado mucho en este sentido sin poder obtener nada. Pero esta vez la circunstancia alegada es importante. Y la indicación del Sr. Vicuña en este sentido permite esperar algo. Téngame paciencia aún y ensaye el recurso por si fuese eficaz"38.
Gabriela Mistral realizó gestiones por distintas vías en este mismo sentido. En una carta a Graciela Préndez de Menéndez, de 4 de septiembre de 1935, es decir, antes de conocer su nuevo nombramiento, le envía un recado a Julio Menéndez, su esposo, en estos términos: "Yo tengo un recado para el: Aguirre no me ha comunicado nada que él haya entregado mi carta y cobrado lo que debía. A mí me parece esto muy mal. Tengo que escribir a Aguirre por mi dinero de este año, en unos días más, y naturalmente, le diré que todo el año pasado me pagó... D. Julio en vez del Estado y que él me haga el favor de traspasarle esos fondos"39.
Después de dejar el Consulado en Madrid, pasó a Lisboa y luego a Oporto. Alguna gestión debe haber realizado Aguirre en el Ministerio de Relaciones Exteriores, y de ella le dio cuenta a Gabriela Mistral en un cable dirigido a Oporto, pero ella andaba en otras tierras. Desde Hamburgo le escribe: "Un mexicano de toda confianza a quien dejé en mi casa, me trasmitió por telegrama un resumen de su carta. Resultó tan oscuro que no entendí nada. Así se explicará Ud. el que hiciese la barbaridad de pedirle en un cable "nuevas y últimas noticias". Si hubiese leído su carta me habría dado cuenta de que Ud. se había dado la molestia nada menos que de tener una larga conversación con el Sub-Sec.[retario] y de que además, por su posición política no puede ser cosa grata para Ud. volver al Ministerio. Don Carlos Errázuriz, para quien era mi encargo, es persona más llana y fácil y al margen de un partido que el Sr. Vergara. Muchas gracias, infinitas gracias, mi amigo"40.
Y lo hace partícipe, otra vez, de cuestiones más privadas: "Le mando, en hoja separada, parte de una carta mía a Don Carlos Errázuriz. Me parece que debo contarle a Ud. lo que ha ocurrido con eso de Guatemala. Para cualquier caso de comentario, en país de prensa que calumnia, y especialmente para que Ud. el asunto que toca a su vieja paisana. Esa hojita lleva lo esencial de la cuestión.
Don Pedro, o yo no recuerdo, ya nada de cosas de administración o es muy extraño ese ofrecimiento de Relaciones [Exteriores]. El hecho de que yo, Cónsul de 2ª Clase en Oporto pudiese pasar a Guatemala conservando lo anterior, como Cónsul General, más encargado de Negocios y además hacer una gira de propaganda por América, rematándola en Chile, me resulta... asombroso!"41.
Sucede que, residiendo en esta última ciudad -Oporto-, le llegó la notificación de su nombramiento como Cónsul Honorario y Encargado de Negocios en Guatemala. La nueva situación laboral, motivó nuevas consultas a Aguirre, en términos de gran confianza: "El pedido es éste, Don Pedro: no me he atrevido a preguntar a Don Carlos Errázuriz qué renta llevo yo a Guatemala. Aquí tenía ochenta y cuatro libras, más o menos; con eso en Portugal, país de vida barata, he vivido holgadamente, pero ayer hablé con el Ministro de México, amigo mío que ha vivido en Guatemala y me ha dicho que la moneda de allá, el quetzal, es casi el dólar y no puede compararse el standar de vida, a causa de esta circunstancia, con que establece aquí el pobre escudo, cuyo valor es casi el del peso chileno. Me ha dicho de precaverme y de pedir datos exactos. El Ministro de Chile, por su parte, piensa que el Consulado General que me ofrecen es honorario, que yo llevaría allá el sueldo actual, el de la ley que se dictó, más una subvención de 7 libras para servir la Encargaduría de Negocios. Eso sería insuficiente, Don Pedro; no ha habido allí Legación y hay que comprarlo todo y llevar mis muebles, lo cual haré. Mi ruego es el de que usted me haga la gracia de averiguarme el dato en el Ministerio, en forma muy discreta, pues siempre es feo que la interesada aparezca presionando por dinero. Y sabida la suma total, que incluya sueldo y asignación, tomar dinero mío, mi amigo para ponerme un cable bien explicativo del asunto. Don Carlos no me ha hablado de Consulado General honorario, pero pudiese ser. El sueldo más bajo de C. Gral. [Cónsul General] de profesión, me satisfaría, pues es válido para vivir"42.
Asumió como Cónsul en Guatemala en 1936, y siguió desde allí con su labor creativa y de difusión americana. En el curso de 1938 realizó una gira por países sudamericanos y pasó un breve tiempo por Chile, oportunidad en que recibió numerosos homenajes. En 1939 fue nombrada Cónsul de Chile en Niza. Entretanto y una vez que Pedro Aguirre hubo accedido a la Presidencia de la República, el 24 de diciembre de 1938, la Mistral decidió encargar sus asuntos personales a otro abogado. Para ello escogió a Eduardo Frei43, a quien le advierte casi inmediatamente: "Se me ocurre que sea bueno que Aguirre sepa de cerca nuestra amistad y ojalá que hable con Ud. Lo sé muy ocupado. Va para él la carta adjunta. Como Ud. ve, caro Frey (sic), voy a encomendarle mis asuntos reales, que son muy pobre cosa. Es un acto de cabal confianza. Me los manejaba Don Pedro"44.
A los pocos días, vuelve a dirigirse a su nuevo apoderado. En lo relativo a sus asuntos profesionales futuros como Cónsul, le informa que "El Sr. Vergara me había prometido Niza y en mi carta a Aguirre mandada por mano suya, Frey, yo le hablaba de esta promesa. Pero como sé -sólo ahora- que el Pres.[idente] está en Viña, yo creía que Ud. no le habría podido dar mi carta y verlo" 45 ; y le insiste: "Y le ruego, Frei, que si mi carta está aún en poder suyo, por hallarse el Pres.[idente] en Viña, Ud. se la lleve, por favor, y pronto"46.
Entrando de lleno en sus asuntos legales y económicos, tiene que poner en contacto a ambos delegados. De ahí que le señale a Frei: "En mi carta a Aguirre, la que le mandé a Ud. le pedí le hiciese entregar mi dinero que está en su poder: son de 5 a 7 mil pesos... ...haga la gracia de ponérmelo en mi cheque a mi orden..."47.
Y volvía a insistir algunas semanas después: "Le decía en esa carta que estoy necesitando el envío del dinero mío sobrante de la suma que ha debido darle el señor Aguirre. Digo sobrante, porque usted debe descontar de allí lo que haya gastado en mis diligencias" 48.
2. Recomendaciones y solicitudes de ayuda para otras personas
En el curso de su desempeño profesional tanto en el ámbito educacional como en el diplomático y cultural, la Mistral ciertamente debe haber sido objeto de presiones y solicitudes de toda índole, más aún, si se sabía de su cercanía a una persona que, como Pedro Aguirre Cerda, se ocupaba, con éxito, de los asuntos de la política nacional, y que además de la influencia que su importante personalidad le otorgaba, ocupó cargos de significación. Para la sociedad de la época, no puede haber pasado inadvertido que Aguirre fue Diputado por San Felipe y por Santiago entre 1915 y 1921, Ministro de Instrucción Pública en 1918 durante el gobierno de Juan Luis Sanfuentes, Ministro del Interior en tres oportunidades durante el primer gobierno de Arturo Alessandri P., Senador por Concepción entre 1921 y 1924 y, finalmente, Presidente de la República entre 1938 y 1941.
No se trata solo de favores, sino también de amistad, atraída por sus primeras impresiones mexicanas, pero con certera intuición a propósito de su significación cultural, le dice a Aguirre Cerda que: "En poco más podrá usted conocer en Santiago a un hombre del México moderno, el Ministro Vasconcelos. Su solo trato revelará totalmente a la raza"49, el que seguramente por ese entonces visitaría Chile.
Pero frente a tamaño currículum público, político y de posibles influencias, y a las cuales Gabriela debe haber recurrido a menudo, puesto que le dice en alguna oportunidad: "Tengo que molestarlo por la milésima vez, por un asunto muy justo y que le hago llegar solamente en mérito de esta justicia"50, resultan modestas las tres oportunidades de que tenemos constancia de la solicitud de apoyo y recomendación para un conjunto, también modesto, de cuatro personas, de muy distintas procedencias y ocupaciones.
En efecto, en mayo de 1924, le plantea el caso de: "La maestra primaria señora Magdalena Fuenzalida de Zúñiga, normalista con diez años de servicio, [que] pide su ascenso de ayudante de escuela superior a directora de la escuela elemental Nº 95.
Cuenta con el Consejo, pero no está segura del Director, señor Salas. Se trata de una maestra muy trabajadora y culta. Es la esposa del pintor señor Julio Zúñiga, amigo de varios años, a quien aprecio mucho y que nunca ha movido influencias políticas (es director del partido liberal aliancista) en favor de su compañera.
La señora Fuenzalida estima que unas cuantas palabras de usted decidirán al señor Salas. Me consta que no hay candidatas con méritos mayores y que se hace una injusticia si se las prefiere"51.
No sabemos si Aguirre gestionó algo en este sentido, y en caso de haberlo hecho cuál fue el resultado. Dos meses más tarde vuelve la Mistral a recurrir a las influencias de Aguirre en favor de dos personas. Esta vez, la cercanía con los recomendados es, a todas luces, mayor, y les dedica líneas llenas de cariño. En una carta de fecha 14 de julio de 1924 que proviene de la Umbría italiana, y que tiene que haber llegado a manos de Aguirre cuando este ya había asumido -por tercera vez durante el gobierno de A. Alessandri- el Ministerio del Interior, cuestión que había sucedido el 20 de julio de ese año, le solicita ayuda para dos de sus amigos. En esta nota, le dice con algo de ingenuidad, pero con igual cariño y solicitud: "Perdone esta carta, como otras pedigüeñas. Hay más que el deseo de ver trabajando con alegría a dos compañeros; hay mi aspiración de que deban a usted lo que necesitan. Porque yo sé que es penoso deber servicios grandes a políticos que no pueden ser respetados, y por no cargar con ese peso los escritores suelen no pedir..."52.
Se trata de dos de sus amigos, y así se lo hace saber antes de entregar los datos de cada uno que, en su opinión, los hacen merecedores de apoyo.
"De dos nuestros quiero yo hablarle. Eduardo Barrios está considerado en el extranjero el mejor novelista de nuestra América en este momento. Es además, del escritor fuerte y fino, un hombre laborioso, trabajador casi heroico (a pesar de su mala salud) porque está cargado de obligaciones. Apenas tiene tiempo de escribir; sirve dos empleos y llega a su casa rendido y sin la frescura de espíritu, necesaria para hacer lo suyo, con lo que hace más bien a Chile que con el papeleo de la Universidad.
Me han dicho que va a jubilar un jefe de la Biblioteca de la Cámara; él es empleado allí, taquígrafo. ¿Podría usted, don Pedro, ayudarlo para conseguir ese empleo? Significaría para él la paz y el trabajo literario no interrumpido y feliz.
El otro caso es este: Armando Donoso recibió hace unos tres años la promesa de ser nombrado para estudiar historia chilena de la colonia y de la Conquista, en los archivos de España gracias a un empleo, cuyo detalle no conozco, en una Legación. Donoso es hombre de una cultura extraordinaria, y honraría a Chile en cualquier empleo que esté a la altura de sus merecimientos. Tiene mejor situación económica que Barrios; pero yo me temo que el periodismo lo gaste en su banalidad todopoderosa, y que no puede seguir trabajando en esa serie de libros tan útiles para Chile que inició con su Bilbao. La promesa no le ha sido cumplida; él como Barrios, es delicado y no habrá insistido. Los gritones y los pecadores reciben siempre más...
Yo le encomiendo, don Pedro, dos escritores que son, como individuos, lo que usted estima: cabalmente caballeros y llenos de espíritu de trabajo. Conozco a Barrios como a mí misma, y lo siento casi de mi familia; a Donoso guardo verdadero respeto, porque es el único, entre los jóvenes, que se ha hecho una cultura seria y profunda. No son bohemios ni cosa parecida. Usted conoce seguramente a Donoso.
Si usted puede hacer algo por ellos, habrá ayudado mucho al nombre intelectual de Chile. Afuera tenemos triste leyenda de raza positiva y un poco burda..."53.
Casi diez años más tarde, la volvemos a encontrar recomendado a uno de sus conocidos. Esta vez, desde Madrid, se permite, como dice, "...presentar a usted y a Juanita al señor Manuel Góngora Echeñique, periodista español y abogado. El ha trabajado en Colombia y Cuba y [va] ahora a establecerse entre nosotros, con gran fe en el país, hacia el que ha movilizado su capital y a donde lleva a su familia.
Querría yo que usted le diese ayuda moral y consejo para su establecimiento en Santiago. Quiere el señor Góngora fundar allí una revista de tipo nuevo o hacer una Editorial. Desconoce el medio y necesita absolutamente de guía.
Pido a Juanita también que haga a la señora Góngora la gracia de hablarle un poco de nuestra manera de vida, para orientarla"54.
3. Los problemas y las quejas de la burocracia
En poco más de cincuenta años de trabajo en servicios públicos, es posible suponer que los conflictos propios de los funcionamientos institucionales, afectaron en más de una oportunidad a Gabriela Mistral. A los conflictos personales con los directivos de los respectivos servicios, y de los que de una u otra forma se ha dado cuenta en estas páginas, es necesario agregar los conflictos propiamente institucionales de los que ella se hace cargo y que transmite a su abogado y apoderado, ya por pura información, ya como descargo de sus actitudes, ya para ayudarlo en algunas decisiones, o para solicitar acciones concretas.
Tempranamente, en 1920, le llegan a Punta Arenas noticias en el sentido de que Aguirre Cerda estaría intentando conseguir para ella un nombramiento del Ministerio de Educación con sede en la ciudad de La Serena, cuestión que no le interesa para nada. Después de dar cuenta de una serie de sucesos -que hemos referido en otra parte- le señala a su consejero: "El personal de aquel Liceo (de La Serena), excepción hecha de los profesores y de la señorita Fidelia Valdés, se hizo solidario de la injusticia de su jefe. Conocí, en pequeño, toda la maldad de los fanáticos, pues se me aisló".
Esa situación no ha sido olvidada por Gabriela. Al contrario, está consciente de "Tres manchas tengo hasta hoy para esa gente que no ha evolucionado, porque, para mi tierra, la Colonia no pasa todavía, mi democracia, mi independencia religiosa y mis servicios en una escuela rural", y termina agregando una razón más para rechazar de plano la posibilidad de un traslado hacia su tierra natal: "En un telegrama particular se me dice que se piensa reorganizar el liceo. Si así fuera, creo que toda remoción de profesores que hiciera yo por justicia la achacarían a venganza"55.
Resulta importante destacar cómo tan tempranamente, a los 31 años de edad, Gabriela Mistral tiene claro lo que ella llama sus "manchas" y que no son sino sus creencias más profundas. Se trata de opciones en el plano de los valores sociales que no transará a lo largo de toda su vida. Como queda de manifiesto a lo largo de toda su existencia y en los diferentes ambientes y situaciones en las que le tocó desenvolverse, siempre hizo gala de su condición de maestra rural, de niños pobres, en lugares necesitados, del mismo modo en toda su correspondencia si bien es posible una profunda y sincera religiosidad, ella no se amarra a una confesión particular, aún cuando su cercanía al catolicismo es indesmentible, hay también conductas esotéricas, cercanía al budismo y a otras expresiones religiosas orientales. Por último siempre se preció de ser democrática. No resulta extraño que probablemente en el momento más importante de su carrera literaria y cultural, al recibir el Premio Nobel, se reconoció en primer lugar como "hija de la democracia chilena".
Esas opciones valóricas no obstan sin embargo a que tuviese problemas burocráticos. Desde Punta Arenas, como se ha señalado más arriba, la Mistral fue trasladada a la dirección del Liceo de Temuco. Ahí también se encontró con un ambiente hasta cierto punto enrarecido: "Lo más doloroso es la división, el estado de guerrilla, que el retiro de mi antecesora dejó aquí, en el personal y en el pueblo. El personal tardará mucho en educar, en alcanzar el sentido espiritual del oficio por esta razón. He sido y seguiré siendo imparcial, aunque me he convencido de que el bando (4 profesores) que acusó a mi antecesora es el menos sano. Como toda guerra, adquirió las malas armas de la enemiga..."56.
El asunto no había alterado solo al personal del liceo de Temuco, sino también había afectado a algunos funcionarios del nivel burocrático central, y tal como se ha señalado más arriba, le plantea: "Tengo que pedirle un favor: su recomendación ante su correligionario el Sr. Bahamonde, jefe de Sec.[ción] del Ministerio [de Instrucción]. Mi nombramiento parece que no fue grato, por haber perjudicado a la Srta. Aránguiz, a quien apoya, y no he podido obtener que atienda ningún asunto del Liceo. ¡Y cómo desalienta palpar cada día más en ese Ministerio que la simpatía personal y cierto sistema monárquico de adulación lo obtiene allí todo y que la razón a secas no logra nada!"57.
Debe haber mediado algún viaje de la Mistral a Santiago, del cual no tenemos mayores antecedentes pues desde Temuco, el 20 de septiembre presumiblemente de 1920, le cuenta que "Con mala suerte, pasé por su casa, a agradecer su visita a su señora y a contar a Ud. algunas cosas de interés del Ministerio: no los encontré..."58.
En todo caso, en mayo de 1921 al fundarse el Liceo N° 6 de Niñas de Santiago el nombre de Lucila Godoy circuló como uno de los posibles para ocupar la dirección del nuevo establecimiento. Los problemas no faltaron, y le cuenta a Pedro Aguirre poco antes, en el mes de abril de ese año, que "Estimo conveniente comunicarle un camino nuevo que se abre en el Ministerio para solucionar la cuestión del liceo 6.
La Srta. F. Ramírez, Subdirectora del Liceo de Aplicación parece que obtendrá la Dirección de la Normal Nº 1; cuenta con todo el apoyo de D.[on] Darío Salas y tiene la palabra del Ministerio de que la nombrará si va en terna.
Si el Sr. Montebruno aceptase a la Sra. Dey o si esta optara por una transacción, el Ministro nombraría a la Sra. Dey, pues así lo ha manifestado"59.
No logramos entender a cabalidad este asunto, ni tenemos antecedentes mayores sobre los protagonistas, lo cierto es que habiendo resultado su nombramiento como directora del Liceo Nº 6 de Niñas de Santiago, le agradece sus mediaciones, y finalmente le comunica: "P.D. Pasa al Liceo 6, la prof. de matem. [profesora de matemática] que elimina del 5 la Sra. de Labarca. No la conozco; he aceptado proponerla por la paz de su colegio, el 5"60.
En junio de 1922 Gabriela Mistral partió a México, y aunque iba contratada temporalmente, distintos afanes la mantuvieron alejada del país hasta 1925. Residiendo en Ciudad de México, todavía a principios de enero de 1923 seguía preocupada "Respecto a la situación de mi colegio..." y sugería que "...se debería dejar a la reemplazante que quedó en mi lugar, persona llena de méritos morales, justiciera, ecuánime, sensata y sumamente laboriosa. Se la ha querido ascender a Directora del Liceo de Traiguén y llevar a la Inspección General del 6 a aquella célebre señorita Aránguiz que lleva tres o cuatro Liceos recorridos azarosamente... Me arruinan el Liceo 6, que trabaja en completa paz. También se ha propuesto una permuta a la señorita Carmela Orellana, profesora de matemáticas, quien no aceptó por no conocer mi voluntad. Yo no puedo sacrificarla a mis intereses; le digo en carta de hoy que si aún se mantiene esa situación acepte la permuta, aunque comprendo que la señorita Aránguiz llegará al 6, no a ser una tranquila profesora de matemáticas, sino a socavar el terreno a la Directora suplente. Me resigno, sin embargo, porque sé que toda la vida se hará política con los Liceos de Niñas y recuerdo que yo no tengo influencias de esta índole que oponer"61.
A su vuelta, en 1925, pasó una breve temporada en la casa de su madre en La Serena. Hasta allá deben haber llegado las pasiones políticas y las solicitudes. Algún conflicto se suscitó puesto que debe aclararle a Aguirre que "No le mandé a los maestros comunistas, pero les he escrito para que lo busquen. Es difícil entenderse con ellos, y sin embargo, es de urgencia vital enrielarlos"62.
Con posterioridad, los asuntos administrativos de Gabriela tienen que ver con el servicio exterior y en particular con el departamento consular del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Con ocasión de una visita que Pedro Aguirre y su señora realizaron a Europa en 1928, tuvieron dificultades para encontrarse. Ocupaciones e intereses distintos, distrajeron, en distintos lugares, a estos interlocutores. Desde Marsella, Gabriela Mistral le cuenta algunas intrigas más o menos palaciegas -confidenciales las llama- de la embajada chilena en París: "El Ministro Alemparte -que estuvo muy cordial conmigo- me dijo estar un poco extrañado de que Ud. no hubiera pasado a la Legación, como amigo y como persona con comisión de confianza del Gobierno. Le contesté que Ud. andaba de viaje fuera de Francia y precisamente viendo cuestiones agrícolas en relación con su comisión. No tuve su dirección inmediata para comunicarle esto. De ahí la tardanza. Sentí en el Ministro el deseo de aproximársele y me habló de Ud., con estimación cariñosa"63.
Largas consideraciones le mereció algún tiempo después, una comunicación oficial que le llegó, junto a un nuevo nombramiento en Guatemala. Con ocasión de ella, se dirige desde Lisboa, donde era Cónsul desde 1935, a Aguirre Cerda informándole con detalle de la situación producida, y de los avatares que habían rodeado el asunto: "Anteayer tuve carta de mi jefe de Depart. [Departamento] consular, el señor Errázuriz. Me dicen que han "resuelto" mandarme como Encargado de Negocios y Cónsul General a Guatemala, que él cree que la noticia me será muy grata. El no sabe que, contra la leyenda, yo soy una mujer que no tiene ninguna ambición, que solo le pidió a su patria darle eso que se llama el mínimun vital y que, conseguido esto, se quedó tranquila, sin mirar a un escalafón del cual aquella ley especial la excluía y feliz de no pensar en los artículos de periódico para comer. Pero, lo que ha pasado, Don Pedro, es que en Portugal no he podido hacer la propaganda de conferencias que me encomendó el Ministerio... porque mi ministro señor Azócar, se ha negado rotundamente a que yo las dé, pues, según él, a Portugal no le importa nada de la América, porque según él la gente de aquí es muy necia y no lee ni escucha y porque el esfuerzo no vale la pena. En semejante disparadero de una obligación que cumplir y de un jefe que me ha maniatado por entero, yo me he puesto, por mi voluntad de servir de algo, a escribir artículos de propaganda para cinco diarios de América; cosa que tiene a Relaciones [Exteriores] muy contenta, según me dicen en oficios. Pedí a mi jefe de Depto. [Departamento] mi nombramiento de Cónsul en Porto a fin de tener allá la libertad de acción que aquí no me ha dejado mi ministro y resultó esta otra donosura. Me dijo mi amigo Azócar que este gobierno ultraconservador no quería a una mujer de Cónsul en Porto y que él prefería, por mi propio interés, guardar las letras patentes y no presentarlas. Esta vez la indita que hay en mí saltó dentro, y pedí a un amigo del régimen preguntase al Ministro de estado el asunto, y escribí a Gonzalo Zaldumbide, Min. de Ed. [Ministerio de Educación] en París y amigo del Ministro portugués, me obtuviese el exequátur; se hizo todo con la facilidad mayor y el Canciller portugués me mandó decir que le extrañaba y le dolía que yo hubiese podido pensar en que él iba a negarme el ex., [exequátur] conociéndome personalmente y por mi trabajo en la Liga [de las Naciones], viendo él con tanta complacencia que viva en su país y teniendo ellos mismos una mujer Cónsul en Berna. Transmití esto a mi amigo Azócar, quien al fin presentó las letras patentes; salió el ex. [exequátur], lo dejó consigo y me lo ha traído anteayer, junto con el ofrecimiento de Guatemala. Es una historia tonta, que tenía que contarle, Don Pedro, porque alguien debe saberla allá, para el caso de que cualquier día se diga, por alguna mala persona, que yo no hago nada en Portugal. No vaya usted a pensar que mis relaciones con mi Legación han sido malas. Tan cordiales son que, cuando mi ministro sale a Alemania, por ejemplo, me deja a sus hijas a quienes adoro; vienen a mi casa ellos semanalmente y que él usa conmigo un trato familiar. El hombre dice que Portugal ha deshecho su actividad de joven, que la pereza nacional lo ha tomado y el pesimismo lusitano más que todo... Y yo me temo, Don Pedro, que por esta desidia suya que me ha atajado el cumplimiento de mi misión aquí, el Ministerio haya pensado en mandarme a otro lugar, a la América, donde yo "hago cosas". Yo las hago en Europa lo mismo, solo que con menos campanillas que, en esas tierras, donde se echan a volar por cualquier nadería.
Yo he contestado ayer por cable a D. C. [Don Carlos] Errázuriz que acepto agradecida. Rehusar no podía, por mi temor de aparecer como persona de "malas ganas", también porque el tono de su nota, muy afectuoso es de darme el asunto por resuelto; también porque se trata de la América donde está mi corazón, aunque mi cuerpo ande deambulando por estas Europas.
Pero la verdad es que a mí me ha dado una grande, una profunda pena dar mi vida de paz de aquí, de este Portugal medio-angélico, donde yo mejoraba bastante de mi mal, he tenido un año de felicidad, nada menos que de felicidad. Yo no hallo este país ni tonto ni inferior, como dicen los sudamericanos. Hay una dictadura fuerte y no popular, pero de administración honrada; yo no me mezclo en política en parte alguna de este mundo; tenía aquí tierra verde, un río precioso, mis libros, etc. He recogido aquí mi libro nuevo de versos, donde está mi trabajo de diez años; he escrito lo que era dable sobre Chile para el extranjero. Me acongoja salir de este reparo y refugio al aire tremendo de eso que llaman la diplomacia. Pero obedezco sin ningún rezongo, porque he agradecido a Chile infinitamente que, al fin, pensara en mi vida material y me alargase el pan nuestro de cada día. El puede mandarme donde le dé la gana, contra mi corazón de vieja sentimental"64.
A Guatemala llegó Gabriela Mistral en 1936 donde residiría hasta 1938. A fines de 1936, desde Hamburgo, ante nuevas normativas establecidas para las destinaciones consulares por la cancillería chilena, le comentaba a Aguirre Cerda: "Lo que me parece penoso de tratarle es lo de mi ida a Chile. Ahora los Cónsules tenemos el deber de volver allá, después de 4 años. Pero hay dos cosas que yo considero y que a Ud., no al Sr. Vergara, puedo decirle de corazón a corazón. Hace no más que un año la prensa de mi patria me ha arrastrado por el barro, en una campaña de injurias. Yo tengo, para mi mal, fiel la memoria de la desgracia. Voy a pedir que a lo menos dejen pasar un año más, desde esos sucesos hasta mi regreso. Ir ahora mismo sería tener la malaventura de salir pronto y con un sabor muy amargo en la boca. Yo sé que algunos de aquellos individuos pagados por los comerciantes españoles no han desarmado, y yo no puedo ver con indiferencia el que en papeles públicos me insulten vilmente. Pero hay más, Don Pedro, y ésta es la confidencia: junto varios signos que vagamente me dicen el que dos personas de gobierno quieren que yo vaya a Chile en el mal período de votaciones y de cambio de régimen, para hacerme dar color, o afiliarme, o fascistizarme"65.
Como hemos dicho más arriba, Gabriela Mistral realizó en el curso de 1938 una gira por países sudamericanos y pasó un breve tiempo por Chile66. A fines de ese año, en el mes de diciembre, Pedro Aguirre asumió como Presidente de la República. Un par de años más tarde Gabriela Mistral le da a conocer, con graves acusaciones, su molestia con los personajes que han accedido a cargos públicos: "Entre los diez funcionarios chilenos del nuevo régimen que he tratado en el extranjero, desde hace un año, hay siete, nada menos, que pertenecen al orden nazi-comunistoide. Es una tremenda proporción. Nada cuesta averiguarles la marca; ellos no se limitan a creer en su odiosa doctrina; ellos la propagan con una desnudez sin apelativo. Parece que forman contra-Padres de la Patria, la contrageneración de 1810. Tienen un apetito voraz de dictadura, porque tienen igual avidez de poder, de dinero y de venganzas"67.
II. LOS ASUNTOS DE LA VIDA LABORAL
1. Los distintos trabajos de Gabriela Mistral
Evidentemente Gabriela Mistral fue ante todo poeta y profesora. Sin embargo, desempeñó otros oficios68. En su relación con Pedro Aguirre Cerda la poesía es una ausente. No son muchas las informaciones que nos entrega acerca de su quehacer poético, salvo para el envío de un libro, o para dar cuenta de que trabaja en otro. Pero en cambio sí se halla presente su labor pedagógica y los problemas que le acarrea, sus actividades y molestias como burócrata internacional, y sobre todo su actividad de difusión y de publicista.
1.1 Su preocupación por la educación
Que Gabriela Mistral plantee a Pedro Aguirre Cerda consultas y problemas pedagógicos y educacionales, no es casualidad. Como ya se ha visto, los primeros contactos entre ambos, de que tenemos noticia, se producen precisamente cuando Aguirre, conocedor de su reputación, la promueve a directora del Liceo de Punta Arenas. Y es que Aguirre Cerda fue, además de político exitoso, una persona dedicada sinceramente a la educación. Habiéndose recibido de profesor de castellano en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en 1900, realizó sus estudios de derecho en la misma Universidad, titulándose de abogado con una memoria que versó sobre "La Instrucción Secundaria en Chile"69. En 1910 se ausentó del país para desempeñar una comisión del Gobierno de Chile estudiando Hacienda y Pedagogía en el College de France y en La Sorbonne. En su calidad de comisionado concurrió al Congreso Internacional de Agricultura -su otra preocupación fundamental- en España y al Congreso de Educación en Bélgica. Al regresar al país, en 1914 fue nombrado Visitador de Liceos, y la Sociedad Nacional de Profesores lo eligió Presidente, en tanto que el Gobierno lo nombró miembro del Consejo de la Universidad de Chile. Fue tenaz impulsor del proyecto de ley de Instrucción Obligatoria, y fundador y primer decano (ad. i.) de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Chile70.
En lo relativo a sus actividades pedagógicas, ya en 1920 Gabriela Mistral hace presente a Aguirre desde Punta Arenas, a propósito de un virtual traslado a La Serena, lugar al que no quiere dirigirse, que no obstante su malestar "...si el nombramiento se hace, cumpliré con mi deber, y allá, como aquí, procuraré ser digna de usted de su estimación y de su apoyo, en cada uno de mis actos"71, y en la misma carta le dice, como abriendo alguna otra alternativa a las influencias que debe interponer Aguirre, que "El rector del liceo de esta ciudad, don C. Sangüesa, me ha preguntado por telegrama si me convendría permutar con la directora del liceo de Temuco. No sé si ha obrado a petición de ella u oficiosamente. Le contesté diciéndole que solo me convendría la permuta si mi sucesora se trajera a la profesora de castellano de su liceo y me dejara las clases vacantes. Sin esto, mi sueldo sería demasiado escaso"72.
Años más tarde, comentándole a propósito de sus expectativas en la actividad educacional, le promete: "...yo acudiré al llamado de usted de trabajar en Chile, después de dos años, sin otra exigencia que ésta: la de que me den aquí una Normal rural o una escuela Granja, sin programas impuestos por profesores de ideas opuestas a las mías. He perdido mi vida haciendo clases conforme a los planes oficiales, en los que no entra para nada ni un alto idealismo ni un practicismo salvador de este pueblo pobre. Para servir esos empleos no pediría sueldo alguno fuera de mi jubilación, sino la dirección moral de la obra, concedida ampliamente, es decir, con confianza en mí. No me interesa el trabajo en las ciudades, sino en el campo de Chile.
Y esto, don Pedro, no es nacionalismo, es una especie de amor universal de lo rural, que hay en mí y que es lo único que me siento vivo y en pié..."73.
Ya no se trataba de la actividad "obrera" de la educación, en las actividades de la primaria o secundaria, cuando le escribe, probablemente desde Puerto Rico contándole que "He cancelado mi contrato con Vermont por cursos de verano con el fin de ir a Colombia"74.
La actividad docente siguió practicándola esporádicamente; así le cuenta en 1936: "Luego salgo para Alemania con el fin de dar dos conferencias en Bonn (Univ.) [Universidad] y en el Inst. Ib.-Am [Instituto Iberoamericano] de Hamburgo, sobre geografía de Chile"75.
1.2 Los afanes como funcionaria internacional
Entre las ocupaciones profesionales de Gabriela Mistral ya hemos destacado la diplomática. En algún tiempo le tocó pertenecer a lo que en nuestros días se ha dado en llamar "burocracia internacional" y ella también le suscitó comentarios, curiosamente positivos. En diciembre de 1926 le cuenta a Aguirre en qué consisten sus quehaceres: "Aquí desde que he enderezado un poco mi salud -sólo un poco- trabajo como Consejera en el Instituto de Cooperación Intelectual de la "Soc. des. N." [Sociedad de las Naciones]. Es una labor técnica, un poco estadística, con utilidad a la larga, algo burocrática, pero seria y humana. Tengo para dos años más, no dedicándole el año entero, porque voy al mediodía cuando puedo, a recoger fuerzas del sol"76.
Algunos años más tarde le da cuenta que "Hace dos meses me nombraron en Ginebra para un cargo de mucha importancia, que acepté declarando que quedaba en Europa... Es la Comisión de Letras y Artes, donde se juntan las mejores cabezas europeas, y no hay más americano que yo"77.
1.3 Su actividad como publicista y difusora
Por último, es necesario aludir a su actividad como publicista y difusora de distintas ideas, actividades y situaciones. Usamos estos calificativos para referirnos a estas actividades, ya que a Gabriela Mistral no le habría gustado que la llamásemos periodista, puesto que ella consideraba absurdo que los escritores: "...se gasten en esa cosa inferior, que es el periodismo..."78 o, refiriéndose a uno de sus colegas, temía: "...que el periodismo lo gaste en su banalidad todopoderosa..."79.
En verdad le dolía el trato que en Chile recibían los escritores: "En nuestra tierra, los escritores, don Pedro, viven como en ninguna tierra de la América; parece que se busca el que no escriban, el que se gasten... ...en el infeliz empleo público, que apenas les da -que no les da muchas veces, como yo lo he visto, para vestirse, y alimentar a su gente. En todas partes, el escritor conocido, con reputación hecha tiene decoro para la vida material y consideración social muy grande. No es solo el caso notable de México, es el de Colombia, del Perú, de la Argentina, del Uruguay"80.
No obstante lo anterior, constantemente anda preocupada de encontrar asuntos sobre los cuales escribir, para distintos medios de prensa. Así, en 1925 le cuenta a su amigo y confidente: "Yo ando ahora viendo oficios para mandar a los tres diarios de la América en que escribo algunos rumbos que sirvan a los obreros. No crea que me paseo demasiado, procuro servir informando"81.
En este mismo sentido, algún tiempo después le pide a Aguirre Cerda que le señale cosas interesantes de Francia o Bélgica, con el objeto de "...escribir sobre ellas en El Mercurio. Llevo la corresponsalía de éste, y con ello me haré un pequeño sueldo para mi mamá que queda aquí. Yo necesito mucho de guía y consejo frecuente, solo que los recibo de pocos; los pido y los acepto a aquellos que son buenos y de limpia intención"82.
Además de sus personales preocupaciones y preferencias sobre temas a los cuales referirse en sus escritos, pareciera que era habitual que le llegaran solicitudes. Solo así se explica que, en 1927, y a raíz de una exposición femenina que se proyectaba realizar en Santiago, desde algún lugar de Francia le relatara a su amigo, al correr de la pluma y a medida que se le ocurrían las ideas, un tanto desordenadamente, que: "Es cierto: yo recibí hace un mes la nota de las señoras organizadoras; creí haber leído que se trataba de cosa un poco distante, y no respondí como debía en el mismo momento.
Muy bonita es su idea y yo quisiera decirle algo que valiera la pena. Pero nada de eso puede ser después de tanto tiempo en que las señoras habrán pensado asuntos mejores y con madurez.
Yo no veo hacia Chile trabajo apreciable, verdaderamente tan bello, y perfecto de las mujeres, sino las labores de mano, en alguna parte, la floricultura; y las obras de beneficencia, en el aspecto social. Intelectualmente solo hemos pedido empleos o sacado títulos abundantes, detrás de los cuales no hay ninguna investigación sobresaliente que yo sepa, de índole científica, por ejemplo. Son las obreras de aguja, de telar, de crochet, las que pueden hacer una presentación magnífica. Recuerdo que antes de venirme, visitando el Liceo de Niñas de Quillota, me encontré con una viejita profesora que me mostró un muestrario de trabajos, que llamaría la atención hasta en Europa, en cualquier parte. Bastará pedir a la directora que consiga esa obra maestra en préstamo. Yo no recuerdo el nombre de la señora.
Sería lindo presentar el trabajo de algunas excelentes jardineras, don Pedro, y en Santiago es fácil buscarlas. Pero es la provincia la que en esto como en toda la obra más concienzuda (?? (sic)). Un aviso en los periódicos de provincia serviría para conseguir que las pobrecitas jardineras de la provincia envíen algo.
Respecto a las labores de mano, por todas partes se encuentran maravillas.
Algo hay de encuadernación y de trabajo en cuero, hecho por mujeres.
La nota de las señoras me pareció muy vaga y no me dio idea clara de nada.
En otros países, como en México hay una cerámica hecha entera por mujeres; entre nosotros, pueblo que no dibuja y que desdeña el barro, no existe.
Recuerdo buenos trabajos de cestería de Santiago, la rama es simpática y se puede hacer con ella un buen pabellón de cestería"83.
No obstante que ha constatado su ocasional desinterés por el tema, ha entregado -como se ha visto- un conjunto de ideas, y está dispuesta a seguir colaborando. Aun cuando: "No sé qué ayuda puedan prestar la señora Barrios, a quién ya he tenido el gusto de conocer y M. Auclair. Le repito que la nota en que nos piden ayuda es muy vaga y yo apenas comprendo de qué se trata...", solicita a Aguirre: "Que su señora, que es tan práctica, me explique mejor; si un artículo les sirve, yo lo escribo con todo gusto, don Pedro. Olvidaba decir algo sobre la beneficencia. Un buen pabellón puede hacerse, reproduciendo en miniatura una Gota de Leche Modelo, y honrando en él a doña Concepción Valdés, por ejemplo; otro ídem sobre la lucha contra la Tuberculosis, con un retrato de doña Anita Swinburn"84.
Pero no solo se ocupa de buscar materiales para sus escritos, sino también se hace partícipe de las preocupaciones intelectuales y sociales de su abogado: "Yo le estoy reuniendo en Marsella datos útiles sobre cosas agrarias de Francia, se las mandaré cuando tenga más"85.
Para todas estas actividades, sin embargo, parece tener enormes problemas prácticos. Es lo que le sucedió con algunos escritos, cuando advierte desde Génova en marzo de 1930, "Pedí ayer... a Venezuela me busquen los diarios en que esos artículos salieron. Es fina gente y se darán el trabajo. Yo me quedé, como siempre, sin una sola copia. Mi máquina no me da sino los seis ejemplares que necesito. En un mes llega allá mi carta; en otro, vendrá aquello; en otro llegará a Chile. ¡Vea Ud., qué oportunidad!"86.
Sobre ellos mismos vuelve algunos meses después, en julio de ese año, al comunicarle: "Creo mandar en agosto aquellos artículos de nuevo. No los he rehecho porque nunca rehago un artículo y sobre todo porque mi recargo de obligaciones de diario se me ha vuelto grande, con diarios nuevos. Pero en ningún momento he olvidado mi obligación y mi promesa"87.
1.4. La actividad consular de Gabriela Mistral
Fue en el curso de 1932 que Gabriela Mistral inició su carrera consular, al ser nombrada Cónsul Particular de libre elección, destinada en primera instancia a Génova, donde no ejerció su cargo por algunas objeciones puestas por el gobierno italiano, después de conocer su marcada posición antifascista.
En efecto, le comenta a Pedro Aguirre en noviembre de 1932, desde Génova, que "Hace un mes le puse un cable dirigido a Laura Polizzi, porque nunca tengo la dirección de usted y en el que le decía que el gobierno italiano rehusó el exequátur, lo cual me obligó a renunciar el Consulado de Nápoles. Fundaron la rehúsa en que la ley prohíbe las funciones notariales a mujeres; pero un amigo, el Ministro Rocco, me ha dicho, en una sesión reciente del Inst. de la S. de las N. [Instituto de la Sociedad de las Naciones] de Roma, que la razón dada no es la verdadera sino una de éstas: que el gobierno negó lo mismo a una señora rusa hace muy poco y no quiere confesarle a Rusia la causa de su negativa o que la presentación de las letras patentes en cierto período de gobierno socialista, más informes malignos de índole política, me hayan hecho sospechosa. Dos cónsules de Nápoles me dijeron que casi asegurarían que es el seudónimo francés y el domicilio de Francia lo que me ha dañado. (El momento es de tensión muy fuerte en las relaciones ítalo-francesas). El hecho es que se negó dos veces, pues, el embajador de España llevó una petición personal al respecto. El Ministro de Chile, un secretario que suple solamente, no tiene situación en Roma, no insistió, no averiguó nada y no consiguió lo que otro habría conseguido.
Yo he gastado entre las dos mudanzas, entre las dos casas alquiladas por año, oficina y domicilio, una diez mil liras que es muy difícil que recupere"88.
Dadas estas circunstancias, en julio de 1933 fue trasladada a Madrid. Antes de asumir esa destinación, le contesta a Aguirre, probablemente desde Puerto Rico, donde se encuentra momentáneamente, comentándole tal nombramiento, y las vicisitudes a que había dado lugar. Le dice: "Usted me escribe antes de mi nombramiento de Cónsul en Madrid. Estoy muy agradecida a don Miguel Cruchaga de su oferta del cargo; le contesté diciéndole que el invierno de Madrid era imposible para mí. Me respondió que me autorizarían para pasar el invierno en otro lugar, lo que es una gran concesión. Acepté, pero pidiendo una comisión cualquiera sin sueldo que me permita acabar mis cursos de esta Universidad y otros, que serían en EE.UU. o Colombia... he firmado ambos, dejaría uno. No me han respondido sobre este particular. Si usted pudiera hablar con el jefe de la Sec. [ción] Consular, le agradecería mucho que comunicase lo que haya. El Consulado de Madrid, según me informa el Ministro, da diez mil pesetas mensuales, cantidad válida para vivir allí modestamente y sin gastos extras; pero en esa ciudad me conocen demasiadas gentes; hay una colonia sudamericana y con esa suma yo no puedo vivir; debo llevar ahorros de aquí y es preciso que me dejen terminar mis contratos. Ruégole dejar bien en claro que yo tengo toda la buena voluntad para servir a Chile en España, que estimo y estoy agradecida a lo que me dan, pero que debo pensar también un poco en el decoro del cargo. Es un Consulado honorario y vive de las entradas consulares menguadas enormemente por el control nuestro que castiga el comercio extranjero con demasiada fuerza.
Le pido dejar en claro que lo más tarde que yo llegaré a Madrid será en septiembre, tal vez en agosto"89.
Como se ha dicho, antes de asumir sus obligaciones consulares en Madrid, debió cumplir otras obligaciones, anteriormente contraídas, en varios países americanos. Previo a ello, pero ya resuelta su futura situación en España, escribe a su abogado y apoderado insistiendo en sus futuras dificultades financieras: "He vacilado bastante respecto de este viaje a Colombia. Es peligroso cuando se es funcionario, aunque sea ad honorem, ir a país en guerra con periodistas impertinentes que cuando no obtienen reportajes, los inventan. Pero yo no puedo volverme a Europa con solo las economías de Puerto Rico, porque ese Consulado es sin renta y la ruina del comercio hispano-chileno no puede dárselas. Conozco allí demasiada gente y debo darle algún decoro a esa oficina de Chile. He pedido al Jefe de Educación, Nieto Caballero, que me respeten la neutralidad y no me creen dificultades. Espero vagamente que la muerte de Sánchez Cerro acabe con la guerra.
Escribí hace un mes al Subsecretario de Relaciones, Sr. Vicuña, sobre el asunto del pago de mi jubilación en el exterior. El me indica que haga la gestión por medio de mi apoderado.
Me han dado el Consulado en Madrid. Estoy agradecida al Ministro Cruchaga. Ignoro si Ud. ha andado también en esa gestión.
Contesté primero que Madrid me dañaba; me autorizaron para pasar fuera el invierno y entonces acepté. Luego me dieron licencia hasta septiembre"90.
Y efectivamente Pedro Aguirre "había andado" en la gestión. En una carta que Aguirre le envía desde Santiago, fechada el 24 de mayo de 1933 afirma: "Hablé con el Subsecretario de Relaciones, Sr. Vergara sobre Ud., y me dijo que podía disponer de todo el tiempo necesario para su ida a Madrid, y se le había fijado la fecha del próximo Septiembre solo porque así lo había pedido Ud."91.
Después de estos avatares, asumió el Consulado chileno en Madrid, pero a poco andar se le suscitaron nuevos inconvenientes, a los que quiso dar solución mediante un trámite administrativo algo complejo, del cual dio cuenta a su apoderado en Santiago, en una carta -sin fecha ni lugar de remitente- en la que cuenta que: "Por este mismo correo aéreo envía (sic) a [al Ministerio de] Relaciones [Exteriores], el Consulado General un pedido de cambio, que no es permuta, entre Pablo Neruda y yo. Neruda vive en Madrid y tiene su empleo de Cónsul adjunto en Barcelona. Quiere a toda costa desesperadamente, conseguir este Consulado de Madrid con carácter definitivo. Yo no puedo darle en el gusto de hacer una permuta definitiva, porque sé de manera confidencial que es muy probable que lo hagan Consulado de carrera el año próximo. Si así fuese, yo podría permutarlo con otro Consulado en Francia o en Portugal o en otro lugar cualquiera, lo cual es imposible hacer con un pobre consulado honorario de renta infeliz de derechas como el que tengo hoy. Tampoco puede (sic) negarme a dar facilidades a Neruda, poeta nuestro por cuya obra yo tengo bastante aprecio. Además hay el hecho de que a mí me gusta Barcelona más que Madrid, que no me gusta nada, y que allá tendría una cantidad más o menos estable de entrada mensual que sin costear mi vida, me obligaría a gastar de mi bolsillo mucho menos de lo que pongo aquí. El mes pasado dio esta oficina mía 700 pesetas y mi gasto fue, con dura economía, de mil quinientos; el presente mes lleva camino peor.
Después de dar mucha vueltas al asunto hemos llegado a esta combinación que el Cónsul General somete a Relaciones para su aprobación: yo iría en comisión como Cónsul Adjunto a Barcelona y Neruda quedaría como Cónsul en comisión en el Consulado de Madrid.
Ante todo debo esclarecerle a Ud. completamente el que este arreglo no significa para mí ninguna solución feliz y que, según lo establezco en mi oficio al Cónsul General, lo he aceptado con la finalidad moral de servir a un colega. Me importa mucho que el Ministerio se dé clara cuenta de este matiz.
Ahora viene el que su carta me habla de que Relaciones se ocupa de darme lo que pedí antes, que es lo que sigo pidiendo: un Consulado de carrera aunque sea de última clase. Es indispensable, y se lo ruego de la manera más encarecida, que antes de resolverse mi comisión a Barcelona, el Ministerio vea si no halla para mí cosa mejor que ese cargo subalterno y con sueldo insuficiente. Porque yo debo, mi amigo, hacer una mudanza de aquí a Barcelona, que es bastante costosa, y que mi estado actual de fondos me pone en apuros. No querría yo tener que volver a cambiarme a poco de llegar allá. Creo haberle dicho antes que por elemental decoro yo compré aquí muebles, cosa imposible de evitar cuando se vive en una ciudad en la que se tienen muchas relaciones....
...Le pido aún el que me trasmita un cablegrama con la respuesta, para preparar mi mudanza a Barcelona, si es que ninguna cosa mejor se ha conseguido"92.
De Madrid, no fue trasladada a Barcelona, sino a Lisboa en el curso de 1935, pero en todo caso antes del 4 de septiembre de ese año, en que una ley especial la designó Cónsul de elección con carácter vitalicio. Estando en el ejercicio de estas funciones, le llegaron noticias de un nuevo nombramiento, esta vez como Cónsul General y Encargado de Negocios en Guatemala. A raíz de esto le escribe a Aguirre: "Anteayer tuve una carta de mi jefe de Depart. [Departamento] consular, el señor Errázuriz. Me dicen que han "resuelto" mandarme como Encargado de Negocios y Cónsul General a Guatemala, que él cree que la noticia me será muy grata"93.
Pareciera que el nombramiento y traslado a Guatemala sufrieron algunos inconvenientes, pues en diciembre de 1936, se dirige a Pedro Aguirre, advirtiéndole "En todo caso, naufragó lo de Guatemala, creo que para bien mío y con mucha alegría mía, por cierto. Resuelto, o disuelto, este proyecto; queda mi obligación de chilena y de persona en deuda con el país, a causa de aquella ley especial de aceptar esa gira por América. Voy a hacerla, indicando al Sub-Sec. [Subsecretario] algunos cambios de itinerario"94.
Efectivamente, le añade que "Mañana mando al Sr. Vergara una carta proponiéndole dos fórmulas de gira por América. El Perú es país difícil para mí. El Ministerio no se da cuenta de que yo tengo simpatías que no son gubernamentales en varios países nuestros: las tengo entre escritores y profesores y éstos viven en la oposición. En Colombia, donde López va a entregar el gobierno a un liberal-conservador, ya hallaría a mi gente también en la oposición. Tal vez más les sirviese en Brasil, en Venezuela. Con sacrificio iré a EE.UU. Sigue siendo a Dios gracias, país de libertad, pero mejor les sirve allí un hombre propagandista que una mujer que no alcanza a ser una modesta sufragista...
El sueldo, cuya cifra Ud. me da, me basta perfectamente para país de moneda depreciada: Brasil, Venezuela. Para Estados Unidos también basta si se consulta el hotel de una sola persona. Yo viajo siempre con alguien. Ya Palma Guillén no puede ser mi lazarillo, pobrecita, buena alma, tan leal. Está ahora como Ministro de su país en Dinamarca. Llevaré conmigo para este largo viaje a una persona medio secretaria, medio enfermera. La ley especial no me da derechos a pasajes ni a viáticos; creo que, en EE.UU. tendré muy ceñidamente para mis viajes. Veré, procuraré equilibrar esto con las economías posibles en Brasil y Venezuela (si el Ministerio acepta el que yo reemplace el Perú por el Brasil). No es cuestión de que Ud. haga ninguna gestión nueva de esta índole, Don Pedro. Yo diré estos detalles en carta al Sr. Vergara. Lo dicho va -para que Ud. lo sepa como versión de la otra parte- de la mía"95.
Más allá de las preocupaciones personales, a la Mistral también le interesaba la situación general de la política exterior chilena, que le tocaba de cerca en sus labores consulares, y le comentaba al respecto a Pedro Aguirre Cerda: "He visto con pena en mi Legación de Lisboa, en la de París (aquí con más discreción) y en la de Berlín, que se abre en Chile, la era negra de la policía diplomática y consular y el torquemadismo aplicado a abrir almas y arrancarles su confesión de ideas para proceder... Las maneras son todavía muy finas y delicadas, señoriles; pero, desde los tiempos de Ibáñez no se veía en nuestras Legaciones este estilo y esta labor secreta..."96.
2. Sus observaciones sobre la situación internacional
Los largos años que Gabriela Mistral vivió en el extranjero no solo no la separaron de los avatares de la política chilena, sino la mantuvieron cerca de los problemas políticos internacionales. Tanto los problemas internacionales que podían afectar a Chile como aquellos referidos a otras naciones o grupos de países, fueron el objeto de su preocupación y de ello dejó, en su correspondencia con Pedro Aguirre Cerda, varios testimonios.
En el curso de 1922 llegó a oídos de Gabriela Mistral que al Congreso Panamericano que se realizaría en Santiago al año siguiente, México no sería invitado. Ello produjo una vehemente reacción97, pero además significó que le dedicara un párrafo especial a Aguirre -quien a la sazón era Senador- con una solicitud muy precisa: "Lo que yo quiero pedirle es que, en el caso que la injusticia se consume, haya siquiera una voz que proteste en la Cámara de esto, pero que se haga después de haber tentado en vano la invitación a México.
Yo no entiendo de esos senderos tortuosos que las diplomacias, esa cosa repulsiva en nuestras democracias que deberían ser abiertas y de acción transparente ante los pueblos, pero lo que sé es que hay actos que no se puede lavar un pueblo con ninguna excusa diplomática, y el acto a que aludo es de éstos.
En Chile se cree que este México es una caricatura de la civilización, una especie de ensalada de revoluciones y de minas de petróleo. México es con la Argentina el pueblo más culto de nuestra América, de una riqueza estupenda con una raza muy bien dotada y fatalizado por esta proximidad a los yankees que viven sembrando la reyerta y manteniendo la inquietud en el país; comprendo a la mala gente que hay en todas partes, desprestigiando a los Gobiernos, en el propio país, con su prensa sagrada, y en el extranjero"98.
Esa petición, termina casi con una súplica: "Quiera usted oír a su compatriota que nunca ha mentido, y que haga cuanto sea posible, todo lo que sea posible, porque no se verifique una indignidad"99.
Más allá de los asuntos internacionales que afectaran a Chile, la Mistral fue observadora suspicaz de la política doméstica de otras latitudes. Durante su primera estadía en México, se entusiasmó sinceramente -como deja entrever el comentario antes transcrito- con los logros de la revolución y la posrevolución, y ante la fama de "comunista" que en no pocas oportunidades se le otorgó, ella se vio en la obligación de hacer desmentido. Así se lo plantea a Aguirre en enero de 1923: "En cuanto al bolchevismo del país se trata sencillamente de una maldad. El gobierno es de un tipo parecido al socialista francés, en algunos estados solamente. México es una nación tranquila"100. Incluso estando en Santiago, se permite hacer comentarios sobre las situaciones políticas internacionales, como en (c.)1926 cuando le comenta a su abogado: "La situación de Europa también es turbia. Francia se militariza demasiado y yo caigo en el consuelo insensato de que todos sufrimos igual inquietud. Falta en el mundo, fe religiosa y probidad; falta lealtad porque se vive en el engaño de la diplomacia; faltan caracteres y el pueblo está envenenado y confuso. Los sucesos de China llevan camino de enredar a Europa entera"101. Con ocasión de su primer viaje a Europa no deja de sorprenderse y de admirar distintas realidades y actividades que le son sugerentes. De ellas toma nota y las publicita: "Veo en Europa continuamente cosas que nos servirían; algunas van al Mercurio, otras no tienen índole informativo periodística y se me quedan en el espíritu. De tarde en tarde, sin fatigarlo, yo las pondré en una carta para usted. Usted no se siente con obligación de contestarme, sino de leer solamente, o de hacer que la señora las lea..."102 . A pesar de reconocer los problemas que existen en Chile, en la misma nota se advierte un cierto optimismo respecto al futuro de los chilenos: "Sí, creo que hay remedios y creo que la raza tiene enmienda porque tiene fuerzas y porque tiene ambiciones. Me parece útil la ambición, hoy que yo no siento en mí nada de ella, y la fuerza también me parece salvadora, aún cuando en Chile posee aspectos de brutalidad y de "matonaje" que me repugnan"103. No obstante ser una "errante" como ella misma se autodenomina en alguna oportunidad104, las situaciones de los lugares en que vive a veces se le antojan muy irritantes: "¿Cómo están ustedes? Yo saliendo de la pesadilla de la huelga revolucionaria española que nos ha tenido en una gran tensión de espíritu. En Chile ignoran completamente la situación real de este país y cuando yo he dicho a algún amigo que mi vida aquí me es desagradable y que la pierdo lastimosamente, no me lo han creído. Es cosa de escribir un libro para explicarles la realidad española y yo no tengo tiempo ni de escribir cartas" 105.
Durante su estadía en España y Portugal, entre 1933 y 1936, la situación de la Península, no obstante no estar acosada por el fantasma de la guerra europea, sino por sus propios fantasmas, tenidos habitualmente como más débiles, su pesimismo aumenta, y saca lecciones para la realidad chilena: "Les deseo salud y paz, que son las cosas mejores de este mundo. El sosiego de Chile llega al parecer real y lindo, puesto al lado de la tempestad europea -no solo española. Las noticias de los diarios de hoy dan una sensación de peligro inmediato, por la repercusión de los hechos de España en el Continente, y como la prensa portuguesa tiene una censura estricta, los afuerinos que la leemos pensamos siempre que las noticias malas pudiesen ser peores.
D. Pedro, me habló en su carta pasada del eco que lo español ha tenido allá y de su aprovechamiento político... Veo por "El Mercurio" que allá le sirven al público una salsa fuerte de las crueldades "rojas"; ya vendrá el tiempo en que se sepan las de los moros y habrá también para gritar y escandalizarse. Con todo y dar tanto horror la forma de guerra colonial con que se pelea esa gente a la que llaman "Madre Patria" los chilenos, yo creo que más serio, por ser de más fondo, es la agitación francesa y, al lado de eso, la organización, seguramente ya finiquitada de los fascismos europeos y a la preparación rusa que es su consecuencia. Si Europa está tan loca como para suicidarse, ésta será la hora de nuestra América y ojalá nuestros dirigentes vean con claridad el hecho que se viene encima. Pero ojalá sepan que, aun en el caso de que el Fascismo triunfase en toda la línea aquí -lo que es dudoso- ellos tendrán que hacer allá un mejoramiento muy subido, muy fuerte, de las condiciones en que vive nuestro pobre pueblo, porque hasta esos fascismos envalentonados miran mucho por hacer justicia social y la cumplen a marchas forzadas. El programa fascista de Mussolini ojalá lo masticasen bien nuestros conservadores para corrección de sus egoísmos y de su tremenda ignorancia de la realidad nazi y de la italiana, en este aspecto social"106.
De gira por Alemania, en la misma época de las observaciones anteriores, se lamenta con sinceridad: "Corren aquí y en Francia noticias alarmantes respecto a mi Portugal. Los rojos de Madrid siguen aventajando a Franco. Si ganasen, se dice que Salazar les declararía la guerra por evitar el contagio y a pesar de la presión de Inglaterra. Pero tantos disparates corren, que hay que taparse los oídos con cera en Europa para ir viviendo" 107.
Y a ratos la situación es angustiosa: "Muy duros, confusos y feos se van poniendo los tiempos que vivimos; tiempos de guerra aun para los que no quieren pelear..."108.
Durante el gobierno de Aguirre Cerda la correspondencia de la que tenemos noticia es poca. Y ella se liga casi enteramente a la guerra que se avecina sobre Europa. En una carta desde Río de Janeiro, fechada en julio de 1940, y aludiendo a una anterior de la que no tenemos noticias, cuando ya Aguirre es Presidente, le acota: "Parecía muy pesimista mi carta sobre Francia, pero en verdad se quedó corta. Por respeto de lo que era Francia hace cincuenta años, dejé mucho de lo visto y sabido en el tintero"109; pero en verdad los acontecimientos en Europa se fueron apresurando, y de eso también estuvo consciente: "Los sucesos llevan una carrera vertical y si cae Inglaterra no hay tiempo ni para preparar una defensa que nos valga. Más que los barcos yanquis que apenas bastarán para sus costas, nos daría la probabilidad de una defensa común el unir a nuestra gente. No hay defensa posible con esa patria nuestra partida como por un tajo en facciones furiosas que de día en día se desmigajan en más grupos"110.
La cercanía a la tragedia de la guerra, si bien la afectó profundamente -de lo cual nos ha dejado un patético testimonio cuando dice a su interlocutor que "Le pido mil perdones por mi carta larga y angustiada. No es ella colérica, es angustiada. Y es que, desde los tiempos de la Independencia la América Latina, y nuestro país en ella, no han vivido un trance de esta índole"111-, no le restó lucidez para proyectarse y proponer tareas a Chile y a América Latina: "Cuando se ha visto como yo dos naciones socavadas por Rusia y desmoronadas por Alemania e Italia, es decir, cuando se ha visto caer a España y a Francia por la saturación que lograron en ella los tres compadres trágicos es imposible tomar como fantástico el peligro de Chile y sonreír siguiendo paso a paso el proceso idéntico. El odio de clases, desatado en nuestra patria, es la primera parte; la militarización de los partidos es la segunda; el resto sigue...
A estas alturas de las anexiones de Rusia, ya no pueden pretender los comunistas ni los socialistas de la América Latina que aquello no es un Imperialismo; después del desposeimiento de las poblaciones legítimas hecho por Alemania en Polonia y los balcanes, los nazistoides no pueden hablar de un régimen que deje subsistentes para el nacional condiciones tolerables de vida. Obran pues, como dementes, si no lo entienden y como traidores si comprenden y aceptan"112.
En virtud de esa lucidez y de su indudable convicción le ofrece, a su amigo Presidente, con cierta desazón, su percepción respecto a la situación internacional de Chile: "Chile no se ve neutral como quisiéramos presentarlo. Las corrientes nazis que existe allí en todos los partidos, que están en cada uno de ellos, aquí gruesas, allá sutiles, más las corrientes soviéticas que gobiernan a dos de ellos, no pueden crear a nuestro país una real fisonomía de país neutro. Lejos de eso, gente yanqui, argentina, uruguaya y mexicana, me habla en sus cartas de nuestro país como uno de los tres que se encuentran maduros para una acción nazi en la América. Les contesto negándoles el hecho aunque estoy de él redondamente convencida"113.
Cree que no es solo una actitud de los políticos criollos, por quienes manifiesta algún desdén, sino incluso, le parece que "Los intelectuales no corrigen la plana política sino que la manchan más. El furor con que escriben en Frente Popular y en otras partes contra Inglaterra, de la que nunca se ocuparon, y de los Estados Unidos, de los cuales varios de ellos han sido devotos hasta ayer, dice muy a las claras que han recibido órdenes y tan fuertes como el tono que emplean"114.
Pero le preocupa también la coyuntura y con cierta alarma le comenta la ruptura de relaciones con Chile que había anunciado España, en términos angustiados: "La noticia de hoy sobre la ruptura de las relaciones de España con nosotros me ha alarmado, no porque se trate del Sr. Franco, y de su pobre media-España, sino porque su acto pudiese haberle sido indicado por uno de sus patrones. Son pocas las resoluciones personales y aisladas que toma Franco"115.
Lo que le interesa es, sin embargo, no tanto la situación externa, como la imagen de Chile. Por ello, con cierto cariño hacia el amigo que ejerce en ese momento el gobierno, le dice: "Es verdad, D. Pedro, que hay una alarma americana respecto de nuestro rumbo, que no se refiere nunca a Ud., pero que va derechamente hacia el régimen. Su amiga recibe unas cien cartas mensuales, aunque esto parezca fantasía. Mis amigos no son, por cierto, extremistas de un lado o de otro, son más o menos lo que yo soy. Todos hablan de una situación muy delicada de nosotros, y los norteamericanos van más lejos que eso. Los últimos son la gente más informada del mundo"116.
III. LOS ASUNTOS DE LA VIDA PUBLICA
1. La política chilena antes del gobierno de Aguirre
Tratándose de las relaciones de Gabriela Mistral con Pedro Aguirre Cerda, las alusiones a la política interna del país resultan casi naturales. Y lo son. Pero del mismo modo resulta lamentable que sean de carácter tan impresionista, lo que impide seguir coherentemente el pensamiento de la Mistral frente al acontecer político chileno. Se trata de impresiones privadas -y no puede ser de otro modo pues casi en su totalidad están expresadas en correspondencia de este carácter- sobre asuntos ocasionales.
Estando en México, en el curso de 1922, le comenta angustiadamente a Pedro Aguirre de una situación que la atormenta: "Todos los diarios de México publican la noticia de que al próximo Congreso Panamericano que se celebrará en Santiago de Chile no será invitado México, porque nuestro país está moralmente, dicen algunos, económicamente dicen otros, dominado por Estados Unidos. Esta noticia choca con otra, la de que don Agustín Edwards ha declarado que la Liga de las Naciones y él, muy especialmente, como latinoamericano, verían con agrado sumo el ingreso de México en la Liga.
Tendría que escribirle muy largamente para revelar a usted, señor, en toda su magnitud, la injusticia que significaría este acto de esa Cancillería nuestra hacia México. Se trata de un país donde se respira la unión latinoamericana, de una nación donde se ha declarado constitucionalmente que ningún hispanoamericano será considerado extranjero para los efectos de puestos públicos y de iniciativas diversas; de un país donde no se limitan a colmar de elogios líricos y de torpes adulos a los viajeros representativos de la América del Sur, sino que se hacen cargo de su vida, le allanan todo en sentido económico y le rodean de cuantas consideraciones es dable dar. Ese es el caso reciente de Soro, los gastos de cuyos conciertos, orquestas enormes, teatros, etc., corrieron de cuenta de la Secretaría de Educación, y es el mío. Yo no sé cómo expresar mi agradecimiento hacia un país que me ha cogido como a una criatura de su raza y en ningún momento me ha hecho sentir la nostalgia de los míos.
Ahora tenemos un canciller aristócrata. Más hubiese esperado yo de Barros Jarpa. Temo que sienta hacia el gran México democrático recelo. Por otra parte, el Ministro de México en Santiago es hombre un poco vividor, dejado. El anterior, González Martínez, no habría permitido nunca para su país este desaire inmenso. Así, pues, es necesario que no caiga sobre Chile esta vergüenza, y que no la dé la patria a los que estamos aquí y que nos enrojeceríamos de ella.
Manuel Ugarte, en su reciente y admirable libro sobre Estados Unidos y los pueblos hispanoamericanos, dice que el único país de Sudamérica que, fuera de la Argentina, no tiene encima la bota yankee, el único totalmente digno es Chile. Yo he leído ese elogio con profunda complacencia. La exclusión de México de este Congreso significaría la declaración de la servidumbre norteamericana"117.
En efecto, a Chile le correspondía organizar la Quinta Conferencia Panamericana en Santiago en 1923, y a fines de 1922 se enviaron las invitaciones correspondientes a los cancilleres, incluyendo a México. Sin embargo, el gobierno de México, junto con agradecer la invitación, comunicó a la Cancillería chilena que "se encuentra en el doloroso caso, de declinar la invitación tan cortésmente trasmitida por vuestra excelencia" y ello "debido a las condiciones anómalas de sus relaciones con la Casa Blanca"118.
Días más tarde, el mismo diario transcribía una entrevista que la propia Gabriela Mistral había realizado al Ministro de Relaciones Exteriores de México, en la que este consideraba que "México no puede aceptar la doctrina panamericanista que considera como una fórmula demostrativa de la hegemonía de Estados Unidos en el continente americano. Sus arraigados sentimientos latinoamericanistas se lo impiden..."; la Mistral concluía afirmando que "la actitud del gobierno de Obregón ante las pretensiones de Estados Unidos cuenta con el apoyo incondicional del pueblo mexicano. Entretanto, la situación interna de México, después de una larga era de revueltas y agitaciones, es enteramente normal y se evidencia una prosperidad general antes no igualada"119.
Un par de años más tarde, en julio de 1924, le solicita ayuda para Eduardo Barrios y Armando Donoso tal como hemos referido en otro lugar120, "Si usted puede hacer algo por ellos, habrá ayudado mucho al nombre intelectual de Chile", después de lo cual añade algunos comentarios sobre la idiosincrasia nacional que, considera, ayudan a solventar su petición: "Afuera tenemos triste leyenda de raza positiva y un poco burda, sin preocupaciones finas del alma; lo de la Beocia que dijo el muy pícaro don Joaquín de Mora, todavía circula. Y aunque allá, adentro, no importa nada la literatura como valor nacional, que prestigia a los pueblos, los que han viajado saben que eso es algo, que hasta hay países, como el Uruguay, que no son respetables sino por sus escritores"121.
Los distintos sucesos políticos acaecidos en Chile entre 1924 y 1925 fueron también motivo de la preocupación de Gabriela Mistral que le hace presente a Aguirre mostrando su angustia. Desde París le señala que:
"He estado inquieta a causa de los sucesos últimos y hemos conversado con la familia Quezada sobre estas cosas. Como su servidora no entiende de política, los sucesos que aquí llegan se le quedan confusos y contradictorios, hirviéndole en la cabeza"122.
No obstante que se encuentra en el extranjero, la situación nacional le permite a Gabriela Mistral mostrar su admiración y confianza política en la persona de Pedro Aguirre, y también reflexionar sobre la política doméstica de otros países: "Ojalá Ud. con su gran prudencia evite males mayores, un conflicto peor de civiles y militares. Chile se desprestigia enormemente si va más lejos la situación y una guerra civil de la que hablan aquí algunos desocupados bélicos nos hundiría. Somos pobres de solemnidad y no hay ideales que justifiquen una matanza. Lo de Perú se ve muy oscuro. Yo trabajo con un Profesor de la Universidad de Lima, Belaúnde haciendo un equilibrio hasta hoy feliz en el Consejo... Ambos somos Consejeros. Yo siento en él y en los otros peruanos importantes de París, que están a mil leguas de renunciar a sus provincias. La opinión francesa está moralmente con ellos y no digo la Hispanoamericana"123.
Sus preocupaciones por la situación del país no nacían solo de sus intereses, sino de su -a ratos pesimista- sentimiento de nacionalidad: "La paz de Chile me preocupa hasta darme angustia. No es porque vivo de Chile, sino porque me parece grave que disminuyamos en honra, que es lo único que teníamos"124.
Gabriela Mistral continuó en Europa con sus preocupaciones en materias culturales en la Liga de las Naciones. Desde Fontainebleau, le acusa recibo a Aguirre de una carta en la cual le adjuntaba al parecer, recortes de periódicos chilenos, lo que la lleva a volver sobre sus recuerdos e impresiones, tan pesimistas como negativas, tenidas a raíz de su visita del año anterior: "Tengo entre las impresiones más penosas de mi vida mi vuelta a Chile. Yo viví siempre en mi país encerrada y no conocía a mi pueblo; volví a México con una gran curiosidad de verlo bien y de sentirlo, porque desde afuera tuve alguna vez el arrepentimiento de ignorarlo en muchos aspectos.
Mejor hubiese sido volver a salir sin conocerlo, porque no miré sino síntomas feos y odiosos e hice constataciones. Hoy he leído la entrevista que se le ha hecho a usted una señora. Usted ha aludido a esa chacota de revoluciones sin ideología y sin ideales. Fue uno de mis asombros. Lucro, lucro, que antes se llamaba sanfuentismo, que después se llamó alessandrismo, y más tarde espíritu revolucionario. Vi una maffia pedagógica de gente inepta, sin una luz de creación, queriendo dominarlo todo, y me parecieron más puros los pobres volcheviques (sic) de la Asociación de profesores. Vi la misma esclavitud rural, y lo que parece cuento, anoté que no hay un solo partido que tenga en su programa la cuestión agraria como cosa importante, en un país de latifundio medioeval, fantástico. Vi un fenómeno de relumbrón que no sabe adónde va. Vi una clase media enloquecida de lujo y de ansia de goce, que será la perdición de Chile, un medio-pelo que quiere automóvil y tées en los restaurantes de lujo, transformando en café cantantes por la impudicia del vestido y de la manera que la mujer de esa clase, que es la mía, ha adoptado de un golpe.
Y para qué fatigarlo. Tantas cosas más. Aquel día en que oyó usted tal vez expresiones violentas que le dieron mal juicio de mí, era uno de esos en que se hacen síntesis, y mi síntesis era la que le di"125.
Más aún, sus consideraciones se refieren con precisión a la situación interna del Partido Radical al que pertenecía Pedro Aguirre: "Sí, don Pedro, se advierte cierta anarquía de su partido y usted hizo bien en irse, pero solo por poco tiempo, de la jefatura. Su partido tiene muchos "genios" y muy pocos hombres de honor y de sensatez superior. Si usted los abandona, esa enorme fuerza que es el partido pasará a manos impuras y el sanfuentismo resucitará adentro del partido radical. Bueno es que se den cuenta de que la limpieza de usted absoluta y sabida, que se impone a todos, no se halla en otros trigos. Cuando usted vuelva ya los encontrará capaces de más disciplina y cohesión"126.
Otra oportunidad para reflexionar sobre la patria lejana y sus necesidades la constituyó una invitación de unas "señoras" a participar en una exposición femenina de la que no tenemos más antecedentes. A raíz de ello, en octubre de 1927 le escribe, probablemente desde Francia, comentando sobre la educación chilena: "Si usted pesa, don Pedro lo que significa entre nosotros la vieja labor de aguja y la labor intelectual de bachilleras y normalistas, podrá ver qué malas, qué impotentes y qué vanidosas son nuestras escuelas secundarias y normales"127; más aún, aparece severamente crítica de los magros resultados obtenidos por la educación femenina "moderna" la que aparecería casi inútil al lado de la tradicional: "En el trabajo manual tenemos artesanías de primera fila; en las otras, no se ha formado una química, una buena embalsamadora de animales, siquiera, una botánica, una inventora de objetos domésticos modernos. La mediocridad más completa y la superficialidad más perfecta en los estudios, caracterizan a las universitarias y a las maestras nuestras"128. Y, conocedora de su gremio, advierte a su interlocutor, el futuro que tendrán sus observaciones, porque "...cuando alguien desnuda las miserias de nuestra educación, como esos pobres maestros llamados comunistas, con valor civil, con datos, con ganas de reformar de raíz, se les desprestigia, se les echa fuera"129.
Los problemas relativos al campo, a la agricultura y a los trabajadores agrícolas ocuparon siempre un lugar relevante en las preocupaciones jurídicas, económicas y políticas de Aguirre Cerda. No es extraño entonces que, conocedora de esos afanes, Gabriela Mistral le comentara -en una carta que en 1928 le dirige a Aguirre desde Madrid, donde se encuentra momentáneamente en una reunión internaciona- que ha estado recogiendo "datos útiles sobre cosas agrarias de Francia" para enviárselas, no obstante que "Me entristece ver que no pueda ser Ud. quien hace esa reforma agraria en Chile (la que comienzan ahora). Ud., que hace tantos años propuso las granjas y con ellas la división de la propiedad rural"130.
Conocidos los resultados de la elección presidencial chilena de 1932, se apresura a escribir a Aguirre, pero antes le reconoce, esta vez desde Génova: "He dejado de escribirle en este tiempo a fin de dejarle un respiro en medio de tantas molestias mías y porque el Vía Crucis de Chile veda mandar penas a los que allá adentro viven angustiados. En su opinión, el triunfo de Alessandri abre expectativas: "Hoy, al fin, sé que hubo elecciones, que salió electo Alessandri y que hay muchas seguridades de que se vuelva a la normalidad. Dios lo quiera, mi amigo, aunque la era de las revoluciones en un país suela ser más larga. La noticia de la elección de Alessandri me ha alegrado por un grupo de amigos que podrán trabajar con él y por el hecho de que tengamos un gobierno civil. Por mí misma, me inquieta: me tiene mala voluntad y sabe que yo he tenido poca fe en su mesianismo. Sin embargo, yo misma espero vagamente de él algunas cosas buenas: ha vivido varios años en Francia, ha debido observar y aprovechar mucho, ha sido prudente -enfant sâge- en este período de locura colectiva de Santiago y está viejo, lo cual le sosegará los bríos excesivos.
Le confieso sin rubor, porque con usted yo confieso flaquezas, que llegué a esperar algo útil de Dávila; en el fondo de esa fe, estaba mi viejo deseo de ver a un intelectual en la Presidencia, un dejo de mi sentido de solidaridad en el oficio. Me han contado, muy tarde, disparates y cosas feas de su gobierno, de las que los ausentes que leen diarios anodinos se queden ignorando"131.
Carlos Dávila había tomado parte entre los meses de junio de 1932 y hasta septiembre del mismo año de la llamada "República Socialista de Chile", intento político que comprendió en ese breve período cinco gobiernos diferentes, y que se proponía "organizar técnicamente las fuerzas productoras bajo el control del Estado, establecer ampliamente la justicia social y asegurar a todos los chilenos el derecho a la vida y al trabajo"132.
Nueva ocasión para reflexionar sobre Chile, esta vez con mayor latitud, le ofrece la polémica que habrían producido algunos dichos suyos sobre el nuevo Presidente de la República, en quien sigue confiando como una alternativa de normalidad y de civilidad. Está en Puerto Rico, y ha comentado la situación nacional con gentes de otras latitudes. De todo ello da cuenta a su apoderado y consejero: "Yo recibo de allá tarde y mal impresiones sobre la situación que me informan poco. La clase media, la mía, ha perdido el juicio y no espera bienes sino por otros golpes militares y obreros. Me han escrito indignados de un juicio mío sobre Alessandri, por ejemplo, diciéndome que nadie que valga cree ya en él. Yo no he tenido nunca simpatía por este hombre, aún cuando en su honradez creí siempre, pero me he dado cuenta de que es la única carta que podemos jugar para una relativa unión de clases, para unir aunque sea a medias los opuestos, y para llenar, aunque también sea a medias el abismo que separa hoy a las gentes nuestras. Me parece el mal menor sin que me parezca ninguna maravilla; era sin duda, el candidato más razonable entre los que me presentaron a la lucha. Yo no puedo caer en ese nihilismo de nuestros izquierdistas de negar a todos y de volver la cara al... Juicio Final como la sola salvación.
Estuvo aquí hace días un periodista yanqui que trabaja en relaciones, agregado a la sección de la América Latina, hombre de cabeza sólida y clara. Le pedí que me hablara sin remilgos de lo nuestro, que me informase con sinceridad. Me dijo que personalmente él creía que el país más minado de comunismo en el continente es Chile y no el Perú ni el Uruguay, que en estos países el comunismo ha hecho presa solo en el pueblo-pueblo y en un grupo de intelectuales, mientras que en Chile ha hincado en la clase media. Me dijo que en el Ministerio se sabe que la aventura de Dávila se repetirá en breve y que Alessandri no logrará purificar el ejército con eliminaciones porque lo teme, y que el fascismo, tentado por la Argentina para fines que él cree sanos, allá es impracticable. Que él no conservaría valores chilenos (bonos, acciones) porque la política nuestra es provisional y de un momento a otro habrá novedades muy malas. Que Rusia cuenta con seguridad con tres naciones nuestras. Chile, Perú y el Uruguay pero que el Uruguay tiene defensas.
Oía estos juicios el consejero -uno de ellos- del City Bank que vino en misión a San Juan y asintió enteramente en la parte económica. Le transcribo eso si de algo le sirviera". Y la conclusión a que llega es, por demás, insólita. Encuentra la culpa y propone una estrategia "de clases" -de dudosa moralidad- para hacer frente a un conflicto que considera inevitable: "En verdad lo más grave de nuestro mal es la conciencia desorientada y envenenada por desvaríos de nuestra gente y el testarudismo de los latifundistas; habría que hacer la defensa del orden a base de campesinos deudores de algún beneficio efectivo al gobierno (una verdadera división de la propiedad) pues son la única fuerza que se puede oponer a los obreros en una guerra civil, que tarde o temprano va a venir". No obstante su insólita propuesta, a renglón seguido, recapacita: "Es muy probable que yo no entienda ni mucho ni poco lo que ocurre; la distancia y la ausencia tan larga no sirven para ayudar el juicio"133.
Durante el segundo gobierno de Arturo Alessandri P. continúa manifestando a Aguirre Cerda sus preocupaciones por las situación política y social interna en Chile. Lugar importante entre estas ocupa -cómo no!- la educación de la juventud. Algo quejumbrosa por lo escaso de las informaciones, le comenta: "¿Cómo están Uds? Llegan aquí los diarios tarde y mal. Sé de Chile solamente que el Gobierno no se siente estable, que la caída del dólar les ha beneficiado y que el Control continúa.
Dije en carta larga a Don Enrique Molina que, cada vez que algo hagan por sacar de la anarquía a nuestra juventud, me indiquen lo que yo puedo hacer desde lejos. El, como la mayoría de los chilenos, tiene el patriotismo quisquilloso y tal vez le cayeron mal mis opiniones sobre la educación nuestra"134.
En este mismo tema de la educación, añade que "Me da mucha pena leer esas destituciones en masa de los maestros comunistas; no creo que eso arregle nada. Son fanáticos y la persecución los afirma más en su credo que es ya el de un tercio de Chile, según parece. ¡Si se consiguiese encaminarlos hacia un socialismo de tipo francés! Lo peor es que, como no tienen ya fe en nadie, ninguno puede aproximárseles con un consejo y ser creído. Parece que hay un plan de ayuda intersudamericano y que una subida del comunismo al gobierno del Perú agravará lo de Chile. Pero más que en esas influencias creo yo en la de la miseria sobre este movimiento."135. A pesar de estas zozobras temporales sigue los acontecimientos con optimismo, por lo menos su intención es ser optimista: "Nadie desea con más fuerza que yo, un Chile sólido y cuerdo, un Chile de política inteligente y sobre todo coherente que amar y que obedecer"136, y parte de este optimismo se funda en las actividades que algunas personas pueden llevar cabo desde la gestión gubernativa, mención que -en este caso- nos permite situar temporalmente, pero en forma relativa, esta nota: "Puede ser que D.[on] M.[iguel] Cruchaga, hombre de visiones grandes, consiga tratados de comercio para nuestra exportación. Esa política comercial valdría por muchos empréstitos"137.
2. Los escritos y la actividad política de Aguirre
Múltiples son también las oportunidades en que Gabriela Mistral, en su correspondencia con Aguirre, se preocupa de las actividades políticas, literarias o profesionales de este último. Al respecto le hace comentarios, sugerencias, agradecimientos, le cuenta cuentos, le entrega datos, y le da consejos.
Tempranamente, en la correspondencia a que hemos tenido acceso, hay una nota de extrema formalidad en que se superponen las alabanzas y los agradecimientos. Pareciera que la Mistral le había escrito o había escrito algo sobre el propio Pedro Aguirre, y este se siente en la obligación de agradecerle por escrito. No conocemos el contenido original de aquel texto, pero debe haberse referido a cuestiones contingentes, por las explicaciones que Gabriela da de su quehacer y de sus ideas, y que se unen a las de su interlocutor en la preocupación por los desvalidos y en las tareas pedagógicas. El texto dice así: "Lucila Godoy saluda muy respetuosamente al señor Pedro Aguirre Cerda y le acusa recibo de sus bondadosas líneas en que agradece otras de la infrascrita sobre él. Ni remotamente he pensado en juzgar, con criterio de sufragista, su labor. Soy muy mujer, pero esto mismo es ser lo bastante humana para seguir con cariño la obra del que se interesa en el bienestar de los humildes y en la educación nacional toda esta democracia genuina. Por otra parte, usted, es un orgullo para el magisterio"138.
Con algún grado mayor de intimidad, tiempo después Gabriela Mistral le envía, a título de consejero y editor -pero en todo caso en quien descansa su confianza-, unos versos para su lectura y comentario. Está confundida, y de ello le da cuenta: "Me han hecho dudar de esos poemas en prosa escritos con intención alta. Me han dicho que son crudos. Le ruego leerlos y darme su opinión desnuda, en la que descansaré en absoluto"139.
No conocemos la suerte que corrió esta solicitud, ni a qué versos se refería la consulta, pero este tipo de contactos y colaboraciones mutuas se mantuvo, tal como lo demuestra otra nota posterior, en la que se produce un intercambio de inquietudes y que inicia una colaboración en sus respectivos quehaceres. Le dice Gabriela Mistral que: "He leído con la satisfacción más viva y con el interés inmenso que tengo para su alta labor legislativa, su nota o circular en favor de la mujer que trabaja. En cuanto tenga paz, escribiré sobre ella y hallará Ud. en mi artículo mi deseo sincero de comprenderlo, de poner mi pequeña alma a la altura de su poderoso espíritu: de pagarle con sentimiento lo que no puedo pagarle con actos"140.
Y esta colaboración continuó más tarde, incorporando en los mutuos menesteres incluso a la esposa de Aguirre Cerda. Le dice Gabriela Mistral en 1922 que "Quiero pedirle a su señora se digne hacerme copiar algo que necesito para un artículo de diario: un proyecto suyo o un artículo, no sé a ciencia cierta, sobre colonias agrícolas y sobre la enseñanza de la agricultura en las escuelas. Dará la base de mi comentario sobre este asunto, que me interesa mucho"141. Poco a poco estos intercambios pasan de la literatura a la política, y a una cercanía casi fraternal. Desde Italia le comenta a Aguirre que "Yo le deseo un paréntesis de esta paz que yo tengo ahora, y se las deseo, porque lo miro moverse dentro del torbellino político fatalmente, es decir, sin remedio, y yo querría que estuviese usted con sus fuerzas espirituales frescas para la lucha próxima"142.
Estas mutuas colaboraciones continuaron en los años siguientes, y se difundieron por distintas latitudes. En postdata a una carta de diciembre de 1926, le advierte lo siguiente: "P.D. Le mandaré después unos artículos sobre feminismo en el que usted hallará su vieja idea -tan sabia- de las profesiones u oficios reservados a las mujeres. Han ido a una revista yanqui. Le será grato ver que sus ideas no se pierden... ni en mano de católica"143.
Los asuntos relativos a la agricultura constituyeron siempre una preocupación importante en la reflexión de Aguirre. Tal es así que en el curso de 1929 publicó su clásico libro titulado El problema agrario144, el cual debe haber tenido importante aceptación puesto que Gabriela le comenta algunos meses después: "He estado feliz del éxito de prensa de su libro. Excelente. Pero no olvide que aquellos no quieren concurrencia, ni agraria ni de otra clase y guárdese un poco"145.
Y tres meses después, en julio del mismo año 1930 insiste sobre el tema: "He salido [sic ¿sabido?] de la buena fortuna del libro, del nutrido comentario y del elogio unánime, lo que me ha puesto contenta por Ud., y por la buena causa que la obra sirve"146.
No solo las ocupaciones literarias y ensayísticas de Aguirre Cerda preocupaban a la Mistral, también se mantenía al tanto de las actividades profesionales. En la misma oportunidad a que aludimos más arriba le comenta: "Alguien me dice que Ud. ha aceptado un cargo en Justicia, lo que me convence más que la lectura de la prensa, de que aquello se limpia y se mejora. Dios lo quiera. Yo me alegro de todas maneras de que su capacidad vuelva a ser aprovechada en bien de la colectividad"147.
Años más tarde, en 1936, el contacto entre ambos corresponsales se mantenía, y las actividades editoriales de Aguirre continuaban puesto que desde Hamburgo, le cuenta que "Estuve en París componiendo su libro chileno que publica el Inst. de Coop. Int. [Instituto de Cooperación Internacional] con el Prof. [esor] Rivet"148, y aprovecha la oportunidad para manifestarle su preocupación sobre las actividades políticas de Pedro Aguirre y los peligros que entrañaba: "¿Cómo están Uds.? Yo acabo de saber en nuestro consulado aquel atentado contra Grove que me ha hecho volar el pensamiento hacia Ud. Aunque tenga Ud. todo lo que a Grove falta: mesura y sentido cabal de las responsabilidades; guárdese mi amigo. El mundo va entrando en una antesala de guerra civil; la vida suya es preciosa para nuestro país y para sus amigos y no es un exceso el alarmarme yo por Ud. al leer ese telegrama"149.
3. El gobierno de Pedro Aguirre Cerda
Hemos aludido en un acápite especial a las preocupaciones de Gabriela Mistral sobre la situación política nacional, cuestión que no es de extrañar por la naturaleza de estas páginas y por la calidad de los actores.
Con la elección de Pedro Aguirre Cerda como Presidente de la República el 25 de octubre de 1938, y su toma de posesión del cargo el 24 de diciembre de ese año, las posiciones de nuestros interlocutores sufrieron una significativa alteración. El abogado se transformó en Presidente de la República y la cliente se transformó en subordinada de uno de los servicios de uno de los ministerios. Evidentemente esta es la situación formal, puesto que, como ha quedado de manifiesto, no era esa relación funcionaria la importante entre ambos.
No sabemos con certeza cuándo, pero sin duda una vez realizada esa elección presidencial, Gabriela Mistral escribió el siguiente texto, uno de sus "Recados" como gustaba llamarlos, que hasta ahora ha permanecido inédito: "El hombre del timón. Tengo un tropel de imágenes de Don Pedro Aguirre, educador y hombre de casa. En esta muchedumbre de memoria no hay fealdad que separar para hacer un retrato que resulte hermoso. Yo podría escribir una biografía del Presidente de los chilenos, sin necesidad de estar alerta a que la actuación A borronee la actuación B, y sin necesidad de engrosar las virtudes para que achiquen los vicios. No hay vicios cívicos ni individuales en el piloto que nos hemos escogido.
Al hombre del timón, al piloto de la raza, sea el marino inglés, el escandinavo o el español, se le exige un racimo de virtudes que compartir por excelencia de técnica, de virilidad y de experiencia. Se le pide el pulso tranquilo y en ello va comprendida la rebanadura de todo frenesí. Se le pide su buena "carta de navegar" y una especie de familiaridad con las veleidades del mar. Se le hurga la historia como segundón en el barco que ahora va a llevar con su riesgo. Y el sentido de responsabilidad, que es por excelencia cualidad viril. Ella comprende el amor del "equipaje", el corazón amparador de las vidas que se le confían.
Las imágenes son siempre buenas, pero en algunos casos son óptimas. Cuando se piensa un Presidente en "político", la imagen nos lleva a solicitar unas cosas pequeñas y hasta un poco míseras: astucia o maña. Cuando se piensa el mandatario como "fuego de Bengala" de un pueblo, que le haga visible y ostentoso, se le busca entre los grandes soberbios o entre los vanidosos. Pero el hombre del timón es algo muy diferente: la habilidad en este trance significa capacidad en vez de picardía y la idea del lucimiento no asoma a la mente. Son sobrios, simples y secos los hombres del mar.
Nosotros hemos elegido para Presidente un hombre que nos valiese en el peligro de una hora calenturienta y encrespada del mundo. La época es cosa peor que un tiempo de revolución mundial.
Elegir bien al hombre del timón es solo la mitad de la buena acción; la otra mitad es ser su buena tripulación. Los "equipajes" criollos son, por desgracia, levantiscos desde Bolívar o Freire en adelante, la América criolla ofrece la experiencia de unos cuantos pilotos superiores a su tripulación. Nuestros vicios son los de los niños y los de los niños son los del instinto suelto. Y hay por lo menos una docena de jefes natos, en la historia de América, cuya faena fue el martirio de su tripulación veleidosa.
Cuando se dice barco, se dice poco espacio y pocos recursos. La imagen vale perfectamente para Chile. La moral del pequeño espacio y de los pocos recursos es precisamente aquella que obliga a la disciplina más cabal y a las más duras reglas del mar.
En el barco no navegan gente desnuda ni hambrienta al lado de la oficialidad bien comida, y en esto el navío vale mucho más que una ciudad. Pero tampoco viajan allí brazos holgazanes; el día y la noche tienen un ritmo hermosísimo de actividad sostenida, que parece extraordinaria en comparación con el trabajo de las costas.
Entre todos los decoros que lleva en sí la categoría de piloto hay que contar el de que ese hombre, antes de partir, exige aprovisionamiento, ropas; porque va a imponer jornadas fuertes.
Aunque andan por el mar muchos capitanes borrachos (y yo me los he conocido hasta en el mar patagón) el equipaje no duerme tranquilo sino cuando sabe que el piloto es elementalmente sobrio.
El Presidente Aguirre se ha ganado el timón por su historia de buen marino y porque en esta hora del mundo los chilenos hemos querido una garantía contra los temporales sueltos que se llaman fascismo y comunismo. Queremos antes que una travesía famosa un viaje sin tragedia y un barco en el que podamos ir todos, sin que la mitad del equipaje pida que se eche al mar la otra mitad"150.
En el período que medió entre la elección y la toma del mando supremo, Gabriela Mistral ya hizo presente algunas de sus aprensiones sobre el nuevo gobierno y las decisiones que, en su opinión, debía tomar el nuevo Presidente. Una primera preocupación tiene que ver con la continuidad en su cargo de Jefe de la Sección Consular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Carlos Errázuriz, su amigo desde antiguo. Es a la esposa de este, Carmen Echenique, que le hace presente que ha escrito a Aguirre y que en la carta correspondiente "Digo a Aguirre que veré con la mayor pena que D. Carlos se aleje de la Sección..."; en la misma oportunidad le hace presente sus preocupaciones a propósito de los nombramientos del nuevo gobierno: "Yo espero que quede el Ministerio de relac. [Relaciones] casi intacto. Porque dicen que Aguirre pondría Min. [Ministro] de oposic. [oposición] y ese Ministerio siempre lo dieron a hombres moderados", y termina comprometiéndola con el nuevo gobierno: "Cuento a Juanita -la carta es para los dos- que Ud., quede o no D. Carlos en el servicio, estaría dispuesta a ayudarle en el trabajo social que ella haga como Presidenta..."151.
Muy poco días después, las noticias a propósito de la elección de Pedro Aguirre se han hecho confusas y le pide a Carmen Echenique, que le aclare la situación, cobrándole algunos sentimientos. Lo hace en una carta que se ha datado en La Habana el 6 de diciembre de 1938: "las noticias sobre las elecciones han venido muy diversas: la mayoría dan a Aguirre por Presidente; pero hay dos que hablan de revisar la elección, pues la mayoría es de Ross. Así no sé nada claro. Uds. me abandonan mucho y me dejan sin noticias de las de Uds., veraces"152.
En esa misma oportunidad plantea algunas de sus preocupaciones por los problemas sociales, y dentro de ellos la educación en primerísimo lugar. Es muy significativa su molestia con la forma como se conducían las actividades de la Universidad de Chile. Le comenta a Carmela Echenique con preocupación, a propósito del futuro de las juventudes que: "... no puede esperarse sino anarquía en los sesos de una juventud gobernada por el zonzo de J. Hernández, el monigote apresado por sus discípulos en la Universidad. Chile necesita lo que no le darán: una cura de clásicos y una formación buena -mística cristiana en la línea de Jacques Maritain. Aguirre no se la dará, aunque lo desee, porque la masonería tendrá que gobernar más que nunca la enseñanza. Me dijo Aguirre al despedirse de mí que si era Pres., [Presidente] haría una sola cosa al estilo fascista: llevarme a Chile por la fuerza. Yo me di clara cuenta..."153.
Muy pocos días después que Aguirre ha asumido la Presidencia de la República vuelve a hacer presente su preocupación y también su desinformación. Le llegan noticias contradictorias, y le preocupa la estabilidad del gobierno de su amigo. Se lo hará presente al propio Aguirre un tiempo después154. Sobre lo mismo, ya en enero de 1939 le cuenta a Frei que "...una hermana de Lira U., nuestro amigo, habría dicho en Cuba, de paso, que los conservadores darán un golpe contra Aguirre, ayudando a Ibáñez. Sería locura: Aguirre es un burgués honorable y un hombre bueno. Ibáñez es el eterno sargento de los golpecitos de estado americanos. Me parece insensato..."155.
Y evidentemente seguirán preocupándole los asuntos relativos a las actividades del Ministerio de Relaciones Exteriores, y así se lo hacía saber a Carmela Echenique, un tiempo más tarde, cuando el nuevo gobierno ya se encontraba instalado: "No sé, querida y buena, qué ha ocurrida [sic] con relaciones, si D. Carlos está allí y si está Vergara: si Aguirre ha visto y ha entendido que ese debe ser un Ministerio de técnicos"156, y ante la posibilidad de que Carlos Errázuriz fuese destinado a otro cargo -pues ocupaba en ese momento la Dirección Consular, de la cual dependía la Mistral- se apresura a anunciarle que "Para mí sería un verdadero duelo la salida de D. Carlos. Si Aguirre a lo menos le da afuera una situación digna de él yo veré por seguirles... con su permiso (el de Uds.)"157. En este mismo sentido, le comenta con alguna urgencia a Eduardo Frei: "...sobre lo que han hecho con D. Carlos. Yo puse de aquí cable al Pres. [Presidente] pidiéndole Amberes o Zurich para él. Tal vez. -¡Dios lo quiera!- el Pres. [Presidente] haya hablado con D. Carlos sobre su asunto y lo mío..."158, y más allá de los asuntos administrativos, por importantes que ellos sean, expresa su aspiración de que sus amigos traben, a su vez, amistad entre ellos: "A mí me gustaría mucho, mucho, que Aguirre tratase a D. Carlos y a doña Carmela y sintiese directamente, él por sí mismo, lo que valen como material humano, pasta de chilenos antiguos, que fueron los chilenos grandes"159.
Gabriela Mistral incluso teme que su jefe presente su expediente de jubilación y lo lamenta sinceramente. En esta ocasión es el propio Pedro Aguirre quien se encarga de puntualizarle -con algún distanciamiento por tratarse de un asunto oficial- la situación: "Siento decirle respecto de don Carlos Errázuriz que no hay posibilidad de un cambio. Creo que lo más conveniente para él, ya que se encuentra enfermo, sería acogerse a la jubilación, para lo cual entiendo que tiene los años necesarios. Si no los tuviera, fácil le sería obtener del Congreso el abono de los que le faltanan [sic]"160.
Estas situaciones le dan a Gabriela Mistral la oportunidad para referirse a la calidad de los funcionarios públicos chilenos y a su progresivo deterioro, del que hace responsable a otro Presidente de la República. Le dice a Carmen Echenique: "Yo lo siento enormemente; me duele en el alma que Aguirre haya dejado hacerlo y que lleve su firma una cosa de esta índole... ...El sentido de la calidad lo tenía el chileno, hasta hace unos cuantos años. Alessandri fue el primero en contar por cantidad, a lo demócrata malo, en avaluar a los hombres por los votos de que disponen y creer que un criterio mayoritario pueda valer para elegir a los jefes"161.
Asimismo, le preocupa la influencia que en el aparato público han llegado a tener ciertas instituciones. En ese sentido, comenta a Carlos Errázuriz en 1939: "Supe que Aguirre tentó lo de llevarme a trabajar en nuestro Min. de Instr. [Ministerio de Instrucción] y que su corte se le opuso en redondo. Lo cual es natural. Uds. saben por qué me odian masones y comunistas. Es bueno que Aguirre haya recibido así la ola de la inquina de mis paisanos..."162.
Más allá de este ocasional problema, Gabriela Mistral sentía un afecto profundo por Aguirre Cerda. Pocos meses después que Aguirre había sumido el mando supremo del país, en abril de 1939 le comenta a Frei: "El Presidente ha sido muy fino para mí. Ha querido hacerme Cónsul de primera clase ...no General... y como la ley que me hizo Cónsul de segunda no lo permite, por ser ley especial, me ha dado gastos para oficina que me compensen la pérdida de grado, [que tendré siempre] de ascenso. Es un gesto muy bonito. Nada de esto se hace aun efectivo, pero lo importante es que él ha querido hacerlo. Yo pienso con una tierna tristeza en este hombre limpio, criollo, hombre racial, atollado en la tembladera o marisma de los intereses políticos de los otros, amenazado constantemente del golpe militar y viendo a la extrema izquierda dueña de la calle. Sé que es hombre de centro, absolutamente de centro y lo oigo comentar como extremista por los que del gobierno no recogen sino lo más visible, que es, supongo, la manipulación logrera del ibañismo-comunistoide o socializante"163.
Más allá de su lealtad al gobernante, había una convicción profunda para apoyar al nuevo gobierno, sobre todo en contrate con lo que le había tocado ver en otras latitudes: "No soy gobiernista por ser Cónsul ni por ser eso que llaman -le decía a Eduardo Frei- cosa también bastante mísera [esta], sino porque creo aún en la legalidad, de haberme visto y palpado los regímenes de fuerza en la desgraciada América tropical y acordarme perfectamente de lo que fue entre nosotros el Ibañismo"164.
Pero Gabriela Mistral no solo admiró al personaje sino también su gestión gubernativa y en particular lo relacionado con la soberanía nacional. Muchos años después, en octubre de 1948 en un artículo referido a "La Antártida y el pueblo magallánico" se imagina el pasmo que sentirían los pobladores originales de la zona austral, si se les dijera que no hay una Antártida chilena, y agrega "Pienso en lo que diría de esta jugada, caso de habernos vivido, el voceador de nuestros derechos antárticos, D. Pedro Aguirre, quien se supo la región fantástica y lanzó a tiempo aquel su aviso de vigía que le rieron algunos necios. Extraordinario hombre que denunció tantos problemas, desde los sociales y pedagógicos hasta nuestra tácita -y muy expresa- posesión austral"165, y redundando en el viaje realizado por Aguirre a Magallanes afirma categóricamente: "El Presidente de Chile no fue al extremo Sur por hacer allí una parada cinematográfica delante de los elefantes marinos -la burla sobra y además irrita-: él fue a subrayar una posesión nacional y a vocearla a los olvidadizos y también a los sobrados de listeza... Y lo declarado en aquel cabo extremo de la chilenidad lo piensa la nación íntegra, hombre por hombre y mujer por mujer"166.
Otro de sus temas favoritos tuvo relación con las condiciones de vida del mundo rural. Con gran sentido pedagógico, dice a Frei que vaya a ver a Pedro Aguirre, no solo por sus asuntos personales, sino por la necesidad de que el Presidente tome contacto con los miembros de la Falange Nacional: "Me gustó mucho leer una declaración de ustedes en el sentido de que apoyarían las reformas justas del régimen y que atacarían a las locas. Eso es lo que hay que hacer: la oposición de toro congestionado es muy criolla, pero no lleva a nada"167. Y llega al punto que le interesa verdaderamente en esa oportunidad: "Si Aguirre dura, presentará algunas reformas agrarias", pero le aclara, "...el no piensa ni remotamente en robar la tierra de los ricos; él cree en la creación de la pequeña propiedad. Si no dejara de su paso por La Moneda sino eso, ya habría que guardarle gratitud grande y viva", para terminar con una súplica: "Ayúdenlo con una crítica constructiva, partiendo de lo que se ha hecho, no digamos ya en Europa, sino en la Argentina latifundista"168.
Poco tiempo más tarde, cuando después de la muerte de Aguirre Cerda y con ocasión de la elección presidencial escribe esperanzada un artículo sobre Juan Antonio Ríos, no puede dejar de recordar al presidente antecesor, y a su amigo admirado: "El campesinado que puso su dolorida esperanza en otro hombre del campo, el Presidente Aguirre, y lo amó bien y lo siguió filialmente, recobra ahora a su hombre de origen campesino y se fía y confía en su sensatez terrícola"169.
No podían pasar inadvertidas para una sensibilidad como la de Gabriela Mistral las consecuencias del terremoto que en enero de 1939 asoló la zona centro sur del país. A raíz de él, Gabriela Mistral envió a El Mercurio un artículo que fue publicado el 12 de febrero y que Aguirre Cerda le agradece "En el Mercurio del 12 de Febrero tuve ocasión de leer su interesante artículo sobre el terremoto y creo que en Europa su pluma puede prestar grandes servicios al país, sobre todo cuando se trata de mover el interés de los inversionistas para colocar los empréstitos que necesitamos a fin de aliviar tanta desgracia y levantar ciudades nuevas y confortables, a la vez que revitalizar la economía general de la nación"170. Aguirre aprovecha también la oportunidad para hacerle algunos comentarios sobre la política interna y, en particular, la actitud poco constructiva de la oposición a su gobierno: "Pese a la tenaz campaña de oposición desarrollada por la reacción en contra del Proyecto de Ley de Recursos presentado por mi Gobierno, se ha impuesto el patriotismo y ya la Cámara de Diputados lo ha aprobado aunque con algunas modificaciones. Ud. debe conocerle en detalle por la prensa chilena"171, o a propósito de algunas manifestaciones francamente subversivas: "...al amparo de la tolerancia y libertad del actual régimen, la derecha no descansa en una oposición cerrada que no desdeña la calumnia y la insidia. Su objeto es sembrar confusionismo, envenenar el ánimo público como en España e inducir a las Fuerzas Armadas a la revuelta; pero mi Gobierno tiene absoluta confianza en ellas y está respaldado por una enorme base popular que no ha disminuido y que se mantiene en un plano de serenidad admirable"172. A pesar de ello, termina asegurando que ha podido: "...abordar con la necesaria tranquilidad muchos problemas de orden normal que permanecen sin solución. Afortunadamente parece que se logrará cumplir con éxito la primera etapa de conseguir la ley de recursos que dará medios al Gobierno para proceder con cierta independencia, objeto, precisamente, que no querrán permitir los elementos desplazados del poder"173.
Como ha quedado dicho, en enero de 1939 un fuerte terremoto afectó a la zona centro sur de Chile, causando destrucción de mucho inmuebles públicos y privados, y con fatales consecuencias en la zona de Chillán. Hubo que implementar los planes de reconstrucción necesarios ante la emergencia. Ante esta situación Gabriela le comenta a Carmen Echenique y le dice que espera que la actitud de los partidos de derecha de colaborar en "...la obra de reconstrucción, le permita ahora al Presidente defenderse del apetito brutal de su gente"174. Esta situación aparece, en cierta medida, ratificada por el propio Aguirre Cerda, quien le señala algunos meses después: "El país, pues, se apresta para seguir en su labor de reconstrucción de las dolorosas consecuencias del terremoto de Enero y en el desarrollo del enorme plan de construcción de habitaciones baratas y obras de progreso que nos hemos trazado y para lo cual, debido al buen estado de la economía nacional, no necesitaremos recurrir al crédito externo ni suspender el pago de la deuda"175.
No obstante lo anterior, la oposición al gobierno de su amigo y consejero, fue para la Mistral un problema mayor. Se mezclaban ahí los asuntos propiamente políticos, con los personales. Estamos a las puertas de la Segunda Guerra Mundial y, en la intimidad de las confidencias, le expone a Carmela Echenique sus dificultades para trabajar con las personas pro-eje y pro-soviéticas, y que la hace desconfiar de las ocasionales alianzas que ha encontrado el gobierno chileno: "Nunca me avendré a trabajar mano a mano con los del triángulo y con los de Stalin. Ud. me conocerá poco a poco. Pena es que Aguirre no sepa que Mex. [México] echó a la Min. [Ministra] rusa porque hacía intrigas políticas y que EE.UU., de hecho, no tienen representante sino suplente en él... Y que no vea más en claro que hay que ser juntamente anti-fascista y anti-comunista. Como Ud comprenderá, yo veo con mucha inquietud esa situación de Aguirre, con el golpe de Estado a las puertas, gracias a su aliado de última hora, el Sr. Ibáñez. Para mí es la dictadura, es decir, la vergüenza"176. Pocos meses después insiste sobre el mismo punto, esta vez a Eduardo Frei. Sigue preocupándole la situación interna del país y los peligros del gobierno de su amigo: "El coco de Ibáñez continúa. Las dictaduras de cualquier parte del mundo en este momento son muy peligrosas: caen en el axe, en el bloque de los totalitarios, es decir, en la pesadilla. El ibañismo es lo más feo y burdo de la historia nuestra y repetirlo no tendría perdón de Dios. He visto en la prensa que se han ido con Aguirre varios capos del Ibañismo: Dios quiera que no sean de los peores"177. Algún tiempo después aún insiste en lo mismo pues un comentario semejante le hace a a los esposos Errázuriz-Echenique, comentándoles una carta que ha recibido de Pedro Aguirre "hace 8 días" con alusiones a la política criolla: "Como la caída de Aguirre significa Ibáñez en el poder, a mí me parece que estas intentonas son nefastas. Ibáñez es la torta del nazismo y socialismo amasados en un bloque absurdo y sombrío"178. Las consideraciones precedentes parece que constituyen la reacción de Gabriela Mistral ante las palabras que Pedro Aguirre le había dirigido un mes antes y en las que se refería a la situación de la política criolla: "Puedo asegurarle que sus temores son infundados y que su amigo cumplirá íntegramente su mandato de 6 años. Hay una campaña organizada y sistemática de rumores tan antipatrióticos que no trepida en hacerla llegar hasta el extranjero, aún a costa del crédito y prestigio nacionales"179. Y a mayor abundamiento, Aguirre le informa que "Justamente hoy día ha sido sofocado un descabellado intento revolucionario organizado por el General Ariosto Herrera, recién llamado a retiro por actuaciones desleales, y por el ex Presidente Ibáñez. Ha sido realmente conmovedora la unanimidad con que el país entero ha solidarizado con el Gobierno en la condenación de este motín, prueba de la que sale fortalecido y que demostrará a todos la inexpugnabilidad de nuestra posición, pues, en torno al General Herrera había pretendido formarse la aureola de que era un "intocable", y no justamente en el sentido que a esta palabra se da en la India"180.
Habiendo pasado varios meses desde la instalación del nuevo gobierno, y probablemente ante alguna falta de respeto a la carrera funcionaria, Gabriela Mistral se siente dolida y comenta a Errázuriz y señora -a quienes les escribe en conjunto- que "Había mantenido en el recuerdo a D. Pedro como hombre de pensar en el escalafón"181.
Es el propio Aguirre Cerda quien parece haber puesto el tema en discusión, pues en carta del 25 de agosto de 1939 le decía "A Ud. ha llegado seguramente la afirmación de que el Gobierno ha barrido con la Administración pública, ha agitado al campesinado, ha atemorizado al productor, etc, etc. la verdad es muy contraria y el país lo sabe sobradamente, solo se ha eliminado a empleados que deben gozar de la exclusiva confianza del Gobierno o a aquellos que abusaron de sus funciones o han procedido deshonestamente, pero a nadie se ha dejado de darle la jubilación o desahucio correspondiente; se estudia por una comisión mixta, que yo mismo presido, la sindicalización de los campesinos (derecho reconocido por la Constitución y las leyes) y ellos han suspendido todo movimiento mientras no se resuelva armónicamente la cuestión; los índices del movimiento bancario e industrial han aumentado, lo que demuestra la confianza pública"182, y le insiste "Hay confianza pública, querida amiga, y el afecto popular se demuestra cada vez más entusiasta de tal manera que al Presidente se le reclama de todas partes"183. Sin embargo, de los beneficios de la cercanía al poder, independientemente del escalafón de los funcionarios públicos, tampoco la Mistral estaba exenta. Con algo de jactancia, le da cuenta a Adelaida Velasco: "Hoy tuve carta de mi Presidente Aguirre. Me dice que ha dado órdenes de que me cambien a mejor lugar"184. Con todo, había algo más de fondo que ciertamente le molestaba, en las decisiones tomadas en su ministerio, por el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, y es lo que le confiesa a sus amigos: "Me da una gran tristeza ver el servicio llenarse de militares: en Barcelona, un ex-Capitán; otro nombrado para París, y parece que otro idem. como Jefe del Dep. [Departamento]. Se ve que Aguirre no puede resistir la pecha de esta gente horrible que es la de botas, o bien que los teme allá adentro. Supongo que en los demás Ministerios la cosa será aún peor"185. Años más tarde, le comenta a Carmela Echenique, seguramente a propósito del nombramiento de un nuevo Ministro de Relaciones Exteriores: "Yo imagino sin saber nada de ello, que D. Carlos no puede ser feliz trabajando con este señor que le han dado por capataz. Pensar que D. Pedro [Aguirre Cerda] había hecho un Ministerio casi bueno, de mea culpa, de sagesse, y se le ocurrió injertar en él a un demagogo más, por si hiciese falta..."186. Pocas semanas después de iniciada la "Batalla de Inglaterra" (10 de julio de 1940), Gabriela Mistral vuelve a escribirle a Pedro Aguirre una larga carta -la última de que tenemos noticia- dedicada al análisis de la coyuntura política internacional y sus obvias repercusiones en Chile.
Con fecha 25 de julio de 1940 le advierte respecto a los peligros que ella percibe para Chile. Después de advertirle que recibe muchas cartas y que conversa con mucha gente, le dice "todos hablan de una situación muy delicada de nosotros..." Sus temores son muy concretos, y a su juicio son peligros que Aguirre Cerda debe tener presente: "Hay que oír a los nazistoides hablar de su régimen futuro, barajar nombres del nuevo cacique preferido por el Imperio Mundial, planear su administración, hacer "purgas", etc. Da una infinita vergüenza.
No dudo de que el bando de extrema derecha hará cosa parecida; en el complot de anteayer se ve ya la alianza que tanto han negado". Y agrega con una virulencia que no hemos encontrado en otros escritos mistralianos "Son tradición para todos estos manejos. Tales desventurados recibieron hecha y derecha una independencia que pertenece a todos y ahora la juegan con un descaro inaudito; hacen una lotería con el destino de una comunidad que, por boba, no sabe que la llevan a la suerte de los esclavos modernos de que habla Hitler a sus íntimos. Los no corrompidos, los no afiliados, los ausentes, todos nosotros, es decir, los más, somos dados que juegan esos señores de camisas multicolores, masa de criollos que reniegan de su sangre mezclada y su suelo americano. Por algo llevan varios de ellos nombres de forasteros, hasta tal punto que por sus nombres se puede seguir la línea de la traición.
He guardado mucho tiempo lo que sé. No puedo retenerlo más, mi respetado amigo"187. Esta misma sinceridad queda de manifiesto en la misma carta cuando, después de referirse al criollismo de los nazis chilenos, advierte sobre otros peligros: "En cuanto a la dirección soviética que trabaja a los comunistas y a buena parte de los socialistas, es muy penoso para su amiga estar de acuerdo en este punto con la extrema derecha, pero tengo que decirle, D. Pedro, que esta vez a lo menos ella tiene razón"188. Está consciente, sin embargo, Gabriela Mistral que al amigo Presidente no solo puede plantearle inquietudes y problemas; también debe abrirle perspectivas. Por eso no duda en sugerirle con cariño y cercanía, a los otros amigos por quienes siente también cercanía y cariño: "D. Pedro, hay todavía el recurso de hacer un gabinete como el de Roosevelt, a base de todos los partidos no extremistas. Los gabinetes de la América del Sur, uno por uno, necesitarán en meses contar con la voluntad de un 70% para luchar -si es que deciden luchar contra la avalancha del Califato alemán, servido por sus Visires, el italiano y el español. Dios quiera que Ud. pueda adelantarse al momento maduro. Yo sé que el centro, hasta hoy, odia el régimen y que el grupo de la Falange (mal nombre pero buenos hechos) es mal mirado por la gente de Ud. Pero habría que hacer algún sacrificio antes de que sea tarde. Lo que más falta en la izquierda marxista, es una juventud estudiosa, informada, cauta, sin gritos, y sin alcohol totalitario, eso está en la mayoría de la Falange, cuyas ideas sociales no tienen más diferencia con las de los viejos radicales que su sentido cristiano, necesario hoy al mundo más que al pan y al agua". Y agrega con entrañable sinceridad: "Estoy lo suficientemente segura de cuanto digo en esta carta como para arriesgar su descontento hacia mi pesimismo. Ud. sabe que su régimen no ha sido para mí, como para tantos una escalera por donde subir ni una oportunidad de lograr rentas desatentadas. Su régimen para mí, mujer sin partido, es Ud. y la suerte de mi pueblo"189. También en esta ocasión su análisis termina en una súplica: "La única ideología del momento es la elemental de no balcanizarse y de que el Gobierno cuente con una plataforma ancha y magnífica"190. Pero, sorpresivamente, las circunstancias han cambiado y cambia también el tono de su misiva: "Escrito lo anterior vinieron trabajos que cortaron mi carta. Solo hoy leo -con la mayor alegría- el detalle de la tregua política y el ingreso de la Falange en las fuerzas gobiernistas. Esta gente puede dar, no solo Ministros cultos y honrados sino también funcionarios públicos con un fuerte decoro administrativo"191.
No sabemos a qué tregua política se refiere Gabriela Mistral, y el ingreso de la Falange a las "fuerzas gobiernistas" no pasa de ser una fantasía. En efecto, a pesar que desde junio de 1940 y hasta el fin del gobierno de Aguirre -el 10 de noviembre de 1941- hubo varios cambios de gabinete, en ninguno de ellos figuró ningún miembro de la Falange192. Este conglomerado había asumido una actitud neutral frente al gobierno en sus inicios, pero fue progresivamente distanciándose. En abril de 1939 Frei Montalva decía en la revista Lircay: "Este gobierno tiene la enorme falta de no ser ni siquiera un mal gobierno en toda la integridad de la expresión: es simplemente un gobierno mediocre"193.
Gabriela Mistral debe haber sospechado algo respecto a las críticas falangistas a Pedro Aguirre, pues en junio del mismo año 1939 le reclama a Eduardo Frei que no le llega el periódico Lircay y hace elucubraciones al respecto, puntualizando finalmente su clara posición: "Tal vez no me lo manden ustedes pensando en que los ataques al Presidente me sean penosos. Siempre yo prefiero saber a ignorar... ustedes saben que mi aprecio y mi cariño de Aguirre son vieja gratitud y cosa en la que nada tiene que ver la política"194.
Es cierto que con ocasión del "ariostazo"195, como todos los partidos políticos la Falange entregó su apoyo irrestricto al gobierno constitucional, lo que puede entenderse como un acercamiento, pero ello tuvo lugar en agosto de 1939 y la comunicación de Gabriela Mistral en comento data de julio de 1940.
Pero esta idea de "acercar" a la Falange a Pedro Aguirre era antigua en la mente de Gabriela Mistral. Ya en noviembre de 1938 confidenciaba a Carmen Echenique que "Respecto de los falangistas digo a Aguirre que este grupo puede hacerle el mejor puente para que pueda comunicar con la otra orilla, según sus deseos de concordia de que habla aquí la prensa. Le nombro explícitamente a Bernardo, a Frey (sic), a Boissard y a Garretón. No sé si su hermano es diputado de la Falange. Recuerdo, mi linda, que Aguirre ha defendido mucho en la enseñanza la cuestión del escalafón y la estabilidad"196, y vuelve a insistirle: "Dije claramente a Aguirre que los muchachos conservadores son gente de calidad espiritual y que su trato le convencerá de lo que le manifiesto"197.
Esta opinión Gabriela Mistral se la había expresado al propio Frei, en junio de 1939: "Me parece tan importante, tanto, que si cualquiera de ustedes, los de J.C. (Juventud Católica o Juventud Conservadora?) tiene ocasión de hablar con el Presidente lo haga.... ...Aguirre es hombre que SIENTE la calidad de la persona en forma directa, en el trato un poco íntimo. Es fatal en este momento el que entre el pueblo y él están los Ministros y que el no puede olfatear con su buen instinto de indio, semejante al mío, a cada individuo"198. En este mismo sentido, para Gabriela el papel de la tradición era importante en la construcción de la sociedad, y esa tradición debía reflejarse en los quehaceres educacionales. Le dice a Frei "Para darse cuenta que sin humanidades no hay HOMBRE es necesario o tenerlas o no odiarlas por complejo de inferioridad, como lo hacen los bachilleritos y profesorcitos de Chile. ¡Algo hay que comenzar a hacer, Dios Santo! Dígame usted qué", y consciente de sus posibilidades de influencia en este sentido le comenta a continuación: "Cuando vea al Presidente más aliviado, en menos aflicción, tengo que escribirle acerca de esto, me oiga o no me oiga"199. Como hemos venido advirtiéndolo, Gabriela Mistral es capaz de asumir un papel también crítico frente al gobierno de Aguirre. Y ello debe haberle resultado difícil, pues está claro el profundo vínculo afectivo y de gratitud que sentía por él y su esposa. Hay, sin embargo, un momento de lealtad también en su crítica. A pesar de sus afectos, ella es capaz de cantarle a su amigo Presidente cuatro verdades sobre aquellas cuestiones que le parecen mal. Le escribe a Frei, y le manda a él, una carta para ser enviada a Pedro Aguirre después de ser leída: "Va esa carta para el Presidente. Léala usted, CIÉRRELA LUEGO y hágame el favor de llevársela personalmente pues es cosa que no se puede poner en otra mano que la suya. Usted encontrará esta carta demasiado fuerte. La he retocado tres veces, pero cada día tengo noticias más malas y en el último pase, no solo abajé el tono sino que añadí cosas. Yo sé que lo desagrado mucho con mis cartas, ninguna de las cuales lleva un adulo; pero, viera usted, Frei, ya no me importa nada sino los asuntos en su hueso mismo. Estamos viviendo tales tiempos que solo una moralidad absoluta vale por un cumplimiento del deber y todo acomodo y zalema debe mirarlos Dios con asco, desde donde se mira este mundo degenerado"200.
Y sus dichos no deben haber sido en esta ocasión poca cosa, tal como en otras, puesto que en alguna oportunidad le dice directamente al Presidente: "Me cuesta un mundo, D. Pedro, escribir estas líneas. Lo más cómodo sería callarme, pero Ud. y su administración está de por medio"201, Párrafo aparte hay que dedicar a las observaciones y los comentarios que a la Mistral le merecen las gestiones que Aguirre Cerda ha realizado o dejado de hacer en cuanto su abogado y apoderado, y de las cuales debe dar cuenta a Frei, su nuevo abogado y apoderado, una vez que Pedro Aguirre ha asumido la Presidencia de la República.
Mezclando con alguna ingenuidad las gestiones personales, con las públicas, comunica a Frei, en junio de 1940 que, "Tengo que darle aviso de una diligencia que no quiero que se vaya a malograr porque no sea continuada. Escribí al Presidente diciéndole que, como se me ha rebajado un tercio -es más- de mis entradas y necesito instalar una oficina con decoro después de haber instalado mi casa, necesito que el Gobierno me permita la salida de aquel dinero de mi casa, a lo menos por el valor de dos mil dólares. Me contestó con una gran prisa y me dice esto:
Sé la lentitud y los atascos de la máquina administrativa, como lo saben todos aquí. Si usted no va a ver al señor Marcelo Ruiz, aquello dormirá. Es necesario aprovechar en seguida de la buena voluntad del Presidente y eso le ruego, que pase usted a ver a este señor, a quien el Presidente me dijo antes de haberme recomendado para todos mis asuntos. Una vez más, haga por mí este sacrificio de su tiempo"202. En la misma oportunidad, y con algo de sorna por la lenidad de su anterior abogado, comenta: "Mi hermana no me dice nada de la venta de la casa de Huemul. Ojalá usted supiese algo. A mí me importa salir de esa casa que no me ha dado sino molestias y que don Pedro abandonó a la trampa de aquella gente que volvió pocilga una casa enteramente nueva"203.
Estas gestiones deben haber tenido algún grado de éxito, puesto que poco más de un mes después de aquella carta, vuelve en otra sobre el asunto de su dinero: "Me llegó ayer cable sobre el envío de un cheque. No sé si al fin consiguió usted cambio medio oficial o si ha optado por comprarlo como sea, en vista de la situación. Ag. Vigorena, al que no sabía gobernando el Control de Cambios, es una persona que jugó de niño conmigo y que me tiene sin embargo la mala voluntad de los ibañistas, porque saben lo que digo de ellos. Si usted no manda todo sino parte, avisaré al Pres. el mal resultado de sus órdenes sobre el cambio de mi dinero por si se salva la orden para el resto del dinero"204.
El asunto no se solucionó en la forma esperada por Gabriela Mistral y hacia fines del mismo año 1940 vuelve sobre el punto en carta a Frei: "Pero yo necesito traer aquí los restos de dinero que allá me quedan y por eso le ruego a usted, Frei, que me mande, tan pronto como le sea dable, lo que me falta por cobrar de esa casa famosa. Le considero en todo aquel embrollo de escrituras..." para concluir con indignación, y probablemente con algo de injusticia: "Mi amigo Aguirre no se ocupó para nada de mis asuntos. Es natural, se trataba de cosas modestas. Pero había que cuidar de los ahorros de una vieja maestra..."205.
Esta malquerencia con Aguirre Cerda debe haberle remordido la conciencia poco tiempo después. No obstante la preocupación por su amigo, que le expresa -no sabemos con qué fecha, pero ciertamente cuando ya ocupa la Presidencia de la República, y cuando la Segunda Guerra Mundial ya está en su apogeo, lo que nos permite suponer que data de 1941-, es muy sincera: "La prensa de hoy dice que está Ud. enfermo. Dios quiera que solo sea una gripe. Debe estar Ud. muy fatigado de cargar con tantos problemas graves y de toda urgencia. Ojalá salve su fin de semana y se vaya al campo. Hay que hacerlo a toda costa, D. Pedro..." y junto a su esposa lo saluda, "... con el respeto y el cariño fiel de siempre su vieja paisana y amiga"206.
IV. ASUNTOS DE LA VIDA PRIVADA
1. La percepción de sí misma
En el Prólogo a estas páginas hemos mencionado los orígenes de la amistad de Pedro Aguirre Cerda con Gabriela Mistral. Esa amistad que, con altibajos, cercanías y distancias, se mantuvo a lo largo de casi veinte años dio lugar a momentos de mucha sinceridad por parte de la Mistral, y ello no solo en razón del hecho de que Aguirre se convirtiera en su abogado, y por lo mismo confidente, sino por una genuina cercanía, llena de amistad.
De ahí que no resulte extraño el hecho de que residiendo en Punta Arenas, a cargo del Liceo de Niñas como se ha visto, y ante gestiones que Aguirre realizaba para trasladarla al Liceo de La Serena, su tierra, Gabriela Mistral se sienta en la obligación de presentar a su protector los aspectos -hasta entonces- más íntimos de su existencia personal y profesional. En febrero de 1920 le abre su corazón con gran sinceridad: "...hace mucho tiempo que deseo, a usted que es la persona a quien todo lo debo en mi carrera, contarle algo de mi vida, y de mis ideas, porque debe conocerse a quien se ayuda, y usted ha ido muy lejos en su generosidad prescindiendo de este conocimiento.
Mis estudios en la Normal de La Serena me los desbarató una intriga silenciosa con la que se buscó eliminarme por habérseme visto leyendo y haciendo leer algunas obras científicas que me facilitaba un estudioso de mi pueblo: Dn. Bernardo Ossandón, ex director del Instituto Comercial de Coquimbo. Ya escribía yo algo en el diario radical El Coquimbo y solía descubrir con excesiva sinceridad, mis ideas no antirreligiosas, sino religiosas en otro sentido que el corriente. Achaqué lo que me ocurría a muchas cosas, menos a la verdadera. Hace muy poco la ex directora de la escuela, hoy mi amiga, me contaba que el profesor de religión del establecimiento fue quien pidió se me eliminara como peligrosa. No salí expulsada; se me permitió rendir mis exámenes hasta finalizar mis estudios. Un amigo viendo que era imposible que pudiera estudiar con provecho sin profesor pidió a doña Ana Krusche, directora del liceo, me diera una inspección, con la condición de permitirme la asistencia a algunas clases. Fui nombrada inspectora y secretaria. El profesor de la Normal, presbítero M. Munizaga, hacía también clases allí y tenía mucho ascendiente sobre la directora. Me hizo ella una observación dura respecto a mi ateísmo y a ésta siguió otra sobre mis tendencias socialistas. Me acusaba de lo último por haber procurado yo la incorporación de niñas de la clase humilde, cuyo talento conocía y para las que el liceo estaba cerrado. Con esos cargos, buscó ella un discreto modo de eliminarme: no me dio trabajo. Por delicadeza, renuncié.
La situación de mi casa había cambiado mucho, y yo tenía que sostener a mi madre. Una sola vacante había en instrucción primaria, y la acepté con este desprecio absoluto que todavía tengo por las jerarquías dentro de un servicio en que no hay, en verdad, sino categorías morales e intelectuales. Fui a una escuela rural, a una legua de Coquimbo. Estuve allí dos años y vine a Santiago a dar mi examen final en la Normal Nº 1 por cuanto la de La Serena no me daba garantía alguna de honradez"207.
Aun cuando no tenemos certeza -puede haber sido antes-, trabaron conocimiento mientras Aguirre ejercía el cargo de Ministro de Instrucción Pública, cuestión que sucedió entre el 18 de enero y el 6 de septiembre de 1918, pero Gabriela continuó haciéndole confidencias personales hasta 1936.
Ya en carta de antes de 1920 le comenta "Hace ocho días me ofreció el Ministro las clases de castellano que dejó la señorita Donoso en el liceo 2. Le contesté rehusando. El sueldo es inferior al que tengo aquí y las exigencias materiales son mucho mayores en Santiago"208.
En materia de confidencias, también desde Punta Arenas, le cuenta a propósito de su poco interés por volver al norte y en particular a La Serena "...yo le tengo un profundo resentimiento y no he querido ir a ella hace diez u once años"209. A renglón seguido le insiste, en concordancia con lo que ha sido la presentación de su pasado, y constatando los argumentos que había provocado los infortunios en su tierra: "Dos palabras más sobre lo de mi pueblo. Yo no soy antirreligiosa, ni siquiera arreligiosa. Creo casi con el fervor de los místicos, pero creo en el cristianismo primitivo, no enturbiado por la teología, no grotesco por la liturgia y no materializado y empequeñecido por un culto que ha hecho de él un paganismo sin belleza. En suma soy cristiana, pero no soy católica"210.
Muy tempranamente la Mistral se autorreconoce como vocera o como representante, en particular de las mujeres, aun cuando esto no se haya manifestado necesariamente en forma pública. En forma privada, en cambio, a propósito de un artículo que Pedro Aguirre había publicado sobre el trabajo femenino, después de felicitarlo, le agrega: "Por mi voz hablan muchas mujeres de clase media y del pueblo, para aplaudirlo y decirle su adhesión"211. Junto a este vocerío, se observa en algunas oportunidades alguna sensación de hostigamiento en materias laborales. Desde México le dice a Aguirre, en 1923: "Se ha murmurado de mi en el sentido de que, por conveniencias de dinero, yo me alquilo a un gobierno bolchevique. Si de "lograr, de medrar", se tratara, habría aceptado el ofrecimiento del Presidente Obregón de ir a Europa por cuenta de su Gobierno a hacer propaganda mexicana, en condiciones espléndidas de sueldo. Me ha parecido feo aceptar este regalo de un país que nada me debe, y en carta reciente digo a este mandatario que procuraré, antes de aceptar esto, hacer alguna labor efectiva y durable, que me haga merecer la gracia"212.
Y hace a Aguirre confidente de sus intenciones futuras, tanto en la obediencia, como en la renuncia. En cuanto a quedarse trabajando en México, le comenta: "Yo no me quedaría aquí si mi gobierno me dejara fuera; iré a la Argentina o a otra parte; pero serviría a México todo el tiempo que estuviese en paz, porque se trata de una nación que quiero y estimo y a la cual debo mucho en la formación de mi cultura artística. Por otra parte, no solo ahora que trabajo con Vasconcelos soy hispanoamericanista; lo soy desde hace años y no siento extraño ningún país de mi lengua" 213, pero en seguida con firmeza le advierte: "Si se coloca en mi ausencia en el Liceo como jefe a una persona extraña y dañina, comprenderé que se me señala un camino: el de no regresar..."214.
La situación chilena para el desempeño de su actividad educacional parecía no haber cambiado suficientemente en su opinión y la preocupación por un virtual regreso a Chile se le hace aún más insoportable, cuando en 1926 vuelve sobre el punto: "Yo no soy mujer de batalla y en ese ambiente eléctrico que dejaron las revoluciones viví unos meses sufriendo. Lo que puedo hacer escribir -desde cualquier parte del mundo se hace, en paz, sin recibir salivazos ni cosas que descorazonan. No deseo volver todavía"215.
Y tampoco deseaba regresar en 1936. Sus temores entonces tenían que ver con la posibilidad de ser manipulada con ocasión de las elecciones que se avecinaban, y sin embargo deja muy en claro sus opciones en materias políticas: "Color lo tengo y en ninguna parte lo he negado: yo soy socialista no internacionalista, es decir, con herejía o cisma en el sentido de desear que nuestro socialismo futuro sea americanista criollo. No puedo ser fascista y menos puedo ayudar a ciertas personas en una propaganda sorda o abierta de esta índole"216.
En esa misma oportunidad incluso se muestra en extremo molesta con lo que sucede en el servicio exterior chileno, y después de comentarle de algunas situaciones de soplonaje en embajadas y consulados, le confiesa que si la situación no se modifica o "...si se agudiza o se precipita habrá que pensar en buscarse el pan por otro camino que el oficial. Era lo que quería contarle, aunque Ud. tal vez ya conozca estas nuevas realidades. Mis ideas sobre libertad religiosa me impiden a mí aceptar el marxismo. Muchas otras ideas me vedan el hacerme prosélita y propagandista de un fascio de orden alemán y aun italiano" 217.
Aguirre Cerda es también el confidente de sus molestias, de sus achaques y del contenido de su más íntima felicidad.
Los problemas domésticos -a ratos- la hostigan, y le aumentan enojosamente el trabajo. En 1926, desde Europa le cuenta: "Voy viviendo con dificultades económicas, por tener dos casas, la de mi mamá y la mía, y porque la vida ha subido mucho de costo en Francia con el alza rápida del franco, que ha dejado los precios iguales... Pero escribo para periódicos, saldando mi déficit hasta ahora. Los sueldos que paga la S. des N. [Sociedad de las Naciones] son decorosos solo en Ginebra; por vanidad francesa (que usted conoce) este Instituto quedó costeado por el Gobierno francés y el resultado han sido unos sueldos calamitosos"218.
No obstante ello, parece haber habido en alguna oportunidad algún comentario en su contra, en el sentido de que no trabajaba suficientemente. A raíz de estas posibles acusaciones ha mandado pedir a Venezuela unos ar-tículos de prensa publicados en ese país y que eran parte de su labor de difusión, pero se queja: "Es malo el gremio -todos los gremios...-, don Pedro. Me ha costado entender esto; pero al fin he sabido. Se trata sencillamente de hacerme pasar por holgazana y de poca vergüenza! Cobro y no trabajo... Cada año me suma alguna decepción de éstas a las que ya tengo de mi gente"219.
Su sinceridad también le trae complicaciones; frente a ella pareciera que Aguirre Cerda mismo reaccionó en alguna oportunidad con molestia, pues le explica con tono de excusa: "Yo tengo el hábito del chileno viejo de decir lo que pienso. Lo digo de los países extranjeros y no es raro que no haga excepción con mi propia tierra. Ud. mismo, Don Pedro, no se me hiera cuando juzgo con dureza"220.
Y también se muestra apesadumbrada por los desafíos que las limitaciones a la libertad de expresión le implican y que, pareciera, continuarían en el futuro: "Yo sé que dentro de poco los escritores libres de la América Latina -que somos un puñado- no tendremos ya ocasión, ni sitio donde decir nada, ni denunciar nada. Entonces solo nos quedará la posibilidad de hacer unas letrillas como las de Góngora o unos epigramas como los de Marcial, para castigar a los que vendieron la casa, la mesa y el sueño tranquilo de los chilenos; y será cosa de no escribirlas sino de llevarlas en la memoria y enseñarles (sic) así, par coeur, porque las Tchecas y las Gestapos darán cuenta de nuestros papeles"221. También, como se ha dicho, Aguirre es el confidente de sus achaques y de sus problemas.
Tempranamente ha tomado conciencia de su eterno viajar. Desde Río Piedras en Puerto Rico, confiesa con algo de vergüenza "Ya voy tomando no sé qué carne de judío Errante"222. Pero, en julio de 1924, se justifica en cuanto a no volver a reasumir sus labores en Chile, en razón de sus achaques de salud: "Espero volver a Chile a principios del año próximo; comprendo que el gobierno me ha esperado bastante, reservándome el empleo, y no debo ser más gravosa. Con mi familia, y con un puñado muy pequeño, de amigos, usted, don Pedro, me hará volver, cuando he vacilado entre quedarme en otras tierras de vida más fácil para mí y donde podría trabajar en lo que me es más grato, pensaba siempre en aquella comisión, por usted pedida, y que a usted debo, y la honradez me hacía siempre optar por el regreso. Pero tal vez llegue, pidiéndole alguna modificación en mi servicio, porque la altura de México, de la cual no recelaba, porque me daba suavidad de clima, me ha dejado malo el corazón, muy débil, y tres médicos de Nueva York, me dieron la prescripción seria de vivir en la altura mínima "para durar", cosa ésta que a mí me importa poco pero, que a mi mamá le importa demasiado... Necesito conversarle con alguna extensión, de dos asuntos muy míos por el interés, y le pido su noble paciencia nuevamente para oírme".
Es la ocasión para hacerle saber a Aguirre su opinión sobre la situación de los escritores y poetas en Chile y en América, y la aprovecha: "En nuestra tierra, los escritores, don Pedro, viven como en ninguna tierra de la América; parece que se busca el que no escriban, el que se gasten en esa cosa inferior, que es el periodismo, o en el infeliz empleo público, que apenas les da -que no les da muchas veces, como yo lo he visto, para vestirse, y alimentar a su gente. En todas partes, el escritor conocido, con reputación hecha tiene decoro para la vida material y consideración social muy grande. No es solo el caso notable de México, es el de Colombia, del Perú, de la Argentina, del Uruguay"223.
Los problemas de salud, no solo le retardan su viaje a Chile, también otros compromisos profesionales. En julio de 1930: "Yo he retardado en tres meses mi viaje a EE.UU. He tenido una inflamación del hígado seria y hace solo días que me siento sin molestia y puedo trabajar en esta posición. Parece que me embarcaré a fines de septiembre"224. Y tiempo después, en el mismo sentido, esta vez desde Puerto Rico en el Caribe, le cuenta: "En esta isla me hubiese quedado: me han ofrecido lo que quiera en la Universidad; vivo entre los isleños como dentro de una familia y me han dado una ciudadanía honoraria portorriqueña para que me sienta de ellos. Pero... están horriblemente divididos entre patriotas y ayancados y me tiran de un lado y del otro no dejándome en paz. No puedo ser yo una anexionista y renegar de lo que pienso, por mirar a mi bienestar ni puedo embarcarme en la aventura sin salida de los patriotas que no lograrán nada porque son minoría y minoría minoría. Me conmovió esa aprobación de una ley especial por las dos Cámaras para declararme hija adoptiva del país; pero me voy de aquí como de todas partes, porque este clima sería mi cura y mi vida larga"225.
El del Caribe parece haber sido, en esos años, el clima más conveniente para su salud, puesto que en noviembre de 1932 comunica: "Creo partir para Puerto Rico el mes de Diciembre, en los días en que esta carta llegará a su poder; no se lo digo de manera segura, porque he tenido, a consecuencia de la incertidumbre sostenida de este asunto y de fatiga del trabajo en el verano, veinte días de cama, con una fiebre que iba y venía y una laxitud completa. Me embarcaré solamente si me he rehecho de aquí a un mes. Mi noble compañera de México que es ahora Jefe del Dpto. [Departamento] de Ed. [Educación] Secundaria en su país, Palma Guillén, me ha dicho con insistencia que no viaje de nuevo y que ella velará por mí en el año que viene. Pero a los amigos no hay que cargarlos con más cargas que las morales, o bien con materiales que no sean demasiado gravosos. Si voy y sigo bien, pasaría a EE.UU."226. Y en una carta fechada en el mes de mayo, en 1933, probablemente desde Puerto Rico, vuelve sobre el punto: "Sigo cansada, rendida del ajetreo social que no puedo evitar, deshecha de viajes semanales por la Isla. La gente no me deja. Sin embargo, creo reponerme con un descanso de un mes en la Isla y poder cumplirle a Colombia que desde hace años me es cordial y fina. Saldría a fines de junio de aquí; recorrería el país hasta agosto y embarcaría en septiembre para Madrid"227.
Pedro Aguirre es también el confidente de sus momentos de felicidad. Y también de sus esperanzas. En 1925 le agradece con afecto por su futuro y por alguna gestión solicitada para una jubilación adelantada y parcial: "Yo no sé cómo agradecerle a usted dignamente el que (como si no hubiese hecho ya demasiado por mí) cargue todavía con mi última gestión ante el Gobierno de Chile. Dios le ayude; el asunto es difícil. Si sale bien, ya tendría yo asegurada una vejez tranquila. Y cuando le digo tranquila, don Pedro, no le digo perezosa, digo, sobre todo, independiente. Sin una relativa independencia económica, no es posible decir la verdad en ninguna tierra, y sin la verdad no se sirve ni a Dios ni a las criaturas"228. Y en otros momentos es el confidente de su felicidad casi infantil: "Yo vivo en esta isla de la manera más peregrina; como es tan pequeña, ando por todas partes y vengo a mis clases de la Universidad y vuelvo a volar para confs. [conferencias] y simples convites. El clima me hace mucho bien..." pero, como nada es perfecto, a veces "...las buenas gentes me agotan en este ajetreo"229. Las cosas tienden a estabilizarse, pues desde Hamburgo en 1930 le cuenta: "Mi salud ha mejorado mucho con el descanso y la paz de Portugal"230.
2. La familiaridad
Quizás la prueba más evidente, y también más elegante, de la profunda estimación que Gabriela Mistral y Pedro Aguirre se tenían entre sí, esté reflejada en las sencillas palabras con que mutuamente se dedicaron obras fundamentales de su quehacer literario e intelectual.
Al publicar en Nueva York por el Instituto de las Españas, en 1922, la primera edición de Desolación, Gabriela Mistral la consagró "Al señor don Pedro Aguirre Cerda y a la señora Juana Aguirre de Aguirre. A quienes debo la hora de Paz que vivo. G.M."231. Algún tiempo después le explicaría a su amigo Eduardo Barrios, a este respecto que "No hubo en la dedicatoria de mi libro otro pensamiento que el de expresar lo que debo a Pedro Aguirre; yo ni sospechaba que tendría que pedirle un servicio a la vez que le ofrecía mis versos"232. Por su parte, el libro de Aguirre: El Problema Agrario 233 está dedicado "A Lucila Godoy: Gabriela Mistral, que con Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni y Delmira Agustini, constituyen la constelación de la Cruz del Sur en el firmamento poético de Hispano América"234.
En las páginas anteriores235 se ha reproducido una enorme cantidad de textos de la Mistral dirigidos a Aguirre Cerda. En ellos va quedando de manifiesto una familiaridad creciente, muy enternecedora, y que no puede dejar de ser objeto de un análisis más exhaustivo. Como muestra podría simplemente señalarse que Gabriela Mistral habitualmente incorpora en sus textos, y entre comas, el vocativo de su interlocutor en tres formas: "Don Pedro", o "D. Pedro", o "don Pedro". Ello ha sucedido en 38 oportunidades en las páginas precedentes.
Pero no se trata aquí de un análisis cuantitativo.
Las cartas que Gabriela Mistral escribe a Aguirre Cerda dejan entrever, con frecuencia, una familiaridad que denota casi intimidad. Y ello es posible advertirlo en los saludos, en los agradecimientos, en las peticiones de disculpa y de perdón, en sus problemas postales, en los comentarios a propósito de sus mutuas creaciones literarias e intelectuales, en las necesidades de ayuda de tipo personal que la Mistral le reclama, en su preocupación por la persona de Pedro Aguirre, en sus referencias a su esposa doña Juana Aguirre Luco de Aguirre Cerda, en los encargos y en otras ocasiones más o menos pintorescas. De ellas daremos cuenta a continuación. Los simples saludos o los saludos desde distintos lugares son, naturalmente, uno de los aspectos que aparece en este ámbito.
Ellos se expresan con cierta formalidad en los primeros tiempos de su corresponsalía; le envía "Un respetuoso y cariñoso saludo de su servidora muy obligada. L.G"236, o como en mayo de 1921 en que la nota se inicia "A Ud. y su compañera saluda con respetuoso afecto. L.G."237, o en que se lamenta "He estado todo este tiempo por ir a saludar a usted y a su señora; pero he tenido enfermos y trabajo extraordinario"238. Poco a poco, estos saludos, que provienen de lugares disímiles, van denotando también mayor intimidad y alegría. En 1922: "Le envío un saludo respetuoso y cordial desde esta tierra mexicana, y quiero conversarle un asunto que me interesa..."239, o en julio de 1924, "Le saludo y le recuerdo, desde esta llanura de la Umbría, parecida a nuestro campo chileno, y le pido dar ese mismo saludo a la señora Juanita"240, o en 1925 escribiéndole desde La Serena: "Saludo a Ud. y a la señora, recordándolos en su campo verde, donde la vida se siente buena. Su servidora ha vuelto a pasar unos días con su viejecita, bajo la nube triste y perenne de esta ciudad que casi es Bélgica..."241. O en 1926 desde Fontainebleau "Yo le agradezco profundamente su buen recuerdo" 242, y por, último, también de España, dándole la bienvenida al continente europeo:
"Le escribo desde Madrid a donde he venido por un Congreso de Universitarias. ¿Cómo están Uds.? ¿Y dónde? En esta Europa tan pequeña también cuesta encontrarse"243.
Por su parte, los saludos y despedidas de Pedro Aguirre a Gabriela son igualmente cariñosos, aunque menos variados. Las cartas a que hemos tenido acceso se inician con la expresión "Mi querida amiga"244; o bien "Mi muy estimada amiga"245, o simplemente "Querida amiga"246.
Igual cercanía y afecto dejan entrever las rúbricas de despedida de esta correspondencia. Ya se trate de la sencilla fórmula: "Un cordial saludo de su affmo"247, o señale el simple plural de los esposos: "Reciba nuestros mejores deseos de salud y tranquilidad"248. También se incluye explícitamente a ambos. Con algo de formalidad: "Con el afecto de siempre y con cordiales saludos de Juanita, me despido como S.S.S. y amigo..."249, o "...deseándole pleno éxito en su labor y con saludos cariñosos de Juanita, se despide cordialmente su affmo..."250. O con más cercanía: "...termino transmitiéndole el cordial saludo de Juanita y la seguridad de mi estimación y afecto..."251, o aludiendo a gestos más precisos de la estrecha relación que se había forjado en torno a estas tres personas: "Reciba la gratitud de Juanita por su generoso desprendimiento... ...y los saludos cordiales de su amigo affmo..."252.
En las cartas de la Mistral a Aguirre Cerda, los agradecimientos aparecen también reiteradamente. En alguna ocasión "Lo saluda reiterándole su conmovida gratitud. L.G."253, o le envía "Un saludo lleno de afecto para Ud. y los suyos, y mi recuerdo agradecido. Lucila Godoy"254, o se lamenta: "Con mala suerte, pasé por su casa, a agradecer su visita a su señora y a contar a Ud. algunas cosas de interés del Ministerio: no los encontré."255, o simplemente "Y todo mi agradecimiento. Su vieja amiga y servidora"256, o "Un saludo muy cariñoso y todo mi agradecimiento, L.G."257, y también "Yo le agradezco profundamente su buen recuerdo"258, o "el agradecimiento y la distinción de siempre"259 o "y a Ud. toda la gratitud de su vieja amiga"260.
Los agradecimientos se refieren a veces a asuntos profesionales: "Yo no sé cómo agradecerle a usted dignamente el que (como si no hubiese hecho ya demasiado por mí) cargue todavía con mi última gestión ante el Gobierno de Chile. Dios le ayude; el asunto es difícil"261, o "mi agradecimiento por su nueva fineza, mi deseo de saber de usted y mi recuerdo leal"262, o "para usted el agradecimiento profundo de su vieja amiga, que le está resultando su pesadilla extranjera..."263, y también a su esposa: "Yo le agradezco desde luego la fineza a su señora"264. A veces los agradecimientos aluden a situaciones más profundas: "No tengo para qué decirle lo que usted sentirá hasta en mis silencios: mi gratitud definitiva y profunda por sus servicios. No tendría tampoco cómo expresársela dignamente"265, y también agradece, con velado reproche, el simple hecho de la comunicación: "Le agradecí muchísimo su carta, que después de un largo silencio acerca de Uds. y de mis propias gestiones, me llegaba con noticias que estimo muy buenas a pesar de su imprecisión"266. Reiteradamente también, solicita distintos perdones y disculpas. A veces es muy simple: "Mil perdones"267, o "Mil y mil perdones"268, o se expresa elegantemente: "Para Ud. la petición de muchos perdones por mi abuso"269. A veces la petición esconde alguna complicidad: "Quisiera Ud., siempre bondadoso, excusar estas líneas sanamente inspiradas"270, o "En cuanto a mi libro, perdone su parte personalísima y mundana, en mérito de los trozos educativos que van en él"271, o "De nuevo mis saludos y mi petición de excusas y mi esperanza de verlo pronto"272. Hay oportunidades en que la solicitud de disculpa es por la correspondencia misma: "Les saludo con mucho cariño, pidiendo mil perdones por lo que ha ocurrido con su carta, que como suya, es orden para mí"273, o simplemente, "Perdóneme esta carta larga, que para colmo anuncia otras..."274. En alguna oportunidad la petición tiene algo de patético: "Ojalá, señor, le sea posible oír una vez más una petición y DISCÚLPEME"275, o bien "Le pido mil perdones por mi carta larga y angustiada. No es ella colérica, en angustiada"276. Por último, a veces justifica su petición: "Perdóneme, estas digresiones suelen ser necesarias..."277, o la lleva a mayor familiaridad: "Don Pedro, perdone este eterno abusar y dar afanes..."278. Es también en el ámbito de la familiaridad, en el que se plantean los problemas postales o de las relaciones epistolares.
Dado que la Mistral fue una "itinerante", sus direcciones postales son muy variables, y debe dar cuenta de ello constantemente. A fines de 1925 le advierte: "Para cualquier asunto futuro, don Pedro escribirme al Consulado General de Chile o a la Legación de México, en París"279. Y más tarde, en 1932 le advierte que "Mi dirección en Puerto Rico es, hasta mayo, Villa Mirabel, Santurce, Puerto Rico, Vía Nueva York, dirección más segura que la de la Universidad"280. En otro momento, en el cual no especifica la fecha, pero que puede presumirse de 1935, advierte que "Mi dirección de Puerto Rico es válida hasta fin de junio solamente. Después, si Ud. sabe por los diarios que estoy en Colombia, se me puede escribir a la Legación de Chile en Bogotá (hasta agosto). Después, sería el Consulado de Chile en Madrid, si no hay sorpresas"281. Así como sus remitentes son variables, le resultan también variables las direcciones postales de Aguirre. En 1930: "Le ruego darme su dirección, que no tengo. Confío ésta a la buena voluntad de Silva Castro, colega del MERCURIO"282, o bien simplemente se le olvida, por lo cual previamente pide explicaciones: "Mi respetado y querido amigo: le escribí hace meses; mandé mi carta por conducto de un amigo y él tampoco me ha dicho nada. Envio ésta sin dirección precisa porque no la tengo, tal vez recomendada al Sr. Quezada Acharán. He olvidado el número de su casa con mi cabeza cansada de tanta minucia contradictoria"283. En no pocas oportunidades agradece el contenido de la correspondencia: "Tuve mucho gusto al recibir su carta, hace dos días. Por el mismo correo venían MERCURIOS y completé con ellos sus noticias de Chile"284. El tenor literal de la correspondencia esconde, a ratos, algunas cuestiones más de fondo, de las que no tenemos noticias y que resultan difíciles de inferir. Así, en octubre de 1927 "Les saludo con mucho cariño, pidiendo mil perdones por lo que ha ocurrido con su carta, que como suya, es orden para mí"285, o bien advierte en 1930: "En la carta adjunta verá Ud. la explicación de mi silencio, que no habrá logrado entender"286. Desde Madrid, en fecha no precisada señala: "Le agradecí muchísimo su carta, que después de un largo silencio acerca de Uds. y de mis propias gestiones, me llegaba con noticias que estimo muy buenas a pesar de su imprecisión"287. Por último, no faltaban tampoco algunas "gracias" atribuibles a los correos: "Le parecerá que le cuento una fábula, pero es la pura verdad postal. Su fina carta en que se dignaba pedirme algunas ideas sobre una Expos. [Exposición] femenina, vino a Francia -no sé a qué dirección-, volvió a Chile, a La Serena, y mi hermana me la manda ahora..."288, o definitivamente a su corresponsal. En un párrafo notable por la mezcla de ingenuidad, ironía y reproche, le plantea los problemas postales derivados del uso del pseudónimo: "Recibo hoy su fina carta, con atraso, porque usted pone mi nombre de veras que apenas me conoce alguien aquí. La carta llegó a la casa de mis amigos; los sirvientes me conocen solo el nombre inventado y devolvieron la carta. Al fin la rescaté del Correo Central de la lista sobrante con la anotación de..."desconocida". Poner los dos nombres, don Pedro..."289. En el ambiente de la intimidad, no pueden dejar de recogerse algunos comentarios muy sinceros a propósito del intercambio de sus respectivas creaciones literarias290. En mayo de 1922 comenta a Aguirre que "En este mes se ha estado imprimiendo en EE.UU. mi libro que solicitaron los profesores de castellano de aquel país y que yo me permití dedicar a usted y a su esposa. Creo que llegará en junio e irá a ustedes el primer ejemplar"291, pero solo en enero de 1923 avisa que "Le escribo por dos cosas: para mandarle por paquete postal mi Libro, el que he dedicado a usted y a su compañera, y para pedirle no sé si el último servicio, pero de todas maneras el centésimo"292. No obstante el orgullo que los párrafos anteriores denotan ante esa primera publicación, comenta con modestia, "En cuanto a mi libro, perdone su parte personalísima y mundana, en mérito de los trozos educativos que van en él. No he tenido nada mejor que ofrecerle, como expresión de mi gratitud honda, fuerte y perdurable. A usted y a su señora con respeto y cariño muy leales..."293. Dos años más tarde, también con modestia, le advierta a Aguirre que "Le mando, para la señora, un libro mío, que no sé si ella tiene"294. Muchos años más tarde le comentará a su amigo Alfonso Reyes, a propósito de los afanes relativos a la postulación al Premio Nobel: "El presidente Aguirre metió mi nombre en ello, sin preguntarme palabra, y como lo hizo después de haberle rehusado yo unos dos cargos, persona del Ministerio me dijo que no anulase la presentación hecha a Suecia"295. Es extraña esta observación de Gabriela Mistral, porque en verdad el asunto del Premio Nobel tenía otro origen, que ella no podía desconocer, y que el propio Aguirre Cerda se encargó de aclarar en una carta que le dirigió en agosto de 1939 a Adelaida Velasco, intelectual ecuatoriana, y verdadera iniciadora de la campaña en pro del Premio Nobel para Gabriela Mistral. Desde la Presidencia de la República, con el sello del escudo patrio sobrerrelieve, es decir, en forma oficialísima, le "...da la inmediata respuesta de que le digna su interesante y enaltecedora carta de la fecha.
El suscrito, piensa como usted, que no debe omitirse sacrificio alguno para revivir en toda su extensión, la tradicional amistad de Ecuador y Chile y por ello, se felicita de la acción que, en este sentido, desarrollo con su exquisita espiritualidad, Gabriela Mistral". Después de lo anterior, entra en materia sobre el asunto de fondo: "Por lo que a nuestra gran poetisa se refiere, Aguirre considera que obtener el Premio Nobel de Literatura para Gabriela Mistral, no sólo significará coronar su gloriosa carrera artística, sino dignificar en ella a toda mujer Latino-americana.
El haber contribuido en mínima parte en hacerla conocer y su calidad de compatriota, hace que para el suscrito, sea particularmente grata, la idea de propugnar la distinción del Premio Nobel a que usted se refiere en su grata misiva, la más alta a que puede aspirarse en la literatura contemporánea y de ahí, que con esta misma fecha, haya transcrito y recomendado muy especialmente su importante carta a la consideración de los Ministros de Educación don Rudecindo Ortega y de Relaciones Exteriores don Abrahan Ortega para que estudien en la brevedad posible la forma de hacer REALIDAD SU FELIZ INICIATIVA"296. Por lo demás, el propio Aguirre le había señalado a Gabriela en una carta de 12 de marzo de 1940 que junto a su esposa: "Seguimos con ansiosa expectación la justa y simpática campaña emprendida alrededor de su nombre para el Premio Nobel. Oportunamente pedí que se le autorizara por cable para permanecer en Europa, si Ud. lo consideraba útil al respecto. Con orgullo de chileno y con el sincero afecto de nuestra amistad, celebraríamos con Juanita la obtención de este galardón tan merecido"297. En un nivel de mayor profundidad de sus relaciones personales, y de su intimidad, se sitúan dos tipos de observaciones. Por un lado las relativas a la necesidad que la Mistral siente de guía espiritual, cariño y cercanía, y por otro, su constante y permanente preocupación por la situación personal del Aguirre Cerda.
Las necesidades de ayuda espiritual que Gabriela Mistral advierte de sí misma y su necesidad de ser escuchada es reiterada. Aguirre Cerda juega en esto un papel muy especial, y no tiene complejo en hacérselo saber a terceros. Así se lo expresa al menos a Eugenio Labarca: "Aguirre Cerda solamente me ayuda"298. Más evidente aún es el comentario que, a este respecto, le hace a Eduardo Barrios: "Egoísta esta carta... Llena de mí. Pero es que no tengo sino a usted y Aguirre para hablar de mi vida i para que me la resuelvan"299. Cuando Gabriela Mistral le pide ayuda a Aguirre, se trata en general de súplicas, como la que le hace en mayo de 1922: "Ojalá, señor, le sea posible oír una vez más una petición y DISCÚLPEME"300. O la que le dirige en octubre de ese mismo año a propósito de las consecuencias que podría traer para las relaciones internacionales de Chile el hecho de no invitar a México a participar en la Quinta Conferencia Panamericana que se realizaría en Santiago en 1923 y a la que nos referimos más arriba301. A raíz de eso le solicita: "Quiera usted oír a su compatriota que nunca ha mentido, y que haga cuanto sea posible, todo lo que sea posible, porque no se verifique una indignidad"302.
Gabriela Mistral reconoce que "Yo necesito mucho de guía y consejo frecuente, solo que los recibo de pocos; los pido y los acepto a aquellos que son buenos y de limpia intención"303, y es capaz de reconocer sus exabruptos: "No le había escrito antes, parte por mi trabajo, que aunque lo hago a medias en la casa, es fatigoso, parte porque creí haberlo dejado bajo una mala impresión mía... Tengo semanas y años en que no hago sino callarme lo que veo, pero vienen días -y a usted le tocó uno de esos en que se me sube a la boca, definida y con colores fuertes, la masa que se ha ido acumulando de observaciones y desengaños"304. Le pide a Aguirre "...no olvidar que sus palabras (aunque me dé el lujo de discutirlas en su presencia, nunca en su ausencia) me llevarán fuerza moral, la que emana de usted, bondad, y un poco de la comprensión de los míos, que nunca he recibido sino de un puñado de chilenos"305. Hay en Gabriela conciencia de su dependencia: "Nunca olvido cuánto le debo y usted puede siempre indicarme trabajos. En este, desgraciadamente, y a tal distancia, soy casi inútil"306. Más aún, en actitud de renuncia le advierte en los inicios de su carrera pedagógica: "Entrego a usted mi situación futura, por completo, señor Aguirre... Quiera serme una vez más guía y el único protector de mi carrera, mi UNICO AMIGO PROFESOR, ENTRE EL GREMIO ENEMIGO MIO POR EXCELENCIA"307, y años más tarde en plena carrera diplomática se lo reitera: "Yo le entrego en sus manos mi suerte, que nunca ha estado lejos de ella. Le decía en mi cable que aceptaría cualquier consulado"308. En lo relativo a su preocupación por la persona de Pedro Aguirre Cerda, se alude a variadas situaciones.
Con alguna culpabilidad reconoce que "...siempre estoy pensando en que no hay derecho a quitarle una hora de su tiempo, que es para las cosas grandes que lo solicitan"309. Y con insistencia, le desea a Aguirre y a su esposa, muy distintos bienes: "Les deseo salud y paz, que son las cosas mejores de este mundo"310; o bien: "Deseo a Uds. todo bienestar y sobre todo salud. Les pienso mucho, les quiero y les acompaño"311. En algunas oportunidades este tipo de recuerdos y deseos es enternecedor: "Recuerdo siempre a su señora que le da a Ud. tan linda sombra de paz y de cariño. Que Dios les guarde en estos momentos obscuros. Ud. con su presencia limpia ese ambiente y puede definirlo. Lo peor es la vaguedad de hoy"312. Y a ambos: "Juanita y don Pedro, Dios nos tenga de su mano y salve nuestra tierra. Dios le cuide para ella y les ahorre mayores penas y zozobras. Su vieja amiga que les abraza estrechamente deseando tanto verles y oírles"313. O bien, "Don Pedro, perdone este eterno abusar y dar afanes..."; y de nuevo a la pareja en su conjunto: "Un gran abrazo para los dos amigos queridos, de cara presente, a pesar de los años y de nombre y de recuerdos vivos en mi corazón. Les piensa siempre y más, mientras envejezco"314. Y por último, aludiendo a su futuro político, "Yo le deseo un paréntesis de esta paz que yo tengo ahora, y se las deseo, porque lo miro moverse dentro del torbellino político fatalmente, es decir, sin remedio, y yo querría que estuviese usted con sus fuerzas espirituales frescas para la lucha próxima"315. Otras veces se trata de una familiaridad a toda prueba: "¿No se le ofrece ningún encargo a la señora y a usted en Italia, Suiza o España? Con mucho gusto lo haría, don Pedro"316. También, en medio de sus asuntos personales y profesionales de los que se ocupa Aguirre Cerda en cuanto su apoderado y abogado, se interesa por él y sus personales asuntos: "...antes de seguir con el lío económico, quiero saber qué hacen ustedes, si usted tomó de nuevo su fiscalía, si viven en Santiago, si están más tranquilos respecto de la situación del país, si este vértigo de las cuatro o más revoluciones no les ha dañado de modo particular, que dañarlos en general no lo dudo"317. A todas estas inquietudes Aguirre Cerda responde con precisión y cierta alegría: "...he formado con algunos colegas del profesorado, una sociedad denominada "Talleres de Industrias nacionales", con el fin de propagar la pequeña industria entre el elemento adulto de ambos sexos, en cursos cortos y prácticos. Ya hemos iniciado varios relativos a actividades en artículos que se importan innecesariamente: aceites comestibles e industriales, algunos productos químicos, juguetes en madera, confecciones para niños... Esta actividad me llena por completo el día, pues atiendo mi fundo (Viña Conchalí) y mi profesión de abogado. Renuncié a la Defensa Fiscal a la caída de Montero. En política no tengo intervención alguna, y ni siquiera estoy inscrito en la Asamblea. Acaban de traerme una solicitud de más de un centenar de asambleístas en que me piden que me reincorpore. Contestaré que volveré más tarde cuando haya mayor quietud..."318. No están exentas de las preocupaciones de Gabriela Mistral aquellas que se generan a partir de la coyuntura política doméstica y cotidiana. En diciembre de 1936, pregunta a Aguirre con genuina preocupación: "¿Cómo están Uds.? Yo acabo de saber en nuestro consulado aquel atentado contra Grove que me ha hecho volar el pensamiento hacia Ud. Aunque tenga Ud. todo lo que a Grove falta: mesura y sentido cabal de las responsabilidades; guárdese mi amigo. El mundo va entrando en una antesala de guerra civil; la vida suya es preciosa para nuestro país y para sus amigos y no es un exceso el alarmarme yo por Ud. al leer ese telegrama"319.
Por último, y reuniendo este ámbito de la intimidad y de la política, resulta sorprendente su vaticinio de 1926, lleno de cariño: "Tarde o temprano usted será Presidente de Chile. Bueno es que oiga a los pesimistas, aunque usted, como todos los fuertes y los felices, sea un optimista, porque el pesimismo atempera y sirve a su modo como los amargos en medicina"320. Otro tema recurrente en este ámbito de la intimidad alude a la reiterada presencia de la esposa de Aguirre, señora Juana Aguirre. Las referencias a ella son demasiado insistentes como para no considerarlas.
En algunas oportunidades la alusión consiste simplemente en saludarlos en plural: "¿Cómo están Uds.?"321; o aludiéndolo y haciendo extensivo sus saludos: "Respetado y querido amigo: ¿Cómo están Uds?"322, o con mayor elocuencia: "¿Cómo están Uds.? Yo les recuerdo con el cariño, el agradecimiento y la distinción de siempre"323. Otras veces la alusión reviste alguna formalidad. Puede ser el final epistolar de la profesora primaria: "A la señora, finos recuerdos. Lucila"324, o "A Ud. y a su señora, saludos con cariño respetuoso. Gabriela."325; o la formalidad de las comunicaciones oficiales: "Acepten Ud. y señora mi mejor recuerdo"326, o "A usted y a su señora con respeto y cariño muy leales, su servidora y amiga, L.G."327. O puede ser la indecisa mezcla del formalismo y la familiaridad; una suerte de afecto reprimido: "A Ud. y su compañera saluda con respetuoso afecto. L.G."328, o "He estado todo este tiempo por ir a saludar a usted y a su señora..."329, el mismo que finalmente se expresa sin mayor tapujo: "Un saludo muy cariñoso para la señora, mi agradecimiento por su nueva fineza..."330, o bien a ambos: "Les pienso mucho, les quiero y les acompaño. Gabriela M."331. Siguiendo todavía en esta relación formal, los textos se atreven a ser más explícitos. Le da cuenta que "Pasé a saludar a la Sra. Juanita y no tuve el gusto de encontrarla"332, o que "... pasé por su casa, a agradecer su visita a su señora y... no los encontré. Un respetuoso y cariñoso saludo de su servidora muy obligada. L.G"333. En este mismo ambiente, le escribe con un objetivo más preciso: "Le escribo...para mandarle por paquete postal mi Libro, el que he dedicado a usted y a su compañera..."334, o "Le mando, para la señora, un libro mío, que no sé si ella tiene"335. El texto adquiere progresiva familiaridad, y al escribirles desde La Serena les dice: "Saludo a Ud. y a la señora, recordándolos en su campo verde..."336, o al recordarlos desde tierras más lejanas "Le saludo y le recuerdo, desde esta llanura de la Umbría, parecida a nuestro campo chileno, y le pido dar ese mismo saludo a la señora Juanita"337, o bien "El saludo y el recuerdo leal y agradecido de su vieja amiga para la señora y usted. Gabriela"338. También el texto se abre a cierto lirismo solemne: "Recuerdo siempre a su señora que le da a Ud. tan linda sombra de paz y de cariño. Que Dios les guarde en estos momentos obscuros..."339, o "Un gran abrazo para los dos amigos queridos, de cara presente, a pesar de los años y de nombre y de recuerdos vivos en mi corazón. Les piensa siempre y más, mientras envejezco. Gabriela"340, o bien "Un abrazo para la señora..."341. Momento importante es aquel en que se utiliza el nombre propio. En principio también con solemnidad "Recuerdos muy finos a doña Juanita y para usted el agradecimiento profundo de su vieja amiga, que le está resultando su pesadilla extranjera... Mil y mil perdones. Gabriela"342, pero adquiere cercanía "Un abrazo a Juanita y a Ud. toda la gratitud de su vieja amiga. Gabriela."343, y cariño entrañable: "Juanita y don Pedro, Dios nos tenga de su mano y salve nuestra tierra. Dios le cuide para ella y les ahorre mayores penas y zozobras. Su vieja amiga que les abraza estrechamente deseando tanto verles y oírles. Gabriela"344.
Y en la mayor familiaridad se sitúan los encargos. Uno muy raro, pues se mezclan los destinatarios y los lectores de la carta: "A doña Juanita y a Ud. todos mis buenos deseos y un abrazo tierno de su vieja amiga, Gabriela. A Doña Juanita, le ruego leer esta carta y contarla a Don Pedro. G."345. Otro mucho más concreto, a propósito de una exposición femenina que se realizaba en Santiago, y a la que habían invitado a Gabriela Mistral, en la que nuevamente se mezclan los destinatarios: "Va una cartita breve, dirigida a las señoras organizadoras, que ruego a la señora Juanita llevar por mí al lugar de las reuniones. En ella les digo que, por medio de una carta particular a su esposa, la presente, yo les doy los únicos datos que puedo ofrecer desde tan lejos. Yo le agradezco desde luego la fineza a su señora"346. Después de los encargos, la oferta de mayor cercanía: "P.D. ¿No se le ofrece ningún encargo a la señora y a usted en Italia, Suiza o España? Con mucho gusto lo haría, don Pedro"347. Existen, finalmente, algunas situaciones misceláneas en las que esta intimidad se hace palmariamente presente.
Tempranamente y como lo anotáremos más arriba348, en 1920 Gabriela Mistral, que reside en Temuco, le cuenta apesadumbrada "Lamenté que en su gira al sur no alcanzara hasta nuestro pueblo. Quiero contarle algo sobre mi estada en ésta. La ciudad es como tantas del país, infinitamente inferior a P. Arenas en sentido de calidad de población, de nivel de cultura, etc. Pero hay por lo mismo "una más aguda invitación a la siembra de ideales"349. De paso por Estados Unidos, en camino a Europa durante 1924, también tuvo oportunidad de acordarse de su amigo: "En Nueva York, les recordamos con el señor Inman. Me habló de su casa como de las cosas más gratas que conoció en Chile, y de usted como la esperanza más fuerte que él y otros tienen para la seriedad de la vida política..."350. Y la cercanía más manifiesta se trasunta después, a poco de darle la bienvenida al continente europeo, en 1928, cuando le cuenta de que "Yo he estado en Grasse (detrás de Cannes), viendo un poco la industria de los perfumes -muy linda- y de ahí me vine a Madrid. Vuelvo a Marsella en 14 días más a recibir a otra colega mexicana, que llega a Francia...", para pasar luego a manifestarle un asunto complejo: "Me da mucha pena, don Pedro, darle una molestia material y fea, que no es de mi uso.
Hace seis meses, hice el préstamo de la mitad de mi subvención a una Dra. mexicana que quiso comprar en París unos aparatos de su clínica. (Ud. sabe cuánto le debo yo a esta gente buena). Creí no necesitar este dinero en el año en curso. Pero resulta que lo necesito y pronto, y yo le di a ella plazo de pago hasta abril de 1929.
Necesito 4.000 pesos chilenos para mis gastos de vida y tengo que pedirlos a Ud., con pena, con mucha pena, porque Ud. anda fuera de su tierra, lo que no es situación propicia ni holgada. Me atrevo a esto porque cuento con la seguridad del pago para abril. Se trata de persona solvente y honorable. No descansaría en mis pocos recursos para prometerle a Ud. el pago próximo y no le solicitaría este duro favor viéndole de viaje"351. No sabemos a ciencia cierta cómo terminó este enojoso asunto de dinero y préstamos. El cariño, en todo caso se mantiene, cuando al finalizar el año 1932, de importantes zozobras para la política chilena, les dice a Aguirre y señora: "Espero que, aparte de estas novedades acres de la política, ustedes y no tengan otras malas (sic). Que se hallen sanos -son de muy buena pasta chilena- y alegres de salir de la cisterna de este año"352. Y la cercanía de la intimidad se manifiesta por último cuando habla de sus achaques. En alguna oportunidad les comenta que "Mi salud se endereza, porque este invierno ha sido relativamente dulce. Pero tengo recaídas frecuentes y vivo con un régimen de dieta muy duro"353, y en otra oportunidad definitivamente se excusa con algo de desagrado por su condición de postrada temporal: "P.D. No le escribo más por la molestia que da mi letra. La máquina no me la dejan en la cama"354. Ejerciendo Aguirre la Presidencia de la República, Gabriela Mistral deja entrever particular cercanía. A propósito de algunos comentarios de la prensa, le dice a Frei en junio de 1940: "Nunca he entendido el odio negro y ciego de J. Prieto hacia (él, porque) Aguirre que ha sido muy poco odiado en su vida: no tiene pasiones envenenadas y hay en él una especie de humor cordial empleando la palabra medieval"355, y le confiesa con sinceridad: "Me da mucho dolor sentir el tono agrio y grosero en que se ha puesto la prensa de los dos cabos (de Chile). Es muy mal camino; la intemperancia de lengua lleva a los puños y la procacidad no (honra) da honra a ninguna lucha..."356, y concluye con desparpajo: "Voy a decir algo de esto al Presidente"357.
EPÍLOGO
El 25 de noviembre de 1941 falleció Pedro Aguirre Cerda.
Pocos días después, con congoja y algún remordimiento, Gabriela Mistral en una carta fechada en Petrópolis, Brasil, el 15 de diciembre, dirigida conjuntamente a "Carmela Echenique, Carlos Errázuriz, Tomic y Frei" les comenta: "La prensa ha tratado aquí, sin embargo, con una generosidad enorme al Presidente Aguirre; ha sido una explosión de alabanzas"358. Sus párrafos finales están llenos de una extraña mezcla de pena, nostalgia, admiración y cristiana esperanza: "La noticia de la muerte de D. Pedro nos asombró aquí creo que a todos; se había dicho y asegurado que su enfermedad, no era real. Todavía me cuesta creerla y guardo cierto remordimiento respecto de él: dejé de escribirle, por verle atollado en su marisma de masones y de comunistoides; me pareció inútil e ingenuo: en él no podían sino sus allegados. Pero es la verdad que se ha muerto un hombre bueno, cuyos errores uno por uno no pueden contarse como cosa salida de raíces malas suyas sino de esto más o menos: su bondad niña de chileno viejo, casi de hacendado crédulo; su fidelidad a amigos a quienes se dió, porque la derecha no le ofreció otros; su profunda ignorancia de la situación del mundo europeo y de lo que ocurre en este momento; la fatalidad de ser masón y la mentalidad de éstos, que es de la mediocridad y de la angostura que sabemos. Dios lo haya recibido en su reino, porque tuvo una disidencia muy importante respecto del chileno: no tenía crueldad ni matonería, y estos vicios son tan graves en nuestra raza que han de ser muy odiosos al Señor. Me interesa mucho saber si solo recibió la extremaunción o si realmente se confesó. Dígame algo de ello uno de ustedes"359. Palabras tanto o más sentidas debe haber dirigido Gabriela Mistral a Juanita Aguirre de Aguirre Cerda con ocasión de la muerte de su esposo. No tenemos conocimiento de esa carta, pero su cercanía y emoción pueden imaginarse a partir de las reflexiones que la viuda le envía a la Mistral. Casi nueve meses después de la muerte de Aguirre, parte por solicitar "Disculpe mi tardanza en contestar a sus palabras tan comprensivas y cariñosas, esperaba un poco de tranquilidad, todavía no lo consigo, estoy abatida, anonadada ante la horrible fatalidad que me arrebató mi marido ejemplar, cariñoso, que nos comprendíamos tan bien.
No hay nada que me consuele ni distraiga, es una apatía una indiferencia tan grande por todo lo de esta vida, vivo exclusivamente de su recuerdo, pasan los días y los meses y no puedo reaccionar, sigo viviendo a su lado sus últimos días, parece que no tengo memoria más que para recordar esos momentos de tanta angustia y desesperación"360.
Con esa tristeza, entra a continuación, en los recuerdos más íntimos -ciertamente idealizados-, que da a conocer a la amiga lejana: "La enfermedad de Pedro fue una cosa tan rápida tan sorpresiva se puede decir traicionera. Yo lo veía trabajar demasiado hacer una vida muy encerrado y casi sin ninguna distracción, esto me preocupaba mucho e hice todo lo que pude porque cambiara sistema de vida pero todo fue inútil, no se dejaba tiempo para eso, siempre cargado de preocupaciones y recibiendo a diario desengaños y malos ratos.
Fueron muy pocos los verdaderos amigos, no encontró cooperación, primaba en la gente que lo rodeaba el interés personal o de partido y obstaculizaban todas sus iniciativas que eran siempre inspiradas y tendientes a dar facilidades y bienestar a su pueblo tan abandonado y que él quería tanto"361. Y concluye con algo más de esperanza: "La gente humilde lo comprendió mejor y el cariño que esa gente siempre le manifestó le dio grandes consuelos..."362. Expresiones semejantes -y que acaso habían quedado sonando en la mente de su esposa- había tenido con ocasión de sus funerales el Arzobispo de Santiago, quien en su oración fúnebre afirmó: "Tuvo razón el pueblo para amarlo y tiene razón para llorarlo y rendirle el más sentido homenaje de gratitud"363.
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1 Este párrafo está tomado de la revista Hoy Nº 333, de 7 de abril de 1938. Lo transcribe Luis Palma Zúñiga: Pedro Aguirre Cerda. Maestro - Estadista - Gobernante; Santiago, 1963, 131. También lo cita parcialmente Volodia Teitelboim en: Gabriela Mistral, pública y secreta; Santiago, 1991, 2ª Edición, 79. Jaime Quezada en la Cronología. Gabriela Mistral a través de su vida (1889-1957) que acompaña la publicación de: Gabriela Mistral: Poesías Completas; Estudio preliminar y referencias cronológicas de Jaime Quezada; Santiago, 2001, señala que fue en 1916 cuando Gabriela Mistral "conoce en Pocuro, lugarejo a no más de dos kilómetros de Los Andes, al profesor, abogado y político radical Pedro Aguirre Cerda (1879-1941), que será, desde entonces, su amigo y protector", 747.
2 Teitelboim: op. cit., 79. Ese es texto del Decreto 216, de 15 de febrero de 1918.
3 Estas observaciones las expresa en un artículo titulado: "La Antártida y el pueblo magallánico" que está fechado en octubre de 1948, es decir varios años después de la muerte de Aguirre, que había tenido lugar en noviembre de 1941. Eso explica esta alusión de "venerado amigo". El artículo en cuestión lo transcribe Roque Esteban Scarpa, en: Gabriela anda por el mundo. Santiago, 1978, 369.
4 Cf. Luis Valencia Avaria: Anales de la República; Santiago, 1951, Tomo I, 389-390. Juan Luis Sanfuentes A. nació en Santiago el 27 de diciembre de 1858. Abogado Diputado (1888-1891), Senador (1900-1915), Ministro de Hacienda (1901) y Presidente de la República entre el 23 de diciembre de 1915 y el 23 de diciembre de 1920.
5 Ver Maríe-Lise Gazarian Gautier: "Gabriela Mistral. La maestra de Elqui". En Antología Mayor Gabriela Mistral. Vida y obra. Santiago, 1992. Vol. IV, 27 y 28.
6 Ver: Documentos para Conocer. Epistolario de Gabriela Mistral, en Mapocho, Biblioteca Nacional, Santiago de Chile, Nº 24, 1977, 175 (en adelante: Mapocho). Carta sin fecha ni lugar de procedencia. En Antología Mayor de Gabriela Mistral, Santiago, 1992. Vol. III. Prólogo, Selección y Notas de Luis Vargas Saavedra, 67 la transcribe como Carta II y la data tentativamente en ¿1919? En adelante: Antología...
7 Ibidem. Sara del Campo fue la esposa de Pedro Montt Montt, quien ocupó la Presidencia de la República entre 1906 y 1910. Viajó a Buenos Aires en 1918, y escribió en El Mercurio del 21 de junio de 1924 un artículo titulado "Ayer y Hoy", en que combatió el divorcio, la separación de la Iglesia del Estado y la laicización de la enseñanza. "Durante la Presidencia del Sr. Montt fue ella el alma de muchas situaciones y combinaciones políticas y muchos Ministros le debieron su nombramiento y su permanencia en el Gobierno". Cf. V. Figueroa: Diccionario Histórico, Biográfico y Bibliográfico de Chile, Santiago, 1928, Tomo II, 325. Delia Matte casada con Salvador Izquierdo. Fundadora en 1916, y posteriormente organizadora, del Club de Señoras de Santiago. De "Dora Alcalde", el "Señor Iñiguez" y de la "Señora Brandau" no nos ha sido posible conseguir más información que la señalada en el texto de Gabriela Mistral.
8 Vargas: Antología... 71 ha publicado esta Carta identificándola con el número III. En ella Gabriela Mistral hace un largo recuento de los problemas que tuvo en la ciudad de La Serena en los inicios de su carrera pedagógica, y parte de la cual transcribimos en infra. Cap. IV: 74.
9 En 1905 ejerció una ayudantía en la Escuela de La Compañía, una aldea vecina a Vicuña, su ciudad natal; en 1907 fue Inspectora en el Liceo de niñas de La Serena. En 1908 sirve en una escuela en La Cantera, y en 1909 se desempeña como maestra en la escuela de Los Cerrillos (camino a Ovalle). Véase: "Breve Nota Biográfica de Gabriela Mistral". Política y Espíritu Nº 355, Santiago, Año XXX, 44. Edición especial de homenaje a Gabriela Mistral. Esta Nota Biográfica fue publicada originalmente en la revista Orfeo, Edición Especial de Homenaje, 1967, 43. Ver también: Pedro Pablo Zegers: Cronología, en Antología Mayor..., op. cit. Tomo I, 191 y 120.
10 Ver Vargas: Antología Mayor..., op. cit. 72.
11 Mapocho 176. Carta fechada el 1 de junio de 1920 en Temuco, Vargas en Antología..., op. cit., 73-74, la transcribe como Carta IV. Parte de ella ha sido citada por Roque Esteban Scarpa: La desterrada en su patria (Gabriela Mistral en Magallanes: 1918-1920), Santiago, 1977, Tomo II, 306; y también por Teitelboim, op. cit., 113.
12 Puede presumirse, por el contenido y circunstancias, que se trata del año 1920, puesto que en mayo de 1921 Gabriela Mistral está en Santiago, como directora del recién creado Liceo Nº 6 de Niñas.
13 Mapocho 177. Carta fechada el 20 de septiembre (de 1920?), en Temuco. Vargas en Antología..., op. cit., 74 la transcribe como Carta VI. Las mayúsculas son del original. La expresión "al 5" se refiere al Liceo de Niñas Nº 5 de Santiago. Amanda Labarca es en realidad Amanda Pinto que, al contraer matrimonio con Guillermo Labarca Huberston, pasó a firmarse como Amanda Labarca. Nació en 1886. Estudió en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, y en las Universidades de Columbia y La Sorbonne. Fue directora de Liceo, profesora universitaria, presidenta de las Mujeres de Chile, y dirigenta sufragista. Autora de varias obras, entre las que destacan: A dónde va la mujer?; Santiago, 1934, 262; e Historia de la enseñanza en Chile, Santiago, 1939, 348. Guillermo Labarca H. (1879 - 1954) fue Ministro de Defensa durante el gobierno de Aguirre Cerda entre abril de 1939 y enero de 1940, y Ministro del Interior entre diciembre de 1939 y febrero de 1940 y entre agosto y diciembre de 1940. Ricardo Valdés Bustamante se incorporó como senador por Cautín el 7 de octubre de 1920, a la muerte del titular, José María Valderrama, y ejerció esas funciones hasta mayo de 1924. Véase. L. Valencia Avaria: op. cit., Vol. II, 439 y 451.
14 Cf. Teitelboim, op. cit., 114 citando a Sergio Fernández L.: Cartas de amor de Gabriela Mistral, Santiago, 1978, Carta XXVIII, 172. Juan Duval, como queda dicho, era el pseudónimo que utilizaba Ricardo Valdés B. para sus críticas literarias en la revista Sucesos. En el N° 758 de 5 de abril de 1917 se refiere al poema "Al Padre", que Gabriela Mistral había publicado en otra revista -La Silueta- en enero de 1917, calificando de "una maravilla de extravío intelectual y decadentismo poético", y agregaba "si la poetisa ha pretendido expresar el mayor número de disparates en tan pocas líneas, ha logrado ampliamente su objetivo". Las críticas continuaron en el N° 759 de 12 de abril de 1917 incluyéndola entre "los versistas de la actual generación (que) manifiestan olímpico desdén por los modelos clásicos y se malogran en el vano empeño de crear formas nuevas para sus elucubraciones desgraciadas". La obra de la Mistral fue defendida por Luis Meléndez en una carta a la revista a la cual, naturalmente, Duval respondió. Más tarde Armando Donoso terció en la polémica a favor de la Mistral, y los dichos y entredichos de ambos se prolongaron hasta los números de la revista Sucesos correspondientes al mes de junio de 1917. Sobre Armando Donoso véase infra. Nota 53. Debo esta información a la gentileza de David Home V. Manuel Magallanes Moure nació en La Serena en 1878. Desde niño mostró una marcada preferencia por la poesía y las letras, constituyéndose con el correr del tiempo en una destacada figura del panorama literario del país. Perteneció al Grupo de los Diez, pequeño círculo de intelectuales de variadas actividades, cuya creación artística se inspiraba en los postulados de León Tolstoi. Aunque falleció a la edad de 48 años, dejó una amplia obra poética reunida en Facetas, La casa junto al mar y Florilegio.
15 Mapocho 178. Carta fechada el 16 de mayo de 1921 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 78, la transcribe como Carta VII.
16 Véase: "Breve Nota Biográfica de Gabriela Mistral". Ver nota 9. José de Vasconcelos (1882-1959) escritor y político mexicano. Realizó una importante labor de difusión cultural desde la Secretaría de Educación Pública de su país, y ocupó el cargo de Rector de la Universidad Nacional. Vivió en exilio entre 1929 y 1940. Sus Obras Completas, 4 vols., 1958-1962, incluyen su labor como dramaturgo, sus ensayos y otros escritos.
17 Mapocho 182. Carta fechada el 1 de enero de 1923 en México, San Ángel, D.F. Vargas en Antología..., op. cit., 99 a 102 la transcribe como Carta XI. Como se ha señalado más arriba, fue en el curso de este año 1923 que la Universidad de Chile le concedió el título de Profesora de Castellano. Enrique Molina Garmendia nació en La Serena el 4 de agosto de 1871 y falleció en 1964. Profesor de Historia y Abogado. Fundador y, por muchos años, Rector de la Universidad de Concepción. Entre sus trabajos más importantes figuran: La herencia moral de la filosofía griega; Santiago, 1957, 3ª Edición, 215 ; y La filosofía en Chile en la primera mitad del siglo XX: notas y recuerdos; Santiago, 1953, 2ª Edición, 164.
18 Vargas: Antología..., op. cit., 96. Carta VI a Eduardo Barrios, fechada en México el 31 de diciembre de 1992 (sic). Eduardo Barrios Hudtwalcker (1884-1963). Ministro de Instrucción Pública en 1927, y de Educación en 1953. Director General de Bibliotecas y Museos (1953-1960). Premio Nacional de Literatura en 1946. Sus principales publicaciones: Gran señor y rajadiablos; Santiago, 1948, 494; y El niño que enloqueció de amor; Santiago, 1960, 140.
21 Mapocho 184. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII. Lo referente a "la altura de Santiago" parece ser un pretexto, bastante pueril, para evitar quedarse en Chile, y en particular en Santiago. Ida Corbat fue profesora y directora de Liceo en Santiago. Vagas referencias de ella entrega Gabriela Mistral en una carta a Eduardo Barrios de fecha 31 de diciembre de 1922 desde México. Ver Vargas: Antología..., op. cit. 95. A ella le dirige una carta, desde México, en mayo de 1923, que aparece en Vargas: Antología..., op. cit. 111. Beltrán Mathieu Andrews. Nació en Concepción c. 1850. Abogado, fue Diputado entre 1891 y 1896 y Ministro de Estado en distintos Departamentos entre 1901 y 1910. Gran parte de su vida la dedicó a la actividad diplomática en distintos países americanos y europeos. Residió en París desde 1927 hasta su muerte. Luis Barros Borgoño ocupaba a la sazón el cargo de Vicepresidente de la República en su calidad de Ministro del Interior y en virtud de un permiso concedido por el Congreso al Presidente Arturo Alessandri por seis meses para ausentarse del país (1858 - 1943). Abogado, ejerció en varias oportunidades el cargo de Ministro de Estado. Candidato presidencial en las elecciones de 1920, fue derrotado por Arturo Alessandri. Escribió varias obras de carácter histórico entre las que destaca: La misión del vicario apostólico don Juan Muzi: notas para la historia de Chile (1823-1825); Santiago, 1883, 363, y La Caja de Crédito Hipotecario; Santiago, 1897, 321 Ernesto Barros Jarpa ocupaba en ese momento el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores. Nació en Chillán el 7 de julio de 1894 y falleció el 7 de julio de 1977. Abogado, Ministro de Estado, en varios Departamentos, especialmente Relaciones Exteriores. Miembro de varias misiones diplomáticas, fue autor de numerosas obras entre las que destacan: Hacia la solución: apuntaciones al margen de la negociación chileno-peruana de 1921; Santiago, 1922, 363, y Derecho Internacional Público; Santiago, 1932, 165 Jorge Matte Gormaz, nació en Santiago en 1876. Abogado, representó al Partido Liberal en la Cámara de Diputados. Ministro de Estado en varios Departamentos, especialmente en Relaciones Exteriores. Colega de Pedro Aguirre Cerda en el primer gabinete de Arturo Alessandri en 1920.
22 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII. Enrique Diez Canedo (1879-1944). Crítico teatral español y periodista de larga trayectoria. Sus escritos fueron publicados en El Globo de Madrid, en la Revista España, el diario El Sol y La Voz. Existe un trabajo de su autoría titulado "La juventud de Mistral" publicado en El Universal de Caracas, el 8 de junio de 1930. Representante diplomático de su país en Uruguay y Argentina. Profesor de la Universidad Nacional de México hasta su muerte y colaborador del diario Excélsior de esa ciudad. Entre sus trabajos más importantes se encuentran: El teatro y sus enemigos; México, La Casa de España en México, 1939, 163; y Letras de América; México, 1983 2ª Ed., 368 En Vargas: Antología... op. cit. 300-302 se publica una carta que, con fecha 5 de septiembre de 1939, le dirige Gabriela Mistral en conjunto con Alfonso Reyes.
Marcelle Auclair, intelectual francesa que residió algún tiempo en Chile en la década de 1920. Más tarde en Francia, fue cofundadora de la revista Marie Claire. Existe un trabajo del que es autora, titulado "Gabriela Mistral, Prix Nobel" publicado en Les Nouvelles Littéraires, 995, del 22 de noviembre de 1945. Traductora al francés de Santa Teresa de Avila y de Federico García Lorca. Entre sus trabajos más importantes pueden señalarse: La vie de Sainte Thérèse dAvila; París, 1950, 395, y Enfances et mort de Garcia Lorca; París, 1968, 400. Palma Guillén de Nicolau, falleció en 1975. Fue la funcionaria del Ministerio de Educación mexicano que Vasconcelos puso a disposición de Gabriela Mistral cuando esta llegó a Mexico en 1922. Fue Jefa del Departamento de Educación Secundaria de su país en 1932, y Ministra Plenipotenciaria de México en Colombia en 1935 y en Dinamarca en 1936. Gabriela Mistral le dedicó el libro "Tala". Guillén redactó en 1966 una suerte de Prólogo a la reedición de Lecturas para Mujeres que publicó en México la Editorial Porrúa, en 1967.
23 Mapocho 188. Carta fechada en Santiago 6 de mayo, sin especificar año. Vargas en Antología..., op. cit., 141-142 la transcribe como Carta XIV. Jaime Quezada en Escritos Políticos de Gabriela Mistral; Santiago, Editorial F.C.E., 1994, la transcribe con el Nº I en las 94-95 y la sitúa presumiblemente en 1926.
24 Mapocho 190-191. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II. Joaquín Edwards Bello (1893 - 1968). Periodista, novelista y cuentista, recibió el Premio Nacional de Literatura en 1943. Entre sus escritos más importantes se cuentan: La chica del Crillón; Santiago, 1935, 278, y En el viejo Almendral, Santiago, 1943, 635. Sobre Jorge Matte G., véase supra, nota Nº 21. No sabemos con certeza a quién se refiere como "señor Quezada". Puede tratarse de Armando Quezada Acharán (1873 - 1936). Ministro de Estado en varias oportunidades y en distintos Departamentos. Ministro Plenipotenciario de Chile en Francia entre 1922 y 1928. Rector de la Universidad de Chile 1929-1930. Fue Presidente del Partido Radical, y Serenísimo Gran Maestro de la Masonería chilena en 1930.
25 Mapocho 191. Ibidem. Las mayúsculas son del original. Sobre Jorge Matte G., véase supra, nota Nº 21.
26 Mapocho 207-208. Carta fechada el 10 de julio de 1930 en Ligure. Vargas en Antología..., op. cit., 184-185 la transcribe como Carta XIX.
27 Mapocho 208. Carta fechada en Hamburgo el 30 de diciembre de 1936. Vargas en Antología..., op. cit., 260-262 la transcribe como Carta XXV.
28 Se designa con este nombre a la persona que no siendo funcionario perteneciente a la carrera diplomática ejerce ciertas representaciones consulares en virtud de su relevancia en una determinada área. En general, este cargo se concede ad honorem o con asignaciones de presupuesto limitadas. Agradezco la información facilitada por David Home V.
29 Mapocho 201-202. Carta fechada el 3 de noviembre de 1932 en Cavi di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 198-200 la transcribe como Carta XX. Quezada en Escritos..., op. cit., 101-102, transcribe algunos fragmentos como Carta IV. Sobre Jorge Matte G. véase supra, nota Nº 21.
31 Mapocho 202. Ibidem. Laura Polizzi. No disponemos de datos fehacientes de esta persona. Hay una referencia a ella en una carta a Eduardo Barrios publicada en Vargas: Antología..., op. cit. 102. Maximiliano Salas Marchan fue profesor y experto en asuntos educacionales. Realizó estudios sobre el particular en Estados Unidos y dictó a su regreso a Chile una serie de Conferencias que refundió en una obra titulada Tendencias actuales de la educación norteamericana (1924). Fue Visitador de Escuelas Normales (1926) y Director General de Instrucción Primaria en 1931.
32 Ver Maríe-Lise Gazarian Gautier: Gabriela Mistral. La maestra de Elqui..., op. cit., 50.
33 Mapocho 195-196. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934, pero debe corresponder a 1933, en virtud de la fecha de la respuesta de Aguirre. Quezada en Escritos... op. cit., 102 a 106, transcribe algunos fragmentos como Carta V. En una carta de Gabriela Mistral a Eduardo Frei, fechada en Jacksonville, Estados Unidos, el 5 de enero de 1939 se refiere extensamente a su hermana en términos muy semejantes a los transcritos más arriba. Y entrega más antecedentes. Se trata de doña Emelina Molina Alcayaga viuda de Barraza, que tenía a esa fecha, según lo que señala, 70 años. Le dice a Frei al respecto: "Ella es solo mi hermana de madre". "Ella me crió; es como mi madre. Ella me educó en su escuela. Mi "Maestra rural" es ella". Ver más antecedentes en Vargas: Antología ... o p. cit. 286.
Sobre Laura Polizzi, ver supra Nota N° 31.
"Zacarías Gómez... tiene su casa o su librería en Catedral 1246, Librería Oriental" es la indicación que Gabriela Mistral le da a Eduardo Frei en carta fechada en Petrópolis en 28 de junio de 1941. Ver Vargas: Antología..., op. cit. 335. El señor Gómez, de origen español, pareciera que proveyó en algún tiempo a Gabriela Mistral de literatura esotérica. Corría con sus asuntos relativos al diario El Mercurio y parece haber sido el apoderado, en Santiago, de la hermana de Gabriela Mistral. En Vargas: Antología... op. cit. 372-448-461-471-482-533-534-575 se publican 9 cartas que Gabriela Mistral le envió entre los años 1943 y 1955.
34 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral fechada en Santiago el 24 de mayo de 1933. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile.
35 Mapocho 197. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934, pero debe corresponder a 1933, en virtud de la fecha de la respuesta de Aguirre. La situación "de control" a que se refiere alude a las restricciones para el giro de dinero establecido en Estados Unidos, como medida para hacer frente a los efectos de la crisis económica de 1929.
36 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral fechada en Santiago el 24 de mayo de 1933. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. El Control de Cambios era la oficina estatal dedicada a autorizar la salida de divisas al extranjero.
37 Véase: Marie-Lise Gautier: Gabriela Mistral... op. cit. 55. Miguel de Unamuno nació en 1864 y murió en 1936. Escritor y literato español, junto con la docencia universitaria ejerció también el periodismo. En 1901 fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca, desde donde salió al exilio por sus ataques a Primo de Rivera. En 1930 con el advenimiento de la República fue elegido Diputado a las Cortes por Salamanca y reincorporado al rectorado al que renunció en octubre de 1936. Entre sus obras figuran Vida de don Quijote y Sancho (1905), Andanzas y vivencias españolas (1922), siete volúmenes de ensayos, y San Manuel, bueno, mártir (1933). Guglielmo Ferrero nació en Potici en 1871 y murió en Ginebra en 1943. Historiador, criminalista, periodista y sociólogo italiano. Su obra histórica más relevante es Grandeza y decadencia de Roma (1902-1907). Liberal y antifascista, sufrió la prisión en la década de 1920, periodo en el cual escribió su obra clásica El poder. Los genios invisibles de la ciudad (1927). Emigró a Suiza en 1930 y enseñó en la Universidad de Ginebra y en el Instituto Superior de Estudios Internacionales. Romain Rolland nació en 1866 y murió en 1944. Escritor francés, ocupó en París una cátedra de historia del arte y de la música. Democrático y socializante, desarrolló las ideas del pacifismo y la no violencia. Autor de una serie de biografías de grandes artistas. Su obra narrativa Jean Christhophe (10 volúmenes, 1902 - 1912) describe la crisis de valores de la burguesía de principios de siglo. Premio Nobel de Literatura en 1915. Arturo Alessandri Palma nació en Longaví en 1869 y falleció en Santiago en 1950. Abogado. Fue diputado durante seis períodos entre 1897 y 1915. Senador por Tarapacá entre 1915 y 1920. Ministro de estado en varias oportunidades en diferentes carteras. Fue elegido Presidente de la República en 1920 nombrando como su primer Ministro del Interior a Pedro Aguirre Cerda y derrocado en 1925. En 1932 fue nuevamente elegido Presidente de la República hasta 1938 en que le correspondió entregar el mando a Pedro Aguirre Cerda. Posteriormente siguió desempeñándose como parlamentario y murió siendo Presidente del Senado.
38 Mapocho 206. Ibidem. No sabemos a cuál "Presidente" se refiere. Si fuera al Presidente de la República, se trataría de Arturo Alessandri puesto que la Carta debe corresponder al año 1934 o después pero, en todo caso, antes de 1938. Respecto del "Sr. Vicuña" hay un manifiesto error de nombres. En realidad se está refiriendo a Germán Vergara Donoso nacido en 1902. Abogado, ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores en 1921. Fue subsecretario del Ministerio desde 1931 a 1938. Más tarde cumplió misiones en España, en Argentina y en Gran Bretaña. Fue Ministro de Relaciones Exteriores en 1950. Agradezco a la señora Carmen Gloria Duhart de Vargas sus informaciones en este punto.
39 Vargas: Antología...op. cit., 224. Carta a Graciela Préndez de Menéndez, fechada en Ciudad Lineal, Madrid, 4 de septiembre de 1935. Graciela Préndez Saldías nació en Santiago el 30 de agosto de 1889 y falleció en 1952. Hija del poeta Pedro Nolasco Préndez, casó con Julio Menéndez Behety quien había nacido en Punta Arenas el 26 de marzo de 1887 y que falleció en 1941. Conocieron a Gabriela Mistral en Punta Arenas, cuando esta se desempeñaba como Directora del Liceo local. Debo esta información a la gentileza de la señora Julia Menéndez Préndez de Lecaros.
40 Mapocho 208. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo. Vargas en Antología..., op. cit., 260-262 la transcribe como Carta XXV. Carlos Errázuriz Ovalle, casado con Carmela Echenique se inició en la actividad diplomática como Cónsul de Chile en Zurich entre 1920 y 1937, lo fue también en Suecia entre 1939 y 1941, y en Canadá entre 1942 y 1945. En los años intermedios reside en Chile. Importante corresponsal de Gabriela Mistral; algunas de sus Cartas han sido publicada en: Vuestra Gabriela. Cartas inéditas de Gabriela Mistral a los Errázuriz Echenique y Tomic Erráruriz. Prólogo, Selección y Notas por Luis Vargas Saavedra; Santiago, 235 En adelante: Cartas Errázuriz-Tomic. Sobre el "Señor Vergara" véase supra nota 38.
41 Mapocho 209 Ibidem. Sobre Carlos Errázuriz Ovalle, véase supra, nota 40.
42 Mapocho 205. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI y la data en 1937 en Lisboa. Sobre Carlos Errázuriz, véase supra nota N° 40.
43 Véase: Cristián Gazmuri: Eduardo Frei Montalva y su época. Tomo I, Santiago, 2000, 253.
44 Querido Eduardo Frei. Cartas de Gabriela Mistral a Eduardo Frei. Prólogo, transcripción y notas de Luis Vargas Saavedra. Manuscrito inédito cedido gentilmente por el autor, cuya Introducción tiene fecha de febrero de 1988. Carta 1 fechada en Jacks. (Jacksonville) EE.UU., el 5 de enero de 1939, 15. De la correspondencia entre Gabriela Mistral y Eduardo Frei Montalva existen tres fuentes complementarias: El inédito, de que se ha dado cuenta más arriba, que contiene 25 cartas enviadas por Gabriela Mistral entre 1939 y 1950(?). El Tomo III de la Antología Mayor..., op. cit., dedicado a "Cartas", con Prólogo de Luis Vargas Saavedra, que transcribe 18 cartas enviadas por Gabriela Mistral entre 1939 y 1951, la última de las cuales, sin lugar de remitente ni fecha, pero presumiblemente de 1951, no aparece en el inédito de Luis Vargas antes señalado, en tanto que las 17 restantes sí aparecen reproducidas, con diferente numeración. La tercera fuente está constituida por: Eduardo Frei Montalva Memorias 1911 - 1934 y correspondencias con Gabriela Mistral y Jacques Maritain Santiago, 1989, con prólogo de Eugenio Ortega y Carmen Frei. En esta publicación se incluyen 10 cartas de Gabriela Mistral a Eduardo Frei enviadas entre 1939 y 1948. Nueve de ellas aparecen publicadas en el inédito de Luis Vargas antes citado, y una carta de fecha 12 de agosto de 1948 que no aparece ni en el inédito ni en la selección del tomo III de la Antología Mayor... op. cit. En el volumen de Memorias...de Eduardo Frei Montalva, se incluyen también 15 cartas de Eduardo Frei dirigidas a Gabriela Mistral entre el 3 de mayo de 1939 y el 17 de abril de 1951. En adelante se citará de preferencia la versión del trabajo inédito de Luis Vargas Querido Eduardo Frei... op. cit., con las dos excepciones señaladas, lo que se advertirá oportunamente cuando corresponda.
45 Ibid. 18. Carta 2 fechada en St. Agustine, Florida, 18 de enero de 1939. Sobre el "Sr. Vergara" véase supra. Nota 38.
48 Ibid. 22. Carta 4 fechada en Niza, el 23 de abril de 1939.
49 Mapocho 181. Carta fechada el 3 de octubre de 1922 en México. Vargas en Antología... op. cit., 90-91 la transcribe como Carta X. Sobre José de Vasconcelos, véase supra., nota 16.
50 Mapocho 179. Carta fechada el 10 de mayo de 1922 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 84-85, la transcribe como Carta IX.
51 Mapocho 179. Ibidem. De la señora Magdalena Fuenzalida y de su esposo, el señor Julio Zúñiga, no hemos podido recoger otros antecedentes que los entregados por Gabriela Mistral. Darío Salas Díaz, nació en 1881. Profesor Normalista en 1899, continuó sus estudios en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, titulándose de Profesor de Castellano y Francés, y llegando a ser Profesor del mismo Instituto a partir de 1910. Se graduó como Doctor en Pedagogía en la Universidad de New York, Director Nacional de Educación Primaria entre 1918 y 1927. Comisionado por el Gobierno realizó una gira por Estados Unidos y Europa tomando contacto con diversos centros educacionales. Decano de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales de la Universidad de Chile en 1931.
52 Mapocho 187. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII.
53 Mapocho 187. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII. Sobre Eduardo Barrios véase supra, nota 18. Armando Donoso Novoa, nació en Talca en 1888 y falleció en Santiago en 1946. Periodista y crítico literario. Redactor jefe del diario El Mercurio de Santiago y director de la revista Pacífico Magazine. Entre sus obras más importantes se cuentan: José Toribio Medina (1852-1930); Santiago, 1952, 55 + VII, Recuerdos de Cincuenta Años; Santiago, 1947, 446 + XII, y Pequeña antología de poetas chilenos contemporáneos, Santiago, 1917, 128 (Introducción de A. Donoso). La obra de A. Donoso a que se refiere es: Bilbao y su tiempo; Santiago, 1913, 206.
54 Mapocho 198. Carta fechada el 12 de octubre de 1934 en Madrid. Vargas en Antología..., op. cit., 211 la transcribe como Carta XXIII. No sabemos cuáles fueron los resultados de las actividades empresariales del señor Manuel Góngora Echenique. En todo caso puede consignarse que es autor de: Los derechos de la mujer casada; Madrid, 1920, 64.
55 Carta fechada el 1 de febrero de 1920 en Punta Arenas, en Vargas: Antología..., op. cit., 72. Fidelia Valdés, educadora, trabó amistad con Gabriela Mistral durante sus años de ejercicio docente en Los Andes. Algunos antecedentes al respecto entrega Mario Bahamonde S.: Gabriela Mistral en Antofagasta: años de forja y valentía; Santiago, 1980, 183 Puede consultarse también un artículo de Gustavo Rivera Flores: "La casa quinta de Gabriela Mistral en La Serena", publicado en el diario El Día (La Serena) el 19 de diciembre de 1975, 3, en el cual se da cuenta de la significación de Fidelia Valdés en la carrera pedagógica de Gabriela Mistral.
56 Mapocho 176. Carta fechada el 1 de junio de 1920 en Temuco. Vargas en Antología..., op. cit., 73-74, la transcribe como Carta IV.
57 Mapocho 176. Por los datos que Gabriela Mistral entrega parece evidente que el Sr. Bahamonde era un funcionario del Ministerio de Educación. En carta a Eduardo Barrios, fechada en México el 5 de abril de 1923, se confirma esta apreciación. Véase Vargas: Antología... op. cit. 105. De la Srta. Aránguiz a que alude, no nos ha sido posible conseguir mayores antecedentes.
58 Mapocho 177. Carta fechada el 20 de septiembre (de 1920?), en Temuco. Vargas en Antología..., op. cit., 74 la transcribe como Carta VI.
59 Mapocho 176-177. Carta fechada el 24 de abril de 1921 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 81 la transcribe como Carta VIII. De la Srta. F. Ramírez no hemos podido conseguir más datos que los entregados por G. Mistral. Sobre Darío Salas, véase supra, Nota 51. El Sr. Montebruno a que alude corresponde a Carlos Montebruno L., funcionario del Ministerio de Instrucción y autor de La enseñanza comercial en los países de Europa. Memoria presentada al señor Ministro de Instrucción Pública, en cumplimiento de la Comisión que el Supremo Gobierno de Chile se sirvió confiar al autor, con fecha 30 de mayo de 1908. Santiago, 1910, 463. La Sra. Dey a que se alude corresponde a Josefina Dey Giles. Profesora de Ciencias Biológicas y Química. Trabajó como Inspectora General del Liceo de Niñas N° 5 de Santiago y fue su Directora entre 1932 y 1947. Fue también colaboradora de la revista Zig-Zag y autora de un libro de poemas titulado Burbujas. Ver: Diccionario Biográfico de Chile, 8ª. Edición, Santiago, 1952, 353.
60 Mapocho 178. Carta fechada el 16 de mayo de 1921 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 78 la transcribe como Carta VII. Sobre la Sra. de Labarca, véase supra, Nota 13.
61 Mapocho 183. Carta fechada el 1 de enero de 1923 en México, San Ángel, D.F. Vargas en Antología..., op. cit., 99 a 102 la transcribe como Carta XI. De la Srta. Aránguiz y de Carmela Orellana no nos ha sido posible conseguir más antecedentes.
62 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
63 Mapocho 194. Carta sin fecha ni lugar pero en el curso de 1928, y pareciera estar escrita en Madrid, aún cuando trae como dirección una en Marseille. Vargas en Antología..., op. cit., 161-162 la transcribe como Carta XVII. Es probable que el "Ministro Alemparte" a que se refiere corresponda a Arturo Alemparte Quiroga, nacido en 1870, que hizo sus estudios de Derecho en la Universidad de Chile recibiendo el título de Abogado en 1900. Profesor de la Escuela Naval entre 1907 y 1912. Fue Diputado por Angol y Traiguén en las legislaturas 1915 - 1918 y 1918 - 1921. Ministro de Estado en las carteras de Justicia y Agricultura en varias oportunidades entre 1917 y 1927. Ministro plenipotenciario en Francia entre 1928 y 1931. Agradezco la información entregada por el señor José Miguel Barros.
64 Mapocho 203- 204-205. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI. El "Ministro Azócar" a que alude es Carlos Azócar Álvarez, que nació en Santiago en 1896, y que entre 1924 y 1927 fue secretario de la Legación de Chile en Bolivia. Fue Encargado de Negocios de Chile en Portugal entre 1930 y 1937. Gonzalo Zaldumbide (1884-1965). Novelista y ensayista ecuatoriano. Miembro Titular de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Entre sus trabajos se destaca: Egloga Trágica. Quito, 1962, 4ª Edición. La primera, realizada en 1956, fue completada con la antes citada. En el diario El Telégrafo de Guayaquil de 2 de agosto de 1938 se publica un trabajo de su autoría titulado "Cómo ve a Gabriela Mistral Gonzalo Zaldumbide". Sobre Carlos Errázuriz O., véase supra, nota 40.
65 Mapocho 209. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo. Vargas en Antología..., op. cit., 260 a 262 la transcribe como Carta XXV. Sobre el Sr. Vergara, véase supra, Nota Nº 38.
66 Por lo menos estuvo en Santiago entre los meses de mayo y junio. Hay reportajes sobre ella en Ercilla, IV, N° 159 (20 de mayo de 1938) y en Ercilla, IV, N° 164.
67 Carta sin fecha ni lugar de procedencia. En Quezada: Escritos..., op. cit., 105 citando a Vargas, Antología..., op. cit., 326, que la transcribe como Carta XXVII y la data el 25 de julio de 1940 en Río de Janeiro, Brasil. La cursiva es del original.
68 Una selección de la obra en prosa de Gabriela Mistral ha sido publicada por Roque Esteban Scarpa con el sugerente título de: Grandeza de los Oficios; Santiago, 1979.
70 Ver: Luis Palma Zúñiga: Pedro Aguirre..., op. cit., 28 y 36.
71 Carta fechada el 1 de febrero de 1920 en Punta Arenas. Transcrita por Vargas en Antología..., op. cit., 72 como Carta III.
72 Ibidem. De C. Sangüesa no nos ha sido posible conseguir más antecedentes.
73 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit.,135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
74 Mapocho 207. Carta fechada el 4 de mayo sin señalar ni año ni lugar, pero presumiblemente de 1933. Vargas en Antología..., op. cit., 208-209 la transcribe como Carta XXII y la data en 1934.
75 Mapocho 208. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo. Vargas en Antología..., op. cit., 260 a 262 la transcribe como Carta XXV.
76 Mapocho 190. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
77 Mapocho 205. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI.
78 Mapocho 186. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII.
81 Mapocho 189. Carta fechada en Santiago el 6 de mayo, sin especificar año. Vargas en Antología..., op. cit., 141-142 la transcribe como Carta XIV. Quezada en Escritos..., op. cit., la transcribe con el Nº I en las 94-95 y la data presumiblemente en 1926.
82 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
83 Mapocho 192. Carta fechada el 12 de octubre de 1927 sin especificar lugar, pero puede presumirse que procede de Francia. Vargas en Antología..., op. cit., 157-158 la transcribe como Carta XVI y la fecha en 1927 en París. Quezada en Escritos...op. cit., 99 a 101 la transcribe como Carta III.
84 Mapocho 193. Ibidem. De la Sra. Barrios no nos ha sido posible conseguir más antecedentes. Sobre Marcelle Auclair véase supra, nota 22. Concepción Valdés Valdés, esposa de Luis Marchant Pereira. Se dedicó a la organización y mantención de importantes obras de piedad y de beneficencia, junto a su hermano Ismael Valdés Valdés, Presidente de las Gotas de Leche. Anita Swinburn de Jordán. Fundadora, en 1903, en Santiago de la "Liga contra la Tuberculosis", de la cual fue presidenta y directora por más de veinte años. Esa entidad, a través de preventorios y sanatorios, se consagró a la prevención del contagio de la tisis y al combate de la enfermedad.
85 Mapocho 194. Carta sin fecha ni lugar pero en el curso de 1928, y pareciera estar escrita en Madrid, aun cuando trae como dirección una en Marseille. Vargas en Antología..., op. cit., 161-162 la transcribe como Carta XVII.
86 Mapocho 195. Carta fechada el 1 de marzo de 1930 en Cavi-di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 175 la transcribe como Carta XVIII.
87 Mapocho 208. Carta fechada el 10 de julio de 1930 en Ligure. Vargas en Antología..., op. cit., 184-185 la transcribe como Carta XIX.
88 Mapocho 201. Carta fechada el 3 de noviembre de 1932 en Cavi di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 198 a 200 la transcribe como Carta XX. Quezada en Escritos..., op. cit., 101-102, transcribe algunos fragmentos como Carta IV. Ni de Laura Polizzi ni del Ministro Rocco nos ha sido posible conseguir más antecedentes que los entregados por Gabriela Mistral.
89 Mapocho 197. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934. Quezada en Escritos..., op. cit., 102 a 104, transcribe algunos fragmentos como Carta V. Miguel Cruchaga Tocornal, nació en Santiago en 1869 y falleció en 1949. Abogado, fue profesor de la Universidad de Chile. Diputado, Senador y Ministro de Estado, en los Departamentos de Hacienda y, especialmente, de Relaciones Exteriores, entre 1932 y 1937. Ministro Plenipotenciario de Chile en varios países del mundo. Publicó trabajos sobre Derecho Internacional entre los que destacan sus Nociones de Derecho Internacional, Santiago, 1902, 2ª Ed., 529, Tercera Edición en Madrid, 1923-1925, 2 vols.
90 Mapocho 206-207. Carta fechada el 4 de mayo sin señalar ni año ni lugar, pero puede presumirse que se trata de 1933 porque Cruchaga era Ministro de Relaciones Exteriores desde el 24 de diciembre de 1932. Vargas en Antología..., op. cit., 208-209 la transcribe como Carta XXII. La invitación a Colombia había sido hecha por el Ministro de Educación Luis Eduardo Nieto Caballero, que nació en 1888 y falleció en 1957. Escritor y diplomático colombiano; desempeñó en varias oportunidades responsabilidades educacionales en su país. Autor, entre otras obras, de: Colombia joven; Libros colombianos; y Críticas, Bogotá, Ediciones Minerva, 1936, 159. Luis Sánchez Cerro (1889-1933). Militar y político peruano. Encabezó la rebelión militar que depuso al Presidente Leguía y presidió la Junta de Gobierno subsiguiente (agosto 1931). En unos comicios controlados por el ejército fue elegido Presidente (octubre 1931). Reprimió al partido Apra y se enfrentó en un conflicto armado con la República de Colombia. El 16 de abril de 1933 murió asesinado, antes de terminar su mandato. Respecto del "Sr. Vicuña" véase supra. Nota 38. Sobre Miguel Cruchaga T. véase la nota anterior.
91 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral fechada en Santiago el 24 de mayo de 1933. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile.
92 Mapocho 199-200. Carta sin fecha ni lugar de remitente. Vargas en Antología..., op. cit., 220-221 la transcribe como Carta XXIV y la data en Madrid en 1935. Las cursivas están destacadas en el original. Pablo Neruda nació en Parral en 1904 y falleció en Santiago en 1973. Poeta y diplomático, ejerció la representación consular chilena en Rangoon, Colombo, Batavia, Barcelona y Madrid. Embajador de Chile en Francia, entre 1970 y 1972. Premio Nacional de Literatura en 1945 y Premio Nobel de Literatura en 1971.
93 Mapocho 203-204. Carta sin fecha ni lugar de remitente, pero presumiblemente desde Portugal. Vargas en Antología..., op. cit., 263-264 la transcribe como Carta XXVI. Sobre Carlos Errázuriz Ovalle, véase supra, nota 40.
94 Mapocho 209. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo (Alemania). Vargas en Antología..., op. cit., 260-263 la transcribe como Carta XXV. Sobre Carlos Errázuriz Ovalle, véase supra, nota 40.
95 Mapocho 210. Ibidem. Sobre el Sr. Vergara véase supra, nota 38. El señor López a que se refiere corresponde a Hernán Alfonso López Pumarejo (1886-1959). Político colombiano. Dirigente del Partido Liberal fue dos veces Presidente de la República entre 1934-1938 y entre 1942-1945, oportunidad esta última en la que se vió obligado a dimitir y por lo tanto no alcanzó a terminar su mandato. Sobre Palma Guillén de Nicolau véase supra, nota 22.
96 Mapocho 209. Ibidem. La referencia es a Carlos Ibáñez del Campo (1877-1960), Presidente de la República entre 1927 y 1931 con carácter de dictador. Fue elegido democráticamente y con amplia mayoría de votos para un segundo período presidencial entre 1952 y 1958.97 De ella damos cuenta en el capítulo siguiente en el apartado relativo a la política chilena antes del gobierno de Aguirre Cerda. Ver infra, capítulo III.
98 Mapocho 180-181. Carta fechada el 3 de octubre de 1922 en México. Vargas en Antología..., op. cit., 90 a 91 la ranscribe como Carta X.
100 Mapocho 182 183. Carta fechada el 1 de enero de 1923 en México, San Ángel, D.F. Vargas en Antología..., op. cit., 99 a 102 la transcribe como Carta IX.
101 Mapocho 188. Carta fechada en Santiago el 6 de mayo, sin especificar año. Vargas en Antología..., op. cit., 141-142 la transcribe como Carta XIV. Quezada en Escritos..., op. cit., transcribe esta Carta con el Nº I en las 94-95. La sitúa presumiblemente en 1926.102 Mapocho 190. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau (Francia). Vargas en Antología..., op. cit., 144-146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
105 Mapocho 199. Carta sin fecha ni lugar de remitente. Vargas en Antología..., op. cit., 220 - 202 la transcribe como Carta XXIV y la data en 1935 en Madrid.
106 Mapocho 203. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI. Benito Mussolini. Jefe de Gobierno en Italia entre 1922 y 1943.
107 Mapocho 210. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo. Vargas en Antología..., op. cit., 260 a 262 la transcribe como Carta XXV. Francisco Franco B., Jefe de Estado de España 1936-1976. Antonio de Oliveira Salazar, Jefe de Estado de Portugal entre 1932 y 1968.
109 Vargas: Antología..., op. cit., 326. Carta XXVII, fechada en Río, el 25 de julio de 1940.
110 Ibid. 328. Las cursivas son del original.
111 Ibidem. Las cursivas son del original.
112 Ibid. 327. Las cursivas son del original. Con el nombre de "los tres compadres trágicos" pareciera referirse a Hitler, Mussolini y Franco.
113 Ibid. 326. Las cursivas son del original.
114 Ibidem. Presumimos que Gabriela Mistral alude al diario Frente Popular que fue publicado en Santiago entre el 2 de septiembre de 1936 hasta el 27 de agosto de 1940. Es necesario señalar que, entre el 16 de mayo de 1936 y agosto del mismo año se publicó otro periódico, semanal, con el mismo nombre, del cual solo se editaron 14 números.
115 Ibid. 327. Sobre Francisco Franco B. véase supra nota 107.
116 Ibidem. Las cursivas son del original.
117 Mapocho 180. Carta fechada el 3 de octubre de 1922 en México. Vargas en Antología..., op. cit., 90 a 91 la transcribe como Carta X. Agustín Edwards Mac Clure (1878- 1941). Fundador del diario El Mercurio de Santiago (1900) y de la revista Zig-Zag (1905). Banquero y Diplomático, representante de Chile en España y el Reino Unido. Presidente de la Tercera Asamblea de la Liga de las Naciones (1922) y de la Quinta Conferencia Panamericana (Santiago - 1923). Enrique Soro Barriga, pianista y compositor musical de vasta e importante trayectoria, nació en 1884 y falleció en 1954. Becado por el gobierno chileno ingresó en 1898 al Real Conservatorio de Milán. Al finalizar sus estudios obtuvo el Gran Premio de Alta Composición. Fue Profesor y Director de Conservatorio Nacional de Música de Chile. Obtuvo en 1909 la Medalla de Oro de la exposición internacional de Quito y en 1929 la Medalla de Oro en la Exposición de Sevilla. Sobre Ernesto Barros Jarpa véase supra, cap. I, nota 21. Enrique González Martínez se desempeñó como Embajador de México en Chile entre el 6 de noviembre de 1920 y el 11 de abril de 1922. Véase: Memoria del Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización. Noviembre 1919-julio 1923, Santiago, 1924, 32. Manuel Baldomero Ugarte, intelectual y poeta argentino, de profundo espíritu americanista, nació en 1875 y falleció en 1951. Vivió en México, EE.UU. y en distintos países de Europa. Miembro del Partido Socialista de Argentina. Embajador de su país en México, Nicaragua y Cuba. Entre sus múltiples publicaciones, Gabriela Mistral puede estar aludiendo a Mi campaña hispanoamericana; o a La Patria Grande; ambas publicadas en 1922. Más antecedentes en: Manuel Ugarte. La Nación Latinoamericana. Compilación, Prólogo, Notas y Cronología de Norberto Galarso; Caracas,1978.
118 Véase El Mercurio de Santiago, 13 de enero de 1923, 15.
119 Véase El Mercurio de Santiago, 11 de febrero de 1923, 15. Álvaro Obregón nació en Sonora en 1880 y murió en Ciudad de México en 1928. Presidente municipal de Huatabampo. Durante la revolución fue partidario de Madero, y se opuso a Villa a quien venció en Celaya. Fue Presidente de México entre 1920 y 1924 y durante su gobierno se impulsó la reforma agraria. Elegido nuevamente en 1928 fue asesinado antes de tomar posesión del cargo.
120 Véase supra, cap. I, notas 18 y 53.
121 Mapocho 187. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII. José Joaquín de Mora (1783-1864), español que permaneció en Chile desde 1828, participando en la redacción de la Constitución de ese año, durante el gobierno de Francisco Antonio Pinto, hasta 1831, en que fue expulsado por Diego Portales. A raíz de ello, escribió un soneto, que constituía, en su opinión, un retrato de Chile el que circuló profusamente en los países americanos y en España. Decía:
"Un conjunto de grasa y de porotos,
con salsa de durazno y de sandía;
pelucones de excelsa jerarquía,
dandys por fuera, y por dentro rotos.
Chavalongo, membranas, pujos, cotos;
alientos que no huelen a ambrosía,
lengua española vuelta algarabía,
erutos que parecen terremotos;
En vez de mente, masa tenebrosa,
no ya luz racional, sino pavesa,
que no hay poder humano que encandile;
Mucha alfalfa, mal pan, chicha asquerosa;
alma encorvada y estatura tiesa...
Al pie de este retrato pongo: Chile"
Más tarde, hacia 1862, modificó sus juicios. Véase: Hernán Godoy: El carácter chileno, Santiago, 1976, 219.
122 Mapocho 188. Carta fechada en Santiago el 6 de mayo, sin especificar año. Vargas en Antología..., op. cit., 141-142 la transcribe como Carta XIV. Quezada en Escritos..., op. cit., la transcribe con el Nº I en las 94-95. Según Quezada en Escritos..., 136, Nota Nº 2, se trata de la famlia de Armando Quezada Acharán, lo cual es altamente probable pues entre 1922 y 1928 fue Ministro Plenipotenciario de Chile en Francia. Véase supra, capítulo I, nota 24.
Aun cuando no tenemos certeza, el profesor Belaúnde a que se refiere puede tratarse de Víctor Andrés Belaúnde (1883-1966) Político, diplomático y escritor peruano, que alternó sus tareas de catedrático con las diplomáticas. Entre sus trabajos más destacados figuran: Los mitos amazónicos del imperio incaico (1911) y Bolívar y el pensamiento político de la Revolución hispanoamericana (1959). Fundador de la Sociedad Peruana de Filosofía y Presidente de la Academia Peruana de la Lengua. En todo caso es necesario tener presente que el diferendo de límites con Perú -en virtud de lo establecido en los tratados que habían puesto fin a la Guerra del Pacífico (1879-1884)- estaba aún pendiente.
125 Mapocho 189-190. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144-146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
127 Mapocho 192. Carta fechada el 12 de octubre de 1927 sin especificar lugar, pero puede presumirse que procede de Francia. Vargas en Antología..., op. cit., 157-158 la transcribe como Carta XVI y la data en París en 1927. Quezada en Escritos..., op. cit., 99 a 101 la transcribe Carta III.
130 Mapocho 194. Carta sin fecha ni lugar de remitente pero en el curso de 1928, y pareciera estar escrita en Madrid, aun cuando trae como dirección una en Marseille. Vargas en Antología..., op. cit., 161-162 la transcribe como Carta XVII.
131 Mapocho 200-201. Carta fechada el 3 de noviembre de 1932 en Cavi di Lavagna, Génova (Italia). Vargas en Antología..., op. cit., 198 a 200 la transcribe como Carta XX. Quezada en Escritos..., op. cit., 101-102, transcribe algunos fragmentos como Carta IV. Esta Carta, como se ha visto, está fechada el 3 de noviembre. Las elecciones presidenciales de 1932, en las que resultó vencedor Arturo Alessandri tuvieron lugar el día 30 de octubre y asumió el mando supremo el 24 de diciembre de ese año. Carlos Dávila Espinoza nació en 1887 y falleció en 1955. Periodista y jurista, con estudios en la Universidad de Chile, de Columbia y de Southern (EE.UU.). Embajador de Chile en los Estados Unidos entre 1927 y 1931. Presidente provisional de Chile entre julio y septiembre de 1932. Recibió el Premio María Moors Cabot de la Universidad de Columbia por su contribución al periodismo al servicio de las Américas en 1942. Autor, entre otras publicaciones, de Nosotros de los de América; Santiago, 1950, 402.
132 Véase: M. Aylwin et al.: Chile en el siglo XX, Santiago, 3ª. Edición, 1990, 111 y 112.
133 Mapocho 196-197. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como carta XXI y la data en 1933. Quezada en Escritos..., op. cit., 102 a 104, transcribe algunos fragmentos como Carta V. Sobre Carlos Dávila véase la nota 131.
134 Mapocho 205-206. La Carta no tiene fecha ni lugar de remitente, pero se supone que es posterior al 24 de diciembre de 1932, es decir, ya asumido Alessandri porque alude a Miguel Cruchaga, que fue su ministro de Relaciones Exteriores entre esa fecha y el 16 de febrero de 1937. Sobre Enrique Molina, véase supra, Cap. I, nota 17.
137 Mapocho 206. Ibidem. Sobre M. Cruchaga véase supra nota 89.
138 Mapocho 175. Carta sin fecha ni lugar de remitente. Vargas en Antología..., op. cit., 67 la transcribe como Carta II y la data tentativamente en 1919.
139 Mapocho 177. Carta fechada el 21 de julio de 1920 en Temuco. Vargas en Antología..., op. cit., 74 la transcribe como Carta V.
140 Mapocho 178. Carta fechada el 16 de mayo de 1921 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 78 la transcribe como Carta VII.
141 Mapocho 179. Carta fechada el 10 de mayo de 1922 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 84-85, la transcribe como Carta IX.
142 Mapocho 186. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII.
143 Mapocho 191. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos... op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
144 París, Imprimerie Française de lEdition, 1929; 508
145 Mapocho 195. Carta fechada el 1 de marzo de 1930 en Cavi-di Lavanga, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 175 la transcribe como Carta XVIII.
146 Mapocho 208. Carta fechada el 10 de julio de 1930 en Ligure. Vargas en Antología..., op. cit., 184-185 la transcribe como Carta XIX.
148 Mapocho 208. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo. Vargas en Antología..., op. cit., 260 a 262 la transcribe como Carta XXV. No tenemos información de qué libro o publicación se trata. No nos ha sido posible conseguir más antecedentes del "Prof. Rivet".
149 Mapocho 209. Ibidem. Marmaduke Grove Vallejo nació en 1879 y falleció en 1954. Estudió en las Escuelas Naval y Militar. Oficial de Ejército, cumplió guarnición en numerosas ciudades del país. En junio de 1932 fue Ministro de Defensa de la Junta de Gobierno que derrocó a Juan Esteban Montero. Candidato presidencial en octubre de ese año obtuvo la segunda mayoría electoral. Senador por Santiago entre 1934 y 1941. Tuvo destacada actuación en la fundación del Partido Socialista de Chile en 1933. En las elecciones presidenciales de 1938 apoyó a Pedro Aguirre Cerda.
150 Debo este texto a la generosidad de Luis Vargas Saavedra. La transcripción fue realizada por Luis Vargas Saavedra del manuscrito reproducido en el Rollo 15, del libro 170, páginas 12 a 27, de su colección de microfilmes de la obra inédita de Gabriela Mistral.
151 Cartas Errázuriz-Tomic 51. Carta 7, de fecha 9 de noviembre. Vargas la data en 1938 y desde La Habana (Cuba). Sobre Carlos Errázuriz, véase supra, Cap. I, nota 40. La referencia a "Juanita" es a la esposa de Pedro Aguirre Cerda, Juana Aguirre Luco.
152 Cartas Errázuriz-Tomic 48. Carta 6. Vargas data esta carta en diciembre de 1938, desde La Habana. Gustavo Ross Santa María nació en 1879 y murió en abril de 1961. Corredor de la Bolsa de Comercio de Valparaíso. Ministro de Hacienda durante el gobierno de Arturo Alessandri entre diciembre de 1932 y marzo de 1937. Candidato a la Presidencia de la República en 1938, en las elecciones en que resultó vencedor Pedro Aguirre Cerda.
153 Cartas Errázuriz-Tomic 48. Carta 6. Vargas la data en diciembre de 1938, en La Habana. Juvenal Hernández Jaque, Abogado, fue miembro destacado del Partido Radical. Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile desde 1924. Diputado entre 1928 y 1932. Ministro de Estado en la cartera de Defensa Nacional en varias oportunidades entre 1941 y 1947. Rector de la Universidad de Chile 1932 - 1952. Embajador de Chile en Venezuela 1959-1964. Entre sus trabajos destaca: Derecho Romano; Santiago, 1946, 198 Jacques Maritain. Filósofo francés, nació en 1882 y falleció en 1973. Discípulo de Bergson. Profesor de Historia de la Filosofía en el Institut Catholique de París. Miembro de la Academia Romana de Santo Tomás. Embajador de Francia en el Vaticano. Entre sus obras se destacan: Humanisme Integral París, 1946; Man and the State; Chicago, 1951; y Le paysan de la Garonne; París, 1966, 10ª éd.
155 Querido Eduardo Frei... op. cit. 287. Carta 1 fechada en Jack. (Jacksonville) el 5 de enero de 1939. Con la expresión "Lira U." se refiere a Pedro Lira Urquieta, abogado, nacido en Santiago en 1900 y fallecido en 1981. Profesor de la Universidad Católica de Chile y autor de numerosas obras de derecho relativas a cuestiones internacionales y domésticas y de historia de Chile y América. Fue miembro de la Academia Chilena de la Historia.
156 Cartas Errázuriz-Tomic 53. Carta 8, de fecha 6 de enero. Vargas la data en 1939 y desde St. Agustine, Florida. Sobre Carlos Errázuriz, véase supra, Cap. I, nota 40. Sobre Germán Vergara D. Véase supra, Cap. I, nota 38.
157 Cartas Errázuriz-Tomic 54. Ibidem. Sobre Carlos Errázuriz, véase supra, Cap. I, nota 40.
158 Querido Eduardo Frei... op. cit., 18. Carta 2 a fechada en St. Agustine, Florida, 18 de enero de 1939.
160 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral fechada en Santiago el 25 de agosto de 1939. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile.
161 Cartas Errázuriz-Tomic 55. Ibidem Carta 8, de fecha 6 de enero. Vargas la data en 1939 y desde St. Agustine, Florida.
163 Ibid. 23-24. Carta 4 fechada el 23 de abril de 1939 en Niza. Las cursivas están destacadas en el original.
164 Querido Eduardo Frei... op. cit. 22. Carta 4 fechada el 23 de abril de 1939 en Niza. Las cursivas están destacadas en el original.
165 Roque Esteban Scarpa Gabriela anda por el mundo; Santiago, 1978, 374-375. Las cursivas están destacadas en el original.
167 Querido Eduardo Frei... op. cit. 28. Carta 5 fechada 15 de junio de 1939. Sin especificar lugar de remitente. La Falange Nacional fue un grupo de jóvenes políticos que nació al interior de la Juventud del Partido Conservador y que, con motivo de las elecciones presidenciales de 1938, apoyó a Pedro Aguirre Cerda, lo que le significó un conflicto con la estructura partidaria debió conformarse como grupo político independiente. Tuvo escasa representación parlamentaria hasta 1957 en que se constituyó como Partido Demócrata Cristiano junto a otros grupos afines.
168 Ibidem. El subrayado es del original.
169 "Recado sobre Juan Antonio Ríos". Publicado originalmente en El Mercurio, Santiago, 28 de junio de 1942. También en Repertorio Americano, Tomo XXXIX, San José, Costa Rica, 15 de agosto de 1942, 265-266. Aparece trascrito en Quezada: Escritos..., op. cit., 126 y ss.
170 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral sin fecha ni lugar de remitente, dirigida a Niza. Puede presumirse que corresponde a los primeros meses de 1939. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. Publicada en Epistolario de Pedro Aguirre Cerda (1938- 1941); Recopilación y notas de Leonidas Aguirre Silva. Fuentes para la Historia de la república, Vol. XIV. Santiago, Dibam-Lom, 2001, 33. En adelante: Epistolario PAC.
174 Cartas Errázuriz-Tomic 55. Carta 8, fechada el 6 de enero. Vargas la data en 1939 y desde St. Agustine, Florida.
175 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral desde Santiago el 25 de agosto de 1939. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit. 52.
176 Cartas Errázuriz-Tomic 54. Carta 8, fechada el 6 de enero. Vargas la data en 1939 y desde St. Agustine, Florida. Con la expresión "los del triángulo" parece referirse a los gobiernos en ese momento en ejercicio en Alemania, Italia y España.
177 Ibid. Carta 5 fechada en Brasil, el 15 de junio de 1939.
178 Cartas Errázuriz-Tomic 57. Carta 9. Vargas la data el 20 de septiembre de 1939, desde Niza. Las cursivas son del original.
179 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral desde Santiago el 25 de agosto de 1939. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit., 52.
180 Ibidem. Ariosto Herrera Ramírez era Comandante de la Segunda División de Ejército con asiento en Santiago, y ese día intentó levantarse contra el gobierno constitucional, motín que fue abortado y que significó su retiro del ejército pocos días después. El levantamiento estaba acordado con Ibáñez, quien, a su vez, se refugió en la Embajada de Paraguay en Chile y salió a Buenos Aires el 27 de agosto. Herrera había sido Agregado militar en Italia donde tuvo conocimiento de los principios fascistas. Más tarde en febrero de 1940, Herrera aparece como Jefe del Movimiento Nacionalista Chileno. Véase infra nota 195.
181 Cartas Errázuriz-Tomic 57. Carta 9. Vargas la data el 20 de septiembre de 1939, desde Niza.
182 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral fechada en Santiago el 25 de agosto de 1939. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit., 52
184 Vargas: Antología..., op. cit., 303. Carta III a Adelaida Velasco desde Europa en fecha 12 de septiembre de 1939. Adelaida Velasco fue intelectual ecuatoriana, y verdadera iniciadora de la campaña en pro del Premio Nobel para Gabriela Mistral.
185 Cartas Errázuriz-Tomic 58. Ibidem. Carta 9. Vargas la data el 20 de septiembre de 1939 desde Niza.
186 Cartas Errazuriz-Tomic 68. Carta 12. Vargas la data el 1941 en Petrópolis. No sabemos de qué nuevo Ministro de Relaciones Exteriores puede tratarse, pues entre el 6 de noviembre de 1940 y el 23 de marzo de 1941 ocupó dicho cargo Sótero del Rio G.; entre el 26 de marzo y el 19 de junio de 1941 lo hizo Luis Alamos B., y desde el 10 de junio de 1941, hasta la asunción del nuevo Presidente, Juan Antonio Ríos, el 2 de abril de 1942, el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores lo ocupó Juan Bautista Rossetti C. Sobre Carlos Errázuriz, véase supra, Cap. I, nota 40.
187 Quezada en Escritos..., op. cit., 106 citando a Vargas: Antología..., op. cit., 327.
188 Ibid. 105 citando a Vargas, Ibid. 326.
189 Ibid. 107 citando a Vargas, Ibid. 327. F. D. Roosevelt nació en 1882 y falleció en 1945. Estudió en las Universidades de Harvard y Columbia. Gobernador de New York entre 1929 y 1932. Fue elegido Presidente de los Estados Unidos de América en 1932 y reelecto en 1936, 1940 y 1944. Murió cuando la coalición de los Aliados estaba a punto de triunfar contra Alemania y Japón, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
190 Ibid. 108 citando a Vargas, Ibid. 328.
191 Ibid. 108 citando a Vargas, Ibid. 329.
192 Véase Luis Valencia: Anales..., op. cit., Tomo I, 441 a 447.
193 Citado en Gazmuri, op. cit. 257.
195 Sobre el ariostazo, véase M. Aylwin et al.: op. cit. 148, y Mauricio Hidalgo P.: El ariostazo, puma y línea recta. Una desviación del profesionalismo de las Fuerzas Armadas chilenas. Santiago, Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1994, 52 a 95.
196 Cartas Errázuriz-Tomic 51. Carta 7, de fecha 9 de noviembre. Vargas la data en 1938 y desde La Habana. Bernardo Leighton Guzmán (1909-1994). Abogado, fundador de la Falange Nacional y más tarde del Partido Demócrata Cristiano en 1957. Ministro de Estado en varias ocasiones y varios Departamentos entre 1937 y 1968. Vice-presidente de la República en 1965. Con seguridad, "Frey" corresponde a Eduardo Frei Montalva (1911-1982). Abogado. Profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad Católica de Chile. En 1933 fue Secretario General del Congreso Iberoamericano de Estudiantes Católicos celebrado en Roma. Senador entre 1949 y 1964 y en 1973. Presidente de la República de Chile entre 1964 y 1970. Entre las principales obras de su quehacer intelectual se cuentan: La política y el Espíritu; Santiago, 1940, 231, con Prólogo de Gabriela Mistral, y Un mundo nuevo, Santiago, 1973, 206. Ricardo Boizard Bastidas nació en 1903 y falleció en 1983. Periodista y escritor. Estudió Derecho en la Universidad Católica de Chile. Redactor de El Diario Ilustrado. Diputado entre 1933 y 1941. Miembro de la Juventud Conservadora y en ese carácter fundador de la Falange Nacional y más tarde del Partido Demócrata Cristiano en 1957. Premio Nacional de Periodismo en 1965. Entre sus obras más importantes figuran: Cuatro retratos en profundidad; Santiago, 1950, 298 y Voces de la Política, el Púlpito y la Calle Santiago, 1948, 111. Manuel Garretón Walker nació en Santiago en 1909. Ingeniero Civil. Presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos. Fundador de la Falange Nacional. Profesor de Sociología en la Universidad Católica entre 1935 y 1943. Diputado entre 1937 y 1945. Embajador de Chile en Turquía e Irán entre 1945 y 1951.
197 Cartas Errázuriz-Tomic 51. Carta 7, de fecha 9 de noviembre. Vargas la data en 1938 y desde La Habana.
198 Querido Eduardo Frei... op. cit. 27-28. Carta 5 fechada el 15 de junio de 1939 sin especificar lugar de remitente.
200 Ibid. 36. Carta 8, de fecha 26 de julio de 1940? Sin especificar lugar de remitente.
201 Quezada en Escritos..., op. cit., 105 citando a Vargas: Antología..., op. cit., 327.
202 Querido Eduardo Frei... op. cit 29. Carta 6, fechada el 4 de junio de 1940 en Río de Janeiro. No nos ha sido posible saber qué subsecretaría ocupaba Marcelo Ruiz.
204 Ibid. 36. Carta 8, de fecha 26 de julio de 1940? Sin especificar lugar de remitente Ag. Vigorena En Recuerdos de Gobierno de Arturo Alessandri Palma, Santiago, 1967, Vol. II se cita en 408 a Agustín Vigorena que era fiscal ad hoc del gobierno de Ibáñez en 1930 para investigar los asuntos relativos al "avión rojo". Con el apelativo de "avión rojo" se alude a un vuelo realizado para complotar y hacer caer al gobierno de Ibáñez en septiembre de 1930 por Marmaduke Grove (ex aliado de Ibáñez), Luis Salas Romo, Pedro León Ugalde y Carlos Vicuña Fuentes desde Argentina -donde estaban exiliados- hasta Concepción. Allí esperaban unir sus fuerzas con miembros de la guarnición de Ejército de esa ciudad. Sin embargo, el intento fracasó y algunos de sus instigadores fueron apresados y deportados a la Isla de Pascua. Posteriormente algunos de sus adherentes participaron en 1932 en la llamada "República Socialista". Para más detalles, ver Carlos Charlín Del avión rojo a la República Socialista, Santiago, 1972. Agradezco la información entregada al respecto por David Home V.
205 Ibid. 41. Carta 9, fechada el 14 de diciembre de 1940 en Niteroi, Brasil.
206 Quezada en Escritos.., op. cit., 108 citando a Vargas, Antología..., op. cit., 329.
207 Vargas: Antología..., op. cit., 71. Carta de fecha 1 de febrero de 1920 desde Punta Arenas. Las cursivas están destacadas en el original. De Bernardo Ossandón solo disponemos de los datos entregados por Gabriela Mistral. De Ana Krusche no nos ha sido posible conseguir otros antecedentes. Manuel Ignacio Munizaga. Sacerdote del Obispado de La Serena. Nació en Diaguitas el 31 de octubre de 1872. Ordenado sacerdote el 9 de marzo de 1895. Profesor del Seminario. Cura párroco de Copiapó y Chañaral. Capellán y profesor de la Escuela Normal de La Serena. Murió el 1 de junio de 1923.
208 Mapocho 175. Carta sin fecha ni lugar de procedencia. Vargas en Antología..., op. cit., 67 la transcribe como Carta II y la data tentativamente en ¿1919?. Presumiblemente está escrita en Los Andes, porque al tenor literal se observa que está ejerciendo sus labores pedagógicas fuera de Santiago. De la señorita Donoso no nos ha sido posible conseguir otros antecedentes.
209 Carta fechada el 1 de febrero de 1920 en Punta Arenas, en Vargas: Antología...,, op. cit., 72.
211 Mapocho 178. Carta fechada el 16 de mayo de 1921 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 78 la trancribe como Carta VII.
212 Mapocho 182. Carta fechada el 1 de enero de 1923 en México, San Ángel, Méjico. Vargas en Antología..., op. cit., 99 a 102 la transcribe como Carta XI. Sobre Álvaro Obregón véase supra, nota 119.
213 Mapocho 183. Ibidem. Sobre José de Vasconcelos, véase supra, Cap. I, nota 16.
215 Mapocho 190. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos... op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
216 Mapocho 209. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo. Vargas en Antología..., op. cit., 260 a 262 la transcribe como Carta XXV.
218 Mapocho 191. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como carta XV. Quezada en Escritos... op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
219 Mapocho 195. Carta fechada el 1 de marzo de 1930 en Cavi-di lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 175 la transcribe como Carta XVIII.
220 Mapocho 206. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935.
221 Quezada, Escritos..., op. cit., 106-107 citando a Vargas: Antología..., op. cit., 328. Carta fechada en Río de Janeiro, 25 de julio de 1940. Se refiere a Luis de Góngora y Argote. Poeta español (1561-1627). Entre sus obras principales se mencionan: Fábula de Polifemo y Galatea (1611) y Soledades (1612). Marco Valerio Marcial (38/41-102). Poeta Latino. Su obra consta de epigramas iniciado con el Liber spectaculorum, descripción de las luchas del circo y de la arena, del cual se conservan algunos fragmentos. En total se trata de 1.554 composiciones.
222 Mapocho 198. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934. Quezada en Escritos..., op. cit., 102 a 104, transcribe algunos fragmentos como Carta V.
223 Mapocho 186. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII.
224 Mapocho 207. Carta fechada el 10 de julio de 1930 en Ligure. Vargas en Antología..., op. cit., 184-185 la transcribe como Carta XIX.
225 Mapocho 197-198. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934. Quezada en Escritos..., op. cit., 102 a 104, transcribe algunos fragmentos como Carta V.
226 Mapocho 201. Carta fechada el 3 de noviembre de 1932 en Cavi di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 198 a 200 la transcribe como Carta XX. Quezada en Escritos..., op. cit., 101-102, transcribe algunos fragmentos como Carta IV. Sobre Palma Guillén, véase supra, Cap. I, nota 22.
227 Mapocho 207. Carta fechada el 4 de mayo sin señalar ni año ni lugar pero presumiblemente de 1933. Vargas en Antología..., op. cit., 208-209 la transcribe como Carta XXII y la data en 1934.
228 Mapocho 184. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
229 Mapocho 195. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934. Quezada en Escritos..., op. cit., 102 a 104, transcribe algunos fragmentos como Carta V.
230 Mapocho 210. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo. Vargas en Antología..., op. cit., 260 a 262 la transcribe como Carta XXV.
231 Luis Palma Z. Pedro Aguirre..., op. cit., 91 y 229. En ambas páginas, las versiones de la dedicatoria son levemente diferentes. En 91 dice "A quienes debo las horas de paz que vivo", y en la 229 dice "A quienes debo la hora de Paz que vivo. G.M.".
232 Vargas: Antología ..., op. cit., 109. Carta VIII a Eduardo Barrios fechada en México, el 5 de abril de 1923.
233 París, Imprimerie Française de lEdition, 1929.
234 Palma Zúñiga Pedro Aguirre..., op cit., 91.
235 Nos referimos al conjunto de los tres capítulos anteriores, y a la primera parte de este, sobre "La percepción de sí misma".
236 Mapocho 177. Carta fechada el 20 de septiembre (de 1920?), en Temuco. Vargas en Antología..., op. cit., 74 la transcribe como Carta VI.
237 Mapocho 178. Carta fechada el 16 de mayo de 1921 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 78 la transcribe como Carta VII.
238 Mapocho 178. Carta fechada el 10 de mayo de 1922 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 84-85 la transcribe como Carta IX.
239 Mapocho 179. Carta fechada el 3 de octubre de 1922 en México. Vargas en Antología..., op. cit., 90-91 la transcribe como Carta X.
240 Mapocho 186. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII.
241 Mapocho 184. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
242 Mapocho 189. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
243 Mapocho 193. Carta sin fecha ni lugar pero en el curso de 1928, y pareciera estar escrita en Madrid, aun cuando trae como dirección una en Marseille. Vargas en Antología..., op. cit., 161-162 la transcribe como Carta XVII.
244 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral fechada en Santiago el 24 de mayo de 1933. Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral del 24 de noviembre de 1933 desde Santiago. Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral de 27 de mayo de 1940 desde Santiago. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile.
245 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral de 25 de agosto de 1939 desde Santiago. Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral sin fecha ni lugar de remitente, pero presumiblemente desde Santiago después de febrero de 1939. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit. 52.
246 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral de 12 de marzo de 1940, sin lugar de remitente pero presumiblemente desde Santiago. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit. 83.
247 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral del 24 de noviembre de 1933 desde Santiago. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile.
248 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral fechada en Santiago el 24 de mayo de 1933. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile.
249 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral de 25 de agosto de 1939 desde Santiago. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit. 52.
250 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral de 12 de marzo de 1940, sin lugar de remitente pero presumiblemente desde Santiago. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit. 83.
251 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral de 27 de mayo de 1940 desde Santiago. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit. 97.
252 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral de 12 de marzo de 1940 desde Santiago. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit. 83.
253 Mapocho 175. Carta sin fecha ni lugar de procedencia. Vargas en Antología..., op. cit., 67 la transcribe como Carta II y la data tentativamente en ¿1919?
254 Mapocho 176. Carta fechada el 1 de junio de 1920 en Temuco, Chile. Vargas en Antología..., op. cit., 73-74 la transcribe como Carta IV. Parte de ella ha sido citada por Roque Esteban Scarpa: La desterrada..., op. cit., tomo II, 306; y también por Teitelboim, op. cit., 113.
255 Mapocho 177. Carta fechada el 20 de septiembre (de 1920?), en Temuco. Vargas en Antología..., op. cit., 74 la transcribe como Carta VI.
256 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
257 Mapocho 189. Carta fechada en Santiago el 6 de mayo, sin especificar año. Vargas en Antología..., op. cit., 141-142 la transcribe como Carta XIV. Quezada en Escritos..., op. cit., 94-95 la transcribe con el Nº I. La data presumiblemente en 1926.
258 Mapocho 189. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
259 Mapocho 207. Carta fechada el 10 de julio de 1930 en Ligure. Vargas en Antología..., op. cit., 184-185 la transcribe como Carta XIX.
260 Mapocho 206. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935.
261 Mapocho 184. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
262 Mapocho 191. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau (Francia). Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
263 Mapocho 200. Carta sin fecha ni lugar. Vargas en Antología..., op. cit., 220-221 la transcribe como Carta XXIV y la data en Madrid en 1935.264 Mapocho 193. Carta fechada el 12 de octubre de 1927 sin especificar lugar, pero puede presumirse que procede de Francia. Vargas en Antología..., op. cit., 157-158 la transcribe como Carta XVI y la data en París. Quezada en Escritos..., op. cit., 99 a 101 la transcribe como Carta III. Más adelante, en este mismo Capítulo, nos referimos a las referencias de Gabriela Mistral a la esposa de Pedro Aguirre Cerda.
265 Carta fechada el 1 de febrero de 1920 en Punta Arenas, en Vargas: Antología..., op. cit., 72.
266 Mapocho 199. Carta sin fecha ni lugar. Vargas en Antología..., op. cit., 220-221 la transcribe como Carta XXIV y la data en 1935 en Madrid.
267 Mapocho 195. Carta fechada el 1 de marzo de 1930 en Cavi-di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 175 la transcribe como Carta XVIII.
268 Mapocho 200. Carta sin fecha ni lugar. Vargas en Antología..., op. cit., 220-221 la transcribe como Carta XXIV y la data en Madrid en 1935.
269 Mapocho 194. Carta sin fecha ni lugar pero en el curso de 1928, y pareciera estar escrita en Madrid, aun cuando trae como dirección una en Marseille. Vargas en Antología..., op. cit., 161-162 la transcribe como Carta XVII.
270 Mapocho 177. Carta fechada el 24 de abril de 1921 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 81 la transcribe como Carta VIII.
271 Mapocho 183. Carta fechada el 1 de enero de 1923 en México, San Ángel, D.F. Vargas en Antología..., op. cit., 99 a 102 la transcribe como Carta XI.
272 Mapocho 188. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII.
273 Mapocho 193. Carta fechada el 12 de octubre de 1927 sin especificar lugar, pero puede presumirse que procede de Francia. Vargas en Antología..., op. cit., 157-158 la transcribe como Carta XVI y la data en París. Quezada en Escritos..., op. cit., 99 a 101 la transcribe completa como Carta III.
274 Mapocho 191. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
275 Mapocho 179. Carta fechada el 10 de mayo de 1922 en Santiago. Vargas en Antología...op. cit., 84-85 la transcribe como Carta IX. Las mayúsculas son del original.
276 Quezada: Escritos..., op. cit., 108 citando a Vargas: Antología..., op. cit., 329. Carta fechada en Río de Janeiro el 25 de julio de 1940.
277 Mapocho 176. Carta fechada el 1 de junio de 1920 en Temuco. Vargas en Antología..., op. cit., 73-74 la transcribe como Carta IV. Parte de ella ha sido citada por Roque Esteban Scarpa: La desterrada..., op. cit., tomo II, 306; y también por Teitelboim, op. cit., 113.
278 Mapocho 205. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI.
279 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
280 Mapocho 202. Carta fechada el 3 de noviembre de 1932 en Cavi di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 198 a 200 la transcribe como Carta XX. Quezada en Escritos..., op. cit., 101-102, transcribe algunos fragmentos como Carta IV.
281 Mapocho 206. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI.
282 Mapocho 195. Carta fechada el 1 de marzo de 1930 en Cavi di Lavagna, Génova (Italia). Vargas en Antología..., op. cit., 175 la transcribe como Carta XVIII. Las mayúsculas están destacadas en el original. Raúl Silva Castro nació en 1903 y falleció en 1970. Periodista y escritor. Director de la revista Atenea entre 1926 y 1930. Profesor de Literatura Chilena en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua y de la Academia Chilena de la Historia. Entre sus muchas publicaciones pueden señalarse: Rubén Darío a los veinte años; Madrid, 1956; 295; y Asistentes al Cabildo Abierto del 18 de septiembre de 1810, Santiago, 1960; 2ª ed., 96
283 Mapocho 207. Carta fechada el 10 de julio de 1930 en Ligure. Vargas en Antología..., op. cit., 184-185 la transcribe como Carta XIX. Sobre Armando Quezada Acharán véase supra, Cap. I, nota 24.
284 Mapocho 189. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos... op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II. Las mayúsculas están destacadas en el original.
285 Mapocho 193. Carta fechada el 12 de octubre de 1927 sin especificar lugar, pero puede presumirse que procede de Francia. Vargas en Antología..., op. cit., 157-158 la transcribe como Carta XVI y la data en París. Quezada en Escritos..., op. cit., 99 a 101 la transcribe completa como Carta III.
286 Mapocho 195. Carta fechada el 1 de marzo de 1930 en Cavi di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 175 la transcribe como Carta XVIII.
287 Mapocho 199. Carta sin fecha ni lugar. Vargas en Antología..., op. cit., 220-221 la transcribe como Carta XXIV y la data en 1935 en Madrid.
288 Mapocho 192. Carta fechada el 12 de octubre de 1927 sin especificar lugar, pero puede presumirse que procede de Francia. Vargas en Antología..., op. cit., 157-158 la transcribe como Carta XVI y la data en París. Quezada en Escritos..., op. cit., 99 a 101 la transcribe completa como Carta III.
289 Mapocho 195. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934. Quezada en Escritos..., op. cit., 102 a 104, transcribe algunos fragmentos como Carta V.
290 Este tema lo hemos tratado más arriba, al referirnos en el Cap. III. Consignamos aquí solo los comentarios que reflejan mayor intimidad.
291 Mapocho 179. Carta fechada el 10 de mayo de 1922 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 84-85 la transcribe como Carta IX.
292 Mapocho 181. Carta fechada el 1 de enero de 1923 en México, San Angel, D.F. Vargas en Antología..., op. cit., 99 a 102 la transcribe como Carta XI.
294 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
295 Vargas: Antología..., op. cit., 330. Carta IX a Alfonso Reyes fechada en Niteroi, Brasil, el 4 de noviembre de 1940. Las cursivas están destacadas en el original.
296 Carta de Pedro Aguirre Cerda a Adelaida Velasco-Galdós fechada en Santiago en 10 de agosto de 1939. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. Las mayúsculas están destacadas en el original. "Esta carta -dice el documento que citamos fue publicada en el diario El Telégrafo de Guayaquil el 18 de noviembre de 1945, al saberse la decisión de la Academia Sueca otorgándole el premio, unido a un artículo mío, titulado "Gabriela Mistral y el Premio Nobel", uno de cuyos ejemplares se lo remití por avión a Suecia". (Hay una rúbrica y firma de Adelaida Velasco). Esta carta y la de Adelaida Velasco-Galdós están contendidas en un artículo titulado "Gabriela Mistral y el Premio Nobel", firmado por la propia Adelaida Velasco-Galdós en Ercilla con fecha 22 de diciembre de 1945, es decir, en los mismos días en que Gabriela Mistral recibía el Premio Nobel. Debo esta información a la gentileza de David Home V. Rudecindo Ortega Masson nació en Temuco en junio de 1899 y falleció en Santiago en octubre de 1962. Egresado de Leyes y Profesor de Estado en las asignaturas de Castellano, Filosofía y Educación Cívica. Colaborador y redactor del diario La Mañana de Talca. En 1925 fue elegido Diputado por Temuco, cargo que desempeñó por tres períodos consecutivos. En 1938 Pedro Aguirre lo designó Ministro de Educación de su primer gabinete. Entre 1940 y 1949 se desempeñó como Senador por Bío-Bío, Malleco y Cautín. En 1952 fue nombrado Embajador y Jefe de la delegación permanente de Chile ante las Naciones Unidas. Abraham Ortega Aguayo nació en Traiguén en junio de 1891. Profesor de Derecho Civil en la Universidad de Concepción. Intendente de Concepción entre 1925 y 1928. Ministro de Relaciones Exteriores en el primer gabinete de Pedro Aguirre Cerda.
297 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral de fecha 12 de marzo de 1940, dirigida a Niza. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. También en Epistolario PAC..., op. cit. 83.
298 Vargas: Antología..., op. cit., 45. Carta XXIV a Eugenio Labarca, sin fecha ni lugar de remitente pero c. 1916. Eugenio Labarca. Escritor chileno, amigo y confidente de Gabriela Mistral en los años 1915-1916. Publicó en la revista Primrose 32 de Santiago el 21 de febrero de 1915 un artículo titulado: "Gabriela Mistral"; en El Mercurio de Santiago, del 20 de mayo de 1928 un artículo titulado: "Los creadores de la nueva América", en que alude a la defensa de América hecha por Gabriela Mistral. Vargas en Antología... op. cit., entrega 22 cartas de Gabriela a Labarca entre 1915 y 1916. Ver 17 a 45.
299 Ibid. 98. Carta VI a Eduardo Barrios fechada en México, 31 de diciembre de 1992 (sic). Sobre Eduardo Barrios véase supra, 18.
300 Mapocho 179. Carta fechada el 10 de mayo de 1922 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 84-85 la transcribe como Carta IX. Las mayúsculas están destacadas en el original.
302 Mapocho 181. Carta fechada el 3 de octubre de 1922 en México. Vargas en Antología..., op. cit., 90-91 la transcribe como Carta X.
303 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
304 Mapocho 189. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau (Francia). Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
305 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
306 Mapocho 193. Carta fechada el 12 de octubre de 1927 sin especificar lugar, pero puede presumirse que procede de Francia. Vargas en Antología..., op. cit., 157-158 la transcribe como Carta XVI y la data en París. Quezada en Escritos..., op. cit., 99 a 101 la transcribe completa como Carta III.
307 Mapocho 183. Carta fechada el 1 de enero de 1923 en México, San Angel, D.F. Vargas la transcribe en Antología..., op. cit., 99 a 102 como Carta XI. Las mayúsculas están destacadas en el original.
308 Mapocho 202. Carta fechada el 3 de noviembre de 1932 en Cavi di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 198 a 200 la transcribe como Carta XX. Quezada en Escritos..., op. cit., 101-102, transcribe algunos fragmentos como Carta IV.
309 Mapocho 178. Carta fechada el 10 de mayo de 1922 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 84-85 la transcribe como Carta IX.
310 Mapocho 203. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI.
311 Mapocho 198. Carta fechada el 12 de octubre de 1934 en Madrid. Vargas en Antología..., op. cit., 211 la transcribe como Carta XXIII.
312 Mapocho 189. Carta fechada en Santiago el 6 de mayo, sin especificar año. Vargas en Antología..., op. cit., 141-142 la transcribe como Carta XIV. Quezada en Escritos..., op. cit., 94-95 la transcribe con el Nº I. La data presumiblemente en 1926.
313 Mapocho 198. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934. Quezada en Escritos... op. cit., 102 a 104, transcribe algunos fragmentos como Carta V.
314 Mapocho 205. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI.
315 Mapocho 186. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII.
317 Mapocho 196. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934, pero debe corresponder a 1933, en virtud de la fecha de la respuesta de Aguirre. Véase nota siguiente. Quezada en Escritos... op. cit., 102 a 104, transcribe algunos fragmentos como Carta V.
318 Carta de Pedro Aguirre a Gabriela Mistral fechada en Santiago el 24 de mayo de 1933. material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile. Juan Esteban Montero Rodríguez nació en 1879 y falleció en 1948. Abogado, fue Profesor de Derecho Romano y Civil en la Universidad de Chile. Ministro del Interior y Vicepresidente de la República en 1931, fue electo Presidente en octubre y asumió el 4 de diciembre de ese año. El 4 de junio de 1932 fue derrocado por la Junta de Gobierno de la República Socialista encabezada por el General Arturo Puga.
319 Mapocho 209. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo. Vargas en Antología..., op. cit., 260 a 262 la transcribe como Carta XXV. Sobre Marmaduke Grove Vallejo, véase supra, nota 204.
320 Mapocho 190. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos... op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
321 Mapocho 209. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo. Vargas en Antología..., op. cit., 260 a 262 la transcribe como Carta XXV.
322 Mapocho 205. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI.
323 Mapocho 207. Carta fechada el 10 de julio de 1930 en Ligure. Vargas en Antología..., op. cit., 184-185 la transcribe como Carta XIX.
324 Mapocho 194. Carta sin fecha ni lugar pero en el curso de 1928, y pareciera estar escrita en Madrid, aun cuando trae como dirección una en Marseille. Vargas en Antología..., op. cit., 161-162 la transcribe como Carta XVII.
325 Mapocho 195. Carta fechada el 1 de marzo de 1930 en Cavi de Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 175 la transcribe como Carta XVIII.
326 Mapocho 181. Carta fechada el 3 de octubre de 1922 en México. Vargas en Antología... op. cit., 90-91 la transcribe como Carta X.
327 Mapocho 183. Carta fechada el 1 de enero de 1923 en México, San Angel, D.F. Vargas la transcribe en Antología..., op. cit., 99 a 102 como Carta XI.
328 Mapocho 178. Carta fechada el 16 de mayo de 1921 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 78 la transcribe como Carta VII.
329 Mapocho 178. Carta fechada el 10 de mayo de 1922 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., 84-85 la transcribe como Carta IX.
330 Mapocho 191. Carta fechada el 28 de diciembre de 1926 en Fontainebleau. Vargas en Antología..., op. cit., 144 a 146 la transcribe como Carta XV. Quezada en Escritos..., op. cit., 95 a 99 la transcribe como Carta II.
331 Mapocho 198. Carta fechada el 12 de octubre de 1934 en Madrid. Vargas en Antología..., op. cit., 211 la transcribe como Carta XXIII.
332 Mapocho 177. Carta fechada el 24 de abril de 1921 en Santiago. Vargas en Antología..., op. cit., p.81 la transcribe como Carta VIII.
333 Mapocho 177. Carta fechada el 20 de septiembre (de 1920?), en Temuco. Vargas en Antología... op. cit., 74 la transcribe como Carta VI.
334 Mapocho 181. Carta fechada el 1 de enero de 1923 en México, San Ángel, D.F. Vargas la transcribe en Antología... op. cit., 99 a 102 como Carta XI.
335 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
337 Mapocho 186. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII.
338 Mapocho 202. Carta fechada el 3 de noviembre de 1932 en Cavi di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 198 a 200 la transcribe como Carta XX. Quezada en Escritos..., op. cit., 101-102, transcribe algunos fragmentos como Carta IV.
339 Mapocho 189. Carta fechada en Santiago el 6 de mayo, sin especificar año. Vargas en Antología ...op. cit., 141-142 la transcribe como Carta XIV. Quezada en Escritos..., op. cit., 94-95 la transcribe con el Nº I. La data presumiblemente en 1926.
340 Mapocho 205. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI.
341 Mapocho 185. Carta fechada el 7 de diciembre de 1925 en La Serena. Vargas en Antología..., op. cit., 135 a 137 la transcribe como Carta XIII.
342 Mapocho 200. Carta sin fecha ni lugar. Vargas en Antología..., op. cit., 220-221 la transcribe como Carta XXIV y la data en Madrid en 1935.
343 Mapocho 206. Carta sin fecha ni lugar pero procede, en todo caso, de Portugal, y puede presumirse que corresponde al año 1935. Vargas en Antología..., op. cit., 263 a 265 la transcribe como Carta XXVI.
344 Mapocho 198. Carta fechada el 10 de abril de ? en Río Piedras, Puerto Rico. Vargas en Antología..., op. cit., 204 a 207 la transcribe como Carta XXI y la data en 1934. Quezada en Escritos..., op. cit., 102 a 104, transcribe algunos fragmentos como Carta V.
345 Mapocho 210. Carta fechada el 30 de diciembre de 1936 en Hamburgo (Alemania). Vargas en Antología..., op. cit., 260 a 262 la transcribe como Carta XXV.
346 Mapocho 193. Carta fechada el 12 de octubre de 1927 sin especificar lugar, pero puede presumirse que procede de Francia. Vargas en Antología..., op. cit., 157-158 la transcribe como Carta XVI y la data en París. Quezada en Escritos..., op. cit., 99 a 101 la transcribe completa como Carta III.
347 Mapocho 188. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría (Italia). Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como Carta XII.
348 Véase supra Cap. 1, nota 11.
349 Mapocho 176. Carta fechada el 1 de junio de 1920 en Temuco. Vargas en Antología..., op. cit., 73-74 la transcribe como Carta IV. Parte de ella ha sido citada por Roque Esteban Scarpa: La desterrada..., op. cit., tomo II, 306; y también por Teitelboim, op. cit., 113.
350 Mapocho 186. Carta fechada el 14 de julio de 1924, procedente de Umbría. Vargas en Antología..., op. cit., 123 a 125 la transcribe como carta XII. No nos ha sido posible conseguir más antecedentes sobre el Sr. Inman.
351 Mapocho 194. Carta sin fecha ni lugar pero en el curso de 1928, y pareciera estar escrita en Madrid, aun cuando trae como dirección una en Marseille. Vargas en Antología..., op. cit., 161-162 la transcribe como Carta XVII.
352 Mapocho 201. Carta fechada el 3 de noviembre de 1932 en Cavi di Lavagna, Génova. Vargas en Antología..., op. cit., 198 a 200 la transcribe como Carta XX. Quezada en Escritos..., op. cit., 101-102, transcribe algunos fragmentos como Carta IV.
353 Mapocho 189. Carta fechada en Santiago el 6 de mayo, sin especificar año. Vargas en Antología..., op. cit., 141-142 la transcribe como Carta XIV. Quezada en Escritos..., op. cit., 94-95 la transcribe con el Nº I. La data presumiblemente en 1926.
354 Mapocho 208. Carta fechada el 10 de julio de 1930 en Ligure. Vargas en Antología..., op. cit., 184-185 la transcribe como Carta XIX.
355 Querido Eduardo Frei..., op. cit., 26. Carta 5 fechada el 15 de junio de 1939 en Brasil. Jenaro Prieto Letelier nació en Santiago el 5 de agosto de 1889 y falleció en 1946. Abogado en 1912. Periodista, colaboró en El Diario Ilustrado de Santiago. Publicó dos novelas: Un muerto de mal criterio y El socio. Sus artículos de prensa fueron recogidos en Pluma en ristre, y Con sordina.
356 Ibid. 25. Las cursivas están destacadas en el original.
358 Cartas Errázuriz-Tomic 73. Carta 15. Vargas data esta carta en diciembre de 1942, desde Petrópolis (Brasil).
359 Ibid. 71-72. Las cursivas son del original.
360 Carta de Juana Aguirre viuda de Aguirre a Gabriela Mistral fechada en Santiago el 21 de agosto de 1942. Material Microfilmado. Biblioteca Nacional de Chile.