Al pensar en el vínculo entre revista ARQ y la Escuela de Arquitectura UC apareció una imagen intuitiva: a través de ciertos proyectos, la revista había ayudado a instituir la arquitectura del paisaje al interior de la escuela. Así, este texto se mueve entre esta opinión personal1 y el marco más general dentro del cual se debería debatir el problema. De esta forma, oscilando entre una primera intuición y cuestionamientos e inquietudes diversas que permitieron ajustar la selección, se eligieron diez proyectos.
Ahora bien, como acopio de proyectos y obras de arquitectura, la revista es un bicho raro. Estamos tan acostumbrados a su formato y transmisión que su rareza nos asombra poco. La revista sitúa las obras entre una naturaleza experimental y un estado de hipótesis; es decir, como proyectos. Así, las obras se encuentran dos veces removidas de la realidad: primero, de su condición física a imagen y, segundo, de sus múltiples dimensiones a sólo dos. Esta suspensión física no sólo pone en juego la imaginación del lector, quien debe tratar de comprender la obra con la información que se publica, sino que también pone en juego su memoria, ya que debe producir los nexos con el referente al que remite la publicación. En pocas ocasiones la publicación del proyecto es una obra en sí y contiene su propia unidad. Una pregunta que surge es si se debería elegir desde el lugar de la revista o desde la facticidad de la obra.
Al agrupar proyectos por temas surgen distintas constelaciones de selección y uno se puede preguntar: ¿cómo aparecen el paisaje, los proyectos de arquitectura y la ciudad? ¿Cómo aparece el diseño y el patrimonio? ¿De dónde son y qué surge al juntar las obras extranjeras? Así también uno se cuestiona - o quisiera entender - cómo se generan temas específicos al reunir edificios, casas, viviendas colectivas y sociales, colegios, exhibiciones, el reiterado tema de la silla o los proyectos de título que se han publicado.
Es interesante reconocer que existen proyectos que quedan como tal y otros que se transforman en obras. Incluso hay algunas que ya no existen. Al seleccionar nos encontramos ante el dilema de si son proyectos que influenciaron o son proyectos que deberían incidir más en la escuela. Esta distinción es realizada parcialmente. Otra distinción es que una cosa es la obra en sí; otra, la obra y el arquitecto; otra, la obra y su tiempo; otra, la obra y posturas arquitectónicas; y otra, la obra y su publicación. De ahí que se optara, en general, por seleccionar la obra en sí. De este modo, la importante dimensión proyectiva del pensamiento escrito de muchos arquitectos no se ha considerado para esta selección.
Una cuestión que sólo queda esbozada es qué proyectos u obras deberían haber sido elegidos y no han sido incluidos. A su vez, la pregunta sobre cómo discernir entre la influencia de la escuela sobre la revista o la influencia de la revista sobre la escuela es un tema abierto.
En conclusión, la relación entre las obras publicadas en la revista y su influencia sobre la escuela es rica y diversa y, en todos los casos, es indirecta y no lineal. Escoger en aquella diversidad es una tarea difícil; sin embargo, cuestionarse más conscientemente esa relación enriquecería la escuela y la revista.
El criterio de selección consistió en no diferenciar entre obra y proyecto; en reconocer aquellas obras notables que, entre otras cosas, moldean la vida cotidiana de la escuela y su campus; en aquellas obras lejanas que, siendo opuestas, constituyen lecciones; y, finalmente, en obras que prefiguraron y delinean, en parte, la comprensión de nuestro paisaje y que colaboraron en la formación del Magíster en Arquitectura del Paisaje.
Sintéticamente son lecciones y obras cercanas y notables donde se desarrolla la vida de la escuela, junto a lecciones y obras más distantes y valiosas que polarizan una profesión, y a lecciones y obras que ayudaron a delinear el paisaje como ámbito disciplinar.

ARQ 67 (diciembre, 2007): 52-59
Figura 1 Centro de Información y Documentación Sergio Larrain García-Moreno / Taller de herramientas. Cecilia Puga, Patricio Mardones, 2006.

ARQ 16 (marzo, 1991): 8-16
Figura 5 Parque Cerro Blanco. Mario Pérez de Arce y Asociados Arquitectos / Mario Pérez de Arce L., Rodrigo Pérez de Arce, Teodoro Fernández, 1990.

ARQ 39 (agosto, 1998): 46-51
Figura 6 Plaza de Armas de Santiago. Rodrigo Pérez de Arce, Sebastián Bianchi, Leonor Camaño, Álvaro Salas, 2000.

ARQ 85 (diciembre, 2013): 82-87
Figura 7 Mapocho 42k. Sandra Iturriaga, Juan Ignacio, Baixas, Francisco Croxatto, Paulina Ibieta, Francisco, Quintana - Equipo Mapocho 42K, 2013.

CRISPIANI, Alejandro (ed.). Concurso Palacio Pereira. Historia de una recuperación patrimonial. Santiago: Ediciones ARQ, enero de 2014: 154-163
Figura 8 Concurso Palacio Pereira. Cecilia Puga, Paula Velasco, Alberto Moletto, 1999. No publicado en revista ARQ.
Recuperación de grandes vacíos urbanos. La frontera interior de Santiago. Proyecto de título Roberto Moris, Marcelo Reyes, 1999. Publicado en: No publicado en revista ARQ
Nota: este proyecto no fue publicado en ARQ habiendo tenido los méritos.