Las playas de arena son uno de los ecosistemas con mayor extensión en el planeta. Estos hábitats se caracterizan por albergar una amplia diversidad de especies de invertebrados, los cuales son una fuente de alimento de múltiples vertebrados, especialmente de aves (McLeod et al. 2013; Schlacher et al. 2015). En el sur de América del Sur, una de las especies clave y más abundante de este ecosistema es el comúnmente conocido como chanchito de mar, el decápodo Emerita analoga (Stimpson, 1857), el cual se distribuye a lo largo de la costa del Océano Pacífico, desde Alaska (58º N) hasta las costas del Sur de Chile (55º S; Contreras et al. 1999; Smith 2007). E. analoga ha sido descrita como alimento tanto de peces como de distintas aves de la familia Laridae, siendo un eslabón esencial en las redes tróficas de estos ecosistemas (Blokpoel et al. 1992; Licandeo et al. 2006; Rodríguez et al. 2017; Rodríguez & Valdivia 2017). Dentro de sus depredadores está la gaviota Garuma Leucophaeus modestus (Tschudi, 1843), la cual ha sido indicada como especialista en el consumo de este decápodo, abarcando más del 90% de su dieta (Blokpoel et al. 1992; Rodríguez et al. 2017). Esta gaviota suele escarbar la arena y enterrar su pico en la zona de la rompiente de la ola (swash zone) para capturar los chanchitos de mar (Obs. Pers SMR). L. modestus migra en época estival a las costas de la Región de Los Ríos y se alimenta activamente de E. analoga, para luego regresar a su hábitat reproductivo en el Norte de Chile (Guerra et al. 1988; Aguilar et al. 2016). Sin embargo, poblaciones de individuos juveniles han sido observado como residentes en distintos puntos de la costa de la Región de los Ríos desde el año 2014 (Rodríguez & Valdivia 2017). Sumado a L. modestus, otras especies de aves, incluyendo la gaviota Cáhuil Chroicocephalus maculipennis Lichtenstein, 1823, la gaviota Dominicana Larus dominicanus Lichtenstein, 1823, la gaviota Franklin Leucophaeus pipixcan (Wagler, 1831), el Zarapito común Numenius phaeopus (Linnaeus, 1758), y el playero Calidris alba Palla, 1764, son frecuentes en esta costa y también depredan sobre de E. analoga. Pero al contrario de L. modestus, estas especies depredan principalmente sobre individuos presentes en la zona del espejo (effluent line) de la playa (Obs. Pers. SMR). Por lo tanto, disturbios que puedan generarse en estos hábitats, afectarían directamente en la presencia y actividades de forrajeo de estas aves marinas.
La actividad antrópica en las áreas costeras ha sido catalogada como un “disturbio” que altera las actividades normales o fisiológicas de la vida salvaje (McLeod et al. 2013; Altman & Byers 2014). La presencia de caminantes, recolectores de algas varadas y pescadores genera múltiples efectos adversos sobre la fauna que habita en estos lugares (Cornelius et al. 2001; Meager et al. 2012; Navedo et al. 2019). Sumado a esto, la presencia humana suele estar acompañada de perros (Canis lupus familiaris Linnaeus, 1758), los cuales provocan efectos aún más pronunciados (Randler 2006). En este sentido, las aves marinas son las especies que reciben la mayor cantidad de impactos por la presencia de los perros (Lafferty 2001; Randler 2006; Navedo et al. 2019). Efectos en la abundancia de aves, frecuencia y calidad del forrajeo y descanso han sido algunas de las actividades que son afectadas negativamente (Keller 1989; McLeod et al. 2013; Navedo et al. 2019). Además, los perros son catalogados como depredadores tope, los cuales consumen fauna silvestre, en especial huevos y crías de distintas especies de aves (Keller 1989; Sime 1999). Sin embargo, son escasos los reportes y/o estudios en que muestran a animales domésticos depredando activamente sobre recursos de origen marino, y son casi inexistentes registros del uso de técnicas como escarbar para atraparlos (Schlacher et al. 2015). Por lo tanto, es relevante el analizar el efecto que pueda ejercer la presencia y la actividad que realizan los perros en estas zonas naturales. En este trabajo reportamos a la playa de arena como nuevo potencial hábitat de forrajeo para perros domésticos y al crustáceo E. analoga como parte de la extensión de su dieta. Además, discutimos sobre los efectos que conlleva está actividad en estos hábitats; y los costos y beneficios de esta nueva conducta adquirida por los perros.
Durante trabajos en terreno en marea baja en la playa Curiñanco, Valdivia (-39,81º S - 73,24º O; Fig. 1A y 1B) el 28 de Agosto de 2019, se encontraron zonas con hoyos y arena removida (Fig. 2). Dicho disturbio era causado por tres perros domésticos (C. lupus familiaris) que escarbaban la arena enérgicamente, principalmente en la zona del efluente (effluent line). Observamos que luego de escarbar, olfateaban la arena, la seguían removiendo con el hocico y capturaban individuos de E. analoga, los que luego eran comidos. Esta actividad fue observada en reiteradas ocasiones en distintos lugares alrededor de la zona del efluente de la playa por un período de 45 minutos aproximadamente (ver video, Mat. Sup. https://gayana.cl/public/MatSup/v84n2/173_Mat- Supl-S1.mp4). Desde ese día, hemos observado esa conducta en el mismo lugar y en otros sectores de la misma playa de Curiñanco. Por ejemplo, esta conducta fue observada el 12 de Septiembre de 2019 y el 6 de Noviembre de 2019 por los mismos tres perros, y el 4 de Diciembre de 2019 por parte de dos de dichos perros.
En una visita realizada a la playa durante marea alta el 12 de Diciembre de 2019, preguntamos a cinco pescadores que se encontraban a orilla de la playa, si es que habían observado la conducta de forrajeo aquí descrita. Dos de ellos afirmaron que esa conducta la han observado en reiteradas ocasiones por lo menos desde hace un año. También aseveraron haber visto a otros perros realizando la misma actividad. Sin embargo, ninguno de estos pescadores se adjudicaron ser los dueños de estos animales. Dado los registros y observaciones realizadas en terreno, podemos concluir que esta sería una conducta que probablemente ya está adoptada por los perros y que sería usada por ellos para mejorar su alimentación.
En las playas de Chile es común la presencia de pescado res en compañía de perros (Navedo et al. 2019). En la playa Curiñanco, los pescadores utilizan frecuentemente a E. analoga como cebo para la pesca, en especial del róbalo Eleginops maclovinus (Cuvier & Valenciennes 1830), dado que es una presa recurrente en la dieta de estos peces (Licandeo et al. 2006). Probablemente, los perros han aprendido e imitado la forma de captura de E. analoga, cuando los pescadores escarban el sustrato para extraerlas de la arena. La abundancia y facilidad con la que se captura E. analoga, y el alto contenido de lípidos y proteínas que poseen los decápodos en su musculatura (Oliveira et al. 2007), los transforman en un buen recurso para la dieta de los perros (Sime 1999). Junto con esto, las perturbaciones que realizan los perros en estos hábitats son aún más intensas si es que estos animales no sólo están de paso, sino que además utilizan los recursos que son clave en la dieta de individuos costeros, como son las aves. Diversas especies de aves migratorias y residentes se alimentan de
E. analoga y de otras especies de macroinvertebrados que habitan en esta zona (Blokpoel et al. 1992; Aguilar et al. 2016; Rodríguez & Valdivia 2017). De la misma forma, Lafferty et al. (2014) registró que el Pato Azulón Anas platyrhinchos, ave típica de humedales y lagos, frecuentaba la costa de California para forrajear sobre E. analoga. Junto con ese reporte, observó a otras especies de la familia Anatidae
alimentándose frecuentemente de este crustáceo, por lo cual pareciera ser una fuente de alimento con un gran valor energético e importante para los animales que la descubren. Por lo tanto, la presencia frecuente y activa de los perros generaría alteraciones en las actividades típicas de las aves, en especial las de alimentación (Navedo et al. 2019).

Figura 1 Sitio de estudio: (a) Mapa de la playa Curiñanco, Valdivia, Chile. (b) vista de la playa de Curiñanco mostrando la amplitud de la marea baja. Ancho = 65 m aproximadamente. / Study site: (a) Map of Curiñanco beach, Valdivia, Chile. (b) view of Curiñanco beach showing the low tidal range. Width = approximately 65 m.

Figura 2 Actividades realizadas por los perros en Playa Curiñanco: (a) perros excavando en la arena en busca de Emerita analoga (b) Hoyos en la arena dejados por los perros en la playa. / Activities performed by dogs in Curiñanco beach: (a) dogs digging in the sand in search of Emerita analoga (b) holes in the sand made by dogs on the beach.
La expansión en la dieta de los perros aquí reportada traería consigo riesgo potencial de infección parasitaria. E. analoga es hospedador intermediario de parásitos helmintos en estado larval como el nemátodo Proleptus sp., el digeneo Maritrema sp. y el acantocéfalo Profilicollis altmani (Smith 2007; Oliva et al. 2008; Rodríguez et al. 2017). Estudios sobre la abundancia de E. analoga en las playas de arena del sur de Chile, registraron que varía estacionalmente, alcanzando el peak promedio de más de 1.600 individuos x m2 durante época estival (Contreras et al. 1999). En relación al parasitismo en E. analoga, se ha reportado que la prevalencia de P. altmani incrementa con el tamaño corporal del hospedador y que varía entre el 7 % (<15 mm de longitud cefalotoráxica; LCT) y el 80 % (>20 mm LCT) (Balboa et al. 2009; Rodríguez & Valdivia 2017). Además, los parásitos Maritrema sp. y P. altmani alcanzan su madurez sexual en distintas especies de gaviotas. Sumado a esto, P. altmani tiene la característica de provocar perforaciones y daño en el intestino de las aves y nutrias (Enhydra lutris nereis) (Mayer et al. 2003; Rodríguez et al. 2017). Infecciones experimentales realizadas con este acantocéfalo indican que parasita exitosamente a otros vertebrados como ratones, gallinas y perros (Tantaleán et al. 2002, 2005). Además, ha sido detectado en humanos que consumen este crustáceo sin cocer, como parte de “ceviche”, generando problemas de salud gastrointestinal (Ibáñez & Machado 1991; Tantaleán et al. 2002, 2005). Por lo tanto, esta frecuente conducta de forrajeo por parte de los perros podría traer consecuencias negativas en su salud, probablemente irreversibles y a la larga tal vez mortales. Adicionalmente, dado que el comportamiento es, aparentemente, transmitido socialmente, esta conducta podría extenderse a otros perros que son recurrentes en las playas de arena de la costa valdiviana. Si bien pareciera ser una conducta local, dado que no se ha reportado en otras playas, corresponde a un fenómeno que ha sido observado en reiteradas ocasiones a lo largo de un semestre y probablemente ya esté instalado como conducta cotidiana de forrajeo. Como conclusión podemos decir que no es una conducta casual y que dado el alto contenido proteico de E. analoga, ésta estaría siendo elegida como un nuevo ítem presa. Si este es un comportamiento que en perros se ha vuelto frecuente, se recomienda comenzar a regular la presencia de estos animales en las playas. De esta forma, disminuirá la perturbación hacia las aves y un foco de riesgo sanitario.