Introducción
La toxoplasmosis es una enfermedad zoonótica causada por Toxoplasma gondii, un parásito protozoo intracelular ampliamente distribuido en el mundo, cuyo ciclo involucra a los felinos como hospedero definitivo y una amplia variedad de potenciales hospederos intermediarios, tales como: humanos, mamíferos no felinos, aves, animales domésticos o de granja, entre otros1.
Los modos de transmisión más relevantes en el ser humano son: vía congénita (transmisión vertical), consumo de carnes infectadas con bradizoítos, deglución de ooquistes del ambiente por medio de alimentos o agua contaminada con materia fecal de gatos y por medio de trasplante de órganos infectados y/o transfusiones con quistes o zoítos de T. gondii2.
Los factores que contribuyen a la adquisición de la infección son los hábitos higiénicos-dietéticos, tales como el consumo de carnes poco cocidas, verduras mal lavadas, falta de higiene en la manipulación de los alimentos, un clima cálido y húmedo, no tener acceso a agua potable y la presencia de gatos3.
En general, la toxoplasmosis es una infección que cursa de forma asintomática y autolimitada en individuos inmunocompetentes, mientras que puede llegar a causar complicaciones y daños serios al feto si la mujer se infecta durante el embarazo, así como la infección grave en pacientes inmunocomprometidos2,4.
Se estima que la toxoplasmosis afecta a un tercio de la población mundial. En los E. U. A. es considerada una de las principales causas de hospitalización y muerte atribuida a enfermedades transmitidas por los alimentos3,5. La distribución de la infección en todo el mundo es variable, incluso dentro de un país, probablemente debido a diferencias ambientales, tales como saneamiento, clima y humedad; socio-económicas y culturales de un lugar en particular y sus residentes, con tasas de prevalencia en los países en desarrollo que varían entre 30 y 60%2,6.
En Chile, la toxoplasmosis es endémica, presentando amplias diferencias regionales. Un estudio del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, publicado en 1996, realizado en 76.317 personas de diferentes edades, estableció una seroprevalencia de anticuerpos del tipo IgG contra T. gondii de 36,9% (n = 28.124), la cual aumentaba progresivamente de norte a sur del país7. El estudio más reciente en nuestro país reportó una seroprevalencia de 55,9% en la Región de Los Ríos8. Hasta el momento, no existe información actualizada de la seroprevalencia de T. gondii en la Región Metropolitana.
La vigilancia diaria de la detección de anticuerpos anti-Toxoplasma en nuestro centro, nos ha permitido una recopilación continua de resultados de una amplia variedad de sujetos, utilizando el mismo kit comercial. El objetivo del estudio fue determinar la seroprevalencia de T. gondii en el periodo 2013-2018 en un centro de referencia ubicado en Santiago, Chile.
Materiales y Métodos
Pacientes y métodos
Se recolectaron 1.666 resultados con análisis de IgG anti-T. gondii desde enero de 2013 hasta diciembre de 2018, a partir de exámenes con solicitud de medición de anticuerpos IgG anti-T. gondii en el Laboratorio de Gastroenterología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Si el paciente presentaba más de una prueba disponible, se consideró sólo el primer resultado.
La totalidad de las determinaciones fueron realizadas con técnica ELFA, mini VIDAS®TOXO IgG II (BioMérieux SA, Francia). Se consideraron positivas las muestras con títulos ≥8 UI/ml, según instrucciones del fabricante. Los datos demográficos disponibles fueron edad y sexo. La asociación entre las variables de estudio y la seropositividad de IgG anti-T. gondii se estimó mediante el test de chi cuadrado. Un p < 0,05 fue considerado estadísticamente significativo. El estudio fue aprobado por el comité de ética local.
Análisis estadísticos
Las variables categóricas fueron expresadas como valor absoluto y porcentaje, mientras que las variables cuantitativas, como media ± desviación estándar. Se utilizó el test de proporciones chi-cuadrado (p < 0,05).
Los análisis fueron realizados con el software estadístico SPSS IBM Corp. Released 2016. IBM SPSS Statistics for Windows, Version 24.0. Armonk, NY: IBM Corp.
Resultados
Se analizaron un total de 1.666 resultados, correspondientes a 962 (57,7%) hombres y 704 (42,3%) mujeres (relación M/F: 1,4) y la edad promedio fue 37 años (rango, 0-88 años). En total, 1.240 (74,4%) resultados fueron negativos, 386 (23,2%) positivos y 40 (2,4%) dudosos. La seroprevalencia aumentó significativamente con la edad de los pacientes, de 7,7% en menores de 20 años a 43,5% en mayores de 59 años (p < 0,0001) (Figura 1). Por otro lado, la seroprevalencia mostró una tendencia a disminuir progresivamente en el tiempo, entre 2013 y 2018, la cual no fue estadísticamente significativa: de 24,2% en 2013 a 19,9% en 2018 (Tabla 1). No hubo diferencias significativas en cuanto a la seropositividad entre hombres y mujeres (23,4 y 22,9%; respectivamente).
Tabla 1 Seroprevalencia de anticuerpos IgG anti-Toxoplasma gondii por año y sexo
Año | 2013 | 2014 | 2015 | 2016 | 2017 | 2018 |
---|---|---|---|---|---|---|
Masculino (n) | 144 | 141 | 145 | 139 | 171 | 222 |
Prevalencia (%) | 27,1 | 25,5 | 24,8 | 27,3 | 21,6 | 17,6 |
Femenino (n) | 132 | 111 | 84 | 102 | 131 | 144 |
Prevalencia (%) | 21,2 | 25,2 | 16,7 | 20,6 | 27,5 | 23,6 |
Total | 276 | 252 | 229 | 241 | 302 | 366 |
Prevalencia (%) | 24,2 | 25,3 | 21,8 | 24,5 | 24,2 | 19,9 |
Discusión
En el presente estudio se encontró una seroprevalencia de anticuerpos IgG anti T. gondii de 23,2%, una de las más bajas reportadas en Latinoamérica6. No se observó una disminución significativa de la seroprevalencia en los últimos seis años; sin embargo, los resultados obtenidos muestran una reducción con respecto a investigaciones previas realizadas en la Región Metropolitana. Es así como un estudio realizado entre el año 1982 y 1994, reportó 33,3% de seroprevalencia en 13.637 sujetos, cifra significativamente superior a lo encontrado en el presente estudio7. Asimismo, si se compara el intervalo de edad de 0-30 años estudiado en 1996, en 53.638 individuos de todo Chile y en 1997, en 560 sujetos de la Región Metropolitana, con el mismo rango etario de la presente investigación (n = 559), nuestros resultados de seropositividad (13,4%) son significativamente menores a los obtenidos por estos autores (34,3 y 24,6%; respectivamente)7,9.
La infección por T. gondii está sujeta a múltiples factores (ambientales, socioeconómicos, higiene, alimentarios, entre otros), los cuales pueden tener variaciones en el tiempo. En concordancia con nuestros datos, una disminución en la seroprevalencia se ha reportado en varios países, independientemente de la cifra inicial10–13. Jones y cols., compararon la seroprevalencia en la población de E.U.A. en los períodos comprendidos entre 1988-1994 y 2009-2010 y observaron una disminución de 14,1 a 6,7%10. Un estudio realizado en el norte de Grecia informó una baja continua, de 37 a 29,9 y 24,1% en 1984, 1994 y 2004; respectivamente11. En Francia, un estudio realizado en mujeres embarazadas observó entre 1995 y 2006, un descenso de 35,2 a 18,5%12. En Latinoamérica, específicamente en Argentina, la seroprevalencia en los donantes de sangre disminuyó del 67% en 1967 al 21,2% en 20173.
Actualmente, no existe una explicación concluyente para esta disminución, cada país lo atribuye a distintos factores según su realidad local. En general, los argumentos podrían asociarse a mejores condiciones sanitarias, el acceso a agua potable, mejores procesos de calidad en la industria alimentaria y el consumo de alimentos congelados o cocidos que reducen la posibilidad de infección. Es decir, múltiples variables que influyen en la disminución de la tasa de exposición de individuos susceptibles a quistes tisulares o reservorios ambientales contaminados.
Es importante mencionar, que una situación distinta es la descrita en el sur de Chile, específicamente en la Región de los Ríos, en donde en el año 2016 se reportó un aumento significativo con respecto a estudios previos8, encontrándose una seroprevalencia de toxoplasmosis de 55%, la cual fue superior a la estimación de 47% obtenida de 6.438 personas realizada en 199014, ambas cifras muy superiores a lo encontrado en la Región Metropolitana. La mayor prevalencia en el sur, ha sido relacionada con las condiciones ambientales y una mayor producción y consumo de diferentes tipos de carne. El aumento indica que no se han logrado mejoras en términos de programas de prevención y reducción de infecciones8,14.
El gato, como hospedero definitivo, cumple un rol importante en la difusión del parásito en la naturaleza. Un estudio realizado en la Región Metropolitana en 230 gatos, encontró una prevalencia de 4,3%15, mientras que en la Región de los Ríos se encontró una prevalencia de 33% en 97 gatos16. Lo anterior podría explicar el mayor reservorio que existe en esa región, lo cual se correlaciona con las distintas seroprevalencias encontradas en nuestro país. Una de las explicaciones de esta diferencia, está dada porque la mayoría de los gatos caseros de grandes ciudades son alimentados con productos concentrados comerciales. Esto podría estar disminuyendo la seropositividad de los mismos contra T. gondii, al no verse obligados a cazar (evitando así su infección por medio de quistes tisulares) y disminuyendo la liberación de ooquistes al medio externo a través de las heces.
El aumento significativo de la seroprevalencia de la toxoplasmosis con la edad se explica porque con el tiempo aumentan las posibilidades de contacto directo o alimentario con las formas infectantes (ooquistes y bradizoitos)7,8,13. Este hecho fue corroborado en el presente estudio donde la mayor proporción de seropositividad se encontró en el grupo de sujetos mayores de 59 años (43,5%).
Actualmente, en nuestro país el control prenatal en mujeres embarazadas, realizado en los centros de salud, está dirigido a descartar la infección por VIH, sífilis en todo el país y Chagas en regiones de alta endemia, no considerando a la toxoplasmosis como una enfermedad de importancia. No existe una mayor sensibilización acerca de esta enfermedad en el país, a pesar de la experiencia internacional que da cuenta de la modificación de la presentación clínica y su potencial asociación con otras patologías2.
En consecuencia, la presente investigación muestra que los valores de seropositividad para T. gondii han disminuido de manera importante en los últimos 30 años en la Región Metropolitana, lo cual incrementa el número de personas susceptibles a la infección. Esto es de particular importancia en individuos con algún tipo de inmunosupresión y en aquellas mujeres seronegativas en edad fértil que corren el riesgo de adquirir la primoinfección por T. gondii durante el primer trimestre del embarazo. Nuestros resultados no son representativos de todo el país, por lo que se requieren más estudios para establecer la situación del país en relación a esta zoonosis y profundizar su posible efecto en la salud pública. En paralelo, también es importante informar y educar a la población, especialmente la de riesgo, sobre cómo prevenir la infección.