SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.56 número4Girolamo Cardano, CarcerPatricio Serrano Guevara, Traducir el Concilio Vaticano II. Método morfosintáctico práctico de latín, índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Teología y vida

versión impresa ISSN 0049-3449versión On-line ISSN 0717-6295

Teol. vida vol.56 no.4 Santiago dic. 2015

http://dx.doi.org/10.4067/S0049-34492015000400011 

Recensiones

 

Balthasar, Urs von, Hans: VOCACIÓN. Origen de la vida consagrada, Ediciones San Juan, Madrid 2015, 151 pp.

 


 

Resulta sumamente significativo el hecho de que Ediciones San Juan ofrezca seis estudios de Hans Urs von Balthasar, magistralmene traducidos por Juan Manuel Sara y bellamente editados Non solum in Memoriam sed in Intentionem de Cornelia Capol, bajo el título Vocación. Origen de la vida consagrada como contribución a la celebración del "año de la vida religiosa". El destacado teólogo suizo se hace cargo, pues, de la crisis evidente que hoy vive la vida consagrada, pero responde a los desafíos de tal crisis desde un enfoque teológico profundo de la Vocación en cuanto eje central de dicha vida. Constata Balthasar que no son factores externos, como la persecución o supresión de conventos, ni la diminución de la cuota de natalidad y falta de vocaciones, lo que amenazan actualmente con la desaparición de este modelo ejemplar de vida cristiana, sino que ello se debe a la dilución del núcleo interno de su identidad, la Vocación, hacia lo sin sentido de una existencia atemporal en medio de la urgencia contingente del tiempo.

Según Balthasar, son las "reformas" periféricas de una adaptación apresurada al mundo, las que afectan actualmente la sustancia de la identidad de la vida consagrada. De hecho, el autor logra verificar esta verdad a través de una exposición detallada de su recorrido histórico por las diversas expresiones de la vida religiosa desde los Padres del Desierto hasta los más recientes institutos seculares postconciliares: ellas solo difieren en sus formas externas, pero su núcleo profundo es el mismo en cuanto vocación a la "expropiación" por Cristo, garantizada a su vez por una "fecundidad" desbordante que remonta al mismo Espíritu Santo, origen de aquella expresión kenótica plasmada en la eucaristía en cuanto configuración cada vez más plena con Jesús de Nazaret, constituido Kyrios Señor. En efecto, es el Hijo de Dios hecho carne que llama a quien Él quiere a través de una Vocación única, irrepetible e inefable a participar en Su vida, aquella Vida "desnuda y desamparada", como la plasman las palabras estremecedoras de Adrienne von Speyr que acompañan el libro a modo de Prólogo.

En efecto, a la luz de tal Vocación crística, el teólogo suizo evoca el surgimiento, despliegue y vigencia de la vida consagrada a través de la historia, desde la experiencia fundante de los Padres del Desierto, tal como la concreta la Regla de san Basilio, pero cuyos ejes fundamentales reaparecen con la misma fuerza en las Constituciones que san Ignacio deja como legado a su Compañía, una vez que ellas adquirieron su perfil duradero en la Regla de san Benito y se abrieron al estilo mendicante de Francisco y las exigencias predicantes de Domingo de Guzmán. Expresan, pues, la misma identidad del núcleo de la vida consagrada en respuesta a necesidades nuevas del tiempo, sin tener su razón de ser en tales necesidades, sino todas ellas más bien remontan a la radicalidad invariable pero siempre nueva de la única Vocación crística.

Resulta difícil trasmitir la impresionante riqueza dogmática del contenido teológico de la comprensión balthasariana de la vida consagrada, que emerge del presente libro. En efecto, el teólogo suizo aborda detalladamente la etimología y diversidad de articulaciones lingüísticas de dicha vida para volver una y otra vez sobre sus variantes y distinciones conceptuales y entrar así en la hondura propia de los fundamentos bíblicos y dogmáticos que sustentan tal vida. A través de análisis ponderados, que evitan juicios fáciles y sin fundamento ante formas de vida religiosa que perdieron su vitalidad no a causa de la Vocación. Se aprecia que dicha Vocación sigue siendo la misma, pero que en la raíz amenazada por la desaparición se encuentra la infidelidad humana, siempre estéril, cuando la naturaleza humana ya no busca la Gloria de Dios, sino el satisfacerse a sí misma, aunque sutil y escondidamente, dando cauce al egoísmo y la vanagloria.

De hecho, lo que a Balthasar le interesa visiblemente es evocar y mostrar, a través de la descripción dinámica detallada de la vida consagrada, el núcleo de esta consagración que perdura y debe perdurar a través de los cambios innegables. Pues en la vida consagrada hay algo que no cambia, el llamado al seguimiento de Jesús el Cristo y la respuesta incondicional única a este llamado por parte del que recibe el llamado, sea esta respuesta formulada por un voto, por tres o cuatro votos, pues lo único que vale es la entrega total. En este sentido, resulta ilustrativo el análisis balthasariano tanto del significado conceptual de "voto" como también de las variantes que va adquiriendo paulatinamente el uso de este lenguaje para desembocar siempre de nuevo en lo único necesario: "elegir la parte mejor" y entregarse a ella sin reservas, pese a que los votos logran articular un significativo desarrollo propio de la diversificación de la vida consagrada, siempre sometida a indispensables mejoramientos.

El núcleo de la vida consagrada entonces se va perfilando en este libro a través de los diversos análisis balthasarianos, que nunca contraponen la vida consagrada a la vocación laical, pero tampoco la identifican con aquel "encontrarse en el corazón del mundo, no siendo del mundo", como dice el Vaticano II respecto al laicado. Si la vida consagrada sigue gestándose fundamentalmente como "no ser del mundo" en cuanto "anticipo de eternidad", tal estilo escatológico no justifica su desaparición pronosticada por muchos hoy. En efecto, la vocación a la vida consagrada —y lo verifica su desarrollo histórico paradójico—, se constituye en cuanto expropiación de sí mismo por Cristo para ser plenamente "sí mismo", cada vez más hondo, a modo del Espíritu Santo. Pues dicho Espíritu en cuanto amor del Padre y del Hijo tiene como su propio modo de ser precisamente el no tener nada propio, sino permitir al Padre ser Padre y al Hijo ser Hijo, es decir, posibilita a otro ser él mismo en la oposición de relaciones que se compenetran y se expresan así de modo semejante con mayor desemejanza, en la enorme diversidad de la vida consagrada y su inexplicable fecundidad.

En efecto, el concepto de fecundidad es el que Balthasar usa con más frecuencia dentro de su complejo instrumentario de ideas fuerza y lo repite con insistencia en los momentos clave del presente libro. Tal concepto, sin duda, emerge de la argumentación del autor en consonancia profunda con el ser íntimo de la vida consagrada, aunque es, indudablemente, expresión auténtica de la forma mentis balthasariana, que logra articular dicho concepto a la perfección en cuanto "prodigalidad menesterosa". El misterio de esta fecundidad, enigmático ya a nivel natural, de hecho escapa a la intelección de una racionalidad clara y distinta, pero es comprendida, con sorprendente facilidad y hondura científica por el corazón iluminado por el amor —aquel a priori filosófico indiscutible del método teológico balthasariano—, hecho patente también en su aplicación de los trascendentales del ser a la vida consagrada. Entre estos trascendentales —la belleza, bondad, verdad— emerge, efectivamente, el amor como el principal, porque Dios es Amor en cuanto Dios Trino y Uno, de tal modo que la existencia del único ser en la multiplicidad de seres singulares concretos, resalta como condición de posibilidad de la vida consagrada a través de sus variadas respuestas personales a la única vocación inefable.

Por esta razón resulta evidente que a Balthasar no le importan las formas concretas de vida consagrada, aunque las conoce a fondo y las describe en el presente libro con sus valiosos detalles precisos. Advierte el teólogo suizo que la contraposición de dichas formas de la vida consagrada entre sí se configura en aquello que Balthasar suele designar una "verdad polifónica", configuración, por cierto, que emerge gracias al dinamismo fundamental de la expropiación cada vez mayor del que es llamado por el que llama, Cristo, el único Señor y Esposo elegido, "gustosamente", por parte de la persona elegida. De tal modo, a Balthasar le da lo mismo si esta respuesta a la elección la realiza el elegido en el claustro enrejado o en el departamento compartido en un barrio populoso, con tal que el núcleo de la fecundidad de la expropiación adquiera su autenticidad de entrega consagrada. En este sentido, no deja indiferente la dureza del juicio balthasariano cuando constata que vale más la entrega incansable de un párroco a sus feligreses que el encerrarse egoístamente de un religioso encapsulado en un estilo burgués para "cumplir" con sus "votos".

No cabe duda que el presente libro solo despierta y deja, en definitiva, un inmenso asombro ante el ¡cómo es posible también hoy comprender la vida religiosa desde esta profundidad! En efecto, tal profundidad inigualable emerge a través de los seis estudios balthasarianos, de tal modo que no se necesita comentario alguno, aunque podrán ser útiles las explicaciones de Jacques Servais, s.j., Ricardo Aldana, S. de. J., y Adrián Walker, como también la Nota Editorial con que cierra el libro. Pues la Verdad de la vida consagrada Se dice a través de aquella Belleza que Se manifiesta desde dentro en cuanto Bondad por excelencia, donándose a misma de modo dramático. Y en la medida en que tal donación es recibida libremente por un corazón dispuesto, se abrirá hoy aquel futuro para la vida consagrada que el Padre nos regala en Cristo, Su Hijo amado y a quien el Espíritu Santo nos configura más allá de las posibilidades humanas siempre limitadas, pero no estériles, si nuestra libertad se abandona a la acción fecundante de dicho Espíritu, al modo de María.

 

Anneliese Meis

 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons