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Teología y vida
versión impresa ISSN 0049-3449versión On-line ISSN 0717-6295
Teol. vida vol.55 no.4 Santiago 2014
http://dx.doi.org/10.4067/S0049-34492014000400008
Reseñas
Julio Trebolle y Susana Pottecher. Job. Madrid: Editorial Trotta, 2011. ISBN: 978-84-9879-197-6. pp. 256.
Del libro de Job dijo J. W. Goethe que "funda poesía, religión y filosofía". Para Lord Byron es el "primer drama del mundo". G. K. Chesterton, a propósito del carácter alegórico de toda gran literatura, escribió: "La Ilíada es grande solo porque toda vida es una batalla, la Odisea porque toda vida es un viaje, el libro de Job porque toda vida es un enigma". Y, más contemporáneamente, también se han referido al libro de Job estudiosos de la literatura como George Steiner: "Job el edomita grita pidiendo sentido... Pide a Dios que se dé sentido a Sí mismo"; y N. Iyre: "Quien se interese por la Biblia y la literatura acabará dando vueltas en torno al libro de Job como un satélite".
Con estas y muchas otras apreciaciones más, los autores de la presente obra que aquí reseñamos nos ofrecen un fascinante y atractivo recorrido por el libro de Job, con impecable lucidez y amplísimas perspectivas, logrando una investigación bellamente escrita, a la altura de la mejor lírica hebrea y sus profundos temas espirituales. El libro se divide en dos grandes apartados: la primera consta de una traducción realizada por los propios autores (11-84), donde se destaca una restauración del texto en un castellano moderno, atento a las convenciones literarias del Próximo Oriente Antiguo, con sus ricas expresiones simbólicas, en cifra poética, y con numerosos comentarios a pie de página, proporcionando al lector un camino más aparejado al interior de las recurrentes complejidades del lenguaje jobano: "su escritura parece tocada de la rebeldía de su personaje, o del poeta que ha forzado la gramática y la sintaxis hasta los límites que lo hacen a menudo incomprensible..." (173). La segunda parte del libro (85246), nos presenta una interesante exposición de las diferentes interpretaciones a las cuales ha estado sujeto el libro de Job, un viaje por sus distintos senderos donde nos encontramos con los siguientes subtítulos: I. El personaje; II. El libro y sus géneros; III. Job frente a Dios. Dios frente al Leviatán; IV. La recepción de Job en la tradición religiosa; V. Job en la literatura, la filosofía y el arte; VI. Lo poético y lo sagrado; VII. Traducir Job.
A continuación tomemos tres ejemplos representativos de la significancia de la presente obra. El primero versa sobre el papel del motivo de la creación en Job como clave hermenéutica. Además de los himnos a la creación (pp. 126-128), doxologías a menudo entrecruzadas con trágicas expresiones de lamento e imprecaciones (como en Jeremías), al inicio de la segunda parte del libro reseñado la primera afirmación fundamental e iluminadora es que "para Adán el castigo es la muerte. Para Job es la vida. Su primer soliloquio o lamento (Job 3) es una reescritura del relato de la creación en Génesis" (87). Motivos como el Caos y sus representaciones mitológicas (p. ej. Tiamat del Enuma Elish babilónico), ajenas al primer capítulo de Génesis, son patentes en el libro de Job, como también monstruos primordiales y apocalípticos (Leviatán, Behemot o Rahab); los contrastes entre luz y tinieblas (Job 3); la figura de la serpiente y el Satán; la muerte (el Seól bíblico), dan cuenta de cómo Job subvierte y deconstruye tanto la creación como la historia de la salvación, convirtiéndolas en una condena (88).
En el capítulo "Job desde Auschwitz" (208-210), los autores nos revelan la especial incidencia que la figura de Job ha tenido en el judaísmo contemporáneo, como no podía ser menos ante los pogroms de la Rusia zarista y el Holocausto nazi: "el judaísmo ha cumplido la dura misión de desenmascarar la confusión entre lo divino y lo satánico que alentaban las ideologías y los poderes totalitarios de la primera mitad del siglo XX" (209). Obras como las de Joseph Roth, "La novela de un hombre sencillo", que rehace de manera paródica la trayectoria de Job, junto a otros autores como la poeta judía Margarete Susman ("El problema de Job en Kafka", 1929; y "El libro de Job y el destino del pueblo judío", 1946); Nelly Sachs, premio Nobel de Literatura en 1966, y a otros como Martin Buber, Elie Wiesel, Marc Chagall, quienes ven en la persona de Job al arquetipo de un doloroso destino, que ya "había llorado todas las vigilias de la noche", pero también que "la constelación de su sangre estaba haciendo palidecer todo sol naciente" (Buber, 210).
En un último ejemplo de esta obra, en el capítulo "El Job del siglo de la razón" (193-196), autores como Pascal, Voltaire, Racine, Kant, Goethe y Blake son invocados, como habiendo compartido un entusiasta interés por el poema jobano. En sus Pensamientos, Pascal escribió: "Salomón y Job son los que mejor han conocido y hablado de la miseria del hombre: el uno, el más dichoso, y el otro, el más desgraciado; el uno, conociendo la vanidad de los placeres por experiencia; el otro, la realidad de los males" (193). Voltaire escribió tres cuentos filosóficos de inspiración oriental a la zaga del relato bíblico de Job, en especial su obra Zadig (1747; del hebreo tsedeq). También su obra Cándido (1758), escrita tres años después del gran terremoto de Lisboa, evento que le dejó una poderosa impresión. Basado en este acontecimiento Voltaire escribió su famoso "Poema sobre el desastre de Lisboa", donde su pluma descarga todo su sarcasmo, como Job frente a sus amigos, indignado contra un Dios impotente (195). Se nos dice también que, entre los filósofos, Kant leía el libro como un tratado de "auténtica teodicea" (Sobre el fracaso de todos los ensayos filosóficos de teodicea, 1791). Y finalmente, tenemos al poeta y grabador William Blake, que en sus Iluminaciones del libro de Job, estructura su obra en tres partes, siete en cada una, tituladas "Caos", Lucidez" y "Resolución". La portada del libro que reseñamos lleva una de sus ilustraciones (Job Laughed to Scorn).
Solo hay una crítica que podríamos hacer sobre esta obra finalmente. Es cierta falta de análisis exegético sobre algunos pasajes clave del libro de Job. Si bien se entiende el propósito general de los autores de no escribir un comentario sobre cada pasaje (el libro no es un comentario en el sentido clásico), por causa de su complejidad poética, con un riquísimo manantial de figuras de lenguaje, como también por enfrentar las más insoldables oscuridades y dolores del ser humano, la relación de Dios y el sufrimiento y, sobre todo, la verdad teológica de un conflicto entre el bien y el mal, justifican, siempre, un intento paciente y audaz en mayor profundidad de este gran poema (aquí, los textos de Edward Greenstein son fundamentales, "Truth or Theodicy? Speaking Truth to Power in the Book of Job", The Princeton Seminary Bulletin 27 (2006): 236-358; "The problem of evil in the Book of Job", en Mishneh Todah; Studies in Deuteronomy and Its Cultural Environment, in Honor of Jeffrey H. Tigay. Edited by Nili Sacher Fox, David A. Glatt-Gilad, and Michael J. Williams. Winona Lake, Indiana; Eisenbrauns, 2009, 333-362).
En suma, como puede apreciarse, el libro de Julio Trebolle y Susana Pottercher es portador de una riqueza inestimable, tanto por su calidad reflexiva y también por el vasto conjunto de temáticas en que sitúan el libro de Job y sus intérpretes a lo largo de la historia. Resulta ser, sin duda alguna, una obra imprescindible para el estudio de la antigua poética hebrea para el lector de habla castellana. En conclusión, afirmamos, en las palabras de los propios autores:
"Job hoy sigue dispuesto a remover las conciencias tranquilas, las mentalidades imperantes, las certezas adquiridas, tanto de quienes se profesan creyentes como agnósticos. Sus palabras interpelan, queman, hieren; hablan tanto de juicio como de misericordia, de violencia extrema como de absoluta quietud, de mentira como de verdad. Proclaman que el bien no es lo mismo que el mal y que el hombre, aunque se lo crea, no es señor del bien y del mal, y ni siquiera el conocimiento de lo que es bueno o malo. Job no se deja domesticar por los domadores de conciencias de cualquier poder o ideología" (218).
Allan Bornapé M.
Universidad Diego Portales