SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.132 número6Insuficiencia cardíaca en hospitales chilenos: resultados del Registro Nacional de Insuficiencia Cardíaca, Grupo ICAROPólipos y adenomas de la vesícula biliar: consideraciones clínico-patológicas índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

Compartir


Revista médica de Chile

versión impresa ISSN 0034-9887

Rev. méd. Chile v.132 n.6 Santiago jun. 2004

http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872004000600002 

  Rev Méd Chile 2004; 132: 663-672

Artículo de Investigación

Caracterización genético molecular de habitantes de Caleta Paposo, último reducto Chango en Chile

Molecular and genetic characterization of Changos descendants living in Paposo Cove

 

Hugo Henríquez B, Mauricio Moraga V, Elena Llop R, Francisco Rothhammer E.

Programa de Genética Humana, Instituto de Ciencias Biomédicas, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Santiago de Chile.

Dirección para correspondencia


Background: There are geographic and ethno historic evidences that relate Paposo cove, located 150 km south of the city of Antofagasta, with old fishermen-collector populations known as Changos, that lived in that zone in the XVII and XVIII centuries. Aim: To perform a genetic and molecular characterization of current Paposo inhabitants, through mitochondrial DNA polymorphism analysis and molecular analysis of classical ABO and Duffy blood groups. Material and methods: Forty unrelated individuals were studied. The presence of restriction polymorphisms that define A, B, C, and D Amerindian founder mitochondrial haplogroups was studied and molecular determination of classical blood groups were done by PCR. Results: One individual had A haplogroup (2.5%), 19 had B haplogroup (47.5%), six had C haplogroup (15%) and 11 had D haplogroup (27.5%). Three subjects (7.5%) did not have any of these haplogroups. Among ABO blood groups, the frequency of O101 allele was 0.39, that of allele O201 was 0.53 and that of A allele was 0.08. Duffy blood group frequencies were 0.58 for FY*A and 0.42 for FY*B. FY null allele was not found. Conclusions: The frequency distribution of Amerindian mitochondrial haplogroups in Paposo inhabitants suggest that these individuals are related with Aymara and Atacameño Amerindians that can be considered culturally and geographically close populations. This proposal is supported by the results of the molecular determination of classical blood groups. Our findings in Paposo cove may represent the distribution of these markers in Chango Indians, of whom there is limited physical evidence and that became extinct near 1890 (Rev Méd Chile 2004; 132: 663-72).

(Key Words: ABO Blood-group system; Duffy Blood-group system; Ethnic groups; Genetics, population; Indians, South American)


Durante aproximadamente treinta años, nuestro grupo de trabajo ha realizado investigaciones relacionadas con la composición genética de la población chilena, siendo sus objetivos fundamentales el conocimiento acerca del origen, microevolución y patrones de morbimortalidad de las poblaciones de nuestro país. Estos estudios han abarcado poblaciones originarias y mixtas del norte, centro y sur de Chile, caracterizando su pool genético e infiriendo a su vez probables patrones de herencia genética1-8.

Siguiendo este modelo, caracterizamos genéticamente la población de Paposo, ubicada en la zona costera del desierto de Atacama, mediante polimorfismos de ADN mitocondrial (mtADN) y grupos sanguíneos clásicos ABO y Duffy. Esto, dado que existe evidencia etnohistórica y geográfica que avala la hipótesis que la población actual de la caleta de Paposo descendendería de los indígenas Changos, antiguos pescadores recolectores de la costa del norte grande de Chile, extintos hacia el año 18909,10. Los Changos, por su parte, presentarían a su vez rasgos culturales de los pueblos de tradición Chinchorro, existentes en esta zona durante el período arcaico, entre 8.000 y 4.000 años atrás. Este conjunto de evidencia sugiere una ocupación continua de la costa por cerca de 8.000 años, y una posible vinculación genética entre todas estas etnias. Finalmente, estaría contribuyendo de manera posterior al pool genético de caleta Paposo la etnia Aymara, con quienes los Changos mantuvieron cierto vínculo cultural entre los siglos XVII y XVIII.

El ADN mitocondrial humano constituye una excelente herramienta para la realización de estudios microevolutivos, dadas ciertas características únicas: posee una alta tasa de variación en su secuencia (5 a 10 veces mayor que la existente en el ADN nuclear); se comporta como gen haploide de herencia monoparental vía materna a lo largo de las generaciones y no sufre recombinación génica11-14. Su secuencia, que se conoce totalmente desde 1981, comprende 16.569 pares de bases (pb) distribuidas en 37 segmentos génicos, entre ellos los genes de los ARNs ribosomales 12S y 16S, 22 tARNs y otras 13 secuencias codificantes involucradas en los procesos y maquinaria energética de la célula15. La mayor parte del escaso mtADN no codificante (7% versus 90% en ADN nuclear) se concentra en la zona denominada D-loop con aproximadamente 1.100 pb, la que muestra un alto grado de polimorfismo en su secuencia. El estudio del mtADN se ha basado fundamentalmente en el empleo de dos estrategias metodológicas diferentes. La primera y más ampliamente utilizada, consiste en el análisis de los polimorfismos del mtADN mediante el uso de enzimas de restricción, permitiendo la caracterización de sitios de restricción polimórficos propios de determinadas razas o grupos étnicos. La segunda, corresponde a la secuenciación directa de las regiones hipervariables I y II del D-loop y su posterior análisis16-19.

Con la utilización de las dos estrategias metodológicas antes mencionadas es posible agrupar variantes del mtADN, obtenidas de poblaciones amerindias contemporáneas dentro de cuatro grupos o haplogrupos denominados A, B, C y D. Cada uno de éstos puede ser caracterizado por un marcador de mtADN específico: la ganancia de un sitio de restricción para la enzima Hae III en la posición 663 para el haplogrupo A, la deleción de 9 pb. En la región intergénica COII/tARNLys para el haplogrupo B, la pérdida de un sitio para la enzima Hinc II en la posición 13.259 para el haplogrupo C y la pérdida de un sitio de restricción para la enzima Alu I en la posición 5.176 para el haplogrupo D. Por su parte, los datos de secuencia obtenidos muestran una correspondencia entre los haplogrupos arriba mencionados y mutaciones específicas presentes en la región hipervariable I del mtADN20-23.

Diversos son los grupos de investigación que han trabajado en caracterizar distintos emplazamientos poblacionales. Primeramente, estos estudios se llevaron a cabo en grupos originarios de América del Norte y Central, por su probable vinculación con los eventos asociados al cruce de paleoindios a través del estrecho de Bering hace casi 35.000 años24-26. Se demostró así que la distribución de frecuencias para los cuatro haplogrupos mitocondriales amerindios no es homogénea a lo largo del continente. Se observa una elevada frecuencia del haplogrupo A en América del Norte y zonas de marcada elevación del haplogrupo B en el suroeste de Norteamérica, en Centroamérica y gran parte del altiplano sudamericano. Recientemente, Moraga y cols18, han mostrado que la frecuencia de los haplogrupos C y D aumentaría progresivamente en sentido norte-sur, llegando a desplazar por completo a los haplogrupos A y B en tribus australes (Yamanas). Todo este conjunto de evidencia científica está encaminado a esclarecer las probables rutas de migración que siguieron las corrientes paleoindias luego de su cruce por Beringia hacia el continente americano. Sobre ello se ha especulado fuertemente, asociando este evento a la persecución de megafauna como fuente de alimentación o a la búsqueda de mejores condiciones ambientales, como ejemplos clásicos.

Por su parte, el sistema de grupo sanguíneo ABO ha sido ampliamente utilizado en la caracterización de distintas poblaciones. Diversos trabajos así lo demuestran27-29. Estos han sido llevados a cabo principalmente por medio de técnicas serológicas de hemaglutinación. Dicho enfoque, aunque adecuado en términos generales, presenta el gran inconveniente de no poder discriminar entre estados de homocigosis y heterocigosis en los individuos fenotípicamente clasificados como A o B y la relación de éstos con respecto a individuos de grupo O. El gen que determina el grupo sanguíneo ABO está ubicado en la posición 9q34.1-q34.2 del cromosoma 9 humano. Tiene una longitud de alrededor de 18 kilobases (Kb) y consta de siete exones codificantes30. Su base molecular fue propuesta por Yamamoto y cols31, con la que se definió cada uno de los antígenos de este sistema (A, B y O). El grupo sanguíneo ABO presenta gran heterogeneidad genética, a tal punto que hasta la fecha, se han determinado por métodos moleculares, como la reacción en cadena de la polimerasa, seguida de búsqueda de polimorfismos en el largo de fragmentos de restricción o PCR-RFLP, por sus siglas en inglés, más de setenta alelos distintos para los tres antígenos que lo definen32. Dentro de ellos, el alelo O clásico (denominado actualmente O101) por su gran variabilidad y elevada frecuencia mundial ha sido el más intensamente estudiado. Este alelo se define por una deleción en el nucleótido 261 del exón 6 de la secuencia del gen, generándose una proteína truncada no funcional. Adicionalmente, se han descrito variantes moleculares del alelo O definidas por mutaciones puntuales, como O1V (actualmente denominado O201). Este alelo presenta nueve sustituciones nucleotídicas distribuidas principalmente en los exones 6 y 7 de su secuencia codificante además de la deleción que define a los alelos O33-37.

Es por ello que mediante la utilización de técnicas moleculares de tipificación de grupo sanguíneo ABO es posible definir características particulares de determinados grupos étnicos, y más aún, diferenciar dentro de ellos algunos subgrupos que los conforman, llegando, de esta forma, a un conocimiento cabal del acervo genético de diversas poblaciones.

Otro sistema que se ha utilizado con cierta regularidad en la caracterización serológica de distintos grupos poblacionales es el sistema de grupo sanguíneo Duffy. El gen FY se ubica en el cromosoma 1, en la posición 1q21-q22 y codifica para una proteína de 338 aminoácidos38. Este sistema posee dos alelos FYA y FYB con relación de codominancia entre ellos y donde el polimorfismo FYA/FYB radica en una mutación en el nucleótido 131 (G®A) que genera un cambio aminoacídico y que otorga la especificidad antigénica exhibida39-41. Además de éstos, se ha caracterizado otro alelo que presenta frecuencias inusualmente altas denominado FY nulo o silente (FY-) en población de origen negroide. Dicho alelo no puede ser determinado por métodos serológicos debido a que se enmascara ante la presencia del alelo FYB, con el que comparte el polimorfismo en el nucleótido 131. FY- presenta, además, la mutación que genera la condición nula, que corresponde a una transición T®C en la región promotora del gen FY, donde se encuentra el motivo de unión del factor de transcripción GATA-1. Como consecuencia de esto, el alelo FY- no se expresa42.

El sistema de grupo sanguíneo Duffy presenta una particularidad que lo hace ser objeto de crecientes aproximaciones científicas. Esta radica en que el producto del gen FY expresado constituye un receptor de superficie celular muy eficiente para algunos tipos de Plasmodium como P vivax y P knowlesi, endoparásito que produce crisis maláricas cuando es transmitido a través de las secreciones salivales del vector díptero del género Anopheles43. Luego, el no poseer el antígeno de membrana, es decir, presentar el fenotipo FY-, constituiría una forma de resistencia a la infección por el parásito, generando un efecto protector contra la malaria.

El interés por estudiar la variante molecular FY- no sólo radica en la resistencia a la malaria en población susceptible, sino que además el factor genético poblacional tiene un papel preponderante. La razón de ello es que la población de origen negroide que arribó al país, principalmente para cumplir labores de trabajo forzado en regímenes de cuasiesclavitud, llegó a conformar más de 15% de la población total de Chile hacia la década de 1640-4944. Este contingente de fuerza de trabajo se relegó fundamentalmente a la zona norte del país, disminuyendo su acervo genético progresivamente a través del tiempo, probablemente producto de los malos tratos recibidos por parte de criollos y españoles y debido a la fusión genética con estos mismos grupos. De allí que sea realmente interesante determinar la presencia de esta variante genética de grupo sanguíneo Duffy (FY-) en la población de Paposo, con el doble objetivo de caracterizar genéticamente a esta población con respecto a este marcador y pesquisar la presencia de esta variante en población con probable vinculación negroide en algún momento del siglo XVII.

El presente trabajo tiene por objeto la caracterización genético molecular de la localidad de Paposo, mediante la determinación y análisis de polimorfismos de restricción de mtDNA, grupo sanguíneo ABO y amplificación alelo específica del grupo sanguíneo Duffy, analizando las posibles vinculaciones genéticas de una pequeña localidad costera de pescadores con antecedentes de una importante presencia aborigen en el pasado, y realizar un sólido aporte al ya extenso pero todavía insuficiente conocimiento acerca de los orígenes de la población chilena.

Materiales y métodos

Sujetos. Se incluyeron en este estudio 40 individuos no relacionados de la localidad de Paposo (II Región; 25°03'S, 70°27'O), distante 51 kilómetros al norte del puerto de Taltal, los cuales constituyen aproximadamente el 14% de la población total de la caleta. Las muestras de sangre empleadas fueron obtenidas cinco años antes, en el marco de proyectos antropológicos que perseguían objetivos similares.

Todos los individuos incluidos fueron informados sobre los objetivos del estudio, accediendo a la toma de una muestra de sangre, previa firma de un formulario de consentimiento informado en el que se especifica la realización de investigación científica sin fines de lucro.

El ADN total fue extraído a partir de linfocitos de sangre periférica congelada, según el protocolo descrito por Lahiri y Nurnberger (1991)45.

mtADN. La amplificación de las regiones del mtADN, que contienen los polimorfismos que definen los cuatro haplogrupos característicos de poblaciones amerindias, se realizó mediante la técnica de PCR (Polymerase Chain Reaction), utilizando para ello las parejas de oligonucleótidos partidores y programa de PCR descritos en Moraga y cols18. Los haplogrupos A, C y D fueron analizados por digestión con endonucleasas de restricción específicas: Hae III para el haplogrupo A; Hinc II para el haplogrupo C y Alu I para el haplogrupo D. Con relación al haplogrupo B, su determinación se realizó directamente a través de la observación de los patrones de amplificación obtenidos. Tanto los resultados de las digestiones para los haplogrupos A, C y D como el producto de PCR que define al haplogrupo B fueron analizados por electroforesis en gel de agarosa 2,5% (TAE 1X) teñido con bromuro de etidio.

Grupo sanguíneo ABO. La determinación molecular de los alelos pertenecientes al grupo sanguíneo ABO, se realizó mediante la técnica de PCR y posterior digestión de productos de amplificación correspondientes a los exones 4, 6 y 7 del gen ABO con enzimas de restricción de manera similar al mtDNA. Las parejas de partidores utilizadas fueron tomadas desde Olsson y Chester34 y Ogasawara y cols35. Las endonucleasas de restricción utilizadas fueron BstU I, Kpn I, Dde I y Mbo I. Los productos de las digestiones enzimáticas se resolvieron en geles de agarosa 2 a 3% y acrilamida-bisacrilamida al 12% en buffer TAE teñidos con bromuro de etidio.

Grupo sanguíneo Duffy. Para la caracterización molecular de los alelos del grupo sanguíneo Duffy en Paposo se utilizó la técnica de reacción en cadena de la polimerasa alelo específica o PCR-ASP, por sus siglas en inglés, que permite la detección directa de variantes moleculares por combinación de parejas de partidores, pudiendo de esta forma discriminar entre alelos normales y aquellos portadores de alguna mutación. El programa de PCR, los oligonucleótidos partidores y la estrategia de amplificación utilizada fueron tomadas de Olsson y cols41. Una vez realizada la amplificación, los productos obtenidos se resolvieron en geles de agarosa 1,5 a 2% en buffer TAE, y visualizados a fuente de radiación UV por adición de bromuro de etidio.

Con el objeto de realizar comparaciones, en términos de distancias genéticas entre la población en estudio y grupos originarios del norte y sur de Chile, se calcularon las matrices de distancias genéticas de Nei (1978)46 a través del programa BIOSYS47, generando dendrogramas tipo neighbor-joining mediante el programa MEGA 2.148.

Resultados

Para mtADN, de un total de 40 muestras analizadas 1 (2,5%) presentó el haplogrupo A; 19 (47,5%) el B; 6 (15%) el C y 11 (27,5%) el D, además de 3 individuos (7,5%) que no presentaron los polimorfismos característicos de haplogrupos mitocondriales amerindios.

En la Tabla 1, se consigna la distribución de haplogrupos de mtADN para la población en estudio y varias poblaciones originarias, tanto del norte como del sur del país, obtenidas a partir del uso de enzimas de restricción. Destaca la tendencia a la disminución en sentido norte-sur de la frecuencia del haplogrupo A, en tanto los haplogrupos C y D incrementan sus frecuencias en este mismo sentido. Mención especial merece el haplogrupo B, que parece exhibir frecuencias más heterogéneas a lo largo de Chile. Paposo muestra correlación con estas inferencias, salvo por la frecuencia de haplogrupo D, la que se presenta curiosamente elevada para estas latitudes. Si se observa la distribución de haplogrupos de la población de Paposo, existe una situación aparentemente intermedia entre indígenas del norte y sur de Chile, con tendencia a ser más semejante a los indígenas del norte.


Con respecto a los resultados de la caracterización molecular de la población en estudio para grupo sanguíneo ABO, se encontraron frecuencias génicas de 0,39 para el alelo ABO*O101, 0,53 para el alelo ABO*O201 y 0,08 para el alelo ABO*A. No se encontró individuos con alelo ABO*B (Tabla 2). Destaca la frecuencia de ABO*O201, que sobrepasa con creces la observada para el alelo considerado, a priori, como el más frecuente (ABO*O101).


Para grupo sanguíneo Duffy, la muestra en estudio arrojó frecuencias génicas de 0,58 para FY*A y 0,42 para FY*B (Tabla 2), no detectándose el alelo Duffy nulo o silente (FY-).

Discusión

La matriz de distancias genéticas de Nei (1978), construida a partir de las frecuencias relativas de haplogrupos mitocondriales de la población en estudio y de los datos recogidos de la literatura, muestran las relaciones existentes entre estos asentamientos (Tabla 3). Resulta interesante destacar que la menor distancia para la población en estudio es con Aymaras (0,017), en tanto que la mayor distancia corresponde a Paposo y Yamanas (0,151). Como se puede ver, existe cierta correlación entre distancias genéticas y distancias geográficas, dado que Paposo se encuentra cercano geográficamente a localidades de tradición Aymara, encontrándose muy alejado de los grupos del extremo austral de Chile, como es el caso de los Yamanas. De esta manera, el estudio de la matriz nos permite ligar a Paposo con poblaciones aborígenes del extremo norte de Chile, lo que además se sustenta en el antecedente geográfico antes mencionado. También, y más interesante aún, relacionar al menos en cuanto a haplogrupos mitocondriales a Paposo con un grupo específico, basándonos en la mínima distancia genética existente entre este grupo y los indígenas Aymaras.


Moraga49, analiza para haplogrupos amerindios de mtDNA, restos esqueletales de individuos pertenecientes a la fase Chinchorro. La presencia de los cuatro haplogrupos en esta población, de casi 4.000 años de antigüedad, y al mismo tiempo la alta frecuencia del haplogrupo B exhibida por ellos (0,417) estarían dando cuenta de la relación existente entre pueblos arcaicos de tradición pescadora-recolectora y pueblos contemporáneos de la zona norte de Chile. Es por ello que se permite sugerir la transmisión de patrones de herencia genéticos y culturales entre pueblos Chinchorro e indígenas Changos, significativamente más tardíos en la evolución cultural del norte. A su vez, los Changos habrían transmitido, a lo menos, parte de la herencia genética a los habitantes de caleta Paposo, los que recibiendo la impronta contemporánea de los indígenas Aymaras, constituirían la actual población estudiada.

Es interesante además, el hecho que la población de Paposo resultó tener casi 93% de haplogrupos mitocondriales indígenas, lo que resulta significativamente superior a la componente indígena calculada a partir de marcadores nucleares, que es de aproximadamente 60%50. De esto se infiere que 93% de las mujeres que dieron origen a la población actual de Paposo habrían sido indígenas, mientras que el aporte paterno sería principalmente europeo.

Con respecto a los individuos que no presentan los polimorfismos propios de haplogrupos amerindios, es altamente probable que éstos correspondan a individuos con herencia mitocondrial europea, es decir, sean portadores de polimorfismos correspondientes a haplogrupos mitocondriales caucasoides, como ha sido descrito en algunos trabajos51, aun cuando no puede descartarse linajes maternos negroides o chinos.

El dendrograma tipo neighbor-joining que se muestra en la Figura 1, es la manifestación gráfica de gran parte de las apreciaciones anteriormente expuestas. Existen dos caldos bien definidos, uno constituido por poblaciones originarias del norte y otro por poblaciones del sur de Chile. Dentro de este sistema, se aprecia a Paposo claramente cercano a los pueblos originarios del norte, y específicamente a los Aymaras.


 
Figura 1. Dendrograma tipo neighbor joining que ilustra gráficamente la relación, para mtDNA, entre la población en estudio (Paposo) y diversos grupos originarios del norte y sur de Chile.

Con respecto a los resultados exhibidos para grupo sanguíneo ABO por la población en estudio, existen varios hechos interesantes de analizar. La ausencia del alelo B y la baja frecuencia del alelo A serían claros indicadores del origen amerindio de Paposo. Evidencia científica a partir de marcadores serológicos de grupos sanguíneos da cuenta de la elevada frecuencia de alelo O en poblaciones amerindias, así como la disminución de este alelo y la aparición de A o B en poblaciones de origen caucasoide. La alta frecuencia de O201 en esta población (0,53) que corresponde a más de la mitad de todos los alelos de grupo sanguíneo ABO detectados molecularmente en ella, se encuentra por debajo de datos disponibles en la literatura para poblaciones de zonas dentro del mismo continente y de reconocido origen amerindio, como es el caso de individuos Kayapos, Yanomamas y Araras de la región amazónica del Brasil, presentados en el trabajo de Olsson y cols36 y que en su conjunto superan una frecuencia de 0,91. Situación distinta es la que reflejan los datos del estudio realizado por Roubinet y cols37, en el que analizando cinco poblaciones de distinto origen étnico, dentro de las que se cuentan Kayapos de Ecuador y Aymaras de Bolivia, se determinan frecuencias para O201 de 0,39 en el caso de indígenas Kayapos y 0,59 en el caso de Aymaras. De ello, destaca la similitud entre la frecuencia exhibida por los indígenas bolivianos y la población en estudio, lo que estaría reafirmando la probable vinculación de grupos aborígenes originarios del norte del país a la población de Paposo.

El grupo sanguíneo Duffy con frecuencias de 0,58 (FY*A) y 0,42 (FY*B), determinadas mediante amplificación alelo específica son muy similares a las encontradas por Llop y cols50, con métodos serológicos para esta misma población. Esto fundamentalmente debido a que no se encontró la presencia del alelo Duffy nulo (FY-) que podría haber sobreestimado la frecuencia de FY*B, discrepancia que no habría sido resuelta por medio de serología.

Asimismo, la ausencia de FY- en esta población estaría indicando la ausencia de rasgos genéticos de origen negroide. Esto de ninguna manera debe hacernos dudar acerca de la real presencia de genes negroides en la zona norte del país. Por el contrario, la ausencia de estos genes en Paposo no hace más que restringir el entorno geográfico dentro del que se presentarían éstos, permitiendo en estudios posteriores acotar cada vez más las zonas donde estos individuos se asentaron. Lo anterior parece lógico al reflexionar sobre el destino que los negros tenían dentro de la sociedad chilena, destinados a la esclavitud y trabajos forzados, lo que nos lleva a pensar en la poca expansión que habrían tenido, pese a su gran número.

Estos análisis aportan valiosas consideraciones acerca del origen de la población en estudio. La sitúan muy próxima a los pueblos originarios del extremo norte de Chile, sugiriendo que esta distribución de haplogrupos mitocondriales y polimorfismos de grupos sanguíneos clásicos ABO y Duffy, tan particular, podría representar la distribución de éstos en los indígenas Changos ya extintos, antiguos habitantes del borde costero del desierto de Atacama. No se debe olvidar, además, que el enfoque metodológico de la caracterización molecular de polimorfismos de grupos sanguíneos constituye la primera experiencia de este tipo en Chile, y una de las primeras a nivel latinoamericano.

Dentro de la gran gama de disciplinas que poseen las ciencias biológicas, es sorprendente relacionar áreas tan específicas como la biología y más recientemente la genética molecular con otras aparentemente lejanas, como son la etnohistoria y la antropología. Estudios como éste, y otros realizados por nuestro grupo de trabajo, abordan cabalmente este enfoque, permitiendo la integración de datos geográficos e históricos con técnicas de caracterización genético molecular asociada a patrones migratorios o de morbilidad presentes en poblaciones humanas.

Por último, este estudio, sin duda, abre las puertas a la investigación sobre pueblos de tradición costera por medio del ADN mitocondrial y técnicas moleculares de tipificación de grupos sanguíneos, permitiendo recavar valiosa información sobre flujo génico, comportamiento y microevolución de emplazamientos humanos de esta zona de Sudamérica.

 

Referencias

1. Rothhammer F. Biogénesis y microevolución de la población chilena. Anal Acad Chil Cienc 1995; 5: 85-8.

2. Llop E, Harb Z, Moreno R, Aspillaga E, Van De Maele M, Rothhammer F. Composición genética de la población chilena: Los Yamanas de Ukika. Rev Méd Chile 1994; 122: 979-85.

3. Llop E, Harb Z, Acuña M, Moreno R, Barton S, Aspillaga E et al. Composición genética de la población chilena: Los Pehuenches de Trapa-Trapa. Rev Méd Chile 1993; 121: 494-8.

4. Acuña M, Llop E, Rothhammer F. Composición genética de la población chilena: Los Atacameños de la comuna de San Pedro de Atacama. Rev Méd Chile 1994; 122: 1126-33.

5. Rocco P, Morales C, Moraga M, Miquel JF, Nervi F, Llop E et al. Composición genética de la población chilena. Distribución de polimorfismos de DNA mitocondrial en grupos originarios y en la población mixta de Santiago. Rev Méd Chile 2002; 130: 125-31.

7. Harb Z, Llop E, Moreno R, Quiroz D. Poblaciones costeras de Chile: marcadores genéticos en cuatro localidades. Rev Méd Chile 1998; 126: 753-60.

8. Rothhammer F, Llop E, Carvallo P, Moraga M. Origin and evolutionary relationships of native Andean Populations. High Alt Med Biol 2001; 2: 227-33.

9. Gutiérrez G, Lazo L. La estancia ganadera en el área de Paposo. En: Plantas medicinales silvestres de uso tradicional en la localidad de Paposo, costa del Desierto de Atacama, II región, Chile. Fondo de Desarrollo de las Artes y la Cultura, Ministerio de Educación. Santiago de Chile 1996; 19-31.

10. Rothhammer F, Moreno R, Aspillaga E. Genetic Epidemiology in Ancient Andean Populations. In: Barton S, Rothhammer F, Schull W, eds. Patterns of morbility in Andean aboriginal populations. 8000 years of evolution. Santiago: Amphora Editores. 1997; 62-77.

12. Cann R, Brown W, Wilson A. Polymorphic sites and the mechanism of evolution in human mitochondrial DNA. Genetics 1984; 106: 479-99.

13. Brown W, George M, Wilson A. Rapid evolution of animal mitochondrial DNA. Proc Natl Acad Sci USA 1979; 76: 1967-71.

14. Giles R, Blanc H, Cann H, Wallace D. Maternal inheritance of human mitochondrial DNA. Proc Natl Acad Sci USA 1980; 11: 6715-9.

15. Anderson S, Bankier A, Barrell B, De Bruijn M, Coulson A, Drouin J et al. Sequence and organization of the human mitochondrial genome. Nature 1981; 290: 457-65.

16. Di Rienzo A, Wilson A. Branching pattern in the evolutionary tree for human mitochondrial DNA. Proc Natl Acad Sci USA 1991; 88: 1597-601.

17. Bonatto S, Salzano F. A single early migration for the peopling of the Americas supported by mitochondrial DNA sequence data. Proc Natl Acad Sci USA 1997; 94: 1866-71.

18. Moraga M, Rocco P, Miquel JF, Nervi F, Llop E, Chakraborty R et al. Mitochondrial DNA polymorphisms in Chilean aboriginal populations: implications for the peopling of the Southern cone of the continent. Am J Phys Anthropol 2000; 113: 19-29.

19. Santos S, Ribeiro-Dos Santos A, Meyer D, Zago M. Multiple founder haplotypes of mitochondrial DNA in Amerindians revealed by RFLP and sequencing. Ann Hum Genet 1996; 60: 305-19.

20. Torroni A, Schurr T, Cabell M, Brown M, Neel J, Larsen M et al. Asian affinities and continental radiation of the Four Founding Native American mtDNAs. Am J Hum Genet 1993; 53: 563-90.

21. Bailliet G, Rothhammer F, Carnese F, Bravi C, Bianchi N. Founder Mitochondrial Haplotypes in Amerindian Populations. Am J Hum Genet 1994; 54: 27-33.

22. Lalueza C. Mitochondrial DNA haplogroups in four tribes from Tierra del Fuego-Patagonia: inferences about the peopling of the Americas. Hum Biol 1996; 68: 855-71.

23. Lorenz J, Smith D. Distribution of the 9-pb mitochondrial DNA region V deletion among North American indians. Hum Biol 1994; 66: 777-88.

25. Silva W, Bonatto S, Holanda A, Ribeiro-Dos Santos R, Paixao B, Goldman G et al. Mitochondrial genome diversity of native Americans support a single early entry of Founder Populations into America. Am J Hum Genet 2002; 71: 187-92.

26. Ballinger S, Schurr T, Torroni A, Gan Y, Hodge J, Hassan K et al. Southeast Asian Mitochondrial DNA analysis reveals genetic continuity of ancient Mongoloid Migrations. Genetics 1992; 130: 139-52.

27. Etcheverry C, Guzmán C, Hille A, Nagel R, Covarrubias E, Regonesi C et al. Investigación de grupos sanguíneos y otros caracteres genéticos sanguíneos en indígenas de Chile I parte. Rev Méd Chile 1967; 95: 599-604.

28. Etcheverry R, Boris E, Rojas C, Villagrán J, Guzmán C, Regonesi C et al. Investigación de grupos sanguíneos y otros caracteres genéticos sanguíneos en indígenas de Chile II parte. Rev Méd Chile 1967; 95: 605-8.

29. Etcheverry R, Boris E, Guzmán C, Nagel R, Blanc H, Regonesi C et al. Investigación de grupos sanguíneos y otros caracteres genéticos sanguíneos en indígenas de Chile III parte. Rev Méd Chile 1967; 95: 609-13.

30. Bennett E, Steffensen R, Clausen H, Weghuis D, Van Kessel A. Genomic cloning of the human histo-blood group ABO locus. Biochem Biophys Res Commun 1995; 206: 318-25.

31. Yamamoto F, Clausen H, White T, Marken J, Hakomori S. Molecular basis of the histo-blood group ABO system. Nature 1990; 345: 229-33.

32. Yip S. Sequence variation at the human ABO locus. Ann Hum Genet 2002; 66: 1-27.

33. Franco R, Simoes B, Zago M. Relative frequencies of the two O alleles of the histo-blood ABH system in different racial groups. Vox Sang 1995; 69: 50-2.

34. Olsson M, Chester M. Frequent occurrence of a variant O1 gene at the blood group ABO locus. Vox Sang 1996; 70: 26-30.

35. Ogasawara K, Bannai M, Saitou N, Yabe R, Nakata K, Takenaka M et al. Extensive polymorphism of ABO blood group gene: three major lineages of the alleles for the common ABO phenotypes. Hum Genet 1996; 97: 777-83.

36. Olsson M, Santos S, Guerreiro J, Zago M, Chester M. Heterogeneity of the O alleles at the blood group ABO locus in Amerindians. Vox Sang 1998; 74: 46-50.

37. Roubinet F, Kermarree N, Despiau S, Apoil P, Dugoujon J, Blancher A. Molecular polymorphism of O alleles in five populations of different ethnic origins. Immunogenetics 2001; 53: 95-104.

38. Chaudhuri A, Polyakova J, Zbrzezna V, Williams K, Gulati S, Pogo O. Cloning of glycoprotein D cDNA, which encodes the major subunit of the Duffy blood group system and the receptor for the Plasmodium vivax malaria parasite. Proc Natl Acad Sci USA 1993; 90: 10793-7.

39. Chaudhuri A, Polyakova J, Zbrzezna V, Pogo O. The coding sequence of Duffy blood group gene in humans and simians: restriction fragment length polymorphism, antibody and malarial parasite specificities, and expression in nonerythroid tissues in Duffy negative individuals. Blood 1995; 85: 615-21.

40. Iwamoto S, Omi T, Kajii E, Ikemoto S. Genomic organization of the Glycoprotein D gene: Duffy blood group Fya/Fyb alloantigen system is associated with a polymorphism at the 44-amino acid residue. Blood 1995; 85: 622-6.

41. Olsson M, Hansson C, Avent N, Åkesson I, Green C, Daniels G. A clinically applicable method for determining the three major alleles at the Duffy (FY) blood group locus using polymerase chain reaction with allele-specific primers. Transfusion 1998; 38: 168-73.

42. Iwamoto S, Li J, Sugimoto N, Okuda H, Kajii E. Characterization of the Duffy gene promotor: evidence for tissue-specific abolishment of expression in Fy (a-b-) of black individuals. Biochem Biophys Res Commun 1996; 222: 852-9.

44. Peri Fageström R. La raza negra en Chile, una presencia negada. LOM Ediciones Ltda. Chile, 1999.

45. Lahiri D, Nurnberger J. A rapid non-enzimatic method for the preparation of HMW DNA from blood for RFLP studies. Nucl Acids Res 1991; 19: 5444.

46. Nei M. Estimation of average heterozygosity and genetic distance from a small number of individuals. Genetics 1978; 89: 583-90.

47. Swofford D, Selander R. Biosys: A fortran program for the comprehensive analysis of electrophoretic data in population genetics and systematics. J Hered 1981; 72: 281-7.

48. Kumar S, Tamura K, Jakobsen I, Nei M. Mega 2: Molecular Evolutionary Genetics Analysis software, Bioinformatics 2001.

49. Moraga M. Caracterización genético-molecular de poblaciones humanas prehistóricas y actuales del norte de Chile. Tesis para optar al grado académico de Doctor en Bioquímica. Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, Universidad de Chile, 2003.

50. Llop E, Harb Z, Moreno R, Rothhammer F. Genetic marker variation in coastal populations of Chile. Homo 2002; 53: 170-7.

51. Torroni A, Lott M, Cabell M, Sheng Chen Y, Lavergne L, Wallace D. mtDNA and the origin of caucasians: Identification of ancient caucasian-specific haplogroups, one of which is prone to a recurrent somatic duplication in the D-Loop region. Am J Hum Genet 1994; 55: 760-76.

 

Correspondencia a: Dr. Francisco Rothhammer E. Programa de Genética Humana, Instituto de Ciencias Biomédicas, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Av. Independencia 1027. Casilla 70061. Santiago 7, Chile. E-mail: frothham@machi.med.uchile.cl.

Trabajo financiado parcialmente por los proyectos DID ETN 02/01-2 y FONDECYT # 1010131.

Recibido el 5 de agosto, 2003. Aceptado en versión corregida el 15 de abril, 2004.

 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons