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EURE (Santiago)
versión impresa ISSN 0250-7161
EURE (Santiago) v.27 n.81 Santiago set. 2001
http://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612001008100005
Indicadores regionales de desarrollo |
Key Words: Indicators, Sustainable Development, Chile, Citizen Participation.
Palabras Clave: Indicadores, desarrollo sustentable, Chile, participación ciudadana.
1. Presentación
Una gran debilidad del concepto de desarrollo sustentable es la dificultad para hacerlo operativo, es decir, para utilizarlo como una guía o referencia en la toma de decisiones. Su definición tradicional formulada por la Comisión Bruntland dice: "se trata de aquel desarrollo que permite satisfacer nuestras necesidades actuales sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades" (The World Comission on Environment and Development, 1987).
Ciertamente, se trata de una definición muy amplia, frente a la cual surgen más preguntas que respuestas. ¿Cuáles son nuestras necesidades? ¿Qué sabemos de la habilidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades? ¿Cuáles serán estas últimas? El concepto se entiende más directamente cuando hablamos, por ejemplo, de recursos naturales renovables, como las pesquerías o las plantaciones de bosques, y de la necesidad de no consumir el capital sino los intereses.
Sin duda nuestro desarrollo, o nuestras necesidades, involucran no sólo a los recursos naturales renovables, sino que una gran diversidad de aspectos, y muchos de ellos inmateriales. Es así como actualmente la sustentabilidad está íntimamente ligada a nuestra calidad de vida y a la interrelación armónica de diversas dimensiones de nuestro desarrollo (tradicionalmente hablamos de las dimensiones económicas, sociales, ambientales e institucionales). Estas y otras precisiones, no obstante necesarias, no contribuyen sustancialmente a traducir desarrollo sustentable en una herramienta práctica para influir la toma de decisiones. Esto último ocurrirá en la medida en que podamos, los distintos sectores de la sociedad, sentarnos a dialogar sobre el tema, acordar nuestra propia definición de desarrollo sustentable en nuestro ámbito territorial, definir herramientas de gestión que nos permitan verificar la sustentabilidad de nuestro desarrollo, e incidir así en la manera en que tomamos decisiones. Los indicadores de desarrollo sustentable son una de las herramientas de gestión que podemos implementar para verificar la calidad de nuestro desarrollo.
Si examinamos la realidad chilena, observaremos que la Política Ambiental para el Desarrollo Sustentable, publicada en enero de 1998 por la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA), hace mención a la necesidad de contar con un conjunto de indicadores de desarrollo sustentable como contribución a la toma de decisiones en política ambiental. La iniciativa se encuentra dentro del séptimo objetivo perfeccionar la legislación ambiental y desarrollar nuevos instrumentos de gestión, en la sección que detalla la agenda ambiental del gobierno (ver www.conama.cl). La CONAMA ya en 1997 comenzó una serie de iniciativas destinadas a elaborar indicadores regionales de desarrollo sustentable (IRDS). Las regiones de Atacama, Metropolitana y de la Araucanía fueron las tres primeras en contar con indicadores. El proyecto fue desarrollado para CONAMA por la Universidad Bolivariana. Los resultados están disponibles en la publicación: CONAMA, "Indicadores Regionales de Desarrollo Sustentable" Documento de Trabajo N°7, Serie Economía Ambiental, CONAMA, 1998. Posteriormente, fue el turno de la Región del Maule, y el año 2000 se completaron las últimas etapas en la elaboración de indicadores para las regiones de Bío-Bío, Aysén, y Magallanes y Antártica Chilena. El Centro de Investigación y Planificación del Medio Ambiente (CIPMA) ha estado a cargo de la elaboración de los respectivos IRDS para estas últimas cuatro regiones.
Los indicadores de desarrollo sustentable constituyen un tema relativamente nuevo. Existe bastante debate sobre la utilidad que prestan y, por ende, sobre la necesidad de contar con ellos. En nuestra experiencia nos hemos encontrado con quienes argumentan que los indicadores pueden ser peligrosos, porque tal como evidencian ciertos aspectos esconden otros. Otros critican la manera en que se elaboran los indicadores, y la calidad de los datos utilizados en su cálculo. Nuestro objetivo en este artículo es difundir nuestra experiencia en la elaboración de IRDS y discutir algunos aspectos -la definición de los indicadores, sus características deseables, el proceso de elaboración, y las lecciones que hemos podido aprender- que nos parecen cruciales para responder a la pregunta del título y para alimentar futuros ejercicios similares.
2. ¿Qué y para qué son los indicadores de desarrollo sustentable?
Un indicador es una información procesada, generalmente de carácter cuantitativo, que genera una idea clara y accesible sobre un fenómeno complejo, su evolución, y sobre cuánto difiere de una situación deseada. La temperatura corporal es un buen indicador de nuestra salud. El producto interno bruto, la inflación y el desempleo son algunos indicadores económicos tradicionalmente utilizados para evaluar el desempeño de la economía.
Los indicadores de desarrollo sustentable deben cumplir con dos características básicas:
Destacar los múltiples vínculos que existen entre las dimensiones social, económica, ambiental e institucional del desarrollo, superando enfoques excesivamente sectorialistas. Esto se logra, por ejemplo, creando indicadores que cruzan información económica, social, ambiental e institucional.
Otros autores destacan dos características adicionales (Larkin, 1999): (i) que el conjunto de indicadores representen una mirada de futuro, por ejemplo al mostrar el valor de los indicadores a través de los años, o al incluir metas o valores límites; y (ii) que los indicadores consideren la distribución equitativa de las condiciones entre la comunidad. Al respecto, los indicadores pueden reflejar aspectos distributivos dentro de una comunidad o a través de un área geográfica. Adicionalmente, los indicadores deberían distinguir el origen y el destino de acciones sociales, económicas y ambientales.
Para ser efectivos, los indicadores de desarrollo sustentable deben cumplir con un conjunto de características adicionales, las que se presentan en el cuadro a continuación.
Cuadro 1. Características deseables de los indicadores de desarrollo sustentable
Fuente: elaboración propia a partir de: CONAMA, 1998. "Indicadores Regionales de Desarrollo Sustentable", Documento de Trabajo Nº7, Conama y Larkin, J. 1999. "Toward Community Environmental Sustainability Indicators for Oakland". Tesis para optar al grado de Master en Política Pública. Goldman School of Public Policy, University of California, Berkeley.
Para qué son los indicadores es seguramente la pregunta más importante de todas, ya que definirá en buena medida el cómo deben ser elaborados. En la iniciativa de CONAMA se ha partido de la base que se trata de indicadores regionales de desarrollo sustentable. Este carácter territorial acota bastante la respuesta. Los problemas y preocupaciones para la sustentabilidad considerados en los indicadores serán, por lo tanto, los más relevantes en el ámbito regional. Así, es posible que situaciones locales o sectoriales no queden representadas en los IRDS. Los IRDS proporcionarán una mirada estratégica sobre los "grandes temas regionales" para la sustentabilidad. Serán como grandes luces que podrán ser verdes, amarillas o rojas, según el valor del indicador. Estas luces le señalarán a la comunidad en general, y especialmente a la autoridad, los temas que requieren mayor preocupación y análisis. Es posible, por lo tanto, que los IRDS no sirvan para comprender las causas de un fenómeno complejo, o la mejor manera de sobrellevarlo. Para esos efectos será necesario profundizar en el análisis de un determinado problema, para lo cual se podrá hacer uso de indicadores locales o sectoriales, si es que éstos están disponibles.
Uno de los grandes méritos de los IRDS, a nuestro juicio, es la posibilidad que ofrecen -durante su elaboración- para juntar a actores diversos (del sector público, privado y de la sociedad civil) en una mesa de trabajo a dialogar sobre el desarrollo sustentable regional y -durante su uso- para hacer más ampliamente accesible la información regional relacionada con el desarrollo sustentable. Podríamos hablar de una "democratización" de la información relacionada con el desarrollo sustentable. Estos méritos cobran mayor relevancia si se considera que el objetivo principal en la iniciativa de CONAMA ha sido, más que elaborar indicadores definitivos, echar a andar un proceso permanente de creación, revisión y perfeccionamiento de indicadores de desarrollo sustentable liderado por las propias regiones.
3. El proceso de elaboración de indicadores
El proceso que hemos utilizado para elaborar los IRDS en las regiones del Maule, Bío-Bío, Aysén, y Magallanes y Antártica Chilena, contiene cinco etapas. La primera fue conocer a los actores regionales relevantes, las iniciativas relacionadas (como planes de gestión ambiental o de ordenamiento territorial), y las instancias de planificación disponibles (como la estrategia de desarrollo regional y la política ambiental regional). En la segunda etapa, mediante un taller regional con representantes de los sectores público, privado y de la sociedad civil, intentamos identificar y acordar las principales prioridades y objetivos para el desarrollo sustentable regional. Los resultados de este taller, junto a la información recabada en la región, nos permiten elaborar un perfil regional, el cual incluye características generales; antecedentes sobre las dimensiones económica, social, ambiental e institucional del desarrollo regional, y una síntesis de las prioridades para el desarrollo sustentable regional, desagregadas en objetivos específicos. El perfil regional es utilizado, en una tercera etapa, para crear una primera propuesta de indicadores. En la cuarta etapa, la propuesta preliminar de indicadores es discutida y perfeccionada con la ayuda de algunos especialistas regionales. Finalmente, en la quinta etapa, la propuesta de indicadores es presentada y discutida en un nuevo taller con la participación de los principales actores regionales. El Cuadro 2 ilustra con un ejemplo el proceso de elaboración de un IRDS. El recuadro 3 incluye, a modo de ejemplo, un conjunto de indicadores de entre aquellos propuestos para las regiones de Bío-Bío, Araucanía y Magallanes y Antártica Chilena.
4.Lecciones de la experiencia
4.1. La definición de desarrollo sustentable
Los temas abordados en la visión de la sustentabilidad regional deberán incluir aspectos de las dimensiones social, económica, ambiental e institucional del desarrollo regional. El total de objetivos deberá reflejar los complejos vínculos que existen entre las diversas dimensiones. Por ejemplo, el objetivo de crecimiento económico estará relacionado con objetivos ambientales de prevención de la contaminación, y sociales de superación de la pobreza.
De lo anterior deducimos que es fundamental ser rigurosos al momento de elaborar un indicador, y no perder de vista el objetivo que se persigue. El arte de crear un indicador requerirá un balance entre simplicidad y veracidad.
El solo hecho de democratizar la información le entrega poder a la comunidad para tomar un rol más activo en su desarrollo y para así influir sobre las autoridades. Los indicadores se transforman en potenciales catalizadores de cambios. Pero para lograrlo es importante que los indicadores, en su formulación, provean una comparación con una situación deseada. Existen numerosas opciones para lograrlo. Un indicador puede hacer referencia a una variación anual (por ejemplo, "variación anual del número de estudiantes de educación básica en escuelas rurales"), la que mostrará una tendencia; a una situación promedio nacional ("resultados de la prueba SIMCE en la región dividido por los resultados promedio en el país"); a un universo regional ("volumen de aguas servidas con tratamiento secundario dividido por el volumen total de aguas servidas generadas en la región"); a un segmento de comparación ("ingreso medio mensual de las mujeres ocupadas de nivel universitario dividido por el ingreso medio mensual de los hombres ocupados de nivel universitario"), o simplemente no hacer ninguna comparación ("promedio de metros cuadrados de viviendas sociales entregadas"). La opción por alguna de estas alternativas, u otras, debe ser analizada para cada indicador.
Algunos criterios relevantes para tomar esta decisión serán la claridad del indicador, su poder para llamar la atención, y su grado de sintonía con el objetivo correspondiente.
Una de las grandes falencias que hemos notado es la rotación de las personas que han participado en el proceso de creación de indicadores. Hay personas que van a un primer taller, donde se discuten las prioridades y objetivos para el desarrollo sustentable regional, pero que luego no van a un segundo taller donde se discute la propuesta de indicadores, y viceversa. Así, el proceso pierde continuidad, y algunas personas se sienten frustradas al percibir que no pueden contribuir al proceso. Es fundamental lograr un verdadero compromiso para que las mismas personas participen desde el principio hasta el final del proceso. Este compromiso es siempre difícil de lograr, sobre todo cuando las personas no son remuneradas por su participación y deben responder a sus propias obligaciones laborales.
Otro factor que dificulta la participación ciudadana es la duración de los proyectos de elaboración de indicadores. Bajo las condiciones presupuestarias y los plazos usualmente disponibles para este tipo de proyectos, las instancias de participación suelen resultar limitadas.
Internet constituye un gran potencial para facilitar la participación amplia e informada de las personas en la elaboración y uso de indicadores. En el proyecto de elaboración de IRDS hemos diseñado un conjunto de páginas WEB, las que serán de público acceso desde el sitio de CONAMA en el futuro.
Llegar desde Santiago a las regiones a desarrollar un proceso participativo para elaborar indicadores de desarrollo sustentable no es el ideal y tampoco es fácil. Las regiones tienen su propia dinámica y características, y son los propios actores regionales quienes mejor conocen su realidad. Es fundamental que los profesionales de los servicios públicos relevantes sean parte de la decisión de echar a andar proyectos de esta naturaleza muy desde el principio, de manera que ellos también puedan adueñarse de la iniciativa y sus resultados. También es muy deseable que en el desarrollo del proyecto participen instituciones regionales (centros de investigación, universidades o consultoras). En nuestro caso, una experiencia muy positiva al respecto fue la incorporación formal de una persona por región, del sector académico, público, o de organizaciones no gubernamentales, muy conocedora de la realidad regional y distinguida entre sus pares, en el desarrollo de las actividades del proyecto. Estas personas participaron activamente en la recopilación de información, en los talleres -presentando algunos resultados parciales, como el perfil regional-, y en las demás actividades del proyecto.
5. Conclusiones
Los IRDS sin duda tienen limitaciones. Es posible que la simplicidad requerida de los indicadores -por la endémica falta de datos, o para permitir el acceso de la comunidad en general a la información- requiera un sacrificio en términos de precisión en el análisis de los temas.
No obstante reconocemos que existen estas limitaciones, nos parece que los IRDS sí son útiles y necesarios para los fines que han sido propuestos. Creemos que contribuyen especialmente en lo siguiente:
Los participantes en un proceso de elaboración de indicadores no sólo aprenderán sobre el desarrollo sustentable regional y la complejidad de los temas involucrados, sino que también la experiencia constituirá una oportunidad para que todos sean más activos y responsables con los temas que les competen. En este sentido, nos parece que el proceso puede ser tanto o más importante que el producto.
Dado que es imposible cubrir todos los temas -tampoco es necesario que así sea-, será necesario jerarquizar de manera de cubrir los más importantes. Este ejercicio de jerarquización le servirá a todos los participantes para entender la importancia real que tienen los temas bajo su competencia frente a la comunidad. De este modo se promueve un trabajo de colaboración mutua para enfrentar los temas más sensibles.
Creemos que el hecho de informar a la población, en un lenguaje comprensible y directo, en materias relacionadas con el desarrollo sustentable, les da el poder para, en el mediano y largo plazo, involucrarse e influir en las decisiones de modo de avanzar hacia un mejor desarrollo para todos.
2 Ingeniero Civil (PUC), Magíster en Medio Ambiente y Desarrollo (Universidad de Cambridge, Inglaterra), Investigador de CIPMA. E-mail: hblanco@cipma.cl.
3 Economista, Universidad Bolivariana, E-mail: amaru@libertysurf.fr
4 Titulado Superior en Ciencias Empresariales (Universidad Europea de Madrid, España), Magíster en Gestión Ambiental y Desarrollo (Universidad Nacional de Australia, Australia). E-mail: allavero@yahoo.es
5 Historiadora (PUC). E-mail: criveros@conama.cl
6. Referencias bibliográficas
CONAMA (1998). "Indicadores Regionales de Desarrollo Sustentable", Documento de Trabajo Nº7, CONAMA.
Larkin, Julia K. (1999). "Toward Community Environmental Sustainability Indicators for Oakland". Tesis para optar al grado de Master en Política Pública. Goldman School of Public Policy, University of California, Berkeley.
The World Comission on Environment and Development (1987). Our common future, London: Oxford University Press.